sábado, 26 de julio de 2014

"Cabezas cortadas" en Santa María del Campo, Castropol

Las migraciones bretonas de los siglos V y VI d. C., de las que no hace mucho hablamos en Iberia Mágica, trajeron a la Península Ibérica a gentes llegadas desde la isla de Britania que huían, en esos siglos, de su isla originaria por la presión sufrida por pictos y escotos, pero, principalmente, por las invasiones germánicas de pueblos como anglos, jutos, sajones y frisones.
Éstos se instalaron, principalmente, en lo que sería la zona costera y parte interior de la actual provincia de Lugo y una pequeña parte limítrofe de la Asturias occidental, que es a donde nos acercamos. En concreto a Castropol, pues ese cristianismo tan sincrético con lo precristiano y céltico que trajeron, propio de sus lugares de origen, quedó plasmado en sus templos y costumbres, como por ejemplo en la capilla de Santa María del Campo de Castropol, donde la tradición de las "cabezas cortadas" se manifiesta en este relieve con tres cabezas.
Os traemos unas líneas de la propia Wikipedia donde se describe, muy sucintamente, la singularidad del cristianismo celta.

panoramio.com

*Fuente: Wikipedia

En aquellas partes del noroeste hispano dominadas por los bretones se implantó una forma de cristianismo céltico cuyas características eran similares al practicado en otros países del arco atlántico como Irlanda o Bretaña.2
Tal y como se ha descrito anteriormente, la comunidad cristiana se organizaba en torno al abad de un monasterio (en este caso, el monasterio Máximo) que era a la vez obispo. Este esquema fue implantado por San Patricio durante el proceso de evangelización de Irlanda y con posterioridad se extendió al resto de las Islas Británicas e incluso a las comunidades de misioneros irlandeses que se habían asentado en Germania.
En el plano estrictamente ritual, las comunidades célticas celebraban la Pascua en fechas distintas a las señaladas por Roma y sus monjes tenían una tonsura3 diferente a la de las órdenes religiosas de otras partes de la Cristiandad, como la benedictina: A este respecto, en el año 598 el IV Concilio de Toledo condenó la práctica de este tipo de tonsura, que por aquél entonces tan usual era en la provincia de Gallaecia.


2 comentarios:

  1. Enhorabuena por tu blog, que es maravilloso, y gracias por el mismo. Me encantan las historias de tonsuras y de cabezas en general ;) Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias a ti, Noemí, por tu comentario, seguiremos a la búsqueda de cabezas jeje.
    Otro abrazo

    ResponderEliminar

 
Tweets por @IberiaMagica