lunes, 12 de octubre de 2015

Roca cristianizada en Mirador de la Pastora, Cambados

Nos acercamos a Cambados, población gallega de la ría de Arousa y centro principal de producción de vino de Albariño. En esta localidad, aparte del Pazo de Ulloa, uno de los puntos más visitados es el Monte de la Pastora. A sus pies se encuentran las ruinas de la iglesia gótica de Santa Mariña Dozo, que por sí misma ya merece una visita y cuyos restos, entremezclados con el cementerio parroquial, podrían catalogarse como la propia esencia del ideal romántico. Así, el poeta gallego Álvaro Cunqueiro dijo que los arcos de Santa Mariña Dozo estaban allí para sostener al viento, además de afirmar sobre el cementerio mencionado, que era "el más melancólico camposanto del mundo".
Pero nuestra visita se dirige más arriba, a lo alto del monte de la Pastora. En el camino, cerca de la cumbre, nos encontramos la ermita o capilla de La Virgen de la Pastora, un rincón de gran tranquilidad que invita a permanecer en silencio y contemplar, en absoluto sosiego, todos los campos y viñedos que le rodean. Aquí, el 5 de agosto, se celebra una romería en honor a San Justo y San Pastor, unos santos que, como tantos otros, son la cristianiación de antiguas divinidades, en este caso, según se dice, de Cástor y de Pólux y quién sabe si de algunos otros dioses locales de galaicos y otros pueblos más antiguos aún.

Preciosa foto del Mirador de la Pastora - Foto: galiciamaxica.eu

Ya en la cumbre contemplamos el lugar donde estuvo ubicado un antiguo castro galaico y en el que se sitúa el Mirador de la Pastora, que no es otra cosa que una piedra preparada con unas escaleras para acceder a su parte superior y contemplar unas amplias vistas sobre la ría de Arousa. La roca tiene una cruz en su parte superior, lo que nos hizo sospechar que bien pudiéramos estar ante una antigua "peña sacra" cristianizada. No existen cazoletas, ni asientos labrados, ni nada más allá de la propia escalera, de clara factura actual, pero, como ocurre con otros casos (nos viene a la cabeza Canto Gordo, en El Escorial, más conocido como Silla de Felipe II), bien pudieran haber sido retocadas algunas anteriores con el fin de acondicionar el mirador.
Es bien sabido que no son comunes los santuarios o peñas sacras en el interior de los recintos amurallados o poblamientos de la Edad del Hierro, pues éstos se solían situar en el exterior o alejados de las poblaciones, pero ya sabemos que existen excepciones, como, por ejemplo, el bien conocido altar rupestre del castro vettón de Ulaca, el cual se encuentra en el propio interior del poblamiento; de este modo, quién sabe si no estuviéramos ante un caso parecido. En una peña cercana pudimos observar unas entalladuras, pero que a buen seguro cumplieron alguna utilidad práctica y no cultual. No hay prueba suficiente para afirmar que estemos ante una roca de las calificadas como "peñas sacras", pero sí ciertos indicios, más allá de la propia cristianización del antiguo castro con la Ermita de La Virgen de la Pastora y las propias ruinas de la iglesia de Santa Mariña Dozo al inicio del monte.
Sobre este lugar, existe una leyenda que dice  que en el Monte de la Pastora existe una cueva que unía este monte con la isla de A Toxa y que pasaba por la Torre de San Sadurniño, pero que quedó anegada por el agua. El misterioso mundo subterráneo es un elemento bastante recurrente en muchos lugares y aquí encontramos otro ejemplo de ello.
Para finalizar diremos que junto a la peña del Mirador de la Pastora nos llamó la atención una vieja encina, que si bien no tiene un porte espectacular, sí es poco común, o al menos eso creemos, por estas tierras.




Fotos: Iberia Mágica

2 comentarios:

  1. En efecto, Argantonio, no debe ser muy común encontrar encinas en tierras tan septentrionales de la península, además en el paraje parecen abundar mas los pinos. En cualquier caso, es una simbiosis perfecta; árbol y piedra. Difícilmente los antiguos galaicos podrían haber encontrado un lugar sacro mejor que este.
    Un saludo.

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    1. Hola, Placentino. En Galicia, al igual que en otros muchos lugares, por suerte abundan bastante este tipo de enclaves, con lo que los galaicos tenían mucho donde escoger jeje, pero muy cierto lo que dices, la simbiosis entre árbol y piedra es siempre muy sugerente; faltaría un tercer elemento muy importante: el agua, aunque las vistas a la ría de Arousa podrían valer como la conjugación de éste. Como siempre, muchas gracias por tu comentarios, es una suerte poder leerte, amigo.
      Un saludo.

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