Muchos topónimos guardan el significado de una realidad que va más allá de la simple apariencia o composición etimológica. Hoy traemos uno muy conocido, como es
Roncesvalles, por ser la puerta de entrada a la
Península, a través de los
Pirineos, del conocido como
Camino de Santiago francés. Gracias a los apuntes que extrajimos del libro
Los peregrinos del Camino de Santiago, de
Juan García Atienza, hemos conocido la etimología de esta localidad pirenaica, que le relaciona con la rosa o el espino, topónimos que ya sabemos que, en muchos casos, son la llave con la que descubrir una antigua sacralidad. Según
García Atienza, tras estos topónimos se hallan petroglifos, dólmenes y otros antiguos elementos de esta naturaleza. Así, en los alrededores de
Roncesvalles, se encuentran los dómenes de
Epersaro,
Arregi o
Mediaundi, además de curiosas rocas, como la conocida como Puerta de San Juan, a la que seguramente podamos dedicar una ficha en un futuro, y un monasterio, que ya sabemos que solían situarse en antiguos eremitorios que, en muchos casos, a su vez ocupaban un lugar de culto precristiano.
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Roncesvalles - Foto: mygola.com |
Fuente: Los peregrinos del Camino de Santiago - Juan García Atienza.
Roncesvalles se llamó en francés Roncevaux, que quiere decir el valle de las espinas. Y en el viejo castellano de los navarros, Rozavals, el "Valle de las Rosas". No es la única llamada que encontramos en el Camino -y en numerosos lugares- a las espinas o a las rosas espinosas. Y, curiosamente, tales lugares suelen localizarse rodeando un lugar ancestral de virtudes escondidas, cercando la presencia de un conjunto dolménico, avisando la cercanía de una aglomeración de petroglifos o dando cuenta de la proximidad de un monasterio escondido entre las serranías, que fue construido en algún antiguo lugar de poder.
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