martes, 14 de noviembre de 2017

Necrópolis romana de El Pelícano, Arroyomolinos

En la población cercana, en su curso medio, al río Guadarrama de Arroyomolinos, existe una importante necrópolis que aún no habíamos traído al blog: la Necrópolis de El Pelícano. A pesar de que en 1991 Juan Antonio Ayllón manifestó la existencia del yacimiento, no fue hasta el año 2002 cuando se inició la primera intervención arqueológica. El descubrimiento más importante fue el producido en 2008, del que extraemos parte de una noticia aparecida en la edición digital del diario El País en el mes de julio de aquel año, que no es otro que el hallazgo de un importante mausoleo que ocultaba dos sarcófagos de plomo. Parece ser que la necrópolis está relacionada con dos cercanas villas romanas a menos de un kilómetro de distancia, la conocida como Villa de las Castañeras y Villa del Barranco de Zarzalejo.
Este fin de semana se celebrará, precisamente, en Arroyomolinos, la segunda edición del Congreso Internacional de Historia y Arqueología In Rure, donde se tratará sobre el mundo funerario en la Antigüedad y la Edad Media, congreso en el que se ha prometido hacer públicos nuevos descubrimientos sobre esta necrópolis.

Túmulo funerario subterráneo - Foto: elpais.com

Fuente: Rafael Fraguas - elpais.com 12/07/2008

Data del siglo IV de nuestra era y contiene restos humanos de siete cadáveres, así como dos sarcófagos de plomo, atravesados por maderos, que permanecen aún sin abrir bajo una bovedilla. Presumiblemente, uno de ellos perteneció a un patricio paterfamilias, morador de una villa romana próxima, y el otro fue colectivo; todos fueron enterrados en esta necrópolis, sobre una vaguada que hoy es una parcela a punto de urbanizar y que esconde muchos otros vestigios. Entre ellos figuran dos pilares de un atrio contiguo a los sepulcros, más una trama aldeana próxima a los mausoleos.
[...]El hallazgo incluye, además de los restos humanos, muretes domésticos de piedra y senderos, así como materiales cerámicos, terrasigilatas y fragmentos de ajuares de una secuencia anterior, hacia el periodo alto-imperial en torno al siglo I; y su evolución hacia las etapas visigoda, islámica y altomedieval, una alquería del siglo XIII.
La cámara contigua a los dos mausoleos formaba parte de los ritos funerarios de Roma. En ella se solía introducir hidromiel, que impregnaba su interior, donde, junto al cadáver, con sus atributos, fíbulas, cinturones, collares o diademas, se colocaba una muestra de banquete postrero.
[...]Encima de este sarcófago han sido hallados restos de hasta siete cuerpos humanos, procedentes de otros enterramientos ulteriores, dentro de la misma etapa. El sarcófago más pequeño, en esta ocasión colocado de forma vertical en el muro, podría pertenecer a un niño. En el perímetro de los dos mausoleos se encuentran dos pilares que jalonaban un atrio o nártex hoy desaparecido. 



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