En el poblado de Azaila, situado a no más de 15 km. del río Ebro se excavó, a principios de este siglo, un poblado hallstáttico que acabó por iberizarse. En la acrópolis del mismo, Cabré detectó un edificio de planta trapezoidal (5 m. x 4,5 m. x 3 m.), al que se accedía por una grada descendente, revestida de yeso; junto al mismo se halló un ara encalada de blanco y parte del pedestal que sostenía la estatuilla de un toro aunque su relación con el presunto templo es problemática. No obstante, Beltrán Lloris se muestra escéptico sobre tal identificación: "la cubeta de yeso la incluye en el apartado de las habitaciones destinadas a posibles usos industriales, y los datos de tipo constructivo tampoco permiten extraer conclusiones firmes; si a esto se une nuestra ignorancia sobre la arquitectura religiosa ibérica en general, se tendrá una idea de la dificultad existente para aceptar dichas suposiciones", por más que los restos muebles sugieran una vinculación con el culto al toro; además en la zona se hallaron restos de ovicápridos.
(www.ffil.uam.es)
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