sábado, 16 de noviembre de 2013

Romería de San Eugenio o de la bellota, El Pardo-Madrid

Al igual que el viernes pasado, hoy rendimos culto a la bellota. El 15 de noviembre, si miramos el santoral, veremos que, junto a otros muchos santos -y pocas santas ese día-, es la fecha del santo que fue obispo toledano en tiempo de godos. En un lugar, tristemente conocido por ser residencia de tiranos reales y no reales -más bien diría reales todos para desgracia del pueblo-, pero auténtico pulmón y reducto de bosque autóctono, se celebra el primer domingo tras San Eugenio, una romería a la ermita de El Cristo de El Pardo que es conocida como la Romería de San Eugenio o Romería de la bellota. La leyenda oficial nos dice que la romería comenzó cuando Felipe IV descubrió a un campesino que "robaba" bellotas por necesidad para su sustento en el Monte de El Pardo, con lo que "bondadoso" aquél, ordenó que todos los días 15 de noviembre se abrieran las verjas reales para que los pardeños pudieran recoger el nutritivo fruto.
Nosotros queremos tratar de ver más allá e intuimos, tras esta celebración, la reminiscencia de lejanos cultos a frutos fundamentales en la subsistencia humana desde tiempos inmemoriales, uno de ellos la bellota.
Son muchos los festejos recientes alrededor de la castaña conocidos -el otro fruto estrella en estas fechas- coincidiendo con el antiguo samaín, ahí están los magostos y calbotes, pero menos abundantes los cultos alrededor de la bellota. Hoy, por tanto, traemos uno de ellos.
Si, como digo, tratamos de ver un poco más allá, estaremos observando la veneración ancestral por un fruto tan importante en la alimentación humana y que ha sido, por la maquinaria estatal, totalmente proscrito y retirado del consumo humano, quedando únicamente como alimento ganadero.
Aprovechamos para recomendar un libro -Manual de cocina bellotera para la era post-petrolera- recientemente publicado en el que no sólo se reivindica su consumo, sino que se va mucho más allá, pues es un auténtico manual de sabiduría bellotera a cargo de su autor, César Lema Costas, con lo que, si nos animamos, ahora que estamos en época de recolección, podemos ponernos manos a la obra y comernos, entre otras cosas, un rico pan de harina de bellota.

elpardo.net

*Fuente: Wikipedia

A comienzos del siglo XVII los alrededores de El Pardo eran un terreno vedado al que sólo podía acceder la Corte. Según narra la leyenda popular el rey Felipe IV cuando paseaba por los terrenos se encontró con una persona que recogía bellotas del suelo. Al interrogarle por el motivo de tal actitud, él le dijo que era para su substento. Algo que impresionó al monarca, permitiendo que el día 15 de noviembre todo el que quisiea pudiera recoger las bellotas de las encinas del Pardo. Surgó así la romería de las bellotas del día de San Eugenio. El punto de congregación suele ser el convento del Cristo, lugar donde reside la talla del cristo yacente de El Pardo.
La romería no se pudo celebrar durante la guerra civil al ser parte del frente de combate. Y posteriormente en el año 1940 al convertir el palacio de El Pardo en la residencia del jefe del Estado, la romería perdió interés. A finales del siglo XX se vuleve a celebrar, haciendo pregón de fiestas en el distrito de Fuencarral-El Pardo. La celebración es móvil en el calendario, y suele ocurrir entre el día 15 y el 30 de noviembre.

La romería tenía un intenso sabor popular que quedó reflejado en jotas diversas. Dichos populares relativos a la cercanía del invierno:
Abrígate, mi niña, “pa” San Eugenio, que El Pardo y la bellota traen invierno

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