martes, 10 de marzo de 2015

La Olma de Colmenar, Colmenar del Arroyo

Volvemos a traer un árbol emblemático, un árbol, además, de concejo, en este caso, pues bajo él se celebraron las reuniones vecinales, asamblearias y horizontales, que tanto reivindicamos por aquí como ejercicio de verdadera democracia y no a lo que llaman como tal. Aunque hablamos de un árbol que ya no existe, La Olma de Colmenar del Arroyo. Tras "un aire", en expresión del propio pueblo, en 1978, La Olma de Colmenar del Arroyo se derrumbó, sin dañar a nadie, pues fue de madrugada, con lo que hasta en eso fue muy buena, como dicen los vecinos. Fue una gran pérdida, que los vecinos de Colmenar lloraron, pues casi cinco siglos le contemplaban. Ese es el respeto que las gentes del campo de antaño (y no tan de antaño, pues no se llega aún a los cuarenta años de su pérdida), tenían por la Naturaleza, los bosques y los ejemplares arbóreos como esta Olma, a la que los propios colmenareños y colmenareñas, otorgaron el género femenino como si de una madre se tratara. Alrededor de la propia Olma se construyó una grada, donde el propio pueblo se reunió, en tiempos, en concejo, y, donde todos, niños, jóvenes y ancianos se sentaban a su sombra, naciendo, incluso, bajo sus ramas, muchos amoríos.
Hace unos días le dedicaron un monográfico en el programa radiofónico El Bosque Habitado, por el cual la hemos conocido. Pero dejemos que el cronista de este árbol, el colmenareño Francisco Otero, nos cuente.

Foto: colmenardelarroyo.es

*Fuente: Francisco Otero, colmenardelarroyo.es

El 18 de Octubre de 1978 un aire se llevó la olma por delante, todos los colmenareños ancianos, jóvenes y niños lloraban a los pies porque la olma se había caído. El corazón de la olma se dividió en pedazos y cada una de las familias de Colmenar del Arroyo guardó en sus casas parte de ella como recuerdo.
Poco después la vieja Olma fue quemada y sus cenizas formaron parte del aire que envuelve a Colmenar. Hay veces que el viento trae el aroma que dejó al morir por el fuego, recordando a los Colmenareños la grandeza y el esplendor de su Olma.
En el centro de la Plaza, los Colmenareños plantaron un olmo (olma según algunos entendidos). Creció rápidamente, haciéndose en pocos años, un árbol corpulento hasta el punto que sus ramas llegaron a cubrir casi toda la Plaza, se ha oído decir que una de sus ramas llegaba hasta la torre de la Iglesia.
A principios del Siglo XVI, los vecinos se reunían en concejo bajo el olmo, a tañido de campana. Para esto se hicieron las gradillas en piedra que circundan el árbol el árbol. La Olma fue testigo de cinco Siglos de la Historia de Colmenar del Arroyo, de los secretos contados bajo ella, de los amores de los Colmenareños, de las decisiones de Gobierno…
En su mismo lugar se plantó otra olma secándose poco tiempo después…al igual que le ocurrió a la siguiente, la tercera, que parecía ser la sucesora de la olma que tanto hemos querido, se ha vuelto a secar hace apenas unos meses.


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