Hoy nuestro protagonista es otro cerro, el Cerro de los Infantes, sobre el cual dicen que el Pinos Puente íbero, la antigua Ilurco, estuvo situada, en concreto en la cuesta de Velillos. Aunque nuestra temática de hoy verse sobre el supuesto carácter sacro de este cerro dentro del mundo íbero, como curiosidad diremos que la denominación que ha recibido, según cuentan, le viene por dos infantes de Castilla, tutores del rey Alfonso XI, que allí murieron luchando contra los musulmanes oriundos de aquel lugar por aquel entonces. Para terminar con las curiosidades toponímicas, el nombre de la actual población de Pinos Puente le viene por el nombre de un puente conocido como Puente de Pinos que aparece citado en distintos escritos, entre ellos las Crónicas del propio Alfonso XI que ya hemos citado.
En los tiempos que nos ocupan, tanto Ilurco como Iliberis -actual Granada- eran las poblaciones más importantes, en esta zona de la vega del río Genil, de la antigua Bastetania. Pero adentrándonos en el tema central de esta entrada, debido a una serie de exvotos que representan las figuras de caballos se ha llegado a especular que posiblemente en la antigua Ilurco hubiera un santuario dedicado a este animal o una factoría de producción de exvotos sacros de este tipo.
Pinos Puente con el Cerro de los Infantes al fondo
Pinos-Puente se halla situado en las cercanías del Cerro de los Infantes, solar de la antigua Ilurco (Granada). Allí se encontraron también hace unos años abundantes placas de piedra caliza con relieves, grabados y esculturas de bulto redondo de caballos. ...Los exvotos de Pinos Puente se tallaron en su mayor parte con técnicas muy parecidas a las de Luque, en bajorrelieve y con los caballos en actitud de marcha hacia uno u otro lado, siendo característicos los cuellos de jirafa y las colas largas, delgadas y rectas o ligeramente ondulantes. ...Sobre el caballo en época ibérica, se han dicho ya muchas cosas tratando de penetrar en su significado profundo, o, más bien, en sus diversos significados, pues es preciso distinguir el que tiene en relación con el mundo de los vivos, con el de los muertos, y examinado en sí mismo. ...Considerado por último el caballo en sí mismo, desligado tanto de su valor social como de su papel heroificador, se ha tratado de ver en él ya a una divinidad o numen protector activo, destinado especialmente al cuidado de los caballos, ya en un papel pasivo, utilizado como símbolo, como exvoto o como simple ofrenda, aunque su sacrificio era muy raro, pues entrañaba una gran pérdida para su propietario y la comunidad. Habría que ponerlos en todo caso en función de su propia protección y la del jinete. La bebida de la sangre de los caballos, de la que expresamente hablan las fuentes, tendría un carácter mágico, y presupone, dice Blázquez, la creencia de que estos animales son sagrados, y sus cualidades pasarían a los que la bebieran.
("El caballo en la antigua Iberia", Fernando Quesada Sanz y Mar Zamora Merchán.)
jueves, 30 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Cerro de la Tortuga, Málaga
A las afueras de Málaga, en el barrio de Teatinos, se encuentra el conocido como cerro de la Tortuga o cerro Coronado. Sobre él existe un yacimiento arqueológico que ha hecho interpretar a este lugar como "una montaña sagrada que integraría un templo-necrópolis". Entre los objetos encontrados destacan exvotos, páteras, cerámicas áticas, íberas y fenicias, además de un pebetero en forma de cabeza femenina entre otros, todo ello en un contexto de edificaciones. Además hay que destacar la existencia de interesantes insculturas o grabados antropomorfos, zoomorfos o de distintos motivos geométricos. De todos modos, no existe aún la certeza absoluta para declarar que este complejo fue un templo de la antigua ciudad de fundación púnica, pero parece ser que esa es la hipótesis que más fuerza tiene hasta el momento.
Sobre lo que no cabe duda, es que un incendio fue el que acabo con este conjunto de edificaciones.
El cerro Coronado o de la Tortuga se localiza a 3 km. de Málaga y aparece bordeado en su vertiente Oeste por el arroyo Teatinos y, por el Este, por el arroyo del Cuarto.En su cima se ha documentado la existencia de varios edificios, una cueva y tres fosas y, en sus proximidades, un promontorio con varias insculturas, al parecer de motivos geométricos, antropomorfos y zoomorfos asociados a inscripciones en carecteres fenicios, púnicos e ibéricos, lo que han llevado a interpretar el conjunto como una montaña sagrada que integraría un templo-necrópolis.Las construcciones documentadas en la cima del cerro ofrecen muros con zócalos de piedra, alzados de tapial revestidos con estuco y pavimentos de placas de caliza, siendo más difícil discernir su planta sin más datos que las figuras publicadas por su excavador.
(Los materiales encontrados)...indicarían un uso que iría desde finales del siglo VI a.C. hasta fines del siglo I a.C., momento en que las estructuras fueron parcial o totalmente arrasadas por un incendio. En efecto, la interpretación de este conjunto resulta problemática pudiendo constituir, tal vez, un posible santuario portuario que integraría varias dependencias al aire libre y/o techadas, como talleres y almacenes a los que alude su excavador, Muñoz Gambero. En todo caso, esta interpretación debe tomarse con suma cautela, en tanto no se conozcan nuevos datos que permitan aseverar la funcionalidad del conjunto.
("Religio ibérica: santuarios, ritos y divinidades", Teresa Moneo)
Sobre lo que no cabe duda, es que un incendio fue el que acabo con este conjunto de edificaciones.
El cerro Coronado o de la Tortuga se localiza a 3 km. de Málaga y aparece bordeado en su vertiente Oeste por el arroyo Teatinos y, por el Este, por el arroyo del Cuarto.En su cima se ha documentado la existencia de varios edificios, una cueva y tres fosas y, en sus proximidades, un promontorio con varias insculturas, al parecer de motivos geométricos, antropomorfos y zoomorfos asociados a inscripciones en carecteres fenicios, púnicos e ibéricos, lo que han llevado a interpretar el conjunto como una montaña sagrada que integraría un templo-necrópolis.Las construcciones documentadas en la cima del cerro ofrecen muros con zócalos de piedra, alzados de tapial revestidos con estuco y pavimentos de placas de caliza, siendo más difícil discernir su planta sin más datos que las figuras publicadas por su excavador.
(Los materiales encontrados)...indicarían un uso que iría desde finales del siglo VI a.C. hasta fines del siglo I a.C., momento en que las estructuras fueron parcial o totalmente arrasadas por un incendio. En efecto, la interpretación de este conjunto resulta problemática pudiendo constituir, tal vez, un posible santuario portuario que integraría varias dependencias al aire libre y/o techadas, como talleres y almacenes a los que alude su excavador, Muñoz Gambero. En todo caso, esta interpretación debe tomarse con suma cautela, en tanto no se conozcan nuevos datos que permitan aseverar la funcionalidad del conjunto.
("Religio ibérica: santuarios, ritos y divinidades", Teresa Moneo)
martes, 28 de diciembre de 2010
Airães -freguesia del dios Airón-, Felgueiras
En el municipio -concelho en portugués- de Felgueiras, dentro del Distrito de Oporto, encontramos una huella toponímica más del dios Airón. En este caso no estamos haciendo referencia a un pozo, a una fuente o a un manantial sino a la población de Airães. Al modo de ciudades como Lugo, que dicen tomó su nombre del dios Lug, podríamos estar ante una localidad que tomó el suyo del dios Airón, según se puede deducir de algunos listados de topónimos e hidrónimos que los relacionan con este antiguo dios.
Iglesia románica de Airães
Como pasa con muchos de estos supuestos, no dejan de ser meras hipótesis con mayor o menor fundamento, a pesar de lo cual es importante partir de alguna línea de investigación y la similitud en la raíz del término podría guardar alguna relación. Quede ahí constancia de ello.
Iglesia románica de Airães
Como pasa con muchos de estos supuestos, no dejan de ser meras hipótesis con mayor o menor fundamento, a pesar de lo cual es importante partir de alguna línea de investigación y la similitud en la raíz del término podría guardar alguna relación. Quede ahí constancia de ello.
lunes, 27 de diciembre de 2010
El Monte San Trocado, Cenlle-Pungín-San Amaro
Hoy visitamos este monte sacralizado desde tiempos muy lejanos y que hoy día lo sigue siendo a través de una ermita consagrada a San Torcuato y una romería proveniente desde las tres poblaciones sobre las que se eleva. En este monte se encuentran, además, los restos de un castro, cazoletas y un altar rupestre. Como curiosidad etnográfica, nos hacemos eco de una nueva leyenda con una "mora" como protagonista en la que se dice que en este castro hay una mora que sale en forma de cobra llevando una flor en la boca; para desencantarla hay que retirar con los labios la flor que lleva en la boca.
*Fuente: Paloma Balbín Chamorro, Kechu Torres Martínez y Pedro R. Moya Maleno
Al noroeste de la provincia de Orense, a 550 m.s.n.m. y en la divisoria de los términos municipales de San Amaro, Cenlley Puxín, hallamos enclavado sobre el cerro de San Torcuato una ermita tutelada por tal Varón Apostólico. La capilla controla tanto la confluencia del río Barbantiño con el río Miño como el acceso al interior de Galicia y está delimitado, al menos, por 4 cazoletas horadadas y un pequeño altar rupestre. Los materiales arqueológicos documentados pertenecen al Bronce Final y a los inicios de la Edad del Hierro, si bien este tipo de petroglifos se constatan en yacimientos cercanos desde el siglo IV a. C. hasta el cambio de Era.
*Fuente: Paloma Balbín Chamorro, Kechu Torres Martínez y Pedro R. Moya Maleno
Al noroeste de la provincia de Orense, a 550 m.s.n.m. y en la divisoria de los términos municipales de San Amaro, Cenlley Puxín, hallamos enclavado sobre el cerro de San Torcuato una ermita tutelada por tal Varón Apostólico. La capilla controla tanto la confluencia del río Barbantiño con el río Miño como el acceso al interior de Galicia y está delimitado, al menos, por 4 cazoletas horadadas y un pequeño altar rupestre. Los materiales arqueológicos documentados pertenecen al Bronce Final y a los inicios de la Edad del Hierro, si bien este tipo de petroglifos se constatan en yacimientos cercanos desde el siglo IV a. C. hasta el cambio de Era.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
¿Cernunnos en Numancia?
Hace unos años, en 2001, el Caldero de Gundestrup fue una de las piezas estrella de la exposición "Celtas y Vettones" celebrada en Ávila. Una de las escenas más conocidas de dicha pieza, que fue cedida por el Museo Nacional de Dinamarca, es la que representa al dios Cernunnos con un torque en la mano derecha -además de llevar uno puesto en el cuello- y una serpiente en la mano izquierda. Esta divinidad pancéltica, identificada con la abundancia y la fertilidad, se pensó que pudiera ser la representada en un conocido fragmento de cerámica numantina. Así lo creyeron estudiosos tan reputados como José María Blázquez, aunque últimas interpretaciones -como la que hoy traemos-, niegan dicha hipótesis. Sea cierto o no, con la excusa de dicho enigma histórico, al menos dejamos constancia de este importante dios del panteón céltico y de aquella ciudad arévaca que pasó a formar parte de la Historia Universal como símbolo de heroica resistencia.
La Comisión Ejecutiva responsable de las excavaciones de Numancia describía en 1912 la imagen pintada sobre una cerámica numantina como "una figura estilizada, con aspecto de ídolo, de frente, con vestidura blanca, los brazos levantados y corona con astas de venado". Tiendo en cuenta esta descripción, y sobre la base de los paralelismos formales existentes entre la imagen numantina y un grabado de Valcamónica (Italia), J.M. Blázquez interpretó esa figura como una representación de Cernunnos en la que el dios aparece de pie, con cuernas de ciervo, los brazos en alto como si se tratara de un orante y una túnica talar. Esta identificación, que ha sido aceptada mayoritariamente por la historiografía, no es compartida por F. Romero Carnicero quien, siguiendo a A. Fernández Avilés, ha propuesto una nueva lectura iconográfica sobre la base de una reorientación del fragmento cerámico acorde con la dirección de las líneas de torno, lo que modifica sensiblemente la posición de la figura. Para Romero, la imagen pintada sería la de una fiera representada en perspectiva cenital, en la que el animal se ha dibujado visto desde arriba, con las patas extendidas a cada lado enseñando sus garras, y con una cabeza redondeada con orejas puntiagudas y dirigidas hacia atrás, dos ojos y hocico mostrando las fauces....Dada la orientación originaria de la figura y la existencia de abundantes paralelos, considero, como ya sugirieran otros, que habría que desestimar definitivamente su interpretación como una imagen del dios Cernunnos, ya que se trata de una fiera, quizá un lobo, representada en perspectiva cenital.
("La iconografía divina en Celtiberia: una revisión crítica", Silvia Alfayé Villa)
Numancia
La Comisión Ejecutiva responsable de las excavaciones de Numancia describía en 1912 la imagen pintada sobre una cerámica numantina como "una figura estilizada, con aspecto de ídolo, de frente, con vestidura blanca, los brazos levantados y corona con astas de venado". Tiendo en cuenta esta descripción, y sobre la base de los paralelismos formales existentes entre la imagen numantina y un grabado de Valcamónica (Italia), J.M. Blázquez interpretó esa figura como una representación de Cernunnos en la que el dios aparece de pie, con cuernas de ciervo, los brazos en alto como si se tratara de un orante y una túnica talar. Esta identificación, que ha sido aceptada mayoritariamente por la historiografía, no es compartida por F. Romero Carnicero quien, siguiendo a A. Fernández Avilés, ha propuesto una nueva lectura iconográfica sobre la base de una reorientación del fragmento cerámico acorde con la dirección de las líneas de torno, lo que modifica sensiblemente la posición de la figura. Para Romero, la imagen pintada sería la de una fiera representada en perspectiva cenital, en la que el animal se ha dibujado visto desde arriba, con las patas extendidas a cada lado enseñando sus garras, y con una cabeza redondeada con orejas puntiagudas y dirigidas hacia atrás, dos ojos y hocico mostrando las fauces....Dada la orientación originaria de la figura y la existencia de abundantes paralelos, considero, como ya sugirieran otros, que habría que desestimar definitivamente su interpretación como una imagen del dios Cernunnos, ya que se trata de una fiera, quizá un lobo, representada en perspectiva cenital.
("La iconografía divina en Celtiberia: una revisión crítica", Silvia Alfayé Villa)
Numancia
martes, 21 de diciembre de 2010
El Solsticio de Invierno en la Cova del Parpalló
Hoy, para los que el hemisferio norte habitamos, El Sol llega a su punto más bajo, en el trópico más lejano, el de Capricornio, para volver a remontar de nuevo -si él así lo estima oportuno- su rumbo hacia el trópico más cercano, el de Cáncer, aunque para eso quedan aún seis meses exactos. Por medio discurrirá aún el invierno, que justo ahora comienza, pero ese "nuevo Sol", el "Sol invictus" que decían los romanos, ya anuncia de nuevo la regeneración de la vida a través de la primavera, así que los festejos de estos días no eran otra cosa que el agradecimiento al viejo Sol, que vencía a las tinieblas, para dar paso a uno nuevo que nacía y que traería de nuevo el esplendor a los campos.
Vaya desde aquí nuestro humilde homenaje a esta gran festividad que hunde sus raíces casi en los propios orígenes del ser humano y que, aunque muchas de las manifestaciones actuales nos puedan alejar de su verdadero significado, ahí está latente aún si se tiene la mínima voluntad suficiente como para descubrirlo.
En nuestra veneración al Solsticio de Invierno repetimos visita a la Cova del Parpalló donde un estudio de arqueoastronomía demostró que El Sol, el día del solsticio de invierno llega a iluminar, por unos instantes, lo más profundo de esta antigua cueva-santuario.
Como siempre, ante los estudios de arqueoastronomía, nos hacemos eco de la precesión de los equinoccios, pues ya se sabe, que debido a este fenómeno, cambia nuestra perspectiva con respecto al resto de los astros tras el transcurso de milenios. Suponemos que los estudiosos que hoy traemos han tenido en cuenta este detalle. Aprovechemos, de todos modos, la circunstancia para acercarnos a una cueva y a un paraje tan sugerentes.
LA CUEVA DEL PARPALLÓ ¿ASTRONOMÍA EN EL PALEOLÍTICO?: La Cueva del Parpalló, cerca de Gandía (Valencia), es uno de los yacimientos más emblemáticos y singulares de la prehistoria peninsular pues en ella se encontraron más de 5.000 placas de piedra con representaciones de animales y cuerpos geométricos. Se la ha identificado como una cueva-santuario que comenzó a usarse hace 21.000 años. Junto con arqueólogos de la Universidad de Valencia, se realizó un estudio arqueoastronómico del yacimiento, encontrando que al amanecer del solsticio de invierno y unos pocos días antes y después de éste, el sol iluminaba la zona más interna de la cueva por unos instantes. Hasta la fecha, esta es la indicación más temprana de una posible relación astronómica en la orientación de un yacimiento arqueológico
(Esteban y Aura Tortosa 2001).
Vaya desde aquí nuestro humilde homenaje a esta gran festividad que hunde sus raíces casi en los propios orígenes del ser humano y que, aunque muchas de las manifestaciones actuales nos puedan alejar de su verdadero significado, ahí está latente aún si se tiene la mínima voluntad suficiente como para descubrirlo.
En nuestra veneración al Solsticio de Invierno repetimos visita a la Cova del Parpalló donde un estudio de arqueoastronomía demostró que El Sol, el día del solsticio de invierno llega a iluminar, por unos instantes, lo más profundo de esta antigua cueva-santuario.
Como siempre, ante los estudios de arqueoastronomía, nos hacemos eco de la precesión de los equinoccios, pues ya se sabe, que debido a este fenómeno, cambia nuestra perspectiva con respecto al resto de los astros tras el transcurso de milenios. Suponemos que los estudiosos que hoy traemos han tenido en cuenta este detalle. Aprovechemos, de todos modos, la circunstancia para acercarnos a una cueva y a un paraje tan sugerentes.
LA CUEVA DEL PARPALLÓ ¿ASTRONOMÍA EN EL PALEOLÍTICO?: La Cueva del Parpalló, cerca de Gandía (Valencia), es uno de los yacimientos más emblemáticos y singulares de la prehistoria peninsular pues en ella se encontraron más de 5.000 placas de piedra con representaciones de animales y cuerpos geométricos. Se la ha identificado como una cueva-santuario que comenzó a usarse hace 21.000 años. Junto con arqueólogos de la Universidad de Valencia, se realizó un estudio arqueoastronómico del yacimiento, encontrando que al amanecer del solsticio de invierno y unos pocos días antes y después de éste, el sol iluminaba la zona más interna de la cueva por unos instantes. Hasta la fecha, esta es la indicación más temprana de una posible relación astronómica en la orientación de un yacimiento arqueológico
(Esteban y Aura Tortosa 2001).
lunes, 20 de diciembre de 2010
El dios Cabuniaegino del Monte Cildá, Olleros de Pisuerga-Aguilar de Campoo
Sobre esta montaña algunos autores, entre los que se encontraba Adolf Schulten, situaban la antigua ciudad cántabra de Vellica. Sea o no cierto, este promontorio ha sido ocupado en época cántabra, romana y visigoda por ser un lugar privilegiado sobre el que se domina una gran llanura por la que discurre el Pisuerga en busca del Duero. En este yacimiento se halló una importante tésera cántabra de hospitalidad.
El yacimiento, como ocurre con tantos otros, está prácticamente por excavar en su totalidad, pero aparte de hallazgos como la tésera mencionada, hoy queremos dejar constancia de un dios local, del que no se conocía -ni se conoce- ningún ejemplo más. Este dios, que apareció en un ara junto a la muralla del castro del Monte Cildá, responde al nombre de Cabuniaegino, cuyo oferente pertenecía a la "gens" de los "Polecenses", que al autor que hoy traemos relaciona hipotéticamente con el municipio actual de Polientes.
Como curiosidad histórica, diremos, que de haber estado Vellica en el Monte Cildá, sobre el llano que hay a los pies de este monte se libró una gran batalla (año 25 o 26 a. C.) que terminó con la toma de la ciudad, por parte del ejército romano, al mando del primer emperador, Octavio Augusto.
Cabuniaegino (Olleros de Pisuerga, Palencia). El altar fue descubierto en la muralla de "Monte Cildá", en las cercanías del río Pisuerga durante las excavaciones del año 1891 y se dedicó a esta divinidad por la salud de un individuo perteneciente a la comunidad de los Polecenses. Este etnónimo o topónimo podría relacionarse con el nombre actual del pueblo de Polientes, cercano a "Monte Cildá".
("Los dioses de la Hispania céltica", Juan Carlos Olivares Pedreño)
El yacimiento, como ocurre con tantos otros, está prácticamente por excavar en su totalidad, pero aparte de hallazgos como la tésera mencionada, hoy queremos dejar constancia de un dios local, del que no se conocía -ni se conoce- ningún ejemplo más. Este dios, que apareció en un ara junto a la muralla del castro del Monte Cildá, responde al nombre de Cabuniaegino, cuyo oferente pertenecía a la "gens" de los "Polecenses", que al autor que hoy traemos relaciona hipotéticamente con el municipio actual de Polientes.
Como curiosidad histórica, diremos, que de haber estado Vellica en el Monte Cildá, sobre el llano que hay a los pies de este monte se libró una gran batalla (año 25 o 26 a. C.) que terminó con la toma de la ciudad, por parte del ejército romano, al mando del primer emperador, Octavio Augusto.
Cabuniaegino (Olleros de Pisuerga, Palencia). El altar fue descubierto en la muralla de "Monte Cildá", en las cercanías del río Pisuerga durante las excavaciones del año 1891 y se dedicó a esta divinidad por la salud de un individuo perteneciente a la comunidad de los Polecenses. Este etnónimo o topónimo podría relacionarse con el nombre actual del pueblo de Polientes, cercano a "Monte Cildá".
("Los dioses de la Hispania céltica", Juan Carlos Olivares Pedreño)
viernes, 17 de diciembre de 2010
Cazoletas junto a la ermita de Santo Ouvidio, Valença do Minho
Hoy, más que de un lugar concreto, nos gustaría hablar del fenómeno rupestre de las cazoletas, es decir, aquellos huecos artificiales excavados en la superficie de algunas rocas y cuyo uso -se cree que sagrado- se ha extendido desde el Paleolítico Superior -aunque en algunas fuentes se menciona incluso el Paleolítico Medio, con lo que de ser verdad, no fueron, en dicho caso, únicamente de uso exclusivo de nuestra especie homínida-, hasta la propia Edad de Hierro, y no hasta la Edad del Bronce como se creía. Como ejemplo traemos el entorno de la ermita de Santo Ouvidio, en Valença do Minho, sobre todo para constatar un ejemplo más de "sobreposición" de cultos religiosos, a lo largo de milenios, en un mismo enclave.
Normalmente tienen forma circular, pero también pueden ser, en algunos casos, rectangulares.
En cuanto a la funcionalidad de estas cazoletas que, en muchos casos, aparecen junto a otros grabados rupestres o petroglifos, existen distintas teorías, aunque casi todas apuntan hacia un uso ritual de las mismas, como hemos señalado.
En concreto, traemos la enumeración de teorías que se encuentra en la wikipedia. Seguramente más de una pudiera ser válida y no serían excluyentes entre sí, según el caso.
Las hipótesis existentes sobre la funcionalidad de las cazoletas son múltiples, entre ellas[2]
-colectores para ofrendas,
-receptáculos de libaciones o de sacrificios,
-símbolos de carácter sexual femenino,
-cartografías, de constelaciones y terrestres
-marcadores de espacios sagrados, de caminos migratorios, de locales con alto valor mágico y propiciatorio
-ligadas a cultos litolátricos, acuáticos, destinados a promover o a incrementar la fertilidad, particularmente la femenina.
-tableros para juegos
-marcadores de operaciones pre-numéricas
(Wikipedia)
Normalmente tienen forma circular, pero también pueden ser, en algunos casos, rectangulares.
En cuanto a la funcionalidad de estas cazoletas que, en muchos casos, aparecen junto a otros grabados rupestres o petroglifos, existen distintas teorías, aunque casi todas apuntan hacia un uso ritual de las mismas, como hemos señalado.
En concreto, traemos la enumeración de teorías que se encuentra en la wikipedia. Seguramente más de una pudiera ser válida y no serían excluyentes entre sí, según el caso.
Las hipótesis existentes sobre la funcionalidad de las cazoletas son múltiples, entre ellas[2]
-colectores para ofrendas,
-receptáculos de libaciones o de sacrificios,
-símbolos de carácter sexual femenino,
-cartografías, de constelaciones y terrestres
-marcadores de espacios sagrados, de caminos migratorios, de locales con alto valor mágico y propiciatorio
-ligadas a cultos litolátricos, acuáticos, destinados a promover o a incrementar la fertilidad, particularmente la femenina.
-tableros para juegos
-marcadores de operaciones pre-numéricas
(Wikipedia)
jueves, 16 de diciembre de 2010
Objetos rituales en el Castro de El Raso de Candeleda
Uno de los castros vetones más espectaculares en cuanto a su ubicación -pues se encuentra en un soberbio paisaje de montaña, con la Sierra de Gredos de escenario- es el Castro de El Raso de Candeleda; en este antiguo poblamiento se han hallado una serie de objetos, supuestamente de uso cultual, entre los que se encuentran una serie de exvotos de bronce de factura ibera, que el autor que hoy traemos, compara a los hallados en el santuario de Collado de los Jardines, en Despeñaperros. Esto supone un claro contacto entre las etnias del centro peninsular y los iberos del mundo mediterráneo y sur peninsular, lo que demuestra que pueblos como el vetón no se encontraban tan "incomunicados" con los prósperos iberos. Tampoco nos tiene que extrañar, cuando es bien conocido el contacto Norte-Sur existente a través de la Vía de la Plata mucho antes de la llegada de los romanos, donde gentes de distinta procedencia peninsular intercambiaban no sólo metales, sino objetos, ideas y creencias que se extendían, seguramente, en un gran radio alrededor de la misma.
Otro aspecto que nos acerca a manifestaciones rituales es la utilización de vasos rituales, como se desprende de su hallazgo en el yacimiento del Raso de Candeleda. En el castro se recuperó un pebetero, bajo una de las casas, circunstancia que ha hecho pensar en su relación con algún rito fundacional. En este mismo yacimiento se obtuvo también un fragmento de kernos que nos habla de prácticas ceremoniales en las que se realizaba la libación de determinados líquidos. Si la mayoría de las manifestaciones religiosas de los pueblos de la Meseta nos reflejan una clara vinculación con la Europa continental, la presencia de algunos exvotos de bronce, similares a los del área de Despeñaperros, indica una permeabilización a costumbres propias del mundo ibérico. Estas figuras de bronce que representan personajes oferentes, muchos de ellos de marcado carácter fálico, aparecen sobre todo en las zonas más intensamente iberizadas, en especial, la provincia de Ciudad Real y, en general, en la Submeseta sur; pero las encontramos también en Raso de Candeleda, donde se han obtenido además otros objetos de claro signo meridional, como es el fragmento de un braserillo ritual con manos cruzadas.
("De la protohistoria a la conquista romana", Luis Suárez Fernández, 1991)
Otro aspecto que nos acerca a manifestaciones rituales es la utilización de vasos rituales, como se desprende de su hallazgo en el yacimiento del Raso de Candeleda. En el castro se recuperó un pebetero, bajo una de las casas, circunstancia que ha hecho pensar en su relación con algún rito fundacional. En este mismo yacimiento se obtuvo también un fragmento de kernos que nos habla de prácticas ceremoniales en las que se realizaba la libación de determinados líquidos. Si la mayoría de las manifestaciones religiosas de los pueblos de la Meseta nos reflejan una clara vinculación con la Europa continental, la presencia de algunos exvotos de bronce, similares a los del área de Despeñaperros, indica una permeabilización a costumbres propias del mundo ibérico. Estas figuras de bronce que representan personajes oferentes, muchos de ellos de marcado carácter fálico, aparecen sobre todo en las zonas más intensamente iberizadas, en especial, la provincia de Ciudad Real y, en general, en la Submeseta sur; pero las encontramos también en Raso de Candeleda, donde se han obtenido además otros objetos de claro signo meridional, como es el fragmento de un braserillo ritual con manos cruzadas.
("De la protohistoria a la conquista romana", Luis Suárez Fernández, 1991)
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Curiosos rituales funerarios en el poblado calcolítico de Camino de las Yeseras, San Fernando de Henares
En la confluencia del Henares con el Jarama se encuentra un importante yacimiento de la Edad del Cobre, el Yacimiento Camino de las Yeseras, uno de los mejores exponentes para el conocimiento de las primeras sociedades metalúrgicas del interior peninsular. El poblamiento fue un centro de producción e intercambio de materias primas como sílex y granito y también de productos derivados de una metalurgia ya latente, como el cobre, el marfil y el oro. Pero lo que nos ha hecho dejar constancia de este yacimiento son sus curiosos rituales funerarios y de culto a algunos animales, principalmente al perro, pero también destaca el uro, una especie de toro salvaje de cuya domesticación deriva la mayor parte del ganado vacuno actual y que se extinguió en el S. XVII. La forma en la que se encontró la cabeza de uno de ellos ha servido incluso para barajar la posibilidad de que pudo constituir un acto fundacional del propio poblado.
Gran parte de la singularidad de este yacimiento estriba en que fue "un espacio compartido por vivos y muertos", como aparece en el título del estudio que hoy traemos, pues los enterramientos se encuentran dentro del suelo de ocupación del poblado.
El taxón más frecuente hallado en fondos y fososes el perro reconociéndose diferentes pautasdeposicionales en función de su estado completo oparcial y su vinculación con determinados contextosarqueológicos. Se trata en su mayoría de esqueletosde adultos más o menos completos y de tallamesomorfa, cuidadosamente colocados dentro defondos convencionales en disposición central o perimetraly sin conexión aparente con otras estructuras.Otros hallazgos destacan precisamente por serdepósitos parciales de canes, donde los cráneos tienenun destacado protagonismo y, según los datosde los excavadores, se colocaron posiblemente enun mismo momento, hasta ocho cráneos en la basede un gran fondo cuyas dimensiones(2,85 m de diámetro por 1,80 m profundidad)no parecen estar en relación al escaso contenidoque albergaba. Los cráneos estaban en conexiónanatómica con tan sólo las primeras vértebras cervicales,formando seis de ellos un semicírculo, mientrasque los dos restantes aparecieron en el mismoplano, pero en el lado opuesto del fondo.Otra categoría son los depósitos de perros vinculadosa espacios funerarios.También son de gran interés los fondos que albergandiferentes restos de bovinos. En primer lugardestacar un fondo de 1,50 m de diámetro y de 0,60 m. aprox. de profundidad, ocupadocasi en su totalidad por un imponente cráneode uro (Bos primigenius) rodeado de tierra cenicientacon abundante material lítico y cerámico, mirandohacia la zona central del yacimiento. Fue colocadosobre una pequeña plataforma de barro en forma decuña para apoyar sobre ella la base del cráneo y servisto desde una posición más frontal. Esta circunstanciay su deficiente estado de conservación parecenindicar que la pieza pudo estar expuesta a la intemperiede forma prolongada. En consecuencia, nodescartamos una intencionalidad en su exhibicióncomo un vistoso trofeo, con todo lo que implica lacaza y el abatimiento de este gran ejemplar o másaún, posiblemente formando parte de un tratamientocultual todavía pendiente de estudio.Ante una posible intencionalidad ritual relacionadacon los bovinos cabe destacar otro hallazgoen el interior de un fondo donde seexcavó una segunda cubeta para colocar allí uncráneo de bovino sobre diferentes porciones óseasde vacuno, caballo y de perro todo ello bien cubiertopor cantos de cuarcita. Durante el proceso deexcavación se ha podido apreciar un sedimento detonalidad rojiza en torno a las clavijas óseas, pendientede análisis . Ambos casos descritosconstituyen un hallazgo excepcional, no tantopor tratarse de esqueletos o porciones esqueléticascolocadas intencionadamente en el interior de algunosfondos, sino por confirmarse el primero comouna exhibición del agriotipo del vacuno, y elsegundo por la inclusión de un relleno de osamentasde diferentes especies, todo ello entremezcladocon cenizas pendientes de estudio. No descartamosque esta pauta deposicional pueda ser un antecedente,aunque con otras características, de una seriede depósitos más habituales en el ámbito meseteño,concretamente para el horizonte Protocogotas.Aunque todavía escasamente conocidos y estudiados,han sido relacionados con actos fundacionalesy/o fines propiciatorios (Bellido 1996; Liesauet al. 2004-05). En la zona Sur de Camino delas Yeseras se ha podido documentar en la campañaanterior un depósito de ese mismo horizonte ycon una evidente intencionalidad ritual con numerososcuartos delanteros y traseros de vacuno acompañados por otros restos animales.
Los rituales funerarios son de una gran variedad, individuales y colectivos, en covachase hipogeos, con o sin ajuar campaniforme, algunos de los últimos con ricos ajuares áureos y ebúrneos. Losdatos óseos de algunos inhumados campaniformes apuntan a un aspecto físico muy llamativo en vida,....a juzgar por algunas característicasfísicas de los grupos campaniformes, ademásde ser robustos, algunos personajes no pasabandesapercibidos: la enorme estatura de un varóncausada por un constante crecimiento siendo adulto, la nariz achatada de otro varón senil robusto, oel aspecto de una mujer con una cabeza deformadaintencionalmente.No menos interesantes son los datos que aportanéstas manifestaciones funerarias paralelas al megalitismo,pues frente a la idea de monumentos visiblesen el paisaje exterior, las fosas de los grupossin campaniforme se mimetizan entre las estructurasdomésticas del paisaje urbano interior. Frente a ellos, los grupos campaniformes mantienen ciertoselementos propios del megalitismo con una arquitecturade dimensiones no desdeñables, aunque menosllamativas, como son los hipogeos y las covachas.
(Un espacio compartido por vivos y muertos: El poblado calcolítico de fosos de Camino de las Yeseras, San Fernando de Henares, Madrid. Universidad Autónoma de Madrid)
Gran parte de la singularidad de este yacimiento estriba en que fue "un espacio compartido por vivos y muertos", como aparece en el título del estudio que hoy traemos, pues los enterramientos se encuentran dentro del suelo de ocupación del poblado.
El taxón más frecuente hallado en fondos y fososes el perro reconociéndose diferentes pautasdeposicionales en función de su estado completo oparcial y su vinculación con determinados contextosarqueológicos. Se trata en su mayoría de esqueletosde adultos más o menos completos y de tallamesomorfa, cuidadosamente colocados dentro defondos convencionales en disposición central o perimetraly sin conexión aparente con otras estructuras.Otros hallazgos destacan precisamente por serdepósitos parciales de canes, donde los cráneos tienenun destacado protagonismo y, según los datosde los excavadores, se colocaron posiblemente enun mismo momento, hasta ocho cráneos en la basede un gran fondo cuyas dimensiones(2,85 m de diámetro por 1,80 m profundidad)no parecen estar en relación al escaso contenidoque albergaba. Los cráneos estaban en conexiónanatómica con tan sólo las primeras vértebras cervicales,formando seis de ellos un semicírculo, mientrasque los dos restantes aparecieron en el mismoplano, pero en el lado opuesto del fondo.Otra categoría son los depósitos de perros vinculadosa espacios funerarios.También son de gran interés los fondos que albergandiferentes restos de bovinos. En primer lugardestacar un fondo de 1,50 m de diámetro y de 0,60 m. aprox. de profundidad, ocupadocasi en su totalidad por un imponente cráneode uro (Bos primigenius) rodeado de tierra cenicientacon abundante material lítico y cerámico, mirandohacia la zona central del yacimiento. Fue colocadosobre una pequeña plataforma de barro en forma decuña para apoyar sobre ella la base del cráneo y servisto desde una posición más frontal. Esta circunstanciay su deficiente estado de conservación parecenindicar que la pieza pudo estar expuesta a la intemperiede forma prolongada. En consecuencia, nodescartamos una intencionalidad en su exhibicióncomo un vistoso trofeo, con todo lo que implica lacaza y el abatimiento de este gran ejemplar o másaún, posiblemente formando parte de un tratamientocultual todavía pendiente de estudio.Ante una posible intencionalidad ritual relacionadacon los bovinos cabe destacar otro hallazgoen el interior de un fondo donde seexcavó una segunda cubeta para colocar allí uncráneo de bovino sobre diferentes porciones óseasde vacuno, caballo y de perro todo ello bien cubiertopor cantos de cuarcita. Durante el proceso deexcavación se ha podido apreciar un sedimento detonalidad rojiza en torno a las clavijas óseas, pendientede análisis . Ambos casos descritosconstituyen un hallazgo excepcional, no tantopor tratarse de esqueletos o porciones esqueléticascolocadas intencionadamente en el interior de algunosfondos, sino por confirmarse el primero comouna exhibición del agriotipo del vacuno, y elsegundo por la inclusión de un relleno de osamentasde diferentes especies, todo ello entremezcladocon cenizas pendientes de estudio. No descartamosque esta pauta deposicional pueda ser un antecedente,aunque con otras características, de una seriede depósitos más habituales en el ámbito meseteño,concretamente para el horizonte Protocogotas.Aunque todavía escasamente conocidos y estudiados,han sido relacionados con actos fundacionalesy/o fines propiciatorios (Bellido 1996; Liesauet al. 2004-05). En la zona Sur de Camino delas Yeseras se ha podido documentar en la campañaanterior un depósito de ese mismo horizonte ycon una evidente intencionalidad ritual con numerososcuartos delanteros y traseros de vacuno acompañados por otros restos animales.
Los rituales funerarios son de una gran variedad, individuales y colectivos, en covachase hipogeos, con o sin ajuar campaniforme, algunos de los últimos con ricos ajuares áureos y ebúrneos. Losdatos óseos de algunos inhumados campaniformes apuntan a un aspecto físico muy llamativo en vida,....a juzgar por algunas característicasfísicas de los grupos campaniformes, ademásde ser robustos, algunos personajes no pasabandesapercibidos: la enorme estatura de un varóncausada por un constante crecimiento siendo adulto, la nariz achatada de otro varón senil robusto, oel aspecto de una mujer con una cabeza deformadaintencionalmente.No menos interesantes son los datos que aportanéstas manifestaciones funerarias paralelas al megalitismo,pues frente a la idea de monumentos visiblesen el paisaje exterior, las fosas de los grupossin campaniforme se mimetizan entre las estructurasdomésticas del paisaje urbano interior. Frente a ellos, los grupos campaniformes mantienen ciertoselementos propios del megalitismo con una arquitecturade dimensiones no desdeñables, aunque menosllamativas, como son los hipogeos y las covachas.
(Un espacio compartido por vivos y muertos: El poblado calcolítico de fosos de Camino de las Yeseras, San Fernando de Henares, Madrid. Universidad Autónoma de Madrid)
martes, 14 de diciembre de 2010
Las Cuevas de Olihuelas, Olías del Rey
Hoy volvemos a la carga con otras cuevas que pudieron tener un uso sagrado en la Antigüedad, aunque no hay nada claro al respecto: Las Cuevas de Olihuelas -o Cuevas de Higares, como también son conocidas-. En concreto, en la finca Higares -o Dehesa de Olihuelas-, en el margen derecho del río Tajo y a unos seis kilómetros de una las ciudades más bellas del mundo, como es Toledo, existen un conjunto de cuevas artificiales compuestas por salas y amplias galerías. Son tres cuevas que, según el autor Juan Moraleda y Esteban, en un artículo de 1892, son conocidas como La Carrera de Caballo, La Cocinilla y La Cantera Vieja.
Los labradores del lugar llamaban a una especie de altar rupestre, que hay en el interior de una de las galerías, el Altar de Mahoma, con lo que nos volvemos a encontrar con la costumbre de catalogar como de "tiempo de moros" a todo aquel lugar del cual se desconoce su verdadero origen. Para Juan Moraleda bien pudieron ser las catacumbas toledanas al estilo de las de la propia Roma, Nápoles o Siracusa y este "altar" el que usaran los cristianos toledanos del Toledo romano, pero para otro autor contemporáneo del citado, El Vizconde de Palazuelos, fueron, simplemente, unas canteras que surtieron de piedra para la construcción de la Catedral de Toledo, pues aporta el dato del archivo de la propia catedral, donde a un tal Alvar Gómez se le denomina "aparejador de las canteras de Olihuelas". En la actualidad, ésta parece ser la opinión más extendida, pues se consideran canteras de época romana. Algunos autores actuales, como Juan Ignacio Cuesta, comparando éstas con otras, como la "De los moros" de Pastrana, creen que pueden ser de época carpetana, pero no existen grabados, ni ningún otro elemento que constituyan una prueba clara al respecto.
En un estudio arqueológico realizado en aquel paraje, se ha constatado presencia humana durante el Paleolítico Superior.
Las cuevas están totalmente abandonadas y poco a poco las entradas a las mismas van desapareciendo, con lo que parece, si no se interviene antes, que están abocadas a un paulatino derrumbamiento, como así ha ocurrido con muchas de sus galerías a lo largo de los siglos.
Los labradores del lugar llamaban a una especie de altar rupestre, que hay en el interior de una de las galerías, el Altar de Mahoma, con lo que nos volvemos a encontrar con la costumbre de catalogar como de "tiempo de moros" a todo aquel lugar del cual se desconoce su verdadero origen. Para Juan Moraleda bien pudieron ser las catacumbas toledanas al estilo de las de la propia Roma, Nápoles o Siracusa y este "altar" el que usaran los cristianos toledanos del Toledo romano, pero para otro autor contemporáneo del citado, El Vizconde de Palazuelos, fueron, simplemente, unas canteras que surtieron de piedra para la construcción de la Catedral de Toledo, pues aporta el dato del archivo de la propia catedral, donde a un tal Alvar Gómez se le denomina "aparejador de las canteras de Olihuelas". En la actualidad, ésta parece ser la opinión más extendida, pues se consideran canteras de época romana. Algunos autores actuales, como Juan Ignacio Cuesta, comparando éstas con otras, como la "De los moros" de Pastrana, creen que pueden ser de época carpetana, pero no existen grabados, ni ningún otro elemento que constituyan una prueba clara al respecto.
En un estudio arqueológico realizado en aquel paraje, se ha constatado presencia humana durante el Paleolítico Superior.
Las cuevas están totalmente abandonadas y poco a poco las entradas a las mismas van desapareciendo, con lo que parece, si no se interviene antes, que están abocadas a un paulatino derrumbamiento, como así ha ocurrido con muchas de sus galerías a lo largo de los siglos.
lunes, 13 de diciembre de 2010
La Cueva de los Moros, Pastrana
Hoy de nuevo la toponimia nos sirve de pista para ir en busca de un lejano pasado. A dos kilómetros de Pastrana, nos encontramos con una cueva abandonada y casi olvidada, la Cueva de los Moros; una cueva artificial excavada no se sabe cuándo, pues, como otros tantos lugares perdidos, está a falta de un estudio científico que así nos lo determine. Aún así, parece que nos encontramos ante un santuario rupestre que, como poco, se remonta a la época de la Edad del Hierro, pues se pueden observar restos de una especie de escritura alfabética muy similar al alfabeto ibero, lo cual no sería extraño de ser así, pues ya se sabe que este alfabeto se extendió entre el pueblo celtíbero -de ahí la denominación que los autores clásicos dieron a estas etnias- y este paraje se encuentra dentro de los límites de lo que fue la antigua "Celtiberia". Además existen una serie de grabados de extrañas figuras que quizás se remonten a tiempos aún más pretéritos. Pero dejemos que sea Alfredo Orte, de Rutas y Leyendas, quién nos cuente.
La Cueva de los Moros se encuentra en un peñasco aislado, situado en medio de campos de barbecho y cultivos cerealistas, en el arranque de la carretera que lleva a Valdeconcha. En realidad no se trata de una cueva, sino de una serie de pasadizos paralelos y túneles interconectados con múltiples salidas al exterior. En el arranque de la cavidad estos túneles llegan a alcanzar cinco metros de altura, excavados artificialmente por métodos que desconocemos y en una época incierta. En las paredes interior, y en la parte superior de la peña, se han descubierto numerosos signos de un alfabeto indescifrable, que algunos han identificado con la escritura ibérica. Junto a ellos aparecen otros signos más figurativos, como cruces con bases piramidales, figuras geométricas y pequeñas oquedades excavadas en la roca, a modo de ofertorios. Uno de ellos se asemeja a un rostro, con dos orificios a modo de ojos y uno más grande abajo y en el centro que hace las veces de una boca abierta. Quizá por estos extraños relieves, el presidente de la Asociación Cultural para la Investigación y Defensa del Patrimonio Histórico y Arqueológico (ACPIHAB) Emilio Villellas bautizó a este enclave como el “Oráculo de Palaterna” en alusión a la primitiva denominación de Pastrana y en recuerdo al oráculo de Cumas, en Grecia, donde las sibilas realizaban sus augurios en la Antigüedad. En realidad poco podemos dar por seguro sobre la funcionalidad de este templo o santuario rupestre, aunque todo apunta a que gozó de una gran relevancia como espacio sagrado.
...Se ha comentado por algunos autores su similitud con eremitorios altomedievales, refugio de anacoretas que harían de estas grutas un espacio para la oración, la meditación y la vida en soledad. Probablemente en el siglo VI y VII esta zona vivió una efervescencia de la vida monástica, fruto de un impulso que en Hispania lideraba San Fructuoso y que en estas tierras estuvo más vinculado al poder de los reyes visigodos. De lo que sí estamos seguros es de la reutilización casi continua de estas galerías a lo largo de otros periodos, en especial durante la Edad Media y el Siglo de Oro. Se ha aventurado la posibilidad de que San Juan de la Cruz utilizase la cueva como espacio de meditación y elevación mística, algo más que probable si tenemos en cuenta que el santo abulense fundó el convento del Carmen en la villa de Pastrana y pasó en él largas temporadas. Luego el paso del tiempo hizo mella, y empezó a ser utilizada por los pastores como refugio para el ganado. Hoy languidecen sus piedras esperando una conservación y un estudio científico serio, que determine de una vez por todas las causas por las que fue horadada, y sobre todo, de las motivaciones de los hombres que lo llevaron a cabo. Aunque la historia tenga que reescribirse….
(Alfredo Orte, rutasyleyendas.com)
La Cueva de los Moros se encuentra en un peñasco aislado, situado en medio de campos de barbecho y cultivos cerealistas, en el arranque de la carretera que lleva a Valdeconcha. En realidad no se trata de una cueva, sino de una serie de pasadizos paralelos y túneles interconectados con múltiples salidas al exterior. En el arranque de la cavidad estos túneles llegan a alcanzar cinco metros de altura, excavados artificialmente por métodos que desconocemos y en una época incierta. En las paredes interior, y en la parte superior de la peña, se han descubierto numerosos signos de un alfabeto indescifrable, que algunos han identificado con la escritura ibérica. Junto a ellos aparecen otros signos más figurativos, como cruces con bases piramidales, figuras geométricas y pequeñas oquedades excavadas en la roca, a modo de ofertorios. Uno de ellos se asemeja a un rostro, con dos orificios a modo de ojos y uno más grande abajo y en el centro que hace las veces de una boca abierta. Quizá por estos extraños relieves, el presidente de la Asociación Cultural para la Investigación y Defensa del Patrimonio Histórico y Arqueológico (ACPIHAB) Emilio Villellas bautizó a este enclave como el “Oráculo de Palaterna” en alusión a la primitiva denominación de Pastrana y en recuerdo al oráculo de Cumas, en Grecia, donde las sibilas realizaban sus augurios en la Antigüedad. En realidad poco podemos dar por seguro sobre la funcionalidad de este templo o santuario rupestre, aunque todo apunta a que gozó de una gran relevancia como espacio sagrado.
...Se ha comentado por algunos autores su similitud con eremitorios altomedievales, refugio de anacoretas que harían de estas grutas un espacio para la oración, la meditación y la vida en soledad. Probablemente en el siglo VI y VII esta zona vivió una efervescencia de la vida monástica, fruto de un impulso que en Hispania lideraba San Fructuoso y que en estas tierras estuvo más vinculado al poder de los reyes visigodos. De lo que sí estamos seguros es de la reutilización casi continua de estas galerías a lo largo de otros periodos, en especial durante la Edad Media y el Siglo de Oro. Se ha aventurado la posibilidad de que San Juan de la Cruz utilizase la cueva como espacio de meditación y elevación mística, algo más que probable si tenemos en cuenta que el santo abulense fundó el convento del Carmen en la villa de Pastrana y pasó en él largas temporadas. Luego el paso del tiempo hizo mella, y empezó a ser utilizada por los pastores como refugio para el ganado. Hoy languidecen sus piedras esperando una conservación y un estudio científico serio, que determine de una vez por todas las causas por las que fue horadada, y sobre todo, de las motivaciones de los hombres que lo llevaron a cabo. Aunque la historia tenga que reescribirse….
(Alfredo Orte, rutasyleyendas.com)
viernes, 10 de diciembre de 2010
El Ara Votiva de Tejeda de Tiétar
En la comarca de La Vera, en pleno valle del Tiétar, como el genitivo del topónimo nos indica, encontramos un curioso caso -aunque no es poco frecuente- de un ara votiva de época romana incrustada en el muro de una iglesia. En este caso se halla empotrada en el muro sur de la Iglesia de San Miguel de la localidad de Tejeda de Tiétar. Los lugareños conocen el ara como "La muerte pelona" y sobre la misma se ha ejecutado, hasta la actualidad, un sorprendente ritual de apedreamiento. En una de las primeras lecturas científicas del texto se interpretó que estaba consagrado a la diosa Ataecina -Adaegina-, que los romanos identificaban con Proserpina, aunque lecturas posteriores han demostrado que dicha interpretación era errónea y se ha comprobado que el texto aludía a unas divinidades conocidas como Selais Duillas. Estudios posteriores nos dicen que eran unas diosas prerromanas, pues en cuanto a Selais se ha documentado una divinidad conocida como Selu, con un ara encontrada en Ibahernando, por lo que parece que comparte raíz con el Sela o Sala indoeuropeo que significa río, y en cuanto a Duillas se cree puede derivar de la raíz también indoeuropea dhal o dhel, con significado de brotar o florecer. Bien pudieron ser unas divinidades consagradas al próximo Tiétar.
El texto del ara en cuestión es el siguiente: “Votvm fecit libe (nier) Selais Duillos Ivlive”, que se puede traducir como: "Julio hizo un voto libremente a las Selais Duillas".
Pero la curiosidad de este ara no queda ahí, sino que en la propia ara destaca una figura antropomorfa que ocupa las dos terceras partes de la misma y que ha sido interpretado como un "danzante". Por último no podemos dejar de describir el curioso "apedreamiento ritual" que ya hemos mencionado. El autor que hoy traemos a colación, José María Domínguez, entiende que este ritual de apedreamiento del ara que practican los vecinos de este pueblo bien pudiera ser una herencia del pasado, cuando el ara ocupaba su lugar originario.
Sin duda alguna estamos ante la imagen de un danzante. Es la figura de un hombre interpretando una danza sagrada. Así lo detectan la actitud y el vestido. Este guarda enorme parecido con los que lucen los danzantes oretanos, según puede verse en un fragmento de cerámica conservado en el Museo Arqueológico de Jaén. Las mujeres visten largas túnicas, mientras que las faldillas masculinas sólo tapan parte del muslo. Esta diferenciación entre la indumentaria propia de ambos sexos la hallamos igualmente en los danzantes edetanos, como pone al descubierto la cerámica de Liria. Salvando aún las distancias, hemos de reseñar el parecido del danzante de la lápida de Tejeda de Tiétar con otros que hasta tiempos recientes y aún hoy ejecutan sus bailes por toda la geografía peninsular y que en cierta medida podemos considerar como continuadores de pretéritas manifestaciones cultuales...Si tenemos unas deidades y unos danzantes con ellas relacionados, lo lógico es pensar en una funcionalidad cultual. El danzar sería una de las formas de venerar a esas plurales diosas de la Naturaleza que cita la lápida de Tejeda. Indicamos que las Selaes Dvillas son protectoras de la vegetación y, como tales, propiciadoras de la fertilidad, ya que del resurgir de las plantas depende la vida en todas sus dimensiones. En consecuencia estas danzas en su honor tendrían como misión el potenciar a estas deidades para que hicieran posible el periódico resurgir de la vida sobre la tierra. ...En este sentido las danzas de las Selaes Dvillas debieron ser ejecutadas en primavera, momento del año en el que se manifiestan con mayor intensidad la eclosión de la vida.
Iglesia de San Miguel de Tejeda de Tiétar, donde se halla el ara votiva en su muro sur
...Señalamos más arriba cómo el danzante de la lápida de Tejeda ha sido objeto de un apedreamiento que podemos definir de ritual. Aunque sea aventurado afirmarlo, en mi opinión este curioso comportamiento de los tejedanos responde a una continuidad o pervivencia etnográfica, lo que equivale a decir que el ara votiva ya era apedreada en su primitiva ubicación. La lapidación, al igual que la danza, constituye un mecanismo potenciador de la fertilidad, como lo confirman múltiples ejemplos. Cuando la colonia griega de Marsella era asolada por las plagas un hombre de la clase más pobre se ofrecía como víctima expiatoria y, tras ser alimentado a expensas públicas durante un año, le ponían vestiduras sagradas y lo sacaban de la ciudad, apedreándolo seguidamente hasta morir....Los celtas escoceses en la fiesta de Baltane, mediante sorteo, elegían a una persona, que seguidamente era apedreada con cáscaras de huevos, constituyendo el rito una posible reliquia del sacrificio anual que se hacía en el curso de una fiesta de la cosecha o de la fertilidad. En el folklore europeo existen bastantes "restos" que hablan de una remota realidad de los sacrificios humanos en determinadas fiestas y ceremonias agrarias, a los que aluden igualmente ciertas costumbres extremeñas.
...Hemos de suponer, tras los datos apuntados, que la figura que se apedrea en Tejeda no es otra cosa que una víctima inmolada. Las fuentes antiguas hablan de sacrificios humanos que hacían los habitantes de la Lusitania para sellar pactos, para la adivinación y en ofrenda a los raleza, las Selaes Dvillas, y que la víctima, en este caso, no sería otra que uno de los que previamente habían danzado en su honor.
(José María Domínguez Moreno, "El Ara Votiva de Tejeda de Tiétar y su información sobre una danza prerromana", 1987-88)
jueves, 9 de diciembre de 2010
La Cueva de la Quilama, Navarredonda de la Rinconada
Volvemos a traer una cueva envuelta a una leyenda con una reina o princesa mora como protagonista. Ya dijimos que todo lugar asociado a "tiempo de moros" en muchas ocasiones oculta un pasado mucho más lejano, por lo que puede constituir una importante pista para desentrañar algún hecho relevante. En concreto, en relación a la leyenda de la mora Quilama que habita esta cueva se dan una serie de elementos que para antropólogos, historiadores y estudiosos de la materia constituyen la prueba de un pasado mucho más remoto.
Sierra de Quilamas, donde se haya la cueva
Las cuevas han constituido, desde siempre, lugares misteriosos, asociados a la existencia de seres fantásticos o de fuerzas extrañas. En su interior es posible todo tipo de fenómenos; de ahí que hayan sido elegidas como centros de religiosidad, como lugares de enterramiento, como santuarios de prácticas ocultistas....En cuanto a lo pertinente a la categoría de lo esencial podemos señalar como factores integrantes en la elaboración de, las leyendas, la sugestión por lo exótico, la idealización de un determinado personaje de raza foránea, casi siempre una mujer. La categorización arquetípica incluye la particularidad de que las mujeres encantadas peinan sus cabellos con peines de oro, al menos en muchos de los casos recogidos. Según hace observar Caro Baroja, se podría atribuir tal creencia a un tipo de contaminación o influencia indoeuropea, aunque sin descartar un origen anterior.El investigador J. M. González Reboredo consigna que en ciertas regiones de Galicia (San Martín del Grove, Pontevedra) las encantadas son identificadas con los primeros pobladores o simplemente como habitantes de los castros, En ocasiones se trata de gentes mitad serpiente mitad mujer. El componente teromórfico que faculta la aparición del hibridismo atiende a consideraciones relativas a creencias y cultos a la fertilidad. Quizá, en opinión de Caro Baroja, como una simple trasposición lingüística, las xanas del centro y parte oriental de, la península ibérica se correspondan funcionalmente con las primitivas dianae que recibían culto antes del advenimiento del cristianismo. Por lo general, los genios femeninos custodios de tesoros en cuevas reciben el nombre, de moras, como así lo hemos venido diciendo; pero en el país vasco son conocidas bajo el nombre de gentilbaratza; en el mediodía de Francia usan para la designación correspondiente el gentilicio bergères; equivalen a las korrigan de Bretaña.En cualquier caso las moras guardan las riquezas contra la codicia de los hombre, quienes solamente podrán apoderarse de éstas mediante el desencantamiento de aquéllas. y parejo a ello, puede producirse el descubrimiento de tesoros en las inmediaciones. De hecho, en el caso de la cueva de la Quilama que aquí nos ocupa, se conserva memoria de un hallazgo de ese tipo en un castro próximo, a cargo de un pastor. En el lugar del supuesto hallazgo hay vestigios de dólmenes y otros restos prehistóricos....En relación al fenómeno de cristianización de enclaves primitivamente paganos, digamos, por último, que en el caso de la cueva de la Quilama hubo hasta finales de siglo pasado una cruz en las inmediaciones de la misma.
(Ramón Grande del Brio, "La Cueva de la Quilama")
Sierra de Quilamas, donde se haya la cueva
Las cuevas han constituido, desde siempre, lugares misteriosos, asociados a la existencia de seres fantásticos o de fuerzas extrañas. En su interior es posible todo tipo de fenómenos; de ahí que hayan sido elegidas como centros de religiosidad, como lugares de enterramiento, como santuarios de prácticas ocultistas....En cuanto a lo pertinente a la categoría de lo esencial podemos señalar como factores integrantes en la elaboración de, las leyendas, la sugestión por lo exótico, la idealización de un determinado personaje de raza foránea, casi siempre una mujer. La categorización arquetípica incluye la particularidad de que las mujeres encantadas peinan sus cabellos con peines de oro, al menos en muchos de los casos recogidos. Según hace observar Caro Baroja, se podría atribuir tal creencia a un tipo de contaminación o influencia indoeuropea, aunque sin descartar un origen anterior.El investigador J. M. González Reboredo consigna que en ciertas regiones de Galicia (San Martín del Grove, Pontevedra) las encantadas son identificadas con los primeros pobladores o simplemente como habitantes de los castros, En ocasiones se trata de gentes mitad serpiente mitad mujer. El componente teromórfico que faculta la aparición del hibridismo atiende a consideraciones relativas a creencias y cultos a la fertilidad. Quizá, en opinión de Caro Baroja, como una simple trasposición lingüística, las xanas del centro y parte oriental de, la península ibérica se correspondan funcionalmente con las primitivas dianae que recibían culto antes del advenimiento del cristianismo. Por lo general, los genios femeninos custodios de tesoros en cuevas reciben el nombre, de moras, como así lo hemos venido diciendo; pero en el país vasco son conocidas bajo el nombre de gentilbaratza; en el mediodía de Francia usan para la designación correspondiente el gentilicio bergères; equivalen a las korrigan de Bretaña.En cualquier caso las moras guardan las riquezas contra la codicia de los hombre, quienes solamente podrán apoderarse de éstas mediante el desencantamiento de aquéllas. y parejo a ello, puede producirse el descubrimiento de tesoros en las inmediaciones. De hecho, en el caso de la cueva de la Quilama que aquí nos ocupa, se conserva memoria de un hallazgo de ese tipo en un castro próximo, a cargo de un pastor. En el lugar del supuesto hallazgo hay vestigios de dólmenes y otros restos prehistóricos....En relación al fenómeno de cristianización de enclaves primitivamente paganos, digamos, por último, que en el caso de la cueva de la Quilama hubo hasta finales de siglo pasado una cruz en las inmediaciones de la misma.
(Ramón Grande del Brio, "La Cueva de la Quilama")
viernes, 3 de diciembre de 2010
La Santa Cueva y la diosa Astarté, Cádiz
Hace justo un año hablamos de la hipótesis más extendida sobre la ubicación de lo que fue el templo fenicio de la diosa Astarté, aquella que lo sitúa en el arrecife rocoso de la Punta de la Nao. Hoy volvemos a hablar de dicho templo, no porque se cumpla dicho aniversario, sino por un motivo puramente casual, que no es otro que el haber encontrado una hipótesis distinta sobre su ubicación. Ésta no es nueva, se hizo pública por la arqueóloga Inmaculada Pérez -atendiendo al Diario de Cádiz- en 2004, pero nosotros la hemos conocido esta misma semana y aquí la traemos. Esta arqueóloga sitúa el antiguo templo en el Oratorio de la Santa Cueva de Cádiz, pues en el templo de Astarté, según los textos, existía una cueva con oráculo y bajo el oratorio cristiano actual se encuentra la única cueva subterránea sacralizada, con lo que, según apunta, bien pudiera ser este el lugar donde se ubicara el templo de la diosa. Aporta además otros motivos que niegan la hipótesis de su ubicación en la Punta de la Nao.
Una de las aportaciones más interesantes del estudio de la arqueóloga es la hipótesis que plantea la posible ubicación del oráculo de la diosa Astarté en la Santa Cueva. Precisa al respecto que "los hallazgos subacuáticos en la Punta del Nao, frente al Castillo de Santa Catalina, se han venido relacionando por la mayoría de los investigadores con la ubicación del templo de la diosas fenicia, asimilada después a la Venus o la Juno romanas, en esa zona. Estos restos arqueológicos, cuya datación se extiende desde el siglo VII al II antes de Cristo, se cree que proceden de un barco hundido en las inmediaciones del santuario. Yo sugiero que se trataba de un barco votivo que se construye para una ceremonia náutica importante relacionada con el culto de Astarté. Este barco se cargaba con ofrendas y objetos litúrgicos, se soltaba, se dejaba navegar y en ocasiones naufragaba".
Subraya que "estos hallazgos en la Punta del Nao han hecho pensar que el templo se encontraba en esa plataforma rocosa, pero los textos clásicos indican que en él había una cueva con oráculo. Yo entiendo que en época fenicia toda la isla pequeña era un territorio sagrado y la única cueva con connotaciones religiosas en Cádiz es la que hoy llamamos la Santa Cueva. Los estudios más recientes indican que el lugar donde hoy se ubica el oratorio estaba a la entrada del puerto marítimo en la Edad Antigua".
Estima Inmaculada Pérez que la situación de esta cueva, al pie del promontorio del solar del Cómico, y los hallazgos de este yacimiento, la calle Canovás del Castillo y la calle Ancha, "tanto el sacerdote o dios egipcio encontrado hace años, como el pozo aparecido en la reciente excavación", son datos que apoyan esta nueva hipótesis sobre la ubicación del oráculo de Astarté en la isla sagrada dedicada a la diosa fenicia. Señala la arqueóloga que "la Santa Cueva es la única que se ha cristianizado, algo que podría responder a una pervivencia del carácter sagrado del lugar, aunque ese es un extremo que aún no se ha podido constatar".
(Diario de Cádiz)
Una de las aportaciones más interesantes del estudio de la arqueóloga es la hipótesis que plantea la posible ubicación del oráculo de la diosa Astarté en la Santa Cueva. Precisa al respecto que "los hallazgos subacuáticos en la Punta del Nao, frente al Castillo de Santa Catalina, se han venido relacionando por la mayoría de los investigadores con la ubicación del templo de la diosas fenicia, asimilada después a la Venus o la Juno romanas, en esa zona. Estos restos arqueológicos, cuya datación se extiende desde el siglo VII al II antes de Cristo, se cree que proceden de un barco hundido en las inmediaciones del santuario. Yo sugiero que se trataba de un barco votivo que se construye para una ceremonia náutica importante relacionada con el culto de Astarté. Este barco se cargaba con ofrendas y objetos litúrgicos, se soltaba, se dejaba navegar y en ocasiones naufragaba".
Subraya que "estos hallazgos en la Punta del Nao han hecho pensar que el templo se encontraba en esa plataforma rocosa, pero los textos clásicos indican que en él había una cueva con oráculo. Yo entiendo que en época fenicia toda la isla pequeña era un territorio sagrado y la única cueva con connotaciones religiosas en Cádiz es la que hoy llamamos la Santa Cueva. Los estudios más recientes indican que el lugar donde hoy se ubica el oratorio estaba a la entrada del puerto marítimo en la Edad Antigua".
Estima Inmaculada Pérez que la situación de esta cueva, al pie del promontorio del solar del Cómico, y los hallazgos de este yacimiento, la calle Canovás del Castillo y la calle Ancha, "tanto el sacerdote o dios egipcio encontrado hace años, como el pozo aparecido en la reciente excavación", son datos que apoyan esta nueva hipótesis sobre la ubicación del oráculo de Astarté en la isla sagrada dedicada a la diosa fenicia. Señala la arqueóloga que "la Santa Cueva es la única que se ha cristianizado, algo que podría responder a una pervivencia del carácter sagrado del lugar, aunque ese es un extremo que aún no se ha podido constatar".
(Diario de Cádiz)
jueves, 2 de diciembre de 2010
Santuario iberorromano de la Montaña Frontera, Sagunto
Volvemos a la antigua Edetania. Justo en la cercanía de aquella población sobre la que han recaído distintos topónimos -Arse para los íberos, Saguntum para los romanos y Murviedro para los musulmanes- existe un antiguo templo donde se ha especulado con que se daba culto a un dios íbero de nombre Bokon al que más tarde se romanizó como Liber Pater -más conocido como Baco- que es verdaderamente el teónimo encontrado en una inscripción latina. En santuario se encuentra justo en lo alto de la Muntanya Frontera, en plena Sierra Calderona.
Sagunto con la Sierra Calderona al fondo, donde se encuentra Montaña Frontera
Y centrándonos en el carácter del dios en la Montaña Frontera, la opinión de Corell transcurre por otra vía asegurando que el dios de la Montaña Frontera estaría más cerca del Liber itálico, dios de los campos y la naturaleza, que del Dionisos griego, deidad del vino porque se dan una serie de rasgos que lo hacen así: los nombres de los dedicantes latinos, los gastos con dinero público, la existencia anterior de un dios ibérico, la mala calidad de las dedicatorias y su difícil vinculación con el vino. Para García Sanz es un dios popular con un culto comunitario a modo de patronazgo.En resumen, por lo que podemos observar se ha hecho difícil determinar el verdadero carácter que tomó Liber Pater en Hispania y, en concreto, en la Montaña Frontera.
Una vía para el reconocimiento de su carácter en este santuario podría establecerse quizá a partir del sentido que recibió la divinidad que le debía preceder en este lugar pero, como ya apuntamos, la falta de datos para la época ibérica es un hecho, obligándonos a manejar, como ahora veremos, otros aspectos no menos importantes. La situación destacada del santuario en lo alto de una montaña (el lugar alto conlleva un concepto religioso en la Antigüedad dominando todo un territorio, junto con el hecho de dedicar a Liber Pater un santuario en altura dentro del territorio saguntino en vez de un templo en la ciudad, lo acerca a un carácter agrícola. Esta idea vendría reforzada por el hecho de que este dios en su origen es el dios de la fecundidad, protector de la fertilidad agrícola.
(Mª Rosario Nicolau Vives, "Un santuario iberromano saguntino situado en la Montaña Frontera; Sagunto, Valencia")
Sagunto con la Sierra Calderona al fondo, donde se encuentra Montaña Frontera
Y centrándonos en el carácter del dios en la Montaña Frontera, la opinión de Corell transcurre por otra vía asegurando que el dios de la Montaña Frontera estaría más cerca del Liber itálico, dios de los campos y la naturaleza, que del Dionisos griego, deidad del vino porque se dan una serie de rasgos que lo hacen así: los nombres de los dedicantes latinos, los gastos con dinero público, la existencia anterior de un dios ibérico, la mala calidad de las dedicatorias y su difícil vinculación con el vino. Para García Sanz es un dios popular con un culto comunitario a modo de patronazgo.En resumen, por lo que podemos observar se ha hecho difícil determinar el verdadero carácter que tomó Liber Pater en Hispania y, en concreto, en la Montaña Frontera.
Una vía para el reconocimiento de su carácter en este santuario podría establecerse quizá a partir del sentido que recibió la divinidad que le debía preceder en este lugar pero, como ya apuntamos, la falta de datos para la época ibérica es un hecho, obligándonos a manejar, como ahora veremos, otros aspectos no menos importantes. La situación destacada del santuario en lo alto de una montaña (el lugar alto conlleva un concepto religioso en la Antigüedad dominando todo un territorio, junto con el hecho de dedicar a Liber Pater un santuario en altura dentro del territorio saguntino en vez de un templo en la ciudad, lo acerca a un carácter agrícola. Esta idea vendría reforzada por el hecho de que este dios en su origen es el dios de la fecundidad, protector de la fertilidad agrícola.
(Mª Rosario Nicolau Vives, "Un santuario iberromano saguntino situado en la Montaña Frontera; Sagunto, Valencia")
miércoles, 1 de diciembre de 2010
El Paso del Fuego de San Pedro Manrique
En la comarca de las Tierras Altas de Soria encontramos una festividad que se repite en distintos puntos, como es el paso de gente descalza por brasas en la víspera de San Juan; una celebración que ha llamado la atención de numerosos estudiosos y que, parece ser, hunde sus raíces en tiempos muy antiguos. No es quizás el momento más apropiado para hablar de esta festividad, ahora que se acerca el otro solsticio, el de invierno, pero ahí dejamos constancia de una tradición más que ha sobrevivido al transcurso de siglos y milenios y que es testigo de ese pasado donde el ser humano se encontraba, por motivos obvios, más en conexión con la naturaleza. Como dato anecdótico de la festividad de El Paso del Fuego de San Pedro Manrique diremos que hasta no hace mucho era costumbre bajar la madera de roble de Sarnago, localidad que se encuentra en la falda de aquel que dicen fue monte sagrado para los antiguos celtíberos y ya nombrado en esta página hace unos meses.
San Pedro Manrique
El culto al fuego, relacionado con el sol, como elemento de purificación, tenía un lugar destacado en el solsticio de verano “se realizaban fiestas de purificación con danzas, carreras, luchas y sacrificios fuera de la ciudad”. Sin duda alguna, “residuos de estos ancestrales ritos son el paso del fuego en San Pedro Manrique en la noche de San Juan, y los numerosos festejos en torno al fuego que en estas fechas siguen reproduciéndose en esta zona y en general en la Península Ibérica”. El sol y la luna y sus ciclos respectivos eran en el mundo celta y celtibérico altamente sugerentes de muerte y resurrección, e incluso la idea de que la noche daba a luz el día; por eso pensaban que los muertos volvían a la vida y, en sentido general, eran fuente de fecundidad.
(Alfredo Jimeno Martínez, "Celtíberos y cultura tradicional en el entorno de Numancia")
San Pedro Manrique
El culto al fuego, relacionado con el sol, como elemento de purificación, tenía un lugar destacado en el solsticio de verano “se realizaban fiestas de purificación con danzas, carreras, luchas y sacrificios fuera de la ciudad”. Sin duda alguna, “residuos de estos ancestrales ritos son el paso del fuego en San Pedro Manrique en la noche de San Juan, y los numerosos festejos en torno al fuego que en estas fechas siguen reproduciéndose en esta zona y en general en la Península Ibérica”. El sol y la luna y sus ciclos respectivos eran en el mundo celta y celtibérico altamente sugerentes de muerte y resurrección, e incluso la idea de que la noche daba a luz el día; por eso pensaban que los muertos volvían a la vida y, en sentido general, eran fuente de fecundidad.
(Alfredo Jimeno Martínez, "Celtíberos y cultura tradicional en el entorno de Numancia")
martes, 30 de noviembre de 2010
Santuario urbano en la antigua Edeta, Liria
Hoy nos acercamos a la que fue la capital de la etnia íbera de los edetanos. En el Tossal de Sant Miquel, junto a Liria, se ubicó la antigua Edeta, la ciudad del famoso Vaso de los Guerreros y otras piezas de cerámica íbera tan características que se encuentran en el Museo de Prehistoria de Valencia y que fueron principalmente hallados en nuestro lugar protagonista de hoy: un edificio sacro en el que se ha constatado la existencia de una favissa o pozo rectangular donde se depositaban los exvotos y donativos tras su utilización ritual; el mismo lugar donde han aparecido estas cerámicas entre la que destaca la famosa escena del combate naval, uno de los ejemplos más característicos de la pintura cerámica ibérica. Este tipo de depósito, que en el caso del edificio de Edeta se encontraba en uno de los ángulos de un patio, ha sido documentado también en otros yacimientos, por lo que no resulta un caso inusual. Estamos, por tanto, ante un auténtico santuario urbano. Las líneas que hoy traemos son el resumen de un trabajo realizado por Carmen Aranegui al que hemos puesto un enlace más abajo, justo donde el título del mismo.
Tossal de Sant Miquel, Liria. Ruinas de Edeta.
En el yacimiento del Tossal de Sant Miquel de Liria, antigua Edeta, se ha identificado un santuario que prueba la diferenciación de espacios domésticos y espacios sacros en la capital edetana. En apoyo de esa importante aportación, este trabajo analiza las características del denominado "pozo votivo" y concluye que se trata de una favissa. En su interior fueron hallados numerosos objetos de los que se han tomado en cuenta aquellos que contienen representaciones humanas. Considerando unas cabezas votivas de terracota, por una parte, y vasijas decoradas con escenificaciones, por otra, se plantean dos modalidades rituales diferentes: el culto a los antepasados y la afirmación de las elites ciudadanas en manifestaciones colectivas públicas.
("La Favissa del Santuario urbano de Edeta-Liria (Valencia)"
de Carmen Aranegui Gascó)
Tossal de Sant Miquel, Liria. Ruinas de Edeta.
En el yacimiento del Tossal de Sant Miquel de Liria, antigua Edeta, se ha identificado un santuario que prueba la diferenciación de espacios domésticos y espacios sacros en la capital edetana. En apoyo de esa importante aportación, este trabajo analiza las características del denominado "pozo votivo" y concluye que se trata de una favissa. En su interior fueron hallados numerosos objetos de los que se han tomado en cuenta aquellos que contienen representaciones humanas. Considerando unas cabezas votivas de terracota, por una parte, y vasijas decoradas con escenificaciones, por otra, se plantean dos modalidades rituales diferentes: el culto a los antepasados y la afirmación de las elites ciudadanas en manifestaciones colectivas públicas.
("La Favissa del Santuario urbano de Edeta-Liria (Valencia)"
de Carmen Aranegui Gascó)
lunes, 29 de noviembre de 2010
O menino do Lapedo, Leiria
Hoy nos hacemos eco de un culto a la muerte practicado, aproximadamente, hace 24.500 años y que ha dado mucho que hablar, no por la forma empleada en el enterramiento sino más bien por la morfología del esqueleto hallado. En concreto, se trata del esqueleto de un niño de unos cuatro años de edad, El niño de Lapedo -O menino do Lapedo-, que fue hallado en 1998 en el Abrigo de Lagar Velho, en el valle del Lapedo, muy cerca de la ciudad de Leiria.
Algunos estudiosos han visto en él características propias de nuestra especie, como es natural por la fecha de su hallazgo, pero también han encontrado algunos caracteres que le hacen asemejarse a los neandertales, por lo que han llegado incluso a la conclusión de que se trata de un híbrido de ambas. Sea o no cierta esta hibridación, desde que se conoció que el Homo sapiens y el Neandertal llegaron a habitar este planeta simultáneamente durante unos miles de años, ésta constituye una de las cuestiones más fundamentales de la antropología moderna.
Las líneas que hoy traemos de José María Bermúdez de Castro, Codirector del proyecto Atapuerca, de su obra de 2009 "El chico de la gran dolina", descartan esta posibilidad en lo referente al niño de Lapedo, pero ahí queda abierta la cuestión de si se pudo dar o no esa hibridación que ojalá futuros hallazgos puedan desvelar.
Abrigo de Lagar Velho
El niño de Lapedo tiene una antigüedad de 24.500 años y representaría, según los investigadores que han realizado su estudio, el testimonio de un mestizaje regional entre los últimos neandertales y los primeros humanos modernos llegados a la Península Ibérica. La morfología del niño de Lapedo es moderna en la mayor parte de sus rasgos craneales, mandibulares y dentales, pero las extremidades inferiores presentan una robustez y un acortamiento relativo de la tibia característico de los neandertales. El niño de Lapedo también presenta una fosa suprainíaca en el occipital, así como otros detalles morfológicos de la mandíbula y del esqueleto poscraneal que se consideran diagnósticos de los neandertales.
Aunque el niño de Lapedo hubiera sido realmente el resultado del cruzamiento de un neandertal y un representante de las poblaciones modernas, no hay argumentos para afirmar que este individuo represente a una estirpe nacida del mestizaje de las dos poblaciones. Se trata de un caso aislado y además muy discutido. La gran mayoría de los rasgos de este niño son típicos de Homo sapiens y podría tratarse de un individuo robusto. Además, este niño fue enterrado siguiendo un ritual característico de las poblaciones modernas, rodeado de conchas perforadas y posiblemente envuelto en un sudario teñido de ocre rojo.
(José María Bermúdez de Castro, "El chico de la gran dolina")
Algunos estudiosos han visto en él características propias de nuestra especie, como es natural por la fecha de su hallazgo, pero también han encontrado algunos caracteres que le hacen asemejarse a los neandertales, por lo que han llegado incluso a la conclusión de que se trata de un híbrido de ambas. Sea o no cierta esta hibridación, desde que se conoció que el Homo sapiens y el Neandertal llegaron a habitar este planeta simultáneamente durante unos miles de años, ésta constituye una de las cuestiones más fundamentales de la antropología moderna.
Las líneas que hoy traemos de José María Bermúdez de Castro, Codirector del proyecto Atapuerca, de su obra de 2009 "El chico de la gran dolina", descartan esta posibilidad en lo referente al niño de Lapedo, pero ahí queda abierta la cuestión de si se pudo dar o no esa hibridación que ojalá futuros hallazgos puedan desvelar.
Abrigo de Lagar Velho
El niño de Lapedo tiene una antigüedad de 24.500 años y representaría, según los investigadores que han realizado su estudio, el testimonio de un mestizaje regional entre los últimos neandertales y los primeros humanos modernos llegados a la Península Ibérica. La morfología del niño de Lapedo es moderna en la mayor parte de sus rasgos craneales, mandibulares y dentales, pero las extremidades inferiores presentan una robustez y un acortamiento relativo de la tibia característico de los neandertales. El niño de Lapedo también presenta una fosa suprainíaca en el occipital, así como otros detalles morfológicos de la mandíbula y del esqueleto poscraneal que se consideran diagnósticos de los neandertales.
Aunque el niño de Lapedo hubiera sido realmente el resultado del cruzamiento de un neandertal y un representante de las poblaciones modernas, no hay argumentos para afirmar que este individuo represente a una estirpe nacida del mestizaje de las dos poblaciones. Se trata de un caso aislado y además muy discutido. La gran mayoría de los rasgos de este niño son típicos de Homo sapiens y podría tratarse de un individuo robusto. Además, este niño fue enterrado siguiendo un ritual característico de las poblaciones modernas, rodeado de conchas perforadas y posiblemente envuelto en un sudario teñido de ocre rojo.
(José María Bermúdez de Castro, "El chico de la gran dolina")
viernes, 26 de noviembre de 2010
El Monte Jálama, Salamati y su ara votiva en Villamiel
Hace pocos días dedicamos una entrada al dios lusitano Salamati cuando hablamos del ara dedicada a dicha divinidad que se encuentra en los muros de una ermita de Ceclavín. Hoy hablamos de nuevo de él para hacernos eco de una interesante teoría, que hemos encontrado en un interesante blog, y que lo relaciona con el Monte Jálama de Sierra de Gata. Según esta hipótesis, el monte daría nombre al dios, aunque también podría darse el caso contrario y ser el dios quien hubiera bautizado a dicho monte. Sea una cosa u otra -o ninguna de las dos-, no sería extraño encontrarnos con una montaña divinizada, pues existen bastantes ejemplos de ello, de los cuales ya hemos dejado constancia por aquí de algunos de ellos. Esta hipótesis se plantea en relación al ara votiva dedicada a Salamati que apareció en Villamiel y que se halla custodiada en el vecino municipio de San Martín de Trevejo.
Por último, hay que mencionar como curiosidad que una de las teorías manejadas para la localización del Monte de Venus, aquél que usaba Viriato como campamento de invierno, afirma que bien pudiera ser el Monte Jálama, aunque de esto, nada se sabe.
Monte Jálama
La coincidencia en el nombre con el monte de la Sierra de Gata, vendría determinada por su raíz Ilirio Ligur “sal = agua” que unida al sufijo “ama = madre”, señalarían en la antigüedad este orónimo como lugar de fuentes (su traducción literal, agua madre, manantial), en ambos casos con una misma base, la abundancia de agua en dichas zonas.
La relación agua = vida, llevaría más tarde a la creación del teónimo Salamati, derivado del orónimo de dicho lugar, considerando la montaña como fuente de vida y dando lugar a la veneración por el pueblo celta de los vetones de este monte como un dios benefactor, según el ara votiva hallada en Villamiel y conservada en San Martín de Trevejo.
“Fuscus Deo O(ptimo) Salamati"
(Al Dios Sumamente Bueno, el Oscuro Salamati)
La inscripción del ara votiva, nos puede llevar a dos consideraciones, la de un dios oscuro en referencia al color de la mole granítica, cosa bastante incierta y poco asumible; ó fusco (oscuro) en clara referencia a su aspecto durante la época de lluvias, lo que identificaría a Salamati con una divinidad relacionada con las aguas y los fenómenos atmosféricos.
La expresión fusco, es utilizada aún por algunas personas cuando el cielo está casi negro y las nubes amenazan agua; fenómeno que ocurre con frecuencia en la cima de Jálama.
Sumamente bueno, para ellos seria una consideración a la magnanimidad de su dios por la concesión de la abundancia de agua, hecho fácilmente constatable por ser una zona muy lluviosa, equiparable a la sierra de Grazalema y que conlleva que sus fuentes proporcionen abundante caudal a los ríos.
(navasfrias-rebollar.blogspot.com)
Por último, hay que mencionar como curiosidad que una de las teorías manejadas para la localización del Monte de Venus, aquél que usaba Viriato como campamento de invierno, afirma que bien pudiera ser el Monte Jálama, aunque de esto, nada se sabe.
Monte Jálama
La coincidencia en el nombre con el monte de la Sierra de Gata, vendría determinada por su raíz Ilirio Ligur “sal = agua” que unida al sufijo “ama = madre”, señalarían en la antigüedad este orónimo como lugar de fuentes (su traducción literal, agua madre, manantial), en ambos casos con una misma base, la abundancia de agua en dichas zonas.
La relación agua = vida, llevaría más tarde a la creación del teónimo Salamati, derivado del orónimo de dicho lugar, considerando la montaña como fuente de vida y dando lugar a la veneración por el pueblo celta de los vetones de este monte como un dios benefactor, según el ara votiva hallada en Villamiel y conservada en San Martín de Trevejo.
“Fuscus Deo O(ptimo) Salamati"
(Al Dios Sumamente Bueno, el Oscuro Salamati)
La inscripción del ara votiva, nos puede llevar a dos consideraciones, la de un dios oscuro en referencia al color de la mole granítica, cosa bastante incierta y poco asumible; ó fusco (oscuro) en clara referencia a su aspecto durante la época de lluvias, lo que identificaría a Salamati con una divinidad relacionada con las aguas y los fenómenos atmosféricos.
La expresión fusco, es utilizada aún por algunas personas cuando el cielo está casi negro y las nubes amenazan agua; fenómeno que ocurre con frecuencia en la cima de Jálama.
Sumamente bueno, para ellos seria una consideración a la magnanimidad de su dios por la concesión de la abundancia de agua, hecho fácilmente constatable por ser una zona muy lluviosa, equiparable a la sierra de Grazalema y que conlleva que sus fuentes proporcionen abundante caudal a los ríos.
(navasfrias-rebollar.blogspot.com)
jueves, 25 de noviembre de 2010
Altar rupestre en el Santuario celtibérico de Mohorte, El Valle de Altomira
Hace tiempo hablamos de un santuario celtibérico al que algunos bautizaron como "de Taranis", pues una gran roca, que preside el paraje, tiene la forma de cabeza de serpiente y ya se sabe que este animal era asociado por los celtas -junto a otros- al dios Taranis. Es más, si se contempla 'in situ', y se le echa un poquito más de imaginación, se puede ver incluso la forma de una serpiente enroscada. No sabemos si estamos o no ante una verdadera consagración a este dios aunque así titularamos la entrada dedicada a este lugar de una forma un tanto atrevida, pues no existe apenas constancia de culto a este dios entre los celtíberos y sí, por ejemplo, entre los galos y, dentro de la península, sobre todo entre los astures. A pesar de esto, por su concepción, se puede decir, de dios pancéltico no sería nada extraño que entre los celtíberos también recibiera culto dicha divinidad, sobre todo si comprobamos su similitud a otros dioses indoeuropeos como el Thor germánico, el Zeus griego o el Júpiter romano, pues en él se agrupaban atributos comunes a estos otros como el trueno, la luz y el cielo.
Altar rupestre de Mohorte
Dejando aparte la hipotética adscripción o no de este santuario a dicho dios, tenemos que decir que, durante nuestra reciente visita al lugar, pudimos comprobar un dato más que desconocíamos -de ahí nuestra nueva mención de hoy-, seguramente por una mala interpretación de las fuentes que manejamos en su momento, y es la existencia de un altar rupestre de los conocidos como "altares de sacrificios" con una morfología bastante similar a otros ya conocidos y nombrados en este lugar. En el se aprecian los mismos elementos que en los otros: escaleras, canalizaciones, cazoletas, agujeros que atraviesan por completo ciertas partes de la roca, etc. El "complejo" sagrado no se reduce únicamente a este altar y a la roca con forma de serpiente que preside aquel lugar, sino que existe un conjunto de cuevas artificiales de las que se desconoce su origen y que muy probablemente hayan sido usadas por distintos motivos -no sólo cultuales- en muy distintas épocas. En los alrededores, es importante destacar también una especie de agujeros excavados en la roca, como en forma de hornacinas, sobre los que existen distintas especulaciones, pues no está nada claro el uso que pudieron tener, aunque la intuición al verlas te hace creer que no tuvieron una función práctica sino más bien de culto. Hemos comprobado con posterioridad que incluso se han llegado a identificar con "el culto de las cabezas cortadas", pues una de las especulaciones toma dicho camino afirmando que bien pudieron ser usados como cubículo para mostrar las cabezas cortadas en los rituales que allí pudieran celebrarse. Por último, pudimos comprobar como la "cabeza de serpiente" se encuentra en su parte superior totalmente cubierta de agujeros artificiales conocidos como cazoletas, lo cual nos indica que quizás ya fuera un lugar sagrado para moradores muy anteriores a los propios celtíberos, pues se dice, que el elemento cultual de la cazoleta probablemente encuentre su origen en el Neolítico, aunque es posible que en la Edad del Hierro se continuara usando como elemento propio de los rituales. Fuera del contexto histórico protagonista de esta entrada, tenemos que decir que en aquel paraje conocido como Mohorte -nombre que tuvo una antigua población allí situada y abandonada en el medievo- existe un buen conjunto de tumbas rupestres antropomorfas.
El cristianismo en todo momento intentó cercenar y son constantes las menciones en los concilios de Toledo que hablan de este tipo de ritual en esta zona, de la gente que encendía antorchas y veneraba las piedras, veneraba las fuentes de agua y veneraba los árboles.
(Juan Carlos Sánchez, arqueólogo)
Altar rupestre de Mohorte
Dejando aparte la hipotética adscripción o no de este santuario a dicho dios, tenemos que decir que, durante nuestra reciente visita al lugar, pudimos comprobar un dato más que desconocíamos -de ahí nuestra nueva mención de hoy-, seguramente por una mala interpretación de las fuentes que manejamos en su momento, y es la existencia de un altar rupestre de los conocidos como "altares de sacrificios" con una morfología bastante similar a otros ya conocidos y nombrados en este lugar. En el se aprecian los mismos elementos que en los otros: escaleras, canalizaciones, cazoletas, agujeros que atraviesan por completo ciertas partes de la roca, etc. El "complejo" sagrado no se reduce únicamente a este altar y a la roca con forma de serpiente que preside aquel lugar, sino que existe un conjunto de cuevas artificiales de las que se desconoce su origen y que muy probablemente hayan sido usadas por distintos motivos -no sólo cultuales- en muy distintas épocas. En los alrededores, es importante destacar también una especie de agujeros excavados en la roca, como en forma de hornacinas, sobre los que existen distintas especulaciones, pues no está nada claro el uso que pudieron tener, aunque la intuición al verlas te hace creer que no tuvieron una función práctica sino más bien de culto. Hemos comprobado con posterioridad que incluso se han llegado a identificar con "el culto de las cabezas cortadas", pues una de las especulaciones toma dicho camino afirmando que bien pudieron ser usados como cubículo para mostrar las cabezas cortadas en los rituales que allí pudieran celebrarse. Por último, pudimos comprobar como la "cabeza de serpiente" se encuentra en su parte superior totalmente cubierta de agujeros artificiales conocidos como cazoletas, lo cual nos indica que quizás ya fuera un lugar sagrado para moradores muy anteriores a los propios celtíberos, pues se dice, que el elemento cultual de la cazoleta probablemente encuentre su origen en el Neolítico, aunque es posible que en la Edad del Hierro se continuara usando como elemento propio de los rituales. Fuera del contexto histórico protagonista de esta entrada, tenemos que decir que en aquel paraje conocido como Mohorte -nombre que tuvo una antigua población allí situada y abandonada en el medievo- existe un buen conjunto de tumbas rupestres antropomorfas.
El cristianismo en todo momento intentó cercenar y son constantes las menciones en los concilios de Toledo que hablan de este tipo de ritual en esta zona, de la gente que encendía antorchas y veneraba las piedras, veneraba las fuentes de agua y veneraba los árboles.
(Juan Carlos Sánchez, arqueólogo)
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Posible megalito bajo montículo artificial, Lácara-Montijo
Ya hablamos en su momento del importantísimo Dolmen de Lácara y hoy volvemos unos cuantos kilómetros río Lácara abajo, en concreto a la población de Lácara, que uno no sabe si toma el nombre del hidrónimo o viceversa, donde existe la sospecha de la existencia de un megalito enterrado en un montículo, aparentemente artificial. La Asociación de Amigos de la Prehistoria ha comunicado dicha sospecha, presentando un informe, a la propia Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura para que el yacimiento sea estudiado sobre el terreno. El túmulo tiene unos doscientos metros de perímetro y sobre su superficie se pueden apreciar fragmentos de cerámica y sílex, posiblemente pertenecientes a dicha cultura megalítica, además de bloques de piedra de gran tamaño colocados seguramente por el ser humano. Este lugar se encuentra a la espera de ser estudiado y esperemos que excavado.
En la comarca hay una serie de dólmenes conocidos, fundamentalmente el de Lácara (el mayor de España), que hacen que no sea descabellado pensar que se ha identificado un nuevo dolmen.
(Javier Jiménez, arqueólogo y especialista en Prehistoria en el entorno de Mérida)
*Le damos las gracias a Papandreu, un participante en esta página, por habernos hecho llegar esta información publicada hoy mismo en la edición digital del diario Hoy de Extremadura.
En la comarca hay una serie de dólmenes conocidos, fundamentalmente el de Lácara (el mayor de España), que hacen que no sea descabellado pensar que se ha identificado un nuevo dolmen.
(Javier Jiménez, arqueólogo y especialista en Prehistoria en el entorno de Mérida)
*Le damos las gracias a Papandreu, un participante en esta página, por habernos hecho llegar esta información publicada hoy mismo en la edición digital del diario Hoy de Extremadura.
martes, 23 de noviembre de 2010
Inscripción al Marte carpetano en Talamanca del Jarama
Hoy volvemos a antiguas tierras carpetanas para hablar de una inscripción dedicada al dios Marte, que la autora de la cita que hoy traemos, María Ruiz Trapero, interpreta que bien pudiera esconder, como en otros casos, el culto a un dios de la guerra local, a un Marte carpetano, podríamos decir. Hace poco tuvimos constancia de que en el altar de la Iglesia de San Juan Bautista de Talamanca del Jarama se encuentra una inscripción romana; lo que no hemos podido verificar es si se trata de esta inscripción votiva a Marte. Como siempre, le estaríamos muy agradecidos a quién nos pudiera facilitar dicha información.
Muchos de estos teónimos esconden posiblemente dioses indígenas de Carpetania bajo advocación romana. Por ejemplo, en una inscripción de Talamanca del Jarama se lee:
MARTI
SACRVM
C ABVRIVS
LVPVS
V S L M
Marti/ sacrum/ C(aius) Aburius/ Lupus/ v (otum) s(olvit) l(ibens) m(erito).
“CONSAGRADO A MARTE. CAIUS ABURIUS LUPUS CUMPLIÓ GUSTOSAMENTE SU VOTO.”
Las consagraciones a Marte son muy frecuentes en la Península. Knapp lee en la tercera linea Caburius, que es un nombre celta, mientras Alföldy propone la lectura Cayo Aburio; los Aburios son conocidos en otras 2 inscripciones hispanas, por lo cual parece más correcta la segunda. Lupus es un nombre de origen celta, por lo tanto este Marte tal vez encubra a un Marte indígena.
(María Ruiz Trapero, "Inscripciones latinas de la Comunidad Autónoma de Madrid")
Muchos de estos teónimos esconden posiblemente dioses indígenas de Carpetania bajo advocación romana. Por ejemplo, en una inscripción de Talamanca del Jarama se lee:
MARTI
SACRVM
C ABVRIVS
LVPVS
V S L M
Marti/ sacrum/ C(aius) Aburius/ Lupus/ v (otum) s(olvit) l(ibens) m(erito).
“CONSAGRADO A MARTE. CAIUS ABURIUS LUPUS CUMPLIÓ GUSTOSAMENTE SU VOTO.”
Las consagraciones a Marte son muy frecuentes en la Península. Knapp lee en la tercera linea Caburius, que es un nombre celta, mientras Alföldy propone la lectura Cayo Aburio; los Aburios son conocidos en otras 2 inscripciones hispanas, por lo cual parece más correcta la segunda. Lupus es un nombre de origen celta, por lo tanto este Marte tal vez encubra a un Marte indígena.
(María Ruiz Trapero, "Inscripciones latinas de la Comunidad Autónoma de Madrid")
lunes, 22 de noviembre de 2010
La Braña de los tejos, valle de Liébana
Hoy hablamos de un bosque, La Braña de los tejos, en el valle de Liébana, que dicen fue sagrado para los antiguos cántabros. No hay documento inequívoco que de certeza total a dicha afirmación, pero sí se sabe que, junto con otras muchas especies, el tejo fue un árbol sagrado para el pueblo celta; con él se dice que los druidas construían sus bastones y que con sus ramas adivinaban el futuro. Aparte de la sacralidad que se le otorgaba a dicho árbol, según Silio Itálico, también lo usaban para extraer su veneno, pues según este antiguo autor el suicidio era una práctica bastante común entre los cántabros por temas de guerra y honor.
Silio Itálico decía de los cántabros que el suicidio era una decisión que practicaban con cierta frecuencia, sirviéndose del veneno del tejo que siempre llevaban encima. La causa generalmente era la guerra y el honor, en el caso de que un jefe muriese en combate sus seguidores solían quitarse la vida usando las hojas de tejo que llevaban. También los ancianos que se veían impedidos recurrían a este veneno.En Cantabria hay un bosque de tejos, "La braña de los tejos" en el valle de Lamasón, en un paraje impresionante con los Picos de Europa levantándose enfrente y todo el valle de Liébana a nuestros pies y las montañas más altas de la Cordillera Cantábrica, como Peña Prieta, Peña labra, etc rodeándonos. Un lugar lleno de belleza y magia que merece la pena conocer.
(Kentaber, celtiberia.net)
Silio Itálico decía de los cántabros que el suicidio era una decisión que practicaban con cierta frecuencia, sirviéndose del veneno del tejo que siempre llevaban encima. La causa generalmente era la guerra y el honor, en el caso de que un jefe muriese en combate sus seguidores solían quitarse la vida usando las hojas de tejo que llevaban. También los ancianos que se veían impedidos recurrían a este veneno.En Cantabria hay un bosque de tejos, "La braña de los tejos" en el valle de Lamasón, en un paraje impresionante con los Picos de Europa levantándose enfrente y todo el valle de Liébana a nuestros pies y las montañas más altas de la Cordillera Cantábrica, como Peña Prieta, Peña labra, etc rodeándonos. Un lugar lleno de belleza y magia que merece la pena conocer.
(Kentaber, celtiberia.net)
viernes, 19 de noviembre de 2010
El Monte Toloño y Tulonius, Labastida
Hace poco estuvimos en el Monte Tolocha, cerca de Calanda, donde el nombre bien pudiera encerrar una conexión con el mismo dios que, supuestamente, da nombre a nuestro protagonista de hoy: el Monte Toloño, en tierras alavesas.
En concreto hablamos del dios celta Tulonius, que también dio nombre al Monte Teleno, muy cerca de Astorga, la antigua capital de los astures.
Una vez más, nos encontramos con un monte, y con un topónimo que, posiblemente, nace de un teónimo. El Monte Toloño forma parte de la conocida como Sierra de Cantabria, curioso nombre cuando ésta se encuentra en la comarca conocida como La Rioja Alavesa; quizás pudiera constituir una pista para deducir ese gran territorio sobre el que se extendieron los antiguos cántabros, mucho mayor que el conocido actualmente como Cantabria.
No tiene nada de extraño el hecho de que esta sierra se denomine Cantabria como la Comunidad Autónoma de tal nombre, ya que en ambos casos el origen hay que buscarlos en los pueblos celtas que a todo monte que tenía rocas en su cumbre, lo bautizaban con el prefijo cant-(piedra). De un modo similar, el monte que domina Labastida se conoce por Toloño que tiene su origen en el dios celta Tulonius.
(riojalavesa.com)
En concreto hablamos del dios celta Tulonius, que también dio nombre al Monte Teleno, muy cerca de Astorga, la antigua capital de los astures.
Una vez más, nos encontramos con un monte, y con un topónimo que, posiblemente, nace de un teónimo. El Monte Toloño forma parte de la conocida como Sierra de Cantabria, curioso nombre cuando ésta se encuentra en la comarca conocida como La Rioja Alavesa; quizás pudiera constituir una pista para deducir ese gran territorio sobre el que se extendieron los antiguos cántabros, mucho mayor que el conocido actualmente como Cantabria.
No tiene nada de extraño el hecho de que esta sierra se denomine Cantabria como la Comunidad Autónoma de tal nombre, ya que en ambos casos el origen hay que buscarlos en los pueblos celtas que a todo monte que tenía rocas en su cumbre, lo bautizaban con el prefijo cant-(piedra). De un modo similar, el monte que domina Labastida se conoce por Toloño que tiene su origen en el dios celta Tulonius.
(riojalavesa.com)
jueves, 18 de noviembre de 2010
Posible santuario prerromano de Medellín
Nuestra localización de hoy se sitúa en un territorio que fue conocido como Beturia. Es mucho lo que se desconoce de este antiguo lugar, aunque los conocimientos actuales nos dicen que fue ocupado por dos pueblos distintos: unos, los "célticos", en la parte occidental de Sierra Morena y los valles pacenses hasta el río Guadiana, otros, los túrdulos, en la zona central y oriental de Sierra Morena. Según esta distribución, la antigua Medellín, se hallaría en territorio céltico, junto al propio río Guadiana.
Los célticos, no hace falta decir que pertenecían al tronco común celta, como pueblo indoeuropeo, mientras los túrdulos no eran indoeuropeos sino parientes de sus vecinos del sur, los turdetanos, es decir, eran un pueblo íbero. Hecha esta diferenciación, hay que decir que mantener una línea exacta que separe unas culturas y otras sería un ejercicio de ficción que no se correspondería con la realidad de aquel momento, pues si bien hemos dicho que Medellín se encontraba en territorio céltico, al norte de la Beturia, hemos visto que en el libro "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades (Siglos VII-I a.C.)" de Teresa Moneo, como su título indica, obra de la que hoy traemos unas líneas, se le incluye entre los íberos, pues una gran cantidad de los elementos hallados en las distintas excavaciones de aquella población dan muestras de una gran iberización. Entre estos restos encontramos algunos elementos que bien pudieran indicar que en Medellín, tanto en la parte alta, como en algún lugar más, bien podría haber existido algún santuario, por el hallazgo de exvotos y alguna que otra pieza votiva.
Este importante oppidum, que controlaba el paso del Guadiana y su amplia Vega, ocupa un alto cerro que destaca unos 100 m. sobre el territorio circundante en cuya parte alta se ha supuesto la existencia de un santuario, quizás asociado a una regia. La escasa documentación se reduce a un exvoto de bronce de una figura masculina desnuda que se encontró en la excavación de la parte superior del teatro romano, al que cabe añadir otro hallazgo semejante aparecido cerca de una gran peña que domina la ladera Norte del poblado, por lo que se ha relacionado con los hallazgos de Alarcos.
Además de la parte superior del cerro proceden otros materiales significativos que indican la presencia de elementos de prestigio, como una pequeña chapa de oro, un vaso de barniz rojo ibérico de forma “Cuadrado d”, considerado como recipiente para perfumes, y un peine de marfil de tipo “Serreta”, que pudiera tener en este contexto un uso votivo, como objeto de lujo. Por su parte, en la estratigrafía realizada al Este del teatro aparecieron más de trescientos fragmentos de cerámica pintada de tipo “Medellín”, que por sus características técnicas y su iconografía pudieran haber tenido una función ritual, así como un número proporcionalmente elevado de grafitos que quizás pudieran relacionarse con piezas votivas. Cronológicamente, los vasos y el peine hallados de la parte alta se fechan en el siglo IV a. C. o inicios del siglo III a.C., pero las figurillas de bronce pudieran ser bastante anteriores, como lo son las cerámicas y grafitos de la Cata Este, fechables hacia fines del siglo VII a.C.
Aunque los indicios existentes son insuficientes para documentar con seguridad un santuario, la presencia de “exvotos” de bronce y de materiales significativos inclinaría a considerar la posibilidad, a modo de hipótesis, de que la parte alta del cerro en que se asienta Medellín, tal vez organizada incluso como acrópolis de la población prerromana, pudiera haber albergado un santuario o el santuario-palacio de la ciudad.
(Teresa Moneo, "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades, Siglos VII-I a.C.")
Los célticos, no hace falta decir que pertenecían al tronco común celta, como pueblo indoeuropeo, mientras los túrdulos no eran indoeuropeos sino parientes de sus vecinos del sur, los turdetanos, es decir, eran un pueblo íbero. Hecha esta diferenciación, hay que decir que mantener una línea exacta que separe unas culturas y otras sería un ejercicio de ficción que no se correspondería con la realidad de aquel momento, pues si bien hemos dicho que Medellín se encontraba en territorio céltico, al norte de la Beturia, hemos visto que en el libro "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades (Siglos VII-I a.C.)" de Teresa Moneo, como su título indica, obra de la que hoy traemos unas líneas, se le incluye entre los íberos, pues una gran cantidad de los elementos hallados en las distintas excavaciones de aquella población dan muestras de una gran iberización. Entre estos restos encontramos algunos elementos que bien pudieran indicar que en Medellín, tanto en la parte alta, como en algún lugar más, bien podría haber existido algún santuario, por el hallazgo de exvotos y alguna que otra pieza votiva.
Este importante oppidum, que controlaba el paso del Guadiana y su amplia Vega, ocupa un alto cerro que destaca unos 100 m. sobre el territorio circundante en cuya parte alta se ha supuesto la existencia de un santuario, quizás asociado a una regia. La escasa documentación se reduce a un exvoto de bronce de una figura masculina desnuda que se encontró en la excavación de la parte superior del teatro romano, al que cabe añadir otro hallazgo semejante aparecido cerca de una gran peña que domina la ladera Norte del poblado, por lo que se ha relacionado con los hallazgos de Alarcos.
Además de la parte superior del cerro proceden otros materiales significativos que indican la presencia de elementos de prestigio, como una pequeña chapa de oro, un vaso de barniz rojo ibérico de forma “Cuadrado d”, considerado como recipiente para perfumes, y un peine de marfil de tipo “Serreta”, que pudiera tener en este contexto un uso votivo, como objeto de lujo. Por su parte, en la estratigrafía realizada al Este del teatro aparecieron más de trescientos fragmentos de cerámica pintada de tipo “Medellín”, que por sus características técnicas y su iconografía pudieran haber tenido una función ritual, así como un número proporcionalmente elevado de grafitos que quizás pudieran relacionarse con piezas votivas. Cronológicamente, los vasos y el peine hallados de la parte alta se fechan en el siglo IV a. C. o inicios del siglo III a.C., pero las figurillas de bronce pudieran ser bastante anteriores, como lo son las cerámicas y grafitos de la Cata Este, fechables hacia fines del siglo VII a.C.
Aunque los indicios existentes son insuficientes para documentar con seguridad un santuario, la presencia de “exvotos” de bronce y de materiales significativos inclinaría a considerar la posibilidad, a modo de hipótesis, de que la parte alta del cerro en que se asienta Medellín, tal vez organizada incluso como acrópolis de la población prerromana, pudiera haber albergado un santuario o el santuario-palacio de la ciudad.
(Teresa Moneo, "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades, Siglos VII-I a.C.")
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Altar rupestre en el Castro de San Mamede, Villardiegua de la Ribera
Hoy volvemos a los Arribes del Duero, lugar "a caballo" entre lo que fue tierra de lusitanos y vettones, para hablar de un santuario rupestre del que hemos tenido constancia a través de la obra de Álvarez-Sanchís, "Los Vettones". En las próximidades de Villardiegua de la Ribera, en el castro de San Mamede, dominando el yacimiento arqueológico y con una panorámica inmejorable sobre el río Duero, existe una piedra caballera que nos indica el lugar donde se halla el antiguo santuario rupestre. Todo indica a que era un lugar de culto al agua, en concreto al legendario Duero; incluso Álvarez-Sanchís entiende que posiblemente las cenizas de los difuntos serían ofrecidas al mismo río, lo que explicaría la ausencia de necrópolis en muchos de los antiguos poblamientos cercanos.
Existen evidencias varias que atestiguan la concentración de altares rupestres siguiendo el curso del río Duero en tierras de Zamora y Salamanca, que podrían relacionarse con deidades asimiladas al río; tal sucede con los distintos rebajes y entalladuras que se advierten en el poblado de San Mamede, en Villardiegua de la Ribera....Un simple recuento de los datos que se vienen aceptando como lugares de culto relacionados con el uso lustral del agua, extensible a otros monumentos de funcionalidad diferente como es el caso de las saunas castreñas, donde tendrían lugar baños iniciáticos (Almagro-Gorbea y Álvarez-Sanchís 1993), podría avalar la impresión de una relativa abundancia en las regiones occidentales y atlánticas. La comunicación con el Más Allá a través del elemento acuático está implícita en estos monumentos y la ausencia de cementerios extensos asociados al ritual de incineración en gran parte de estos territorios no parece producto de la casualidad, por lo que cabe suponer para estas comunidades la continuidad de unas creencias y prácticas religiosas desde el substrato del Bronce Final hasta época romana. Prácticas funerarias que incluirían la cremación del cadáver y ofrendas a las aguas podrían tener así un punto de referencia en algunos santuarios ribereños occidentales durante la Edad del Hierro.
(Jesús R. Álvarez-Sanchís, "Los Vettones")
Existen evidencias varias que atestiguan la concentración de altares rupestres siguiendo el curso del río Duero en tierras de Zamora y Salamanca, que podrían relacionarse con deidades asimiladas al río; tal sucede con los distintos rebajes y entalladuras que se advierten en el poblado de San Mamede, en Villardiegua de la Ribera....Un simple recuento de los datos que se vienen aceptando como lugares de culto relacionados con el uso lustral del agua, extensible a otros monumentos de funcionalidad diferente como es el caso de las saunas castreñas, donde tendrían lugar baños iniciáticos (Almagro-Gorbea y Álvarez-Sanchís 1993), podría avalar la impresión de una relativa abundancia en las regiones occidentales y atlánticas. La comunicación con el Más Allá a través del elemento acuático está implícita en estos monumentos y la ausencia de cementerios extensos asociados al ritual de incineración en gran parte de estos territorios no parece producto de la casualidad, por lo que cabe suponer para estas comunidades la continuidad de unas creencias y prácticas religiosas desde el substrato del Bronce Final hasta época romana. Prácticas funerarias que incluirían la cremación del cadáver y ofrendas a las aguas podrían tener así un punto de referencia en algunos santuarios ribereños occidentales durante la Edad del Hierro.
(Jesús R. Álvarez-Sanchís, "Los Vettones")
martes, 16 de noviembre de 2010
El dios Salamati en la Ermita de la Virgen del Encinar de Ceclavín
La antigua cultura lusitana vuelve a ser la protagonista hoy, pues traemos a colación otro teónimo del que aún no habíamos dejado constancia por aquí. En concreto, hablamos del dios Salamati, del cual existen varios testimonios. Hoy, en concreto, nos referimos al ara que fue usada en la construcción de la Ermita de Nuestra Señora del Encinar, de la localidad de Ceclavín, con lo que se encuentra incrustada en el propio muro de la misma; en ella una inscripción nos acerca al nombre de este dios lusitano. El paraje donde se encuentra la ermita, de la localidad de Ceclavín, famosa por sus vinos de pitarra y que, según dicen, su nombre puede provenir de la ciudad romana de Cella Vinaria, que ya indicaría su pasado vinícola, constituye un lugar muy especial donde se pueden contemplar manadas de caballos, vacas, cabras, cigüeñas negras y, con un poco de suerte, hasta nutrias en los ríos que la rodean: el Alagón, el Tajo y el Fresnedosa.
Ermita de la Virgen del Encinar, Ceclavín
De las dos inscripciones que se hallan en el paramento de la ermita de Ceclavín, la "CILII 794" es interpretada como inscripción votiva dedicada a Salamati, dios masculino de ámbito lusitano, equiparable al Reue lusitano-galaico, al Taranis galo y al Júpiter arcaico romano (Olivares, 2002: 171 y ss.). Se relaciona con las grandes divinidades soberanas indoeuropeas de las que destaca su faceta político-jurídica dentro del grupo como garantes de los pactos intercomunitarios.
(Paloma Balbín, Kechu Torres y Pedro R. Moya, "Lo que el viento se llevó: Interdisciplinariedad, metodología y práctica para el estudio de la Hispania céltica")
Ermita de la Virgen del Encinar, Ceclavín
De las dos inscripciones que se hallan en el paramento de la ermita de Ceclavín, la "CILII 794" es interpretada como inscripción votiva dedicada a Salamati, dios masculino de ámbito lusitano, equiparable al Reue lusitano-galaico, al Taranis galo y al Júpiter arcaico romano (Olivares, 2002: 171 y ss.). Se relaciona con las grandes divinidades soberanas indoeuropeas de las que destaca su faceta político-jurídica dentro del grupo como garantes de los pactos intercomunitarios.
(Paloma Balbín, Kechu Torres y Pedro R. Moya, "Lo que el viento se llevó: Interdisciplinariedad, metodología y práctica para el estudio de la Hispania céltica")
lunes, 15 de noviembre de 2010
El Roble, árbol sagrado de Vizcaya
El milenario culto al árbol, que aún tiene su huella en muchos rituales y festejos de la Península Ibérica, es nuestro protagonista de hoy. Nos acercamos a Vizcaya, donde todos los "Señores de Vizcaya" juraban respetar los fueros vizcaínos ante sus árboles sagrados, entre los que se encontraban los de Arechabalaga y Guernica. En concreto, el roble de Guernica sigue siendo un símbolo no sólo para los vizcaínos, sino para los vascos en general. Juan Aranzadi, del que hoy traemos unas líneas de su obra El milenarismo vasco, explica que es tal la importancia del roble, que incluso el término existente en euskera 'artiz' -o 'haritz' como aparece en los diccionarios actuales-, para nombrar a este árbol, se hacía extensivo para designar la palabra 'árbol', en genérico, e incluso la palabra 'bosque'. Algo parecido a lo que ocurre en el indoeuropeo, donde en el griego y las antiguas lenguas celtas la palabra 'árbol' y la palabra 'roble' tienen la misma raíz. Queda así patente, con el ejemplo que traemos, la gran importancia -llegando a lo sacro- que este árbol tuvo desde la Antigüedad hasta la actualidad.
Nuevo árbol de Guernica, el anterior murió en 2004
Es obvio que esta significación jurídico-política del roble en el País Vasco tiene unas raíces religiosas previas: chocar los Fueros y el Señorío bajo el patronazgo del roble equivale a dotar a tales instituciones de una sanción religiosa, supone su sacralización. Y es que, en efecto, abundan los testimonios etnográficos y folclóricos de que, desde muy lejanas épocas, el roble ha sido en el País Vasco un árbol sagrado, con la particularidad de que ‘en vascuence ocurría los mismo que ocurría en indoeuropeo, que las ideas de bosque, árbol y roble estaban estrechamente relacionadas, que la palabra aritz significa roble o árbol genéricamente en alto navarro y vizcaíno.
(Juan Aranzadi)
Escudo del antiguo Señorío de Vizcaya con el roble como figura
Nuevo árbol de Guernica, el anterior murió en 2004
Es obvio que esta significación jurídico-política del roble en el País Vasco tiene unas raíces religiosas previas: chocar los Fueros y el Señorío bajo el patronazgo del roble equivale a dotar a tales instituciones de una sanción religiosa, supone su sacralización. Y es que, en efecto, abundan los testimonios etnográficos y folclóricos de que, desde muy lejanas épocas, el roble ha sido en el País Vasco un árbol sagrado, con la particularidad de que ‘en vascuence ocurría los mismo que ocurría en indoeuropeo, que las ideas de bosque, árbol y roble estaban estrechamente relacionadas, que la palabra aritz significa roble o árbol genéricamente en alto navarro y vizcaíno.
(Juan Aranzadi)
Escudo del antiguo Señorío de Vizcaya con el roble como figura
viernes, 12 de noviembre de 2010
La Cueva de Maltravieso, Cáceres
Nuestro lugar protagonista de hoy se halla en el propio casco urbano de una ciudad, cosa poco común cuando se trata de una cueva con importantísimas manifestaciones del Paleolítico. Hablamos de la Cueva de Maltravieso, en Cáceres. Esto le otorga aún mayor singularidad, si cabe, a esta maravillosa ciudad, de la que su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Investigaciones recientes, con medios más sofisticados, han descubierto representaciones desconocidas hasta el momento, como figuras de animales. También se han documentado restos posteriores de cerámicas y herramientas, además de huesos de personas y de animales, fechados en el Neolítico y la Edad del Cobre. Pero lo más destacado de esta cueva son las setenta manos humanas en negativo, rodeadas de pigmentos rojizos y repartidas en veinte grupos. Constituyen la representación artística más antigua, hasta el momento, conocida en Extremadura, pues se les calcula una antigüedad de 15 ó 20.000 años. Su interpretación no está nada clara, aunque por la falta del dedo meñique en todas las figuras, se ha llegado a especular con que podía constituir una mutilación ritual.
Durante décadas se pensó que la ausencia del dedo meñique en las manos de Maltravieso podía explicarse por alguna mutilación ritual, pero hoy sabemos que la huella del dedo menor fue tapada en muchos casos al pintarse las manos, descartándose la teoría de los ritos de mutilación. Si tienen que ver con las creencias religiosas, con la caza o con la organización social y sexual de los humanos que las hicieron, es algo que no hemos podido llegar a saber. En todo caso, con unos 15 ó 25.000 años, se trata de la más antigua expresión de creatividad plástica no utilitaria en la región extremeña. Tal y como sucede con otras cuevas, entre ellas la de Altamira, el delicado estado de conservación de las pinturas impide que la cueva de Maltravieso puede ser visitada por el público. Por ello, el Ayuntamiento de Cáceres y la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura optaron por dar a conocer la riqueza patrimonial del lugar a través del Centro de Interpretación, inaugurado en 1999. En el Centro, los visitantes puede conocer cómo es la cueva y sus manifestaciones artísticas, su historia y avatares, sus descubridores e investigadores, e incluso sumergirse en el oscuro ambiente de una cavidad como la que habitaron nuestros antepasados del Paleolítico.
(Texto Explicativo del folleto de la Red de Museos de Extremadura.)
Durante décadas se pensó que la ausencia del dedo meñique en las manos de Maltravieso podía explicarse por alguna mutilación ritual, pero hoy sabemos que la huella del dedo menor fue tapada en muchos casos al pintarse las manos, descartándose la teoría de los ritos de mutilación. Si tienen que ver con las creencias religiosas, con la caza o con la organización social y sexual de los humanos que las hicieron, es algo que no hemos podido llegar a saber. En todo caso, con unos 15 ó 25.000 años, se trata de la más antigua expresión de creatividad plástica no utilitaria en la región extremeña. Tal y como sucede con otras cuevas, entre ellas la de Altamira, el delicado estado de conservación de las pinturas impide que la cueva de Maltravieso puede ser visitada por el público. Por ello, el Ayuntamiento de Cáceres y la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura optaron por dar a conocer la riqueza patrimonial del lugar a través del Centro de Interpretación, inaugurado en 1999. En el Centro, los visitantes puede conocer cómo es la cueva y sus manifestaciones artísticas, su historia y avatares, sus descubridores e investigadores, e incluso sumergirse en el oscuro ambiente de una cavidad como la que habitaron nuestros antepasados del Paleolítico.
(Texto Explicativo del folleto de la Red de Museos de Extremadura.)
jueves, 11 de noviembre de 2010
La Cueva Negra, Fortuna
Hoy nos acercamos a un antiguo santuario en tierras íberas de los que fueron conocidos, en honor a su ciudad más importante, como contestanos. En concreto, nuestro protagonista de hoy es una especie de ninfeo conocido como La Cueva Negra. En ella se han hallado cuarenta y una inscripciones de las que algunas aportan importante información sobre el uso ritual de esta cueva. Son todas de época romana y están escritas en latín, no habiendo ninguna referencia a cultos prerromanos en ninguna de ellas, pues todas las divinidades de las que ha quedado constancia en dichos grabados son foráneos, llegados a través de la dominación romana. De todas formas, el texto que hoy traemos a colación especula con la posibilidad de que esta cavidad ya fuera sagrada en tiempo de íberos, aportando una serie de indicios, que le hacen llegar a dicha conclusión.
La naturaleza de ninfeo de la cueva se manifiesta en alguno de los versos grabados en la roca, donde son mencionadas expresamente estas divinidades -las ninfas-, además de la existencia de un manantial en la propia cueva al que, según algunas inscripciones, las gentes que allí se acercaban le otorgaban a sus aguas poderes curativos, pues en alguna de ellas aparece el nombre del dios Esculapio.
Este lugar, se puede considerar, no sólo como una manifestación de antigua sacralidad, sino como un referente vivo de la literatura latina que, en forma de versos, se manifiesta en las paredes de esta cueva.
Con el topónimo -La Cueva Negra- se conoce un conjunto de abrigos abiertos al Sur, en cuyo interior brota una fuente natural de agua. La Cueva Negra, referente religioso y cultural de Fortuna hasta la actualidad, tiene un importantísimo conjunto de textos latinos escritos en sus paredes. Las inscripciones, escritas casi todas en verso, fueron descubiertas en el año 1981, iniciándose la transcripción, traducción y análisis de los textos descubiertos por un equipo dirigido por el Dr. D. Antonino González Blanco, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Murcia.
...La mayor parte de los textos fueron realizados a lo largo de los siglos I y II d.C.; aunque la mayoría de las inscripciones conservadas se concentran en dos paneles de reducidas dimensiones, se tiene la certeza de que éstas cubrieron buena parte de las paredes de la Cueva; en catas de limpieza realizadas en otros sectores del abrigo se han localizado restos, aunque muy deteriorados, de nuevas inscripciones.
Dos hechos parecen indicar que la Cueva Negra era un santuario religioso ya en época ibérica y que los romanos no hacen más que continuar una tradición anterior, adoptándola a sus usos y costumbres. En este sentido, la equidistancia de los dos yacimientos ibéricos, Castillejo de los Baños y Castillico de las Peñas, y la cercanía de estos dos enclaves ibéricos respecto de la Cueva, podría ser un dato que confirmara este planteamiento.
A estos datos hay que añadir que en los 'tituli picti' estudiados hasta el momento, se ha querido ver la existencia de grafías iberizantes, que prueba que en el Sureste hispánico, en los siglos I-II d.C,. el ibérico aún está lo suficientemente vivo para modificar el latín colonial; este hecho, junto con la pervivencia del elemento indígena en el territorio de Fortuna, parecen ser elementos que parecen testimoniar la utilización de la Cueva Negra con fines religiosos en una fase prerromana.
(regmurcia.com)
La naturaleza de ninfeo de la cueva se manifiesta en alguno de los versos grabados en la roca, donde son mencionadas expresamente estas divinidades -las ninfas-, además de la existencia de un manantial en la propia cueva al que, según algunas inscripciones, las gentes que allí se acercaban le otorgaban a sus aguas poderes curativos, pues en alguna de ellas aparece el nombre del dios Esculapio.
Este lugar, se puede considerar, no sólo como una manifestación de antigua sacralidad, sino como un referente vivo de la literatura latina que, en forma de versos, se manifiesta en las paredes de esta cueva.
Con el topónimo -La Cueva Negra- se conoce un conjunto de abrigos abiertos al Sur, en cuyo interior brota una fuente natural de agua. La Cueva Negra, referente religioso y cultural de Fortuna hasta la actualidad, tiene un importantísimo conjunto de textos latinos escritos en sus paredes. Las inscripciones, escritas casi todas en verso, fueron descubiertas en el año 1981, iniciándose la transcripción, traducción y análisis de los textos descubiertos por un equipo dirigido por el Dr. D. Antonino González Blanco, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Murcia.
...La mayor parte de los textos fueron realizados a lo largo de los siglos I y II d.C.; aunque la mayoría de las inscripciones conservadas se concentran en dos paneles de reducidas dimensiones, se tiene la certeza de que éstas cubrieron buena parte de las paredes de la Cueva; en catas de limpieza realizadas en otros sectores del abrigo se han localizado restos, aunque muy deteriorados, de nuevas inscripciones.
Dos hechos parecen indicar que la Cueva Negra era un santuario religioso ya en época ibérica y que los romanos no hacen más que continuar una tradición anterior, adoptándola a sus usos y costumbres. En este sentido, la equidistancia de los dos yacimientos ibéricos, Castillejo de los Baños y Castillico de las Peñas, y la cercanía de estos dos enclaves ibéricos respecto de la Cueva, podría ser un dato que confirmara este planteamiento.
A estos datos hay que añadir que en los 'tituli picti' estudiados hasta el momento, se ha querido ver la existencia de grafías iberizantes, que prueba que en el Sureste hispánico, en los siglos I-II d.C,. el ibérico aún está lo suficientemente vivo para modificar el latín colonial; este hecho, junto con la pervivencia del elemento indígena en el territorio de Fortuna, parecen ser elementos que parecen testimoniar la utilización de la Cueva Negra con fines religiosos en una fase prerromana.
(regmurcia.com)
miércoles, 10 de noviembre de 2010
El dios Zeus y su santuario doméstico en Segóbriga
Hoy nos hacemos eco del culto a uno de los dioses más conocidos de la Antigüedad: el dios Zeus. No es extraño que en la Península Ibérica se diera culto a este dios, pues hubo colonias griegas en las costas del Mediterráneo en las que, seguramente, se rendiría honores a dicha divinidad. A pesar de esto, son muy pocos los casos que se han podido documentar al respecto. En concreto, en relación a Zeus, propiamente dicho, sólo conocemos la manifestación que hoy traemos aquí, aunque hay que decir que si bien se han documentado cultos a Zeus-Serapis, en estos no se rinde pleitesía al dios de dioses del panteón heleno, sino más bien al dios greco-egipcio al que Ptolomeo I declaró dios protector de Alejandría, con el propósito de unir a griegos y egipcios.
El ara, aparecido en el domicilio de un tal Caio Iulio Silvano, está escrito en griego, usando el propio alfabeto heleno. En el mismo lugar donde se halló, se encuentra una reproducción del altar, cuyo original se encuentra en el propio museo de Segóbriga.
El control de la explotación minera dedicada a la extracción del lapis specularis en el territorio de Segóbriga propició la llegada de Caio Iulio Silvano a la ciudad. Silvano construyó su vivienda a principios del siglo III de nuestra era junto a las Termas Monumentales. A este funcionario imperial lo conocemos por el texto de una inscripción en lengua griega cincelado en un altar dedicado al dios Zeus, donde aparece como dedicante. Conocemos, hasta el momento, tres estancias de su lujosa vivienda. La estancia 1 tuvo un carácter religioso y estuvo dedicada al dios griego Zeus Megistos. En su interior se ha colocado, en su posición una copia de los elementos cultuales recuperados en la excavación.
(Texto del cartel explicativo del yacimiento)
El ara, aparecido en el domicilio de un tal Caio Iulio Silvano, está escrito en griego, usando el propio alfabeto heleno. En el mismo lugar donde se halló, se encuentra una reproducción del altar, cuyo original se encuentra en el propio museo de Segóbriga.
El control de la explotación minera dedicada a la extracción del lapis specularis en el territorio de Segóbriga propició la llegada de Caio Iulio Silvano a la ciudad. Silvano construyó su vivienda a principios del siglo III de nuestra era junto a las Termas Monumentales. A este funcionario imperial lo conocemos por el texto de una inscripción en lengua griega cincelado en un altar dedicado al dios Zeus, donde aparece como dedicante. Conocemos, hasta el momento, tres estancias de su lujosa vivienda. La estancia 1 tuvo un carácter religioso y estuvo dedicada al dios griego Zeus Megistos. En su interior se ha colocado, en su posición una copia de los elementos cultuales recuperados en la excavación.
(Texto del cartel explicativo del yacimiento)
viernes, 5 de noviembre de 2010
Un Pozo de Airón en la iglesia de Ribatejada
En la Iglesia de San Pedro Apóstol, de Ribatejada, en la comarca conocida como Cuenca del Medio Jarama, apareció bajo el coro un pozo conocido como "Pozo Airón" en las últimas obras de restauración acometidas en el templo. El dios Airón se está convirtiendo en un habitual por estos lares, pues, no obstante, son muchos los pozos, simas y manantiales que le fueron consagrados en la Antigüedad y que han dejado huella en la toponimia ibérica.
La existencia del Pozo de Airón de Ribatejada constaba, por lo visto, en los propios libros parroquiales, pero éste cayó en el olvido hasta que ha vuelto a salir a la luz con dicha restauración. Según el párroco, cada iglesia tenía uno. Seguramente es una afirmación muy exagerada, pero ya se sabe que un buen número de iglesias, ermitas y catedrales están situadas sobre antiguos santuarios precristianos. De todas formas habría que tratar de averiguar la verdadera relación entre la denominación y su supuesta naturaleza sacra en el pasado, pues en muchos de estos "pozos Airón" no existe más prueba que su propio nombre, lo cual no es poco.
Ribatejada, con la torre del iglesia destacando sobre el caserío
Entre las actuaciones más perentorias de las que habia que emprender sobre este templo, Bien de Interés Cultural desde 1996, estaba la de solucionar las humedades, un problema agudizado por la cercanía de un manantial. De hecho han descubierto dentro del recinto un pozo, el pozo Airón, que figuraba en los libros parroquiales. "Todas las iglesias tenían uno", revela el párroco, el padre José Antonio Barrial.
(María Luisa Toribio, Diario El Mundo - 02/09/2008)
La existencia del Pozo de Airón de Ribatejada constaba, por lo visto, en los propios libros parroquiales, pero éste cayó en el olvido hasta que ha vuelto a salir a la luz con dicha restauración. Según el párroco, cada iglesia tenía uno. Seguramente es una afirmación muy exagerada, pero ya se sabe que un buen número de iglesias, ermitas y catedrales están situadas sobre antiguos santuarios precristianos. De todas formas habría que tratar de averiguar la verdadera relación entre la denominación y su supuesta naturaleza sacra en el pasado, pues en muchos de estos "pozos Airón" no existe más prueba que su propio nombre, lo cual no es poco.
Ribatejada, con la torre del iglesia destacando sobre el caserío
Entre las actuaciones más perentorias de las que habia que emprender sobre este templo, Bien de Interés Cultural desde 1996, estaba la de solucionar las humedades, un problema agudizado por la cercanía de un manantial. De hecho han descubierto dentro del recinto un pozo, el pozo Airón, que figuraba en los libros parroquiales. "Todas las iglesias tenían uno", revela el párroco, el padre José Antonio Barrial.
(María Luisa Toribio, Diario El Mundo - 02/09/2008)