Los grabados paleolíticos del Valle del Côa se distribuyen por 24 nucleos diferentes a lo largo de las márgenes de los 17 km finales del curso del río Côa y en los valles afluentes del Duero junto a la hoz del Côa. Los grabados se inscribieron en superficies rocosas verticales formadas por la fractura de la pizarra típica de la región. La gran importancia de los grabados del valle del Côa reside en el hecho de que, hasta su descubrimiento, se pensaba que el arte rupestre paleolítico se circunscribía al interior de las grutas. El arte preservado en el Valle del Côa trajo consigo una nueva visión acerca del arte paleolitíco. Probablemente este tipo de arte era tanto o más comun que el de las grutas, pero por motivos de conservacion no llego hasta nosotros.
(dolmenes.blogspot.com)
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