miércoles, 30 de diciembre de 2009

La Peña de Arias Montano

Las líneas de hoy son un humilde homenaje a uno de los grandes pensadores heterodoxos que ha dado la humanidad, el creador de la enigmática y maravillosa Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Son un homenaje a su figura y a su lugar de retiro espiritual, la Peña de Alájar que tomó su nombre, Peña de Arias Montano. Este lugar sacralizado a través de una ermita, reúne todos los ingredientes para que dicha sacralidad, seguramente, nos venga de mucho más atrás. Benito Arias Montano, como antes los templarios -y otras órdenes religiosas como el císter- y mucho más atrás los eremitas de la Alta Edad Media, tuvo el mismo buen olfato que éstos para elegir un lugar muy especial en la Sierra de Aracena, un auténtico monumento natural.

















La peña de Arias Montano (Alájar, Huelva) se encuentra ubicada en uno de los espacios naturales más importantes de Huelva y provincia.Este espacio protegido se sitúa en la franja más occidental de Sierra Morena.Es precisamente en los alrededores de Alájar (topónimo de origen árabe cuyo significado es piedra) donde se enclava la Peña de Arias Montano, también conocida como Peña de Alájar o mucho antes de que fuera habitada por el humanista extremeño como Peña de Nuestra Señora de los Ángeles, debido a su consagración a esta imagen.Puede considerarse una formación calcárea tobácea íntimamente relacionada con procesos de karstificación en los que la disolución de la roca caliza por parte del agua, agente modelador fundamental, provoca la precipitación del carbonato cálcico y da lugar a las caprichosas y bellas formas (fundamentalmente cuevas y cavernas) que puede observar el visitante de este lugar.Pero este río de aguas subterráneas que modela el relieve ve la luz inexorablemente en un cierto punto, concretamente a la salida de una de las cuevas existentes, situada a las puertas de la explanada principal donde se sitúa la ermita. Al parecer esta surgencia, convertido hoy en fuente, fue descubierta por el propio Arias Montano en el siglo XVI y era usada por él para regar los huertos que él mismo creó.Desde la Peña pueden contemplarse vistas de una belleza casi sin par, así como la silueta del pueblo de Alájar. Esta característica, una riqueza paisajística muy especial, dota sin duda a todo el entorno de una fuerza y energía singular que a buen seguro atrajo a Arias Montano y a muchos otros, del mismo modo que lo hace en la actualidad con todo aquel que se acerca a visitar el lugar.
(nueva-acropolis.es)






















Arco de la Peña de Arias Montano; lo único que queda en pie de lo atribuido a la construcción de Benito Arias Montano

lunes, 28 de diciembre de 2009

El Valle y la Peña del Rey Moro de Toledo

Hoy realizamos nuestra primera visita a la ciudad más mágica y con mayor número de enigmas y leyendas seguramente de toda la Península Ibérica. Así que, con toda seguridad, no será la única vez que nos acerquemos, en Iberia Mágica, a esta maravillosa ciudad. Algunos, aunque no tan agraciados como los que en ella residen, tenemos la fortuna de vivir a no mucha distancia de la misma, pudiendo repetir así visita con bastante frecuencia, pues Toledo no se conoce en una, dos, o tres jornadas, yo diría que se necesitarían varias vidas y, aun así, nos quedarían infinidad de enigmas por resolver y su poder para sorprendernos una y otra vez continuaría vigente con mayor intensidad, si cabe, que el primer día.
Hoy, en concreto comenzaremos por el lugar con más tinte ancestral de toda la ciudad, este enclave no es otro que El Valle, en concreto, la hoz del río Tajo, que en forma de herradura abraza a la antigua ciudad por el Este, el Sur y el Oeste. En la orilla opuesta a Toledo nos encontramos con el cerro del Bú, donde algunos dicen que se encuentra el poblamiento originario de la ciudad, y sobre todo, hacía el mediodía, los protagonistas de hoy, la ermita de la Virgen del Valle y, tras ella, un cerro con forma cónica conocido como la Peña del rey Moro. El lugar tiene ese tinte de sacralidad ancestral que desprenden todos aquellos enclaves naturales impactantes. Así, existiendo constancia de antiguas ruinas en el cerro del Bú, no es extraño que en las proximidades de la ermita, tan cercanas a dicho antiguo poblamiento, existiera algún lugar sagrado para sus antiguos moradores y ahí entra en juego la intuición de un servidor, seguramente errónea, en cuanto a la Peña del rey Moro, tan próxima a la actual ermita de la Virgen del Valle; especulación que me puedo permitir traer hasta aquí, pues no es mi intención, ni tengo posibilidad, de sentar cátedra ni sobre éste ni sobre ningún otro asunto, simplemente opino, o más bien divago, en un humilde sitio como éste, cuyo morador es aficionado a estas temáticas.

Toledo visto desde la Peña del Rey Moro, con la ermita de la Virgen del Valle abajo - Iberia Mágica

La leyenda "oficial" del lugar nos cuenta que en el año 1083, reinando en Toledo el rey musulmán Yahia Alkadir, éste pidió ayuda para defender la ciudad, pues Alfonso VI, rey de Castilla, tenía la misma cercada. Ante la imposibilidad de recibir ayuda de los reinos de Taifas de Zaragoza y Badajoz, pues sus reyes habían fallecido antes de poder prestar dicho socorro, tuvo que acabar recurriendo a los monarcas del norte de África, mandando éstos a un emisario para que evaluara la situación y las necesidades reales y así prestar la ayuda necesaria. El mensajero elegido fue el príncipe Abul-Walid. Éste a su llegada conoció a la joven hermana del monarca toledano, de nombre Sobeyha, quedando los dos profundamente enamorados. Así, cuando tuvo que volver para realizar su cometido de informar, juró a la joven que volvería para estar ya siempre junto a ella, pero cuando se formó el ejército y volvió él a la cabeza del mismo, Toledo ya había sido tomado por los cristianos y su amada había muerto de pena por la desgracia de su familia -perdió a una hermana cuando la ciudad fue asaltada- y, sobre todo, ante la idea de no volver a encontrarse con su amado. Pero antes había dejado un mensaje para Abul-Walid, que le fue transmitido cuando llegó a las cercanías de la ciudad sin conocer que ésta había sido ya tomada por las tropas enemigas y, por supueso, sin tener noticia alguna de la muerte de su amada. En el mensaje decía que había muerto pensando en él y que no tratara de recuperar la ciudad. Pero Abul-Walid no hizo caso y acampando en la zona de El Valle, al otro lado del río, se dispuso a tomar la ciudad. Pero una de las noches, un grupo de guerreros, con El Cid a la cabeza, que se encontraba a las órdenes del rey Alfonso VI, atacó por sorpresa el campamento de Abul-Walid, extendiendo el pánico entre las tropas musulmanas, que llegaron ante la confusión y la nula visibilidad nocturna a luchar y darse muerte entre sí. A la mañana, los pocos supervivientes se rindieron y antes de su huida encontraron a su monarca muerto sobre la Peña hoy conocida en su honor como del Rey Moro, donde le enterraron. Dicen los toledanos que las noches de luna, al mirar a las piedras desde Toledo se ve el cuerpo del rey moro subido a la peña contemplando las calles y torreones de Toledo, por donde paseaba con su amada.

Peña del Rey Moro - Iberia Mágica

Ésta es la leyenda tejida en torno a este lugar. Pero ahora entra en juego mi hipótesis y no es otra que tratar de deducir su antigua sacralidad. Hay una serie de elementos que confluyen en este enclave que pueden suponer un indicio en cuanto a dicha posibilidad, aunque claro está, falta toda huella arqueológica que verifique lo que vengo a decir, por eso no pasa de ser una mera hipótesis personal, hipótesis seguramente planteada por otras muchas personas con anterioridad, o quizá no, ante tal supuesto absurdo. Pero yo me aventuro, pues la proximidad de la ermita -indicio en bastantes casos de cristianización de lugares ya eran sagrados con anterioridad-, del poblamiento prerromano y la forma cónica del cerro con un gran cúmulo de rocas de granito de sugerentes formas, me traen a la memoria otros lugares de cultos naturalistas ancestrales bastantes similares, donde la roca, el agua, el cerro cónico y el impacto visual lo hacen idóneo para que hubiera podido ser elegido por los antiguos moradores de El Valle, esos antiguos toledanos que eligieron un lugar, que con el tiempo quedaría inmortalizado en la Historia universal, como su lugar de culto. Ahí dejo caer mi intuición, que seguramente no sea más que una simple elucubración sin fundamento empírico, pero siempre que paseo por el espectacular Valle y contemplo la ermita en la parte baja de la propia Peña, no puedo evitar que en mi mente brote dicha reflexión.


martes, 22 de diciembre de 2009

El dolmen-capilla de San Brissos

Hoy traemos un curioso caso de simbiosis entre templo megalítico y templo cristiano, cosa no poco usual -existen más ejemplos-, en concreto una ermita portuguesa construida aprovechando un dolmen, la ermita de San Brissos, cerca de Valverde, en la comarca de Montemoro-Novo.
















En no pocas ocasiones, los templos cristianos se edificaron en lugares donde hasta ese momento había antiguos santuarios paganos. Esta práctica tenía su razón de ser, por un lado, en que así la "evangelización" de los habitantes de la zona resultaba más sencilla, pues el nuevo culto suplantaba al anterior en un lugar que para los fieles tenía una significación especial. Por otro lado, el acto de "suplantación" simbolizaba el triunfo de la nueva religión sobre la antigua. Algo similar sucedió también, por ejemplo, con algunas de las festividades paganas más importantes (como solsticios y equinoccios), que fueron sustituidas con fechas cristianas señaladas, como la festividad de un santo concreto, la Natividad, la Anunciación o la Epifanía.
Por otra parte, también es muy probable que los constructores cristianos escogieran estos lugares hasta entonces paganos porque consideraban que aquellos enclaves eran efectivamente especiales, lugares sagrados donde el contacto o la relación con lo divino resultaba más fácil o efectivo.Un ejemplo se encuentra en la ermita de San Brissos, en Portugal, donde se levantó un edificio cristiano aprovechando la existencia de un dolmen.

(arssecreta.com)

lunes, 21 de diciembre de 2009

¡Feliz solsticio de invierno!

Hoy traemos las palabras de un ilustre usuario de celtiberia.net, para hacer mención a esta festividad ancestral, dónde aporta una serie de datos entre los que se encuentra el curioso símbolo del gallo como animal anunciador de la luz del 'nuevo' Sol, animal que se ha convertido en uno de los símbolos de Portugal, aunque con una leyenda distinta detrás, y que, a modo de sincretismo, sigue vivo en la ortodoxia católica a día de hoy.
Una vez más apreciamos la importancia de los ciclos naturales y astronómicos en la vida de nuestros antepasados, desde que el hombre se hizo sedentario y tuvo que mirar al cielo en su nueva faceta de agricultor y ganadero. Hoy en día, lo que celebramos, aunque esté totalmente desvirtuado, hunde sus raíces muy atrás en el tiempo, como podemos comprobar.


























Los Celtas celebraban estas fechas por medio de los rituales en la noche del Solsticio de Invierno y Noël. La Iglesia, tras muchas dudas, consintió en fijar la fecha de nacimiento de Jesús el 25 de diciembre para hacerlo coincidir con la tradición mas antigua del día del solsticio de invierno, día del sol invicto. A la hora en que la Iglesia desmitifica la fecha de nacimiento de Jesús, es interesante re-sacralizar estas fechas, más allá de utilizarlas para almacenar regalos y bebidas. ¿La Biblia y el Dolar contra la tradición?
Las celebraciones del solsticio, aunque retrasadas en nuestro calendario, anuncian el nacimiento del "astro rey" precisamente en la noche más larga; porque la luz ha de volver a reinar y es anunciada con el simbolismo del gallo. Tras el canto del gallo viene el alba, en cierto sentido expulsa a las tinieblas y hace que salga el sol y con él la primacía de lo espiritual sobre lo material. Por eso sobre las iglesias se colocaba la veleta con la figura del gallo para indicar el origen de los "vientos" de la salvación, que han de venir de lo más alto.Por tanto, podemos hablar del gallo como símbolo solar por excelencia, y los católicos todavía lo explicitan en la misa de medianoche de nochebuena bajo la denominada Misa del Gallo.

Una vez más, felices calendas solsticiales.
(celtiberia.net)

viernes, 18 de diciembre de 2009

El Ara Solis de Finisterre

Hoy buscamos, de nuevo, el fin de la tierra, peregrinación de la que ya hablamos por aquí cuando buscamos los orígenes del llamado Camino de Santiago en la Era católica. Existe una curiosa leyenda con el conquistador de la antigua Gallaecia, Décimo Junio Bruto, como protagonista, algo similar al Sol cuando se ponía en el océano contemplado desde el Promontorio Sacro -actual Cabo de San Vicente-, dónde éste chirriaba al adentrarse en las profundas aguas, según la creencia. Pues bien, aquí lo que Décimo Junio Bruto vió, fue una llamarada del astro al ponerse sobre el mismo océano. Adentrándonos en el tema de hoy, en el monte del Cabo de Finisterre, se dice estaba El Ara Solis, un altar de culto al Sol, que bien pudo ser el punto de destino de esas largas peregrinaciones en busca del Fin de la Tierra.

















Se puede mencionar un párrafo de Lucio Anneo Floro, de finales del S. I, en el que afirma que Décimo Junio Bruto, tras recorrer toda la costa del Océano como vencedor, no regresó hasta contemplar, no sin cierto horror y miedo de cometer un sacrilegio, como el sol se precipitaba en el mar y una llamarada salía de las aguas. Este espectáculo lo pudo haber visto desde el Monte del Cabo de Finisterre. Según cuenta la tradición que en este monte los romanos encontraron un altar al sol (Ara Solis) construido ahí por los pueblos que habitaron estas tierras antes de la romanización. En este monte se encuentran los restos arqueológicos de Vilar Vello que aún no han sido excavados ni estudiados, así como la ermita de San Guillermo muy relacionada con la cristianización de unos lugares paganos destinados a los ritos de la fertilidad.
(Wikipedia)

jueves, 17 de diciembre de 2009

Las megalitos de Antequera

Hoy viajamos del norte al sur peninsular para toparnos con un complejo de monumentos megalíticos que se encuentra entre los más importantes, no sólo a nivel ibérico, sino en todo el mundo prehistórico. Por la orientación de algunos de sus elementos, en conexión entre sí, se puede deducir que nos encontramos ante un entorno sagrado tanto en tiempos del Paleolítico y el Neolítico.
















Peña de los Enamorados, Antequera

Antequera posee tres de los monumentos megalíticos más “magníficos” por su monumentalidad, por sus características, por muchas de las condiciones que reúnen, muy singulares a nivel de toda la Península Ibérica e incluso a nivel de toda la Prehistoria de Europa. De estos monumentos se han hecho diversos estudios a lo largo de los años y de los últimos siglos pero realmente había bastantes lagunas. Una parte de ellas se han ido subsanando bastante hasta ahora, por lo menos en el caso de Menga, con el magnífico y completo estudio que realizara Francisco Carrión de la Universidad de Granada, que ha documentado mucho en aspectos de ese monumento que se desconocían.
En la época en que se construyeron los Dólmenes de Antequera está corroborado que hay muchos elementos del paisaje natural, por ejemplo formaciones rocosas, que tienen un significado simbólico y religioso especial: que tengan que ver con el origen del mundo, con la cosmovisión… La Peña de los Enamorados pudo ser un ejemplo de ello. ¿Por qué? Por dos razones. Primero por su llamativa forma de persona dormida. Segundo por el descubrimiento de una zona estratégica en la falda noroeste en la que se ha encontrado relación directa entre tres puntos relacionados entre sí y la orientación del Dolmen de Menga hacia ese enclave.
Describimos esos tres puntos estratégicos entre los que se ha descubierto la orientación exacta entre ese enclave y Menga. El primero es un abrigo rocoso con pinturas rupestres inéditas que llegan hasta los dos metros de altura. A modo de hipótesis preliminar, se han reconocido dos ejemplos de arte esquemático postpaleolítico: un antropomorfo y un cuadrúpedo, ambos con disposición geométrica y abstracta. El resto de las formas encontradas tendrán que ser estudiadas con mayor profundidad. El segundo eslabón de la cadena se encuentra al pie del farallón que contiene las pinturas rupestres. Allí se ha identificado una dispersión de material microlítico muy interesante. Las herramientas de sílex descubiertas pueden corresponder al Neolítico, por lo que se corresponden con el megalitismo y, por lo tanto, con Menga y Viera.


















Dolmen de Menga

El material hallado aparece con una densidad muy elevada alrededor de un gran bloque de piedra caliza con forma bastante plana y diferente del material que aparece rodado sobre el glacir de la propia Peña, pudiéndose tratar de un menhir. En tercer lugar, en un pequeño cerro próximo se ha identificado una estructura que podría tratarse de un pequeño monumento megalítico a modo de dolmen, una cista megalítica.
Por lo tanto, una hipótesis planteada es que quizás este enclave fue una zona de actividad de tipo ritual antes de que se construyera el monumento de Menga, y precisamente por eso se respeta una orientación y una conexión visual entre un monumento anterior (la Peña) y otro nuevo (El Dolmen de Menga).

(Terra Antiquae)

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Hércules y la montaña de fuego.

Hoy nos acercamos a la cordillera que une o separa -según se mire- la Península Ibérica con o de Europa. De por medio tenemos al héroe mitológico heleno que los romanos llamaron Hércules y una princesa llamada Pirene, una de las danaides, es decir, hija de Dánao. Como se puede ver, aquí en esta leyenda se le otorgan otras paternidades -la del rey celta Bébryx y la del nieto de Noé, Túbal- por lo que todo se entremezcla y desconocemos el verdadero origen de esta leyenda. Si alguien puede apuntar algo al respecto, le estaríamos agradecidos. En un principio, puede parecer sencillo creer que pudieron ser los propios helenos en sus viajes a la antigua Iberia, donde fundaron colonias como la famosa Ampurias, muy cerca de esta cordillera, los creadores de esta leyenda y que luego los demás pueblos y los años fueron distorsionando algunos de los elementos, derivando en distintas versiones de la misma. Lo que sí está claro, es que tenemos como protagonistas, en cada una de las versiones, al propio Hércules, a la princesa Pirene y a la cordillera pirenaica. Para finalizar, damos cuenta de una teoría más racional sobre el origen etimológico de esta montaña que va desde el Mediterráneo hasta el Cantábrico.

















Dicen las mitologías clásicas que Hércules se dirigía hacia la Península Ibérica, decidido a acabar con el gigante Gerión. Parte de su misión era arrebatarle su ganado, las vacas, los toros, todo…Sin embargo, un acontecimiento le dejaría marcado para siempre. Al pasar por las tierras del rey céltico Bébryx (sitas entre Iberia y la Galia), el héroe quedó prendado de la belleza de la princesa Pirene, hija del citado rey. Una noche que estaba ebrio, Hércules se las ingenió para seducir a la joven. Después siguió su camino abandonándola a su suerte. Aquel trance tuvo sus consecuencias, pues Pirene quedó preñada y al dar a luz nació de sus entrañas una espantosa serpiente. La princesa quedó horrorizada. No sabía qué hacer, así que –según el mito- se dirigió al bosque, llorando desconsolada por su dramática mala fortuna. Cuentan que sus gritos lastimeros atrajeron a los lobos de la zona, que la mataron y devoraron.
Una vez finalizada su misión, en el mar, Hércules regresó al enclave y tuvo conocimiento de todo lo que había ocurrido con Pirene. Buscó lo que quedaba de ella, que no era mucho, y lo enterró bajo piedras para evitar que las alimañas devoraran enteramente los restos de la desgraciada princesa. El relato mitológico afirma que Hércules puso tantas piedras que acumuló una cadena de montañas. Con posterioridad, prendió fuego a todo el entorno, que permaneció ardiendo durante varias semanas. Los griegos que navegaban por la costa contemplaron el ardiente escenario, al que dieron el nombre de Pirineo; es decir, montaña de fuego.
(Guía de la España Encantada)


















Hércules entre las llamas amasando el túmulo de Pirene, obra del artista canario Néstor Martín (1887-1938). Las Palmas de Gran Canaria, Museo Néstor.

La tradición clásica atribuye el nombre a la ninfa Pyrene y al incendio (en griego, pyros es "fuego") de los montes. Según la leyenda Pyrene, hija de Túbal (nieto de Noé), fue pretendida por el gigante Gerión, al que rechazó. Enfurecido por ello Gerión dio muerte a Túbal y persiguió a Pyrene que se escondió en unos montes. Al no encontrarla, el gigante les prendió fuego. Hércules divisó el enorme incendio y acudió a socorrer a Pyrene que ya estaba agonizando y murió en sus brazos. Hércules le construyó este mausoleo que serían los Montes Pirineos. La leyenda puede relacionarse también con la riqueza argentífera de los Pirineos y el término griego para el fuego, puesto que en la Antigüedad se creía que la plata se formaba al fundirse los metales.

Puede tratarse de un topónimo ancestral, traducible echando mano de las raíces lingüísticas iberoeuskéricas.

Pirineos - Pirene os - Irene os - Ilene os.

Viene a significar Montes de la Luna. Ilene viene a ser Luna. En este punto, y a modo de sugerencia, no debe dejarnos de llamar la atención la conexión existente entre el término íbero-vasco ilene y el nombre de elena o irene; quizás no sea descabellado apuntar que en la mitología griega el personaje de Helena represente a la Luna y los aspectos que suele llevar asociados este planeta en todas las creencias humanas.
(Enciclopedia Libre Universal en Español)

martes, 15 de diciembre de 2009

El Convento de Casarás: de cómo una creación literaria se convierte en leyenda

El conocedor de la Casa de Eraso sabrá que aquellas paredes no son otra cosa que las ruinas de lo que fue un palacio dónde Felipe II descansaba de sus viajes, entre la corte de Madrid y San Ildefonso, antes o después de cruzar el puerto ancestral de la Fuenfría -el paso usado durante siglos, o más bien milenios, entre una meseta y otra para cruzar la Sierra de Guadarrama hasta que se empezaron, no hace mucho, a usar otros como el puerto de Navacerrada-. La leyenda, con su templario como protagonista, nace de una obra literaria neorromántica, se podría decir, de relativa reciente creación, pues en el señalado año de 1931 se publicó La Sombra Blanca de Casarás de Jesús de Aragón. Y digo de relativa reciente creación, porque si bien ya han pasado casi ochenta años desde entonces, con muchos acontecimientos históricos de primer grado de trascendencia mundial de por medio, tanto para lo bueno como para lo malo, es muy poco tiempo para que la historia de ficción que cuenta, forme parte del acervo legendario de la sierra de Guadarrama. Este hecho no responde a otra causa que al haber sido citada la historia en muchas publicaciones sin mención alguna a la verdadera fuente literaria de la misma. Al menos, junto a las ruinas, un cartel explica el verdadero origen del edificio, aunque quede ahí constancia del hecho de cómo una creación literaria puede llegar a convertirse en leyenda.
En honor a los segovianos, hay que decir que estas ruinas se encuentran en la vertiente segoviana de la Fuenfría, pese a que la fuente que citamos, más abajo, lleve por título Leyendas de las sierras de Madrid.
Para despedir estas líneas, ahí traigo unos versos del Arcipestre de Hita dedicados a mis buenos amigos Eduardo y Eugenio, con quiénes crucé el puerto de la Fuenfría el pasado sábado, al igualque el arcipestre hiciera hace siglos:

"Tornéme para mi tierra donde a tercer día,
más non vin por Lozoya, que joyas non traía,
cuidé ir por el Puerto que diçen la Fuenfría,
herré todo el camino como quien non sabía”.



Esta construcción ruinosa al lado de la calzada romana que pasa por el puerto de la Fuenfría se encuentra ya en la provincia de Segovia pero me permito meterlo en el apartado de leyendas de Madrid por que se encuentra en la sierra de Guadarrama que comparten las dos provincias.La leyenda parte de la figura de un caballero templario (a pesar de que la construcción parece ser más moderna que la desaparición de la orden) llamado Hugo de Marignac que al parecer conocía el lugar secreto donde se hallaba un tesoro perteneciente a la orden del Temple.Hugo de Marignac debido quizás al trastorno por su soledad en el monasterio o por su condición de tesorero miserable quedóse prendido por una joven condesa dama de la reina Castilla que temporalmente residía en el palacio de Valsaín. Para desgracia del caballero este no es correspondido y busca los servicios de un monje o hechicero nigromante que ejercía sus servicios a los pies de Peñalara, los dos parlamentaron y el templario acordó revelarle el lugar del tesoro a cambio de ganarse el amor de la condesa, el hechicero preparó un extraño rito en el que el caballero debía atravesar con su espada el costado de una imaginaria figura de la dama...entonces el mago le exigió que cumpliese su parte del trato que Hugo denegó, el hechicero entre risas y carcajadas le desveló que en realidad había ajado realmente el corazón a la condesa...para cuando hubo de terminar estas palabras acabo de igual manera su vida en el mandoble del Templario...Y desde entonces no se supo nada más de Hugo de Marignac a excepción de algunos relatos de los viejos hacheros de Valsaín que comentan convencidos haber visto su fantasma rondando por los pinares guardando celoso el tesoro escondido...
(Leyendas de las sierras de Madrid)

lunes, 14 de diciembre de 2009

La Cueva de Gorham

Hoy vamos a homenajear a la última especie homínida que convivió con la nuestra hasta su extinción. Se dice que la Cueva de Gorham, en el Peñón de Gibraltar, fue uno de los últimos lugares habitados por los neandertales europeos. Esto pudo ser debido a su huida de los fríos que azotaban el continente en la última glaciación, causa de la extinción de éstos, según se apunta, por lo que buscaban tierras algo más calidas al sur de Europa y uno de estos lugares pudo ser la Cueva de Gorham.
Pues bien, muchos milenios y milenios después, algunos individuos de la única especie homínida superviviente dejaron ofrendas en esta misma cueva cuando trataban de cruzar las Columnas de Hércules, en concreto fueron los púnicos los que sacralizaron esa misma cueva, por lo que hoy, desde este humilde sitio, rendimos homenaje tanto a unos como a otros moradores de la Cueva de Gorham.




















La Cueva de Gorham es una cueva del Peñón de Gibraltar, considerada como uno de los últimos lugares habitados por los neandertales. Hace miles de años, en la época de los neandertales, distaba unos 5 Km de la costa mediterránea. La cueva fue descubierta por el capitán británico A. Gorham en 1907, de ahí su nombre.Se les calculan una antigüedad de entre unos 28.000 y 24.000 años. Actualmente las investigaciones son dirigidas por los arqueólogos Francisco Giles Pacheco y C. Finlayson.
(Wikipedia)
















En la bahía oriental del peñón de Calpe los viajeros dejaban artefactos fenicio-púnicos en una gruta costera, la cueva de Gorham, que había sido un refugio humano durante el paleolítico: los descubrimientos arqueológicos del estrato superior de la cueva de Gorham prueban que en la cavidad grande y natural del acantilado se usaban, a modo de ofrendas, artefactos de naturaleza y origen distintos, entre ellos artículos de estilo fenicio fabricados allí mismo, tales como cuencos de cerámica, adornos personales (cuentas de cornalina y cristal esmaltado, anillos de bronce y escarabeos), amuletos y amphoriskoi de vidrio.
(María Cruz Fernández Castro)

viernes, 11 de diciembre de 2009

El Santuario ibero de El Cigarralejo

En Mula, a las afueras, encontramos los restos de este poblado ibero con su santuario en la parte alta. Entre los castros celtas y celtíberos no es nada común la ubicación del santuario dentro de la población -salvo alguna excepción como Ulaca, del que ya se habló en este lugar- pero sí era mucho más habitual entre los pueblos o etnias de la cultura ibera, como es el caso de El Cigarralejo. Otra diferencia la encontramos en cuanto a la concepción de los templos, así mientras para los de la cultura celta y celtíbera eran, salvo excepciones como Segeda -del que también hablamos por aquí-, lugares abiertos en forma de altares rupestres al aire libre, fuentes y bosques sagrados, etc, para los iberos eran, en gran número, templos cubiertos, es decir, construían edificaciones sagradas donde se practicaba el culto, seguramente influenciados por púnicos y helenos en lo que se conoce como Periodo orientalizante, caso que también se da en El Cigarralejo, pues los exvotos se han encontrado en este supuesto templo, una construcción en lo alto del cerro sobre el que se asienta. Todo esto dejando claro que muchos santuarios también eran naturales, como el gran número de cultos practicados en cuevas y abrigos naturales. En cuanto a los exvotos, la mayoría de los encontrados tienen forma de equinos, lo cual ha hecho especular con el posible culto a una especie de diosa Epona de los iberos, aunque hoy en día se barajan también otras hipótesis que se mencionan más abajo.

















Representaciones de équidos: De entre ellos destaca la presencia de 179 figuritas talladas en piedra arenisca local, la mayoría en forma de équidos, pero una veintena aproximadamente son en forma humana. No falta otro tipo de exvoto más modesto, pero no por ello carente de valor religioso, como anillos, sortijas, cuentas de collar, fíbulas y hasta una falcata en miniatura, fragmentos de cerámica griega, etc. seguramente objetos personales del oferente que al no poder adquirir una pieza de cierto valor, se contentó con depositar un objeto propio.
El hecho de que la mayoría de las piezas fueran équidos, llevó a su excavador a determinar que la advocación de este centro era a una divinidad protectora de los animales y más concretamente del caballo, como la diosa Epona.
Gracias al avance de la investigación en las últimas décadas, se piensa hoy en día, en un culto de tradición indígena relacionado con la actividad cotidiana de las labores agrícolas y ganaderas, el comercio, sin obviar aspectos relacionados con la fertilidad y la protección de los animales. Hemos de tener presente, la importancia del caballo como animal de tiro, carga y transporte, además de para la guerra y como símbolo de prestigio y de poder de su poseedor.
Seguramente estas pequeñas esculturas, fueron realizados en talleres situados en las inmediaciones del santuario que sirvieron para abastecer las demandas de los fieles que acudían en peregrinación a él. La diversidad tipológica y la calidad dispar de las facturas lleva a pensar en la existencia de distintas manos artesanales.
(www.regmurcia.com)

jueves, 10 de diciembre de 2009

Santuario de Barbatona y la diosa Minerva

Hoy nos acercamos a una pedanía de la histórica, sobria y tan castellana Sigüenza, en concreto a Barbatona, y lo hacemos para dar a conocer a quién pase por aquí -si no tiene constancia sobre este atractivo enigma- una teoría que relaciona el culto mariano, que en el Santuario de Nuestra Señora de la Salud de Barbatona se da, con el antiguo culto a otra diosa curativa como la romana Minerva. Los elementos que constituyen las pistas para llegar a esta conclusión pueden ser la propia toponimia, los restos de sillares muy antiguos en alguna construcción de la población, la proximidad de restos arqueológicos de época romana y, sobre todo, el hallazgo de un busto mutilado de la diosa Minerva no demasiado lejos, en una antigua cantera de Pelegrina. Luego ya -y esto es añadido mío, seguramente muy aventurado- podemos incluso plantear la hipótesis de si anteriormente a los propios romanos ya existía dicho culto al agua practicado por los anteriores moradores de estos pagos, pasando después a los romanos y finalmente al mundo cristiano. Los restos de abundantes poblamientos celtibéricos por la zona y la gran cantidad de ejemplos de culto al agua entre éstos pueden suponer un indicio.

















Empezaremos con el nombre del lugar. Ramón Menéndez Pidal, relaciona el nombre de dicha población con la raíz borb-/borm- de origen celto-ligur, significando "borbotar, hervir, arroyo". Existe constancia arqueológica de una villa en las proximidades de la población ya en época romana. La abundancia de agua y yacimientos de arcilla ha posibilitado la existencia de una alfarería de basto ya desde muy antiguo, con numerosos tejares. Las ruinas de algunos de ellos todavía jalonan el paisaje. Su actividad industrial se hallaba ya consolidada cuando en 1557 se consigna una compra de 10.000 tejas de Barbatona por importe de 11.670 mrs para las obras de construcción de la catedral de Sigüenza.Sin embargo, volviendo al lugar donde según su etimología "brotaba agua", podemos encontrar más usos para la misma que los puramente industriales, en concreto aquellos lustrales, en los cuales el agua posee capacidades purificadoras más allá de lo puramente físico.Sabemos que en la antigüedad romana había baños a los que se atribuían propiedades terapéuticas, dedicados generalmente a una divinidad especializada, tal como Asklepios (Esculapio) y divinidades asociadas, tales como Valetudo, Telesforo y la multiforme Hygieia (de la cual proviene la palabra "higiene"), igualmente conocida como Salus ("Salud") y que acabaría asimilándose a la propia Minerva, bajo la advocación de Salus Minerva o Minerva Médica Aunque en el altozano donde se levanta el santuario actual no hay constancia de hallazgos arqueológicos, sí podemos admirar los restos de un supuesto torreón islámico de los siglos IX-X. Si nos fijamos en sus materiales constructivos, observaremos que el muro que da a poniente es muy distinto de los demás, estando construida su porción inferior con grandes sillares de piedra, mientras que el resto son manifiestamente diferentes y de distinto aparejo.

















Utilización de antiguos sillares en la construcción de este edificio

Esta circunstancia hace pensar que estos sillares fueron reutilizados de una construcción preexistente para levantar el torreón en torno al año 1000. ¿Posibles restos de un templo dedicado a Salus Minerva?.Independientemente de donde estuviese situado, es posible que el templo de Salus Minerva fuese profanado en el siglo IV, tras el edicto de Teodosio prohibiendo el culto pagano. Es curioso en cuan poco tiempo el cristianismo, un culto de esclavos y gente tenida por vil fue capaz de socavar un sistema religioso cuya fecha de caducidad había sido terriblemente sobrepasada y que se mantenía como el resto del Imperio: de milagro. Es de suponer que la desacralización de un espacio con propiedades curativas sería mucho más traumático que el dedicado a otras divinidades y que la propia necesidad humana de buscar la curación por todos los medios haría casi imposible erradicar el culto en el lugar. No se podía desacralizar sin más, ni destruirlo: había que neutralizarlo.Así, generalmente las imágenes eran mutiladas y especialmente decapitadas, sepultando el cuerpo y miembros separados de la cabeza, generalmente en sitios distantes el uno del otro, aparentemente para dificultar su restitución.Según la hipótesis avanzada por nosotros, el cuerpo de la diosa adorada en Barbatona se arrojaría a uno de los pozos que desde antiguo existían en el Barranco de la Varenosa en Pelegrina, juntamente con otros restos de esculturas de bronce. Nótese como lo prioritario era neutralizar los espíritus que habitaban dichas esculturas, por encima del valor pecuniario de materiales como el bronce, tan fácilmente reutilizables. Esta asociación del culto de Minerva a aguas medicinales ha ocasionado felices descubrimientos de algunas de dichas esculturas profanadas ritualmente, al arrojarse a estanques o pozos cercanos, como en el santuario de Minerva en Sulis Minerva (Bath, Reino Unido) o de Minerva Médica en Turiaso (Tarazona, España).
(Marcos Nieto)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Santuario rupestre de La Cerca

Hoy nos acercamos a Quintanar de la Sierra, en la provincia burgalesa, al complejo rupestre de La Cerca. Allí tenemos otro ejemplo de sincretismo cultual, pues el neolítico y su cultura de las cazoletas se mezcla con la vida contemplativa medieval de los eremitas. Ya estuvimos en las cercanías cuando estuvimos haciendo una visita a la Sierra de la Demanda y su monte sagrado de San Lorenzo. La zona que rodea a esta sierra del Sistema Ibérico, con el Monte San Lorenzo vigilante, está repleta de lugares sacralizados desde tiempos inmemoriales y aquí, en La Cerca, nos encontramos con uno más.

















La Cerca es un complejo ritual neolítico anterior al cristianismo, donde los eremitas cristianos de época visigoda encontraron el lugar idóneo para retirarse del mundo y meditar, así que no es medieval en su origen, pero si fue utilizado por los eremitas sincretizando el lugar. Encima de La Cerca, en el roquedo que hace de muralla al castro, hay bañeras rituales y cazoletas en cantidades industriales.
(celtiberia.net)

sábado, 5 de diciembre de 2009

Morella y el último cátaro

Como casi siempre, toda corriente que se salga de la ortodoxia religiosa es perseguida hasta su extinción y más si se ponen en duda ciertos comportamientos de su élite jerárquica y, por supuesto, si pueden suponer el menor atisbo de peligro para sus mezquinos intereses de poder.
El movimiento religioso del catarismo, por lo visto, reunía estas características para el Papado, estaban temerosos respecto a él, y así, una vez más, se dio una nueva persecución en la que, en este caso, fueron los cátaros sus víctimas.
En su huida desde donde se encontraba su principal foco de influencia, el Languedoc y la Provenza, encontraron refugio, en un principio, en nuestra Península Ibérica. En concreto, cruzaron los Pirineos hacia Cataluña, así hoy, recuperando su memoria, y como medio de desarrollo turístico, se ha institucionalizado la ruta de los Cátaros en su huida hacia el sur, cruzando la Cordillera Pirenaica. Pero nosotros vamos, a su encuentro, un poco más al Sur, en El Maestrazgo castellonense, en concreto en la monumental e histórica Morella.
















Morella

Corona el castillo de Morella la montaña en la que se asienta la ciudad. Desde sus más de mil metros de altitud, la milenaria fortaleza, vigilante un día, asiste impasible a leyendas y fantasías que han utilizado sus dependencias como escenario de hechos misteriosos…Pese a estar rodeado por otros castillos que pertenecieron a los templarios, éste que nos ocupa no consta, sin embargo, como uno de los dominios de la Orden.
Los que sí habitaron esta localidad, según algunos autores, fueron los cátaros. Así lo afirma la “Guía de los lugares misteriosos y legendarios”: “Los cátaros dejaron en este lugar uno de sus últimos testimonios, pues en Morella se instaló, con algunos fieles, Bélibaste, el último bon-homme del catarismo. Traicionado por Arnaud Sucre, fue detenido en 1321 y quemado en Villerouge-Termenés (Aude), adonde fue trasladado. Bélibaste repetía en Morella su profecía apocalíptica que decía: ‘Los pueblos se alzarán contra los pueblos, los reinos contra los reinos, y será la guerra de todos contra todos; vendrá un rey de la raza de los reyes de Aragón que dará de comer a su caballo sobre el altar de Roma. La Iglesia romana será rebajada y la Iglesia cátara exaltada, y sus ministros honrados en todas partes’…”.

(Guía de la España Encantada)






















Los Cátaros expulsados de Carcasona

En 1314, Guillaume Bélibaste, se estableció en Morella, y de ahí pasó al poblado próximo de San Mateo dónde había una comunidad cátara. En San Mateo cogió amistad con Raymonde Piquier, y la hizo pasar por su mujer (los perfectos cátaros hacían ver que eran laicos ante los católicos). Pronto pasó a dirigir la comunidad de San Mateo. En 1320 dejó embarazada a su compañera, cosa que no estaba permitida entre los cátaros, puesto que suponía romper el voto de castidad. Entonces casó a su mujer con su amigo Pierre Maury, a quien atribuyó la paternidad, pero, celoso, deshizo el casamiento. En 1321 fue atraído con mentiras al Languedoc por Arnaud Sicre, un agente secreto de la Inquisición, al pasar por la localidad de Tírvia, en el Obispado de Urgel, fue denunciado por Arnaud Sicre al baile del conde de Foix, señor del lugar, y fue encarcelado en Castellbó. Fue juzgado en Carcasona por Jacques Fournier obispo de Pamiers y responsable máximo de la inquisición en la región, más tarde este hombre sería papa con el nombre de Benedicto XII. Ese mismo año de 1321, murió quemado en Villerouge-Termenès, fue el último perfecto cátaro quemado por la Inquisición.
(Wikipedia)

jueves, 3 de diciembre de 2009

Los Templos de Astarté y Cronos en la antigua Gádeira

Hoy volvemos a la ciudad más antigua aún habitada de la península. Ya estuvimos hablando de su famoso templo de Melkart y hoy damos cuenta de sus otros dos antiguos templos mencionados por los clásicos grecorromanos, y también desaparecidos, el de Astarté y el de Cronos o Baal Hammon. El Templo de la diosa Astarté se dice que estaba en Punta del Nao -hoy en día una especie de arrecife medio sumergido- y el Templo de Cronos o Baal Hammon, muy cerca, en lo que actualmente es el Castillo de San Sebastián.



















Plano de Cádiz. Marcado con una 'x' roja Punta del Nao. Justo al Sur, el Castillo de San Sebastián.


Punta del Nao es un arrecife rocoso, localizado al oeste del Castillo de Santa Catalina, en la Caleta, en Cádiz. Este arrecife ha recibido otras denominaciones con anterioridad. Primero se conoció como Peña de Harnao y Punta de Arnao y, luego, como Punta de Arnau o de Arnaud. Esta punta, y sus aguas, han sido testigo de importantísimos hallazgos arqueológicos. Aquí se registraron objetos como quemaperfumes, el Gran Thymiaterion (fechado en los siglos VII-VI a.C), objetos votivos como estatuillas de terracota o el capitel protoeólico de volutas, hallado en 1959, por un subalterno del museo gaditano cuando se encontraba mariscando en la Caleta por las inmediaciones de dicha zona. Estos hallazgos dan pie a la teoría de que en las proximidades de esta zona estaba localizado el Templo de Astarté.
(wikanda.cadizpedia.eu)

Un lugar donde es seguro que hubo un templo dedicado a Cronos es la ciudad de Cádiz. Por testimonio de Plinio el Viejo, en la época fenicia existía en la ciudad de Gadir un templo de Cronos, el Kronion, que se identificaría con el dios Baal fenicio. Tras unos hallazgos submarinos se han encontrado restos de un capitel fenicio en los alrededores de la isla donde ahora se encuentra el Castillo de San Sebastián. En esta isla estaría situado ese templo de Cronos; aunque siglos después ha habido varios templos y edificios militares cartagineses, romanos, musulmanes...uno construido sobre el otro hasta lo que es hoy, un castillo defensivo de la Edad Media que sirve de atracción turística.
(snk-seiya.net)

















Castillo de San Sebastián, lugar donde se dice estuvo el Templo de Cronos


Siguiendo los detalles de las citadas descripciones –Estrabón- y algunas otras referencias antiguas a la ciudad de Gades, es posible proponer –aunque de forma un poco provisional- los lugares donde estaban situados los templos más ancestrales y dignos de atención. Es casi posible reconstruir los contornos de Eritia y Kotinoussa. El emplazamiento exacto de la tercera isla del grupo –Antípolis- aún no se ha explorado, pero generalmente se identifica con la actual zona de San Fernando. El templo de Hércules –Melqart en los inicios para los fenicios- ocupaba el ángulo suroriental de la principal –y mayor- de las islas: Kotinoussa (donde abundaban los olivos). Hoy se reconoce que la ubicación del famoso complejo religioso era el cabo de Sancti Petri. Sin embargo, el primer asentamiento fenicio estaba situado en la pequeña –aunque era la más importante-isla de Eritia, donde estaba el antiguo oppidum (Arx Gerontis, el castillo de Gerión) y un templo dedicado a Astarté La relación con la diosa se mantuvo en el período romano, durante el cual la isla se llamó Insula Iunonis o Aphrodisias. Hoy día la parte más antigua de la ciudad fenicia coincide con la zona elevada de Torre Tavira, de donde procede un antiguo y célebre hallazgo (la figurilla de un supuesto “sacerdote”) y con la contigua zona del castillo de Santa Catalina. El templo de Astarté ocuparía una posición dominante en el acantilado occidental de la isla (Punta del Nao), gran parte del cual está ahora erosionado. Recientemente se ha sugerido que esta isla pequeña y sagrada estaba separada de la principal, Kotinoussa, por un canal (150 centímetros de anchura y 12,5 metros de profundidad) llamado Bahía-Caleta, en cuya entrada se alzarían el templo de Astarté a un lado y el de Cronos al otro –Baal Hammon, para los fenicios-. Este descubrimiento concuerda con lo que los textos antiguos dicen de las dimensiones de las islas de Gadeira y también con los indicios arqueológicos.
(La Península Ibérica en época prerromana, María Cruz Fernández Castro).

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El Monte Pindo

Hoy traemos a este catálogo, de lugares mágicos y especiales para humanos que en este mundo dejaron su huella, otro monte sagrado, el Monte Pindo, homónimo del famoso sistema montañoso heleno. Por eso mismo se le ha llamado el Olimpo de los celtas, pero su pasado mágico se remonta mucho más atrás, así gran cantidad de pretroglifos y dólmenes de su entorno dan fe de ello. Además tiene unas formaciones rocosas de gran posibilidad figurativa con formas zoomorfas y antropomorfas, muy propias de antiguos santuarios.

















En la geografía granítica de Galicia y el Norte de Portugal abundan las rocas singulares. Pero hay un lugar muy especial por su prodigio y número: el Monte Pindo.
Hay dólmenes y petroglifos en la región inmediata. La comarca que existe al Nordeste del Pindo, es la determinada por el curso final del rio Xallas. Es llana y apta para la ganadería y el cultivo del cereal, también es rica en monumentos funerarios megalíticos.
En cuanto a los grabados prehistóricos, en la misma Carnota, en su montaña circular, hay un importante grupo recientemente descubierto y publicado ( José Cernadas, 2007). A 3 ó 4 km, en los alrededores de Monte Louro, están los que se han denominado Petroglifos de Muros (J.Eiroa y Pepe Rey, 1990). Y entre ellos Laxe das Rodas, un lugar emblemático por su doble espiral y su hoyo con canal de desagüe.
(jlgalovartcarrera.blogspot.com)






















Pocos lugares hay en Galicia tan rodeados de misterio y leyendas. Pocos montes tan ligados a una tierra como el Pindo a la Costa da Morte. Su ubicación no puede ser más idónea y, a la vez, más chocante. Una inmensa mole escarpada y árida rodeada de hermosísimas playas y del más peligroso mar. Y a sus pies, el tranquilo y hospitalario pueblo de O Pindo, que se acomoda a sus faldas. Con limpias aguas y un coqueto puerto pesquero.
El peculiar aspecto de este monte ha fomentado multitud de mitos e historias fantásticas. El Padre Sarmiento aseguró que su nombre obedece a su semejanza con el Monte Pindo de Grecia. De ahí que sea llamado el Olimpo de los celtas. El lugar donde, según la tradición oral, celebraban sus cultos de adoración al sol, a los demás astros y a los elementos.
(www.galiciaparaelmundo.com)

martes, 1 de diciembre de 2009

Cabo Espichel

El cabo Espichel, también conocido por los clásicos como Promontorio Barbario, fue confundido en la Antigüedad por los autores con el punto más occidental del continente, que como ya se sabe, verdaderamente, es el Cabo da Roca, del que ya dimos cuenta por aquí. Nuestra mención a este otro cabo cercano al de la Roca, es su presunta sacralidad ancestral. El santuario mariano actual, un importante lugar de peregrinación -ya se sabe que muchos de estos rituales son la cristianización de antiguos cultos-, y algunos hallazgos de la zona pueden apuntar en este sentido. En el cabo se encuentran algunas huellas fosilizadas de dinosaurios -se conocen científicamente como icnitas-, lo que puede suponer otro indicio de la supuesta sacralidad, pues solía darse la coincidencia de que lugares abundantes en icnitas eran elegidos como sagrados por los antiguos pobladores de la especie humana.
















De una más exacta representación de la península sólo se puede hablar desde Piteas y Eratóstenes. Por Piteas tiene Eratóstenes una idea de la giba, constituida por varios promontorios que tienen su vértice en el Cabo de San Vicente. El punto más occidental de Europa es para él, como para Avieno, el Cabo Sagrado, que busca sin embargo en el Cabo Espichel, hacia el Sur de Lisboa. Con ello se acerca mucho al verdadero lugar, el Cabo de la Roca.
(Hispania, Adolf Schulten)
















El área de las montañas de la Sierra y el Cabo Espichel puede haber sido, desde los tiempos antiguos, lugar de magia y culto religioso. De hecho, se especula con que el Espichel ya era sagrado en época precristiana. En cuevas naturales situadas en la zona, se encontraron objetos de pizarra, piedra caliza y hueso asociados a prácticas funerarias y religiosas.
(Heitor Baptista Pato)
 
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