Hoy hablamos de un bosque, La Braña de los tejos, en el valle de Liébana, que dicen fue sagrado para los antiguos cántabros. No hay documento inequívoco que de certeza total a dicha afirmación, pero sí se sabe que, junto con otras muchas especies, el tejo fue un árbol sagrado para el pueblo celta; con él se dice que los druidas construían sus bastones y que con sus ramas adivinaban el futuro. Aparte de la sacralidad que se le otorgaba a dicho árbol, según Silio Itálico, también lo usaban para extraer su veneno, pues según este antiguo autor el suicidio era una práctica bastante común entre los cántabros por temas de guerra y honor.
Silio Itálico decía de los cántabros que el suicidio era una decisión que practicaban con cierta frecuencia, sirviéndose del veneno del tejo que siempre llevaban encima. La causa generalmente era la guerra y el honor, en el caso de que un jefe muriese en combate sus seguidores solían quitarse la vida usando las hojas de tejo que llevaban. También los ancianos que se veían impedidos recurrían a este veneno.En Cantabria hay un bosque de tejos, "La braña de los tejos" en el valle de Lamasón, en un paraje impresionante con los Picos de Europa levantándose enfrente y todo el valle de Liébana a nuestros pies y las montañas más altas de la Cordillera Cantábrica, como Peña Prieta, Peña labra, etc rodeándonos. Un lugar lleno de belleza y magia que merece la pena conocer.
(Kentaber, celtiberia.net)
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