martes, 21 de febrero de 2017

El relieve de El Cerrón, Illescas

Va camino de siete años que visitamos en este blog un santuario en territorio carpetano, sobre el que se dice pudiera haber sido un templo privado, pues, junto al mismo, se distinguió lo que pudo ser un hogar. Hablamos del santuario o templo de El Cerrón, yacimiento arqueológico situado en el suroeste del municipio de Illescas, cabeza comarcal de La Sagra, que se encuentra junto al arroyo Dos Villas. En aquella entrada citamos la existencia de un relieve hallado, al que hoy queremos dedicar ficha propia, pues su enigmática escena bien lo merece. El relieve pertenecía a la segunda fase del templo, pues éste tuvo dos periodos diferenciados por un estrato de incendio o destrucción; la primera fase pertenecería al siglo IV a C. y la segunda, en la que se encuadra, como decimos, el relieve, a un siglo más tarde, o lo que es lo mismo, al III a C. El recinto, perteneciente a la segunda fase, se cerraba hacia el Oeste por un muro de adobe con zócalo de piedra al que se adosaba un banco corrido, que ha sido interpretado como un posible altar, situándose el relieve en la pared opuesta al mismo, es decir, en la pared Este. El relieve se encuentra en el Museo de Santa Cruz de Toledo y en el mismo se puede leer el siguiente texto:

El relieve representa, de forma tosca, un detalle de dos carros tirados por caballos y guiados por aurigas, separados por un personaje vestido con largo manto y la mano levantada en señal de saludo o despedida y en el extremo un grifo preside la escena. La escena de El Cerrón no resulta fácil de interpretar. Se ha sugerido que puede ser una procesión funeraria con el grifo como escolta de los difuntos o una "heroización" de dos personajes con la protección divinizada representada por el animal mítico.




Como ocurre con muchas de estas representaciones, resulta muy complicado conocer el verdadero significado de la escena, a pesar de lo cual sí podemos apreciar el orientalismo que impregnaba a muchos de estos objetos de zona carpetana, como también se puede observar en la Pátera de Titulcia. La representación, por ejemplo, del grifo es una prueba de ello. También entra en juego el simbolismo de los caballos, animal que fue sacralizado con la diosa celta Epona, divinidad que posteriormente, con la invasión romana, éstos también incluyeron en su propio panteón. Y, finalmente, la figura de ese extraño personaje con manto y mano levantada, que como bien se ha señalado, en el texto aportado, pudiera ser una especie de representación de despedida a los difuntos. Sea cual sea el significado conjunto del relieve, lo que sí está claro es que nos encontramos ante una fascinante escena, que bien merece que contemplemos, disfrutemos y reflexionemos alrededor de la misma.


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