viernes, 16 de enero de 2015

La Luminaria, Moralzarzal

Continuamos con fiestas invernales. La Luminaria de Moralzarzal, población de la Sierra de Guadarrama, es otra festividad con tintes ancestrales que hemos conocido gracias a nuestro amigo Daniel Salmador, del grupo de dark neo-folk, Keltika Hispanna. Los mozos del pueblo, que han contraído matrimonio el año anterior, suben al monte a por la leña que quemarán en la hoguera, bajando con ella corriendo y haciendo sonar los cencerros. Aquí confluye, además del fuego, el cencerro, una vez más, tan típico en las mascaradas y festejos de invierno, pero además, estos mozos bajan del monte, tratando de anunciar, con adelanto, la llegada de la primavera y el despertar de la Naturaleza, como comentamos ayer para la fiesta de Fresnedillas de la Oliva, también celebrada en la fecha de San Sebastián, santo con el que la Iglesia, cristianizó algunos de estos festejos, de claro raigambre pagano. Casi siempre, la "buena nueva" venía del monte, de la más profunda Naturaleza.

Foto: noticiasnoroeste.es

*Fuente: Hans Klobuznik, blogdefloreshans.blogspot.com

En la noche del 19 de enero, víspera de San Sebastián, patrón de las enfermedades y la peste, se celebra en el Parque del Raso de Moralzarzal (Madrid) la fiesta de la Luminaria. El principal atractivo de esta fiesta es el fuego, un elemento al que los castellanos medievales atribuían propiedades mágicas y purificadoras. Ellos realizaban ritos de fuego tanto para ahuyentar a los malos espíritus como para proteger las mieses.

Hoy en día la Luminaria es una hoguera gigante situada en una plaza pública, la cual está en una zona muy céntrica, junto a la iglesia y fácilmente accesible en el pueblo. Se dice que el humo y el fuego son purificadores y que tienen efectos mágicos. Esta tradición viene de cuando los mozos esposados el año anterior subían al monte por leña y la bajaban corriendo, y para hacerse paso tocaban varios cencerros entre sí.
Llegados al pueblo amontonaban la leña en una enorme pila, bailando y corriendo a continuación por el pueblo con los cencerros atados a su cintura. Al caer la noche prendían fuego a la pila de leña, bailando y cantando alrededor de esta hasta la madrugada. Ya cuando la leña empezaba a consumirse y quedando solo un gran montón de brasas, los más atrevidos y agiles saltaban sobre ellas. Hoy también lo intentan al final algunos.
En la actualidad a las 8 de la tarde prenden fuego a la leña y mientras los vecinos ven arder jaras, troncos y ramas, y se calientan en la fría noche de enero, un grupo de desinteresadas y trabajadoras mujeres de la localidad, ofrecen gratis a vecinos y visitantes chocolate líquido calentito, churros y bizcochos.
¡Ojalá sigamos manteniendo así las fiestas tradicionales y que nunca se pierdan como otras tantas en el olvido!


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