jueves, 26 de mayo de 2016

Representación de una copa vino: sacralidad y colectividad. Ventosilla y Tejadilla

Hoy quizás parezca que nos alejamos del contenido más habitual de este espacio, que no es otro que la búsqueda de la sacralidad de la Prehistoria y el Mundo Antiguo de la Península Ibérica, y aunque en cierto modo pueda ser, pues traemos una manifestación del Medioevo, ésta no deja de enlazar con antiguos ritos que ya se daban en tiempos precristianos. La mayor parte de los autores identifican las representaciones románicas de figuras humanas con copa, como una muestra de la sacralidad del vino en la religión cristiana, pero otros, como el que hoy traemos -Félix Rodrigo Mora-, cuyo libro que hoy citamos recomendamos, intuyen que éstas quizás sean la representación de las copas de concejo que se utilizaban en la celebración de esas asambleas vecinales conocidas como concejo abierto, ejercicios de verdadera democracia de los que ya hemos hablado en Iberia Mágica en más de una ocasión y que, como siempre, reivindicamos frente a la postura ortodoxa que hace creer que en la Antigüedad sólo se vivía sometidos a distintos poderes y que sólo hoy en día se vive en libertad. Gran falacia. Pero volviendo al simbolismo y a temas históricos, aunque todo se entremezcla, diremos que el vino -y otros líquidos- ya se usaban desde tiempos muy pretéritos para hacer libaciones, además de consumirse alcohol y otras sustancias en rituales sacros y ceremoniales. De este modo, y de forma ritual, también se empleaban en esos ejercicios asamblearios medievales de los que hablamos, ejercicios que seguramente fueron herederos de esas antiguas asambleas de clanes y pueblos a la sombra de árboles emblemáticos; árboles sagrados que en muchas ocasiones han vivido en simbiosis, como ya hemos apuntado por aquí con ejemplos, con templos de religiones posteriores. El elemento decorativo que hoy traemos se encuentra en la iglesia de Ventosilla y Tejadilla, en la comarca castellana de Tierras de Sepúlveda.

A la derecha, individuo que bebe en una copa - Foto: conocetucomarca.com

*Fuente: Tiempo, Historia y sublimidad en el románico rural - Félix Rodrigo Mora

Retornando al análisis de los monumentos, son varias las iglesias con la talla del busto de un individuo que bebe de una copa. Tal es con probabilidad expresión artística de la costumbre de tomar dos sorbos de vino, y no más, en la copa o copas de plata del concejo, que circulaban entre los congregados en la junta vecinal mientras deliberaban, supervisaban y dedidían. Una excelente muestra de ello, por la originalidad en lo formal de su abstracción y antinaturalismo, se halla en la cornisa de la nave de la muy rústica y entrañable iglesia de Ventosilla y Tejadilla (Segovia), seguramente de fecha tardía, finales del siglo XIII o principos del XIV, lo que hace de esa talla una afirmación del concejo abierto en un momento histórico crítico para la institución.


Foto: losalamosdorados.blogspot.com

martes, 24 de mayo de 2016

La tésera del castro de Las Rabas, Cervatos-Campoo de Enmedio

En Cervatos, la población cántabra perteneciente a Campoo de Enmedio, donde se halla la famosa colegiata románica con motivos eróticos, ente otros, en su decoración, se encuentra el Castro de Las Rabas. No hace mucho, en 2009, se halló en este castro la primera tésera de hospitalidad encontrada en Cantabria. Es una pieza de bronce que tiene unas dimensiones de 4,9 cm x 3,8 cm x 0,5 cm y un peso de 25 gramos. En su anverso se puede apreciar la figura de un oso visto desde arriba, pues seguramente este animal pudiera ostentar un carácter totémico en estas comunidades, al igual que ocurría con otros animales, como podría ser el lobo. En la misma existe, además, una inscripción celtibérica en la que recoge el adjetivo "libiaka", que algunos autores relacionan con Libiana, citada por Ptolomeo y situada en las cercanías de Segóbriga, y otros, entre ellos Untermann o Tovar, que lo relacionan con una población denominada Libia, por Plinio, en la actual La Rioja. Nos ha parecido, atendiendo a la temática de este blog, interesante traer esta tésera por el posible carácter cultual de la misma, además de la función de sellar acuerdos entre pueblos que tenían estas piezas.

Foto: regiocantabrorum.es


*Fuente: regiocantabrorum.es

Respecto a la forma de oso, cabe destacar que no es muy habitual en las téseras hispánicas la representación de estas figuras desde un plano vertical, sino que se suele representar de uno de los perfiles del animal, dando esta circunstancia aun mayor importancia arqueológica a este hallazgo. Aun así el significado del animal es difícil de precisar, ya que generalizando se puede pensar en una caracterización "mágico-religiosa". De todos modos, también se podría pensar que la representación de un oso venga dada por la estrecha relación de la población hermanada con este animal.


Castro de Las Rabas - Foto: regiocantabrorum.es


miércoles, 18 de mayo de 2016

El verraco doble, El Bercial de San Rafael-Alcolea de Tajo

En más de una ocasión hemos mencionado a esas esculturas zoomorfas, principalmente del mundo vettón, conocidas como verracos. Hoy traemos una muestra muy singular, pues, que yo sepa (aunque eso no es mucho decir), no hay ningún otro verraco de estas características; me refiero al Verraco doble o siamés de El Bercial de San Rafael, una pedanía de Alcolea de Tajo, municipio de la comarca de La Campana de Oropesa. Se trata de dos verracos en forma de cerdo unidas, como si de hermanos siameses se tratara y es ahí donde reside la excepcionalidad a la que me refiero. Otro elemento más a añadir, es la gran especie de cazoleta creada en su parte superior, en lo que sería el lomo de los dos animales representados. Junto a este verraco doble, existe un tercero, algo más deteriorado.

Foto: Ana Olivera Poll - 15/05/2016

Es mucho lo que se ha especulado sobre el significado y funcionalidad de estas esculturas y muy poco lo que se sabe. Una de las hipótesis que más fuerza adquiere -o al menos de las que más referencias se encuentran- es la que indica que se podrían haber utilizado como hitos o delimitadores de tierras de los distintos clanes existentes dentro del pueblo vettón.
Sin embargo, existe otra que les otorga un posible carácter ritual o mágico, que en este caso concreto que hoy traemos, bien pudiera tener una más clara certeza, por la gran cazoleta o pileta ya mencionada.
Desde aquí, una vez más, agradezco las publicaciones y comentarios de la geógrafa Ana Olivera Poll, de quien he obtenido la foto con la que ilustro esta entrada.


miércoles, 11 de mayo de 2016

La Anjana de la Fuentona, Ruente

En el valle cántabro del río Saja nos encontramos con un bello manantial o nacimiento, que como ocurre con el ejemplo soriano que trajimos hace más de un año al blog, se le conoce como La Fuentona. Este manantial surge de una pared de roca caliza junto al pueblo de Ruente, en la comarca de Saja-Nansa, y en él hace acto de aparición uno de los personajes más populares de la mitología cántabra: las anjanas. En este caso hablamos de una única anjana, que es la divinidad moradora de este manadero de agua. Este personaje mitológico encontraría distintos paralelismos en las xanas asturianas, las lamias o mouras gallegas, las Mari o Mairu vascas o las encantadas, que por tantos lugares de la geografía ibérica se dan. Estas figuras bondadosas encuentran su antagonismos en los ojáncanos o las ojáncanas, estas últimas existentes en otros lugares, como por ejemplo en Las Hurdes, donde son conocidas como jáncanas.

La Fuentona - Foto: Iberia Mágica - 04/05/2016

*Fuente: cartel explicativo.

Cuenta la leyenda que en el interior de la gruta vive una anjana, la cual sería la causante de que las aguas dejen de manar en la Fuentona. La anjana es el hada buena en la mitología cántabra. Es la protectora de las gentes honradas, de los enamorados y de quienes se extravían en el bosque y caminos. Físicamente es pequeña, esbelta, con cabellos largos, túnica, sandalias y báculo. Suele habitar en el bosque, teniendo preferencia por las fuentes y los manantiales. La leyenda de la Anjana de la Fuentona nace a partir del misterio que envuelve a esta gran "fuente intermitente". 
Fruto del extraño comportamiento del caudal han surgido infinidad de historias y leyendas; algunas de ellas recogidas por escritores como Manuel Llano (Mitos y Leyendas de Cantabria, 1934) y Juan Sierra Pando (relato La Onjana y el Sevillano, 1905).


La Venus de El Pendo, Escobedo-Camargo

Debido a nuestra reciente visita a Cantabria, seguiremos trayendo enclaves y objetos del ámbito territorial cántabro durante los próximos días, como el del que hoy hablamos. El sábado, visitando el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, pudimos contemplar la Venus de El Pendo, un colgante de asta de cérvido con forma femenina -de ahí que se la califique como "Venus"-, de unos 17.000 años de antigüedad, hallada en la Cueva de El Pendo, una cueva prehistórica con pinturas rupestres situada en Escobedo, población del municipio de Camargo.

Foto: Iberia Mágica - 07/05/2016

Sobre este tipo de representaciones femeninas del Paleolítico Superior es mucho lo que se ha especulado desde sus primeros descubrimientos conocidos a finales del siglo XIX; así se habla del culto a la Madre Tierra, del culto a la fecundidad, al importante papel de la mujer como generadora de vida, algo tan fundamental para la subsistencia del grupo, etc, pero, como ocurre con casi todas las manifestaciones prehistóricas, es algo que difícilmente se sabrá nunca.


lunes, 9 de mayo de 2016

Isla de Mouro, Santander

El pasado sábado, de visita en la ciudad de Santander, cuando se pasea por la península de la Magdalena llama la atención la contemplación de un islote. Éste, para los santanderinos, cántabros y asiduos de Cantabria es bien conocido, pero el que esto escribe no tenía ni idea del nombre de la isla, con lo que, como no había nadie cercano a mí en ese momento a quien poder preguntar por esta ínsula, utilicé el navegador de satélite del teléfono y pude comprobar que su nombre es el de Isla de Mouro. Inmediatamente me vino a la cabeza la identificación que se hace, sobre todo en las mitologías norteñas, además de en las gallega y portuguesa de los topónimos mouro o moura con antiguas divinidades de tinte céltico conocidos con dichos nombres, ya sean de uno u otro género; de este modo consideré interesante estudiar este caso concreto, comprobando que mi asociación con estas divinidades no era acertada, pues he podido leer que su nombre originario era el de Isla de Mogro y que sólo por el error de transcripción de un cartógrafo del Siglo XVIII llamado Vicente Tofiño de San Miguel, que la recogió como Isla de Mouro, el nombre de ésta cambió.

Foto: Iberia Mágica - 07/05/2016

Desde este punto de vista pudiera parecer que carece, por tanto, de interés para este blog la creación de esta ficha, y así es; pero quiero apuntar, aunque sólo sea a título de anecdotario, que investigando sobre su antiguo topónimo -Mogro-, he comprobado que, aparte de existir una población con dicho nombre perteneciente al municipio de Miengo, muy cercana a la propia Santander, dando nombre a la ría de la desembocadura del río Pas, por Mogro, en el dialecto local se entiende castro o poblado fortificado de la Edad del Hierro. No sabemos si en la Isla de Mouro -antigua Isla de Mogro- hubo o no algún antiguo poblamiento, aunque suponemos que no, pues entendemos que de haber sido documentados restos, éstos se hubieran hecho públicos.

Foto: Iberia Mágica - 07/05/2016


lunes, 2 de mayo de 2016

El dolmen de El Moreco, Huidobro-Los Altos

Afortunadamente en la Península Ibérica hay gran abundancia de megalitos; y eso a pesar del gran número de ellos que han debido de desaparecer por haber sido reutilizadas sus piedras, por saqueos y demás ataques. Normalmente estos abundan cuanto más al occidente nos posicionemos, pero están documentados en todos los puntos cardinales. Hoy nos acercamos, al norte, a un municipio de la comarca de Las Merindades donde éstos abundan, tanto que se ha señalizado una ruta dolménica. Traemos un ejemplo con el Dolmen de El Moreco, un llamativo túmulo del IV Milenio a. C en Huidobro, despoblado del municipio de Los Altos. Una vez más los escudos de las localidades nos dan, en muchas ocasiones, bastante información; así, en el de Los Altos, aparece representado un dolmen.

Foto: turismoburgos.org

*Fuente: turismoburgos.org

Espectacular dolmen datado en el 3.200 A.C. El túmulo de El Moreco, datado en el 3.200 a.C, es el más espectacular de todos los de La Lora. Se encuentra situado en las proximidades de la Hoya de Huidobro, en un amplio valle seco. De planta circular, llegó a medir más de 27 metros de diámetro por más de 2 metros de altura. Su estructura presenta un modelo complejo en el que el recinto megalítico aparece protegido por varias capas a modo de coraza. Los numerosos saqueos a los que ha sido sometido han hecho que tan sólo se conserven cinco ortostatos de la cámara, de los cuales dos presentan pinturas de color rojo que representan de manera esquemática figuras humanas con una finalidad ritual. Asimismo, debido al expolio, únicamente fueron encontrados unos cuantos restos óseos y de ajuar. Gracias al hallazgo de una madera de roble quemada en la base del monumento, fue posible conocer su fecha mediante un análisis de carbono 14.


 
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