viernes, 20 de octubre de 2017

Grabados en el Dolmen de La Coraja, Aldeacentenera

Nos acercamos a la conocida, en el pasado, como Tierra de Trujillo, hoy comarca de Trujillo, al municipio de Aldeacentenera. Allí existe un curioso castro vettón, el castro de La Coraja, donde se halló un dolmen, el Dolmen de La Coraja, que es nuestro protagonista en esta ficha. Las películas de dibujos animados de Asterix y Obélix, basados en un famoso comic francés -Astérix el Galo- que se inició en 1959, nos hizo creer a muchos en la infancia que los antiguos galos o, los celtas en general, fueron los creadores de los dólmenes, menhires y demás megalitos, algo normal cuando veías a Obélix, con su gran fuerza, tallar y repartir menhires en un periquete. Con los años descubres que eso no es así, que éstos estaban mucho antes de ellos, a pesar de que muchas de estas construcciones fueran respetadas milenios después, en plena Edad del Hierro, teniendo el famoso ejemplo de Stonehenge, donde se dice que los druidas realizaban sus rituales y celebraciones. Pues en el Dolmen de La Coraja seguramente nos encontremos ante un caso similar, pues se hallaron evidencias de la Edad del Hierro, es decir, de la época vettona entre los ortostatos de este dolmen, como cerámica propia de esta época, lo que ha hecho creer que este megalito fue objeto de culto durante este periodo. Uno de los ortostatos, el número 2, conserva un bueno número de grabados, seguramente de los tiempos en los que este dolmen se construyó.

Foto: arqueolugares.blogspot.com

Fuente: Alfonso Naharro i Riera

En un castro extremeño de la Edad de Hierro ( La Coraja de Aldeacentenera, Cáceres) que descubrimos hace treinta años recogimos una cerámica pintada en rojo, el motivo era un guerrero ibérico con su falcata y a caballo que entregué al Museo de Cáceres… posteriormente aparecieron siete ortostatos colocados en un zócalo, el castro había sido excavado por un arqueólogo imprudente que no le dio mayor importancia a las siete lajas de pizarra a pesar de los grabados de cazoletas y pinturas rojas con que estaban decoradas. Después se supo que formaban parte de una habitación cuadrangular, reaprovechadas y respetadas como parte del culto a sus ancestros: El arqueólogo y profesor Don Antonio González Cordero se percató de los grabados, los analizó y descubrió que pertenecieron a la cámara de un dolmen situado en la proximidad, seguramente ‘in situ' por el material que encontraron, puntas de sílex y otros elementos típicos de esta cultura.

En una de las siete lajas de pizarra (ortostatos) se puede ver un sol, cazoleta con rayos, muy parecido a uno los grabados antes citados de San Lorenzo (San Juan, Ibiza). Los ortostatos de La Coraja están publicados en: “ Cuaderns de Prehistoria i Arqueología de Castelló (diputació de Castelló, nº 22 de 2001)” y ello ha sido una nueva brisa de conocimiento para el estudio de los grabados anteriores al Hierro en España donde las cazoletas sobrevivieron al dolmen y a los ancoriformes como veremos. Las gentes que habitaban La Coraja en la Edad del Hierro respetaron estas piedras pues ello les daba real reconocimiento de propiedad, el culto a los ancestros no se había roto a pesar de las diferentes gentes que habitaron allí, su respeto les daba fuerza ante cualquier avatar extraño, eran los sucesores pues recogieron la antorcha Divina, algo que es una constante en el Hombre, el arquetipo que hace crecer a la Humanidad.


Calco de los grabados del ortostato nº 2 - Foto: researchgate.net

4 comentarios:

  1. Muy curioso este dolmen con grabados. No conocía un caso así. Argantonios ¿son habituales los dólmenes grabados o este es un caso excepcional?

    Curioso también la figura del jinete vetón del escudo municipal, aunque no sé si los vettones (pueblo celta) usaban falcatas, mas propias de los pueblos íberos, según me parece.
    En cualquier caso, un escudo a añadir a los de Luzón (Guadalajara) y Peñalba de Castro (Burgos) que tienen representados ambos a un jinete celtíbero.
    Saludos.

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  2. Hola, Miguel. Los grabados en los ortostatos de los dólmenes y megalitos en general son más habituales de lo que parece. Ahora mismo no me vienen muchos ejemplos a la cabeza, así a bote pronto, más allá por ejemplo de los grabados del crómlech de Dos Alemendres, en Évora, pero sí que existen bastantes ejemplos, aunque sean los menos, si los comparamos con los dólmenes que no los tienen, claro. La duda muchas veces, supongo, es saber si se realizaron en el momento originario de la construcción o en periodos posteriores en los que seguían dándole uso, parece ser que hay un poco de todo en ese sentido.

    Las falcatas son típicas, como bien apuntas, de los íberos y, por cercanía, de algunas etnias celtíberas, no del resto céltico, pero creo que alguna se ha hallado fuera de su contexto habitual, no sé si será el caso de Aldeacentenera. En la parte celta predominan las espadas de antenas o globulares. Buen apunte el que haces con los otros dos escudos que también tienen representados a sendos jinetes prerromanos.

    Un placer, como siempre, charlar contigo.
    ¡Salud!

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    1. Argantonios, muy ilustrativa la explicación, me ha sido de gran ayuda. Gracias.
      De los pueblos comentados; llama la atención Luzón, que posiblemente deba su nombre al pueblo celtíbero de los lusones, mientras que Peñalba se encontraría en zona arévaca.
      Un placer tambien para mí.
      ¡Salud!

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    2. Otra hipótesis sobre el origen etimológico de Luzón, es la que le emparenta con una antigua ciudad arévaca (aunque algunos dicen ser también lusona, como tú apuntas), como es la antigua Lutia de las fuentes clásicas. Aunque hay otros que dicen que la antigua Lutia no es Luzón, sino la cercana Luzaga, ribereña del río Tajuña. Muy interesante toda esa zona de la provincia de Guadalajara y la provincia en general, te lo recomiendo en alguna visita que hagas cercana a la zona.
      ¡Salud, amigo!

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