viernes, 26 de septiembre de 2014

El betilo del Santuario de Torreparedones, Baena

Volvemos al Santuario de Torreparedones, la que dicen fue la antigua ciudad íbera de Ituci, en el término municipal de Baena, en la comarca a la que da nombre como Campiña de Baena. En este santuario existe una columna que cumple la función de betilo, donde el Sol del mediodía astronómico va variando su posición, oscilando entre el solsticio de invierno, donde se ilumina la parte más alta de la columna y el de verano que ilumina la parte más baja. Según se afirma, en la fuente que aportamos del propio Parque Arqueológico de Torreparedones, muy posiblemente se quemarían plantas aromáticas cuyo humo provocaría la dispersión de la luz, haciendo visible el rayo y, por tanto, produciendo un mayor efecto de sacralidad, con el resto del recinto en penumbra. Los cercanos picos de Jabalcuz y Ahíllo marcan el orto solar -o salida del Sol- tanto en los equinoccios, el primero, como en el Solsticio de invierno, el segundo.

Betilo iluminado en el último y reciente equinoccio de otoño - Foto: P.A. Torreparedones


*Fuente: facebook.com/torreparedones.parquearqueologico

Los estudios arqueoastronómicos realizados sobre el templo B (siglo I d.C.) del santuario ibero-romano de la ciudad de Ituci, que estuvo dedicado a Dea Caelestis -Iuno Lucina, pronto verán la luz en una publicación especializada. Esos estudios han demostrado que el emplazamiento de dicho templo está asociado a un calendario de horizonte, en el que los destacados picos de Jabalcuz y Ahíllo marcan el orto solar en los equinoccios y el solsticio invernal, respectivamente.
La orientación de la cella sigue los puntos cardinales, quedando la columna sagrada (betilo estiliforme) y la columna central en dirección norte-sur. Los detalles de la reconstrucción arqueológica llevados a cabo en la puesta en valor del santuario, sugieren un ambiente de penumbra para las prácticas cultuales, donde un lucernario-colimador situado en el techo de madera, proyectaría un rayo de luz sobre el betilo cada mediodía solar, recorriendo su fuste con el ciclo de las estaciones. En el solsticio de invierno el rayo apunta la parte más alta, es decir, al capitel, mientras que en el solsticio de verano lo encontramos en la parte inferior tocando el suelo. Muy posiblemente, en los ritos cultuales se quemarían plantas aromáticas provocando el humo la dispersión de la luz y haciendo visible el rayo de sol, como ya hemos demostrado en ocasiones anteriores. A la posible función de calendario del betilo hay que añadir el valor simbólico y mágico que debía provocar este "milagro de la luz" en los fieles y devotos que acudían a aquel lugar sagrado hace 2000 años, fenómeno que tenía lugar todos los días del año (siempre que no esté nublado).
El 23 de septiembre, con motivo del equinoccio de otoño, hemos podido comprobar que el fenómeno se repite con una exactitud casi matemática. La foto del orto solar no es muy ilustrativa porque estaba parcialmente nublado. La salida del sol se produjo por la ladera norte del pico Jabalcuz sobre las 8,10 h. y el haz de luz iluminó la columna sagrada tocando su límite superior el cordón más bajo del betilo hacia las 14,20 h.


Orto solar del 23 de septiembre. La abudante luminosidad no permite apreciar como el Sol sale por la ladera norte del pico de Jabalcuz - Foto: P.A. Torreparedones. 


2 comentarios:

  1. Esto demuestra que había conocimiento sobre los movimientos solares y astronomía entre este pueblo. Es realmente interesante.

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    1. Así es, sí que tenían esos conocimientos. Muchas gracias por tu comentario.
      Un saludo.

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