Hoy nos acercamos a la que fue la capital de la etnia íbera de los edetanos. En el Tossal de Sant Miquel, junto a Liria, se ubicó la antigua Edeta, la ciudad del famoso Vaso de los Guerreros y otras piezas de cerámica íbera tan características que se encuentran en el Museo de Prehistoria de Valencia y que fueron principalmente hallados en nuestro lugar protagonista de hoy: un edificio sacro en el que se ha constatado la existencia de una favissa o pozo rectangular donde se depositaban los exvotos y donativos tras su utilización ritual; el mismo lugar donde han aparecido estas cerámicas entre la que destaca la famosa escena del combate naval, uno de los ejemplos más característicos de la pintura cerámica ibérica. Este tipo de depósito, que en el caso del edificio de Edeta se encontraba en uno de los ángulos de un patio, ha sido documentado también en otros yacimientos, por lo que no resulta un caso inusual. Estamos, por tanto, ante un auténtico santuario urbano. Las líneas que hoy traemos son el resumen de un trabajo realizado por Carmen Aranegui al que hemos puesto un enlace más abajo, justo donde el título del mismo.
Tossal de Sant Miquel, Liria. Ruinas de Edeta.
En el yacimiento del Tossal de Sant Miquel de Liria, antigua Edeta, se ha identificado un santuario que prueba la diferenciación de espacios domésticos y espacios sacros en la capital edetana. En apoyo de esa importante aportación, este trabajo analiza las características del denominado "pozo votivo" y concluye que se trata de una favissa. En su interior fueron hallados numerosos objetos de los que se han tomado en cuenta aquellos que contienen representaciones humanas. Considerando unas cabezas votivas de terracota, por una parte, y vasijas decoradas con escenificaciones, por otra, se plantean dos modalidades rituales diferentes: el culto a los antepasados y la afirmación de las elites ciudadanas en manifestaciones colectivas públicas.
("La Favissa del Santuario urbano de Edeta-Liria (Valencia)"
de Carmen Aranegui Gascó)
martes, 30 de noviembre de 2010
lunes, 29 de noviembre de 2010
O menino do Lapedo, Leiria
Hoy nos hacemos eco de un culto a la muerte practicado, aproximadamente, hace 24.500 años y que ha dado mucho que hablar, no por la forma empleada en el enterramiento sino más bien por la morfología del esqueleto hallado. En concreto, se trata del esqueleto de un niño de unos cuatro años de edad, El niño de Lapedo -O menino do Lapedo-, que fue hallado en 1998 en el Abrigo de Lagar Velho, en el valle del Lapedo, muy cerca de la ciudad de Leiria.
Algunos estudiosos han visto en él características propias de nuestra especie, como es natural por la fecha de su hallazgo, pero también han encontrado algunos caracteres que le hacen asemejarse a los neandertales, por lo que han llegado incluso a la conclusión de que se trata de un híbrido de ambas. Sea o no cierta esta hibridación, desde que se conoció que el Homo sapiens y el Neandertal llegaron a habitar este planeta simultáneamente durante unos miles de años, ésta constituye una de las cuestiones más fundamentales de la antropología moderna.
Las líneas que hoy traemos de José María Bermúdez de Castro, Codirector del proyecto Atapuerca, de su obra de 2009 "El chico de la gran dolina", descartan esta posibilidad en lo referente al niño de Lapedo, pero ahí queda abierta la cuestión de si se pudo dar o no esa hibridación que ojalá futuros hallazgos puedan desvelar.
Abrigo de Lagar Velho
El niño de Lapedo tiene una antigüedad de 24.500 años y representaría, según los investigadores que han realizado su estudio, el testimonio de un mestizaje regional entre los últimos neandertales y los primeros humanos modernos llegados a la Península Ibérica. La morfología del niño de Lapedo es moderna en la mayor parte de sus rasgos craneales, mandibulares y dentales, pero las extremidades inferiores presentan una robustez y un acortamiento relativo de la tibia característico de los neandertales. El niño de Lapedo también presenta una fosa suprainíaca en el occipital, así como otros detalles morfológicos de la mandíbula y del esqueleto poscraneal que se consideran diagnósticos de los neandertales.
Aunque el niño de Lapedo hubiera sido realmente el resultado del cruzamiento de un neandertal y un representante de las poblaciones modernas, no hay argumentos para afirmar que este individuo represente a una estirpe nacida del mestizaje de las dos poblaciones. Se trata de un caso aislado y además muy discutido. La gran mayoría de los rasgos de este niño son típicos de Homo sapiens y podría tratarse de un individuo robusto. Además, este niño fue enterrado siguiendo un ritual característico de las poblaciones modernas, rodeado de conchas perforadas y posiblemente envuelto en un sudario teñido de ocre rojo.
(José María Bermúdez de Castro, "El chico de la gran dolina")
Algunos estudiosos han visto en él características propias de nuestra especie, como es natural por la fecha de su hallazgo, pero también han encontrado algunos caracteres que le hacen asemejarse a los neandertales, por lo que han llegado incluso a la conclusión de que se trata de un híbrido de ambas. Sea o no cierta esta hibridación, desde que se conoció que el Homo sapiens y el Neandertal llegaron a habitar este planeta simultáneamente durante unos miles de años, ésta constituye una de las cuestiones más fundamentales de la antropología moderna.
Las líneas que hoy traemos de José María Bermúdez de Castro, Codirector del proyecto Atapuerca, de su obra de 2009 "El chico de la gran dolina", descartan esta posibilidad en lo referente al niño de Lapedo, pero ahí queda abierta la cuestión de si se pudo dar o no esa hibridación que ojalá futuros hallazgos puedan desvelar.
Abrigo de Lagar Velho
El niño de Lapedo tiene una antigüedad de 24.500 años y representaría, según los investigadores que han realizado su estudio, el testimonio de un mestizaje regional entre los últimos neandertales y los primeros humanos modernos llegados a la Península Ibérica. La morfología del niño de Lapedo es moderna en la mayor parte de sus rasgos craneales, mandibulares y dentales, pero las extremidades inferiores presentan una robustez y un acortamiento relativo de la tibia característico de los neandertales. El niño de Lapedo también presenta una fosa suprainíaca en el occipital, así como otros detalles morfológicos de la mandíbula y del esqueleto poscraneal que se consideran diagnósticos de los neandertales.
Aunque el niño de Lapedo hubiera sido realmente el resultado del cruzamiento de un neandertal y un representante de las poblaciones modernas, no hay argumentos para afirmar que este individuo represente a una estirpe nacida del mestizaje de las dos poblaciones. Se trata de un caso aislado y además muy discutido. La gran mayoría de los rasgos de este niño son típicos de Homo sapiens y podría tratarse de un individuo robusto. Además, este niño fue enterrado siguiendo un ritual característico de las poblaciones modernas, rodeado de conchas perforadas y posiblemente envuelto en un sudario teñido de ocre rojo.
(José María Bermúdez de Castro, "El chico de la gran dolina")
viernes, 26 de noviembre de 2010
El Monte Jálama, Salamati y su ara votiva en Villamiel
Hace pocos días dedicamos una entrada al dios lusitano Salamati cuando hablamos del ara dedicada a dicha divinidad que se encuentra en los muros de una ermita de Ceclavín. Hoy hablamos de nuevo de él para hacernos eco de una interesante teoría, que hemos encontrado en un interesante blog, y que lo relaciona con el Monte Jálama de Sierra de Gata. Según esta hipótesis, el monte daría nombre al dios, aunque también podría darse el caso contrario y ser el dios quien hubiera bautizado a dicho monte. Sea una cosa u otra -o ninguna de las dos-, no sería extraño encontrarnos con una montaña divinizada, pues existen bastantes ejemplos de ello, de los cuales ya hemos dejado constancia por aquí de algunos de ellos. Esta hipótesis se plantea en relación al ara votiva dedicada a Salamati que apareció en Villamiel y que se halla custodiada en el vecino municipio de San Martín de Trevejo.
Por último, hay que mencionar como curiosidad que una de las teorías manejadas para la localización del Monte de Venus, aquél que usaba Viriato como campamento de invierno, afirma que bien pudiera ser el Monte Jálama, aunque de esto, nada se sabe.
Monte Jálama
La coincidencia en el nombre con el monte de la Sierra de Gata, vendría determinada por su raíz Ilirio Ligur “sal = agua” que unida al sufijo “ama = madre”, señalarían en la antigüedad este orónimo como lugar de fuentes (su traducción literal, agua madre, manantial), en ambos casos con una misma base, la abundancia de agua en dichas zonas.
La relación agua = vida, llevaría más tarde a la creación del teónimo Salamati, derivado del orónimo de dicho lugar, considerando la montaña como fuente de vida y dando lugar a la veneración por el pueblo celta de los vetones de este monte como un dios benefactor, según el ara votiva hallada en Villamiel y conservada en San Martín de Trevejo.
“Fuscus Deo O(ptimo) Salamati"
(Al Dios Sumamente Bueno, el Oscuro Salamati)
La inscripción del ara votiva, nos puede llevar a dos consideraciones, la de un dios oscuro en referencia al color de la mole granítica, cosa bastante incierta y poco asumible; ó fusco (oscuro) en clara referencia a su aspecto durante la época de lluvias, lo que identificaría a Salamati con una divinidad relacionada con las aguas y los fenómenos atmosféricos.
La expresión fusco, es utilizada aún por algunas personas cuando el cielo está casi negro y las nubes amenazan agua; fenómeno que ocurre con frecuencia en la cima de Jálama.
Sumamente bueno, para ellos seria una consideración a la magnanimidad de su dios por la concesión de la abundancia de agua, hecho fácilmente constatable por ser una zona muy lluviosa, equiparable a la sierra de Grazalema y que conlleva que sus fuentes proporcionen abundante caudal a los ríos.
(navasfrias-rebollar.blogspot.com)
Por último, hay que mencionar como curiosidad que una de las teorías manejadas para la localización del Monte de Venus, aquél que usaba Viriato como campamento de invierno, afirma que bien pudiera ser el Monte Jálama, aunque de esto, nada se sabe.
Monte Jálama
La coincidencia en el nombre con el monte de la Sierra de Gata, vendría determinada por su raíz Ilirio Ligur “sal = agua” que unida al sufijo “ama = madre”, señalarían en la antigüedad este orónimo como lugar de fuentes (su traducción literal, agua madre, manantial), en ambos casos con una misma base, la abundancia de agua en dichas zonas.
La relación agua = vida, llevaría más tarde a la creación del teónimo Salamati, derivado del orónimo de dicho lugar, considerando la montaña como fuente de vida y dando lugar a la veneración por el pueblo celta de los vetones de este monte como un dios benefactor, según el ara votiva hallada en Villamiel y conservada en San Martín de Trevejo.
“Fuscus Deo O(ptimo) Salamati"
(Al Dios Sumamente Bueno, el Oscuro Salamati)
La inscripción del ara votiva, nos puede llevar a dos consideraciones, la de un dios oscuro en referencia al color de la mole granítica, cosa bastante incierta y poco asumible; ó fusco (oscuro) en clara referencia a su aspecto durante la época de lluvias, lo que identificaría a Salamati con una divinidad relacionada con las aguas y los fenómenos atmosféricos.
La expresión fusco, es utilizada aún por algunas personas cuando el cielo está casi negro y las nubes amenazan agua; fenómeno que ocurre con frecuencia en la cima de Jálama.
Sumamente bueno, para ellos seria una consideración a la magnanimidad de su dios por la concesión de la abundancia de agua, hecho fácilmente constatable por ser una zona muy lluviosa, equiparable a la sierra de Grazalema y que conlleva que sus fuentes proporcionen abundante caudal a los ríos.
(navasfrias-rebollar.blogspot.com)
jueves, 25 de noviembre de 2010
Altar rupestre en el Santuario celtibérico de Mohorte, El Valle de Altomira
Hace tiempo hablamos de un santuario celtibérico al que algunos bautizaron como "de Taranis", pues una gran roca, que preside el paraje, tiene la forma de cabeza de serpiente y ya se sabe que este animal era asociado por los celtas -junto a otros- al dios Taranis. Es más, si se contempla 'in situ', y se le echa un poquito más de imaginación, se puede ver incluso la forma de una serpiente enroscada. No sabemos si estamos o no ante una verdadera consagración a este dios aunque así titularamos la entrada dedicada a este lugar de una forma un tanto atrevida, pues no existe apenas constancia de culto a este dios entre los celtíberos y sí, por ejemplo, entre los galos y, dentro de la península, sobre todo entre los astures. A pesar de esto, por su concepción, se puede decir, de dios pancéltico no sería nada extraño que entre los celtíberos también recibiera culto dicha divinidad, sobre todo si comprobamos su similitud a otros dioses indoeuropeos como el Thor germánico, el Zeus griego o el Júpiter romano, pues en él se agrupaban atributos comunes a estos otros como el trueno, la luz y el cielo.
Altar rupestre de Mohorte
Dejando aparte la hipotética adscripción o no de este santuario a dicho dios, tenemos que decir que, durante nuestra reciente visita al lugar, pudimos comprobar un dato más que desconocíamos -de ahí nuestra nueva mención de hoy-, seguramente por una mala interpretación de las fuentes que manejamos en su momento, y es la existencia de un altar rupestre de los conocidos como "altares de sacrificios" con una morfología bastante similar a otros ya conocidos y nombrados en este lugar. En el se aprecian los mismos elementos que en los otros: escaleras, canalizaciones, cazoletas, agujeros que atraviesan por completo ciertas partes de la roca, etc. El "complejo" sagrado no se reduce únicamente a este altar y a la roca con forma de serpiente que preside aquel lugar, sino que existe un conjunto de cuevas artificiales de las que se desconoce su origen y que muy probablemente hayan sido usadas por distintos motivos -no sólo cultuales- en muy distintas épocas. En los alrededores, es importante destacar también una especie de agujeros excavados en la roca, como en forma de hornacinas, sobre los que existen distintas especulaciones, pues no está nada claro el uso que pudieron tener, aunque la intuición al verlas te hace creer que no tuvieron una función práctica sino más bien de culto. Hemos comprobado con posterioridad que incluso se han llegado a identificar con "el culto de las cabezas cortadas", pues una de las especulaciones toma dicho camino afirmando que bien pudieron ser usados como cubículo para mostrar las cabezas cortadas en los rituales que allí pudieran celebrarse. Por último, pudimos comprobar como la "cabeza de serpiente" se encuentra en su parte superior totalmente cubierta de agujeros artificiales conocidos como cazoletas, lo cual nos indica que quizás ya fuera un lugar sagrado para moradores muy anteriores a los propios celtíberos, pues se dice, que el elemento cultual de la cazoleta probablemente encuentre su origen en el Neolítico, aunque es posible que en la Edad del Hierro se continuara usando como elemento propio de los rituales. Fuera del contexto histórico protagonista de esta entrada, tenemos que decir que en aquel paraje conocido como Mohorte -nombre que tuvo una antigua población allí situada y abandonada en el medievo- existe un buen conjunto de tumbas rupestres antropomorfas.
El cristianismo en todo momento intentó cercenar y son constantes las menciones en los concilios de Toledo que hablan de este tipo de ritual en esta zona, de la gente que encendía antorchas y veneraba las piedras, veneraba las fuentes de agua y veneraba los árboles.
(Juan Carlos Sánchez, arqueólogo)
Altar rupestre de Mohorte
Dejando aparte la hipotética adscripción o no de este santuario a dicho dios, tenemos que decir que, durante nuestra reciente visita al lugar, pudimos comprobar un dato más que desconocíamos -de ahí nuestra nueva mención de hoy-, seguramente por una mala interpretación de las fuentes que manejamos en su momento, y es la existencia de un altar rupestre de los conocidos como "altares de sacrificios" con una morfología bastante similar a otros ya conocidos y nombrados en este lugar. En el se aprecian los mismos elementos que en los otros: escaleras, canalizaciones, cazoletas, agujeros que atraviesan por completo ciertas partes de la roca, etc. El "complejo" sagrado no se reduce únicamente a este altar y a la roca con forma de serpiente que preside aquel lugar, sino que existe un conjunto de cuevas artificiales de las que se desconoce su origen y que muy probablemente hayan sido usadas por distintos motivos -no sólo cultuales- en muy distintas épocas. En los alrededores, es importante destacar también una especie de agujeros excavados en la roca, como en forma de hornacinas, sobre los que existen distintas especulaciones, pues no está nada claro el uso que pudieron tener, aunque la intuición al verlas te hace creer que no tuvieron una función práctica sino más bien de culto. Hemos comprobado con posterioridad que incluso se han llegado a identificar con "el culto de las cabezas cortadas", pues una de las especulaciones toma dicho camino afirmando que bien pudieron ser usados como cubículo para mostrar las cabezas cortadas en los rituales que allí pudieran celebrarse. Por último, pudimos comprobar como la "cabeza de serpiente" se encuentra en su parte superior totalmente cubierta de agujeros artificiales conocidos como cazoletas, lo cual nos indica que quizás ya fuera un lugar sagrado para moradores muy anteriores a los propios celtíberos, pues se dice, que el elemento cultual de la cazoleta probablemente encuentre su origen en el Neolítico, aunque es posible que en la Edad del Hierro se continuara usando como elemento propio de los rituales. Fuera del contexto histórico protagonista de esta entrada, tenemos que decir que en aquel paraje conocido como Mohorte -nombre que tuvo una antigua población allí situada y abandonada en el medievo- existe un buen conjunto de tumbas rupestres antropomorfas.
El cristianismo en todo momento intentó cercenar y son constantes las menciones en los concilios de Toledo que hablan de este tipo de ritual en esta zona, de la gente que encendía antorchas y veneraba las piedras, veneraba las fuentes de agua y veneraba los árboles.
(Juan Carlos Sánchez, arqueólogo)
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Posible megalito bajo montículo artificial, Lácara-Montijo
Ya hablamos en su momento del importantísimo Dolmen de Lácara y hoy volvemos unos cuantos kilómetros río Lácara abajo, en concreto a la población de Lácara, que uno no sabe si toma el nombre del hidrónimo o viceversa, donde existe la sospecha de la existencia de un megalito enterrado en un montículo, aparentemente artificial. La Asociación de Amigos de la Prehistoria ha comunicado dicha sospecha, presentando un informe, a la propia Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura para que el yacimiento sea estudiado sobre el terreno. El túmulo tiene unos doscientos metros de perímetro y sobre su superficie se pueden apreciar fragmentos de cerámica y sílex, posiblemente pertenecientes a dicha cultura megalítica, además de bloques de piedra de gran tamaño colocados seguramente por el ser humano. Este lugar se encuentra a la espera de ser estudiado y esperemos que excavado.
En la comarca hay una serie de dólmenes conocidos, fundamentalmente el de Lácara (el mayor de España), que hacen que no sea descabellado pensar que se ha identificado un nuevo dolmen.
(Javier Jiménez, arqueólogo y especialista en Prehistoria en el entorno de Mérida)
*Le damos las gracias a Papandreu, un participante en esta página, por habernos hecho llegar esta información publicada hoy mismo en la edición digital del diario Hoy de Extremadura.
En la comarca hay una serie de dólmenes conocidos, fundamentalmente el de Lácara (el mayor de España), que hacen que no sea descabellado pensar que se ha identificado un nuevo dolmen.
(Javier Jiménez, arqueólogo y especialista en Prehistoria en el entorno de Mérida)
*Le damos las gracias a Papandreu, un participante en esta página, por habernos hecho llegar esta información publicada hoy mismo en la edición digital del diario Hoy de Extremadura.
martes, 23 de noviembre de 2010
Inscripción al Marte carpetano en Talamanca del Jarama
Hoy volvemos a antiguas tierras carpetanas para hablar de una inscripción dedicada al dios Marte, que la autora de la cita que hoy traemos, María Ruiz Trapero, interpreta que bien pudiera esconder, como en otros casos, el culto a un dios de la guerra local, a un Marte carpetano, podríamos decir. Hace poco tuvimos constancia de que en el altar de la Iglesia de San Juan Bautista de Talamanca del Jarama se encuentra una inscripción romana; lo que no hemos podido verificar es si se trata de esta inscripción votiva a Marte. Como siempre, le estaríamos muy agradecidos a quién nos pudiera facilitar dicha información.
Muchos de estos teónimos esconden posiblemente dioses indígenas de Carpetania bajo advocación romana. Por ejemplo, en una inscripción de Talamanca del Jarama se lee:
MARTI
SACRVM
C ABVRIVS
LVPVS
V S L M
Marti/ sacrum/ C(aius) Aburius/ Lupus/ v (otum) s(olvit) l(ibens) m(erito).
“CONSAGRADO A MARTE. CAIUS ABURIUS LUPUS CUMPLIÓ GUSTOSAMENTE SU VOTO.”
Las consagraciones a Marte son muy frecuentes en la Península. Knapp lee en la tercera linea Caburius, que es un nombre celta, mientras Alföldy propone la lectura Cayo Aburio; los Aburios son conocidos en otras 2 inscripciones hispanas, por lo cual parece más correcta la segunda. Lupus es un nombre de origen celta, por lo tanto este Marte tal vez encubra a un Marte indígena.
(María Ruiz Trapero, "Inscripciones latinas de la Comunidad Autónoma de Madrid")
Muchos de estos teónimos esconden posiblemente dioses indígenas de Carpetania bajo advocación romana. Por ejemplo, en una inscripción de Talamanca del Jarama se lee:
MARTI
SACRVM
C ABVRIVS
LVPVS
V S L M
Marti/ sacrum/ C(aius) Aburius/ Lupus/ v (otum) s(olvit) l(ibens) m(erito).
“CONSAGRADO A MARTE. CAIUS ABURIUS LUPUS CUMPLIÓ GUSTOSAMENTE SU VOTO.”
Las consagraciones a Marte son muy frecuentes en la Península. Knapp lee en la tercera linea Caburius, que es un nombre celta, mientras Alföldy propone la lectura Cayo Aburio; los Aburios son conocidos en otras 2 inscripciones hispanas, por lo cual parece más correcta la segunda. Lupus es un nombre de origen celta, por lo tanto este Marte tal vez encubra a un Marte indígena.
(María Ruiz Trapero, "Inscripciones latinas de la Comunidad Autónoma de Madrid")
lunes, 22 de noviembre de 2010
La Braña de los tejos, valle de Liébana
Hoy hablamos de un bosque, La Braña de los tejos, en el valle de Liébana, que dicen fue sagrado para los antiguos cántabros. No hay documento inequívoco que de certeza total a dicha afirmación, pero sí se sabe que, junto con otras muchas especies, el tejo fue un árbol sagrado para el pueblo celta; con él se dice que los druidas construían sus bastones y que con sus ramas adivinaban el futuro. Aparte de la sacralidad que se le otorgaba a dicho árbol, según Silio Itálico, también lo usaban para extraer su veneno, pues según este antiguo autor el suicidio era una práctica bastante común entre los cántabros por temas de guerra y honor.
Silio Itálico decía de los cántabros que el suicidio era una decisión que practicaban con cierta frecuencia, sirviéndose del veneno del tejo que siempre llevaban encima. La causa generalmente era la guerra y el honor, en el caso de que un jefe muriese en combate sus seguidores solían quitarse la vida usando las hojas de tejo que llevaban. También los ancianos que se veían impedidos recurrían a este veneno.En Cantabria hay un bosque de tejos, "La braña de los tejos" en el valle de Lamasón, en un paraje impresionante con los Picos de Europa levantándose enfrente y todo el valle de Liébana a nuestros pies y las montañas más altas de la Cordillera Cantábrica, como Peña Prieta, Peña labra, etc rodeándonos. Un lugar lleno de belleza y magia que merece la pena conocer.
(Kentaber, celtiberia.net)
Silio Itálico decía de los cántabros que el suicidio era una decisión que practicaban con cierta frecuencia, sirviéndose del veneno del tejo que siempre llevaban encima. La causa generalmente era la guerra y el honor, en el caso de que un jefe muriese en combate sus seguidores solían quitarse la vida usando las hojas de tejo que llevaban. También los ancianos que se veían impedidos recurrían a este veneno.En Cantabria hay un bosque de tejos, "La braña de los tejos" en el valle de Lamasón, en un paraje impresionante con los Picos de Europa levantándose enfrente y todo el valle de Liébana a nuestros pies y las montañas más altas de la Cordillera Cantábrica, como Peña Prieta, Peña labra, etc rodeándonos. Un lugar lleno de belleza y magia que merece la pena conocer.
(Kentaber, celtiberia.net)
viernes, 19 de noviembre de 2010
El Monte Toloño y Tulonius, Labastida
Hace poco estuvimos en el Monte Tolocha, cerca de Calanda, donde el nombre bien pudiera encerrar una conexión con el mismo dios que, supuestamente, da nombre a nuestro protagonista de hoy: el Monte Toloño, en tierras alavesas.
En concreto hablamos del dios celta Tulonius, que también dio nombre al Monte Teleno, muy cerca de Astorga, la antigua capital de los astures.
Una vez más, nos encontramos con un monte, y con un topónimo que, posiblemente, nace de un teónimo. El Monte Toloño forma parte de la conocida como Sierra de Cantabria, curioso nombre cuando ésta se encuentra en la comarca conocida como La Rioja Alavesa; quizás pudiera constituir una pista para deducir ese gran territorio sobre el que se extendieron los antiguos cántabros, mucho mayor que el conocido actualmente como Cantabria.
No tiene nada de extraño el hecho de que esta sierra se denomine Cantabria como la Comunidad Autónoma de tal nombre, ya que en ambos casos el origen hay que buscarlos en los pueblos celtas que a todo monte que tenía rocas en su cumbre, lo bautizaban con el prefijo cant-(piedra). De un modo similar, el monte que domina Labastida se conoce por Toloño que tiene su origen en el dios celta Tulonius.
(riojalavesa.com)
En concreto hablamos del dios celta Tulonius, que también dio nombre al Monte Teleno, muy cerca de Astorga, la antigua capital de los astures.
Una vez más, nos encontramos con un monte, y con un topónimo que, posiblemente, nace de un teónimo. El Monte Toloño forma parte de la conocida como Sierra de Cantabria, curioso nombre cuando ésta se encuentra en la comarca conocida como La Rioja Alavesa; quizás pudiera constituir una pista para deducir ese gran territorio sobre el que se extendieron los antiguos cántabros, mucho mayor que el conocido actualmente como Cantabria.
No tiene nada de extraño el hecho de que esta sierra se denomine Cantabria como la Comunidad Autónoma de tal nombre, ya que en ambos casos el origen hay que buscarlos en los pueblos celtas que a todo monte que tenía rocas en su cumbre, lo bautizaban con el prefijo cant-(piedra). De un modo similar, el monte que domina Labastida se conoce por Toloño que tiene su origen en el dios celta Tulonius.
(riojalavesa.com)
jueves, 18 de noviembre de 2010
Posible santuario prerromano de Medellín
Nuestra localización de hoy se sitúa en un territorio que fue conocido como Beturia. Es mucho lo que se desconoce de este antiguo lugar, aunque los conocimientos actuales nos dicen que fue ocupado por dos pueblos distintos: unos, los "célticos", en la parte occidental de Sierra Morena y los valles pacenses hasta el río Guadiana, otros, los túrdulos, en la zona central y oriental de Sierra Morena. Según esta distribución, la antigua Medellín, se hallaría en territorio céltico, junto al propio río Guadiana.
Los célticos, no hace falta decir que pertenecían al tronco común celta, como pueblo indoeuropeo, mientras los túrdulos no eran indoeuropeos sino parientes de sus vecinos del sur, los turdetanos, es decir, eran un pueblo íbero. Hecha esta diferenciación, hay que decir que mantener una línea exacta que separe unas culturas y otras sería un ejercicio de ficción que no se correspondería con la realidad de aquel momento, pues si bien hemos dicho que Medellín se encontraba en territorio céltico, al norte de la Beturia, hemos visto que en el libro "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades (Siglos VII-I a.C.)" de Teresa Moneo, como su título indica, obra de la que hoy traemos unas líneas, se le incluye entre los íberos, pues una gran cantidad de los elementos hallados en las distintas excavaciones de aquella población dan muestras de una gran iberización. Entre estos restos encontramos algunos elementos que bien pudieran indicar que en Medellín, tanto en la parte alta, como en algún lugar más, bien podría haber existido algún santuario, por el hallazgo de exvotos y alguna que otra pieza votiva.
Este importante oppidum, que controlaba el paso del Guadiana y su amplia Vega, ocupa un alto cerro que destaca unos 100 m. sobre el territorio circundante en cuya parte alta se ha supuesto la existencia de un santuario, quizás asociado a una regia. La escasa documentación se reduce a un exvoto de bronce de una figura masculina desnuda que se encontró en la excavación de la parte superior del teatro romano, al que cabe añadir otro hallazgo semejante aparecido cerca de una gran peña que domina la ladera Norte del poblado, por lo que se ha relacionado con los hallazgos de Alarcos.
Además de la parte superior del cerro proceden otros materiales significativos que indican la presencia de elementos de prestigio, como una pequeña chapa de oro, un vaso de barniz rojo ibérico de forma “Cuadrado d”, considerado como recipiente para perfumes, y un peine de marfil de tipo “Serreta”, que pudiera tener en este contexto un uso votivo, como objeto de lujo. Por su parte, en la estratigrafía realizada al Este del teatro aparecieron más de trescientos fragmentos de cerámica pintada de tipo “Medellín”, que por sus características técnicas y su iconografía pudieran haber tenido una función ritual, así como un número proporcionalmente elevado de grafitos que quizás pudieran relacionarse con piezas votivas. Cronológicamente, los vasos y el peine hallados de la parte alta se fechan en el siglo IV a. C. o inicios del siglo III a.C., pero las figurillas de bronce pudieran ser bastante anteriores, como lo son las cerámicas y grafitos de la Cata Este, fechables hacia fines del siglo VII a.C.
Aunque los indicios existentes son insuficientes para documentar con seguridad un santuario, la presencia de “exvotos” de bronce y de materiales significativos inclinaría a considerar la posibilidad, a modo de hipótesis, de que la parte alta del cerro en que se asienta Medellín, tal vez organizada incluso como acrópolis de la población prerromana, pudiera haber albergado un santuario o el santuario-palacio de la ciudad.
(Teresa Moneo, "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades, Siglos VII-I a.C.")
Los célticos, no hace falta decir que pertenecían al tronco común celta, como pueblo indoeuropeo, mientras los túrdulos no eran indoeuropeos sino parientes de sus vecinos del sur, los turdetanos, es decir, eran un pueblo íbero. Hecha esta diferenciación, hay que decir que mantener una línea exacta que separe unas culturas y otras sería un ejercicio de ficción que no se correspondería con la realidad de aquel momento, pues si bien hemos dicho que Medellín se encontraba en territorio céltico, al norte de la Beturia, hemos visto que en el libro "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades (Siglos VII-I a.C.)" de Teresa Moneo, como su título indica, obra de la que hoy traemos unas líneas, se le incluye entre los íberos, pues una gran cantidad de los elementos hallados en las distintas excavaciones de aquella población dan muestras de una gran iberización. Entre estos restos encontramos algunos elementos que bien pudieran indicar que en Medellín, tanto en la parte alta, como en algún lugar más, bien podría haber existido algún santuario, por el hallazgo de exvotos y alguna que otra pieza votiva.
Este importante oppidum, que controlaba el paso del Guadiana y su amplia Vega, ocupa un alto cerro que destaca unos 100 m. sobre el territorio circundante en cuya parte alta se ha supuesto la existencia de un santuario, quizás asociado a una regia. La escasa documentación se reduce a un exvoto de bronce de una figura masculina desnuda que se encontró en la excavación de la parte superior del teatro romano, al que cabe añadir otro hallazgo semejante aparecido cerca de una gran peña que domina la ladera Norte del poblado, por lo que se ha relacionado con los hallazgos de Alarcos.
Además de la parte superior del cerro proceden otros materiales significativos que indican la presencia de elementos de prestigio, como una pequeña chapa de oro, un vaso de barniz rojo ibérico de forma “Cuadrado d”, considerado como recipiente para perfumes, y un peine de marfil de tipo “Serreta”, que pudiera tener en este contexto un uso votivo, como objeto de lujo. Por su parte, en la estratigrafía realizada al Este del teatro aparecieron más de trescientos fragmentos de cerámica pintada de tipo “Medellín”, que por sus características técnicas y su iconografía pudieran haber tenido una función ritual, así como un número proporcionalmente elevado de grafitos que quizás pudieran relacionarse con piezas votivas. Cronológicamente, los vasos y el peine hallados de la parte alta se fechan en el siglo IV a. C. o inicios del siglo III a.C., pero las figurillas de bronce pudieran ser bastante anteriores, como lo son las cerámicas y grafitos de la Cata Este, fechables hacia fines del siglo VII a.C.
Aunque los indicios existentes son insuficientes para documentar con seguridad un santuario, la presencia de “exvotos” de bronce y de materiales significativos inclinaría a considerar la posibilidad, a modo de hipótesis, de que la parte alta del cerro en que se asienta Medellín, tal vez organizada incluso como acrópolis de la población prerromana, pudiera haber albergado un santuario o el santuario-palacio de la ciudad.
(Teresa Moneo, "Religio Iberica, Santuarios, ritos y divinidades, Siglos VII-I a.C.")
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Altar rupestre en el Castro de San Mamede, Villardiegua de la Ribera
Hoy volvemos a los Arribes del Duero, lugar "a caballo" entre lo que fue tierra de lusitanos y vettones, para hablar de un santuario rupestre del que hemos tenido constancia a través de la obra de Álvarez-Sanchís, "Los Vettones". En las próximidades de Villardiegua de la Ribera, en el castro de San Mamede, dominando el yacimiento arqueológico y con una panorámica inmejorable sobre el río Duero, existe una piedra caballera que nos indica el lugar donde se halla el antiguo santuario rupestre. Todo indica a que era un lugar de culto al agua, en concreto al legendario Duero; incluso Álvarez-Sanchís entiende que posiblemente las cenizas de los difuntos serían ofrecidas al mismo río, lo que explicaría la ausencia de necrópolis en muchos de los antiguos poblamientos cercanos.
Existen evidencias varias que atestiguan la concentración de altares rupestres siguiendo el curso del río Duero en tierras de Zamora y Salamanca, que podrían relacionarse con deidades asimiladas al río; tal sucede con los distintos rebajes y entalladuras que se advierten en el poblado de San Mamede, en Villardiegua de la Ribera....Un simple recuento de los datos que se vienen aceptando como lugares de culto relacionados con el uso lustral del agua, extensible a otros monumentos de funcionalidad diferente como es el caso de las saunas castreñas, donde tendrían lugar baños iniciáticos (Almagro-Gorbea y Álvarez-Sanchís 1993), podría avalar la impresión de una relativa abundancia en las regiones occidentales y atlánticas. La comunicación con el Más Allá a través del elemento acuático está implícita en estos monumentos y la ausencia de cementerios extensos asociados al ritual de incineración en gran parte de estos territorios no parece producto de la casualidad, por lo que cabe suponer para estas comunidades la continuidad de unas creencias y prácticas religiosas desde el substrato del Bronce Final hasta época romana. Prácticas funerarias que incluirían la cremación del cadáver y ofrendas a las aguas podrían tener así un punto de referencia en algunos santuarios ribereños occidentales durante la Edad del Hierro.
(Jesús R. Álvarez-Sanchís, "Los Vettones")
Existen evidencias varias que atestiguan la concentración de altares rupestres siguiendo el curso del río Duero en tierras de Zamora y Salamanca, que podrían relacionarse con deidades asimiladas al río; tal sucede con los distintos rebajes y entalladuras que se advierten en el poblado de San Mamede, en Villardiegua de la Ribera....Un simple recuento de los datos que se vienen aceptando como lugares de culto relacionados con el uso lustral del agua, extensible a otros monumentos de funcionalidad diferente como es el caso de las saunas castreñas, donde tendrían lugar baños iniciáticos (Almagro-Gorbea y Álvarez-Sanchís 1993), podría avalar la impresión de una relativa abundancia en las regiones occidentales y atlánticas. La comunicación con el Más Allá a través del elemento acuático está implícita en estos monumentos y la ausencia de cementerios extensos asociados al ritual de incineración en gran parte de estos territorios no parece producto de la casualidad, por lo que cabe suponer para estas comunidades la continuidad de unas creencias y prácticas religiosas desde el substrato del Bronce Final hasta época romana. Prácticas funerarias que incluirían la cremación del cadáver y ofrendas a las aguas podrían tener así un punto de referencia en algunos santuarios ribereños occidentales durante la Edad del Hierro.
(Jesús R. Álvarez-Sanchís, "Los Vettones")
martes, 16 de noviembre de 2010
El dios Salamati en la Ermita de la Virgen del Encinar de Ceclavín
La antigua cultura lusitana vuelve a ser la protagonista hoy, pues traemos a colación otro teónimo del que aún no habíamos dejado constancia por aquí. En concreto, hablamos del dios Salamati, del cual existen varios testimonios. Hoy, en concreto, nos referimos al ara que fue usada en la construcción de la Ermita de Nuestra Señora del Encinar, de la localidad de Ceclavín, con lo que se encuentra incrustada en el propio muro de la misma; en ella una inscripción nos acerca al nombre de este dios lusitano. El paraje donde se encuentra la ermita, de la localidad de Ceclavín, famosa por sus vinos de pitarra y que, según dicen, su nombre puede provenir de la ciudad romana de Cella Vinaria, que ya indicaría su pasado vinícola, constituye un lugar muy especial donde se pueden contemplar manadas de caballos, vacas, cabras, cigüeñas negras y, con un poco de suerte, hasta nutrias en los ríos que la rodean: el Alagón, el Tajo y el Fresnedosa.
Ermita de la Virgen del Encinar, Ceclavín
De las dos inscripciones que se hallan en el paramento de la ermita de Ceclavín, la "CILII 794" es interpretada como inscripción votiva dedicada a Salamati, dios masculino de ámbito lusitano, equiparable al Reue lusitano-galaico, al Taranis galo y al Júpiter arcaico romano (Olivares, 2002: 171 y ss.). Se relaciona con las grandes divinidades soberanas indoeuropeas de las que destaca su faceta político-jurídica dentro del grupo como garantes de los pactos intercomunitarios.
(Paloma Balbín, Kechu Torres y Pedro R. Moya, "Lo que el viento se llevó: Interdisciplinariedad, metodología y práctica para el estudio de la Hispania céltica")
Ermita de la Virgen del Encinar, Ceclavín
De las dos inscripciones que se hallan en el paramento de la ermita de Ceclavín, la "CILII 794" es interpretada como inscripción votiva dedicada a Salamati, dios masculino de ámbito lusitano, equiparable al Reue lusitano-galaico, al Taranis galo y al Júpiter arcaico romano (Olivares, 2002: 171 y ss.). Se relaciona con las grandes divinidades soberanas indoeuropeas de las que destaca su faceta político-jurídica dentro del grupo como garantes de los pactos intercomunitarios.
(Paloma Balbín, Kechu Torres y Pedro R. Moya, "Lo que el viento se llevó: Interdisciplinariedad, metodología y práctica para el estudio de la Hispania céltica")
lunes, 15 de noviembre de 2010
El Roble, árbol sagrado de Vizcaya
El milenario culto al árbol, que aún tiene su huella en muchos rituales y festejos de la Península Ibérica, es nuestro protagonista de hoy. Nos acercamos a Vizcaya, donde todos los "Señores de Vizcaya" juraban respetar los fueros vizcaínos ante sus árboles sagrados, entre los que se encontraban los de Arechabalaga y Guernica. En concreto, el roble de Guernica sigue siendo un símbolo no sólo para los vizcaínos, sino para los vascos en general. Juan Aranzadi, del que hoy traemos unas líneas de su obra El milenarismo vasco, explica que es tal la importancia del roble, que incluso el término existente en euskera 'artiz' -o 'haritz' como aparece en los diccionarios actuales-, para nombrar a este árbol, se hacía extensivo para designar la palabra 'árbol', en genérico, e incluso la palabra 'bosque'. Algo parecido a lo que ocurre en el indoeuropeo, donde en el griego y las antiguas lenguas celtas la palabra 'árbol' y la palabra 'roble' tienen la misma raíz. Queda así patente, con el ejemplo que traemos, la gran importancia -llegando a lo sacro- que este árbol tuvo desde la Antigüedad hasta la actualidad.
Nuevo árbol de Guernica, el anterior murió en 2004
Es obvio que esta significación jurídico-política del roble en el País Vasco tiene unas raíces religiosas previas: chocar los Fueros y el Señorío bajo el patronazgo del roble equivale a dotar a tales instituciones de una sanción religiosa, supone su sacralización. Y es que, en efecto, abundan los testimonios etnográficos y folclóricos de que, desde muy lejanas épocas, el roble ha sido en el País Vasco un árbol sagrado, con la particularidad de que ‘en vascuence ocurría los mismo que ocurría en indoeuropeo, que las ideas de bosque, árbol y roble estaban estrechamente relacionadas, que la palabra aritz significa roble o árbol genéricamente en alto navarro y vizcaíno.
(Juan Aranzadi)
Escudo del antiguo Señorío de Vizcaya con el roble como figura
Nuevo árbol de Guernica, el anterior murió en 2004
Es obvio que esta significación jurídico-política del roble en el País Vasco tiene unas raíces religiosas previas: chocar los Fueros y el Señorío bajo el patronazgo del roble equivale a dotar a tales instituciones de una sanción religiosa, supone su sacralización. Y es que, en efecto, abundan los testimonios etnográficos y folclóricos de que, desde muy lejanas épocas, el roble ha sido en el País Vasco un árbol sagrado, con la particularidad de que ‘en vascuence ocurría los mismo que ocurría en indoeuropeo, que las ideas de bosque, árbol y roble estaban estrechamente relacionadas, que la palabra aritz significa roble o árbol genéricamente en alto navarro y vizcaíno.
(Juan Aranzadi)
Escudo del antiguo Señorío de Vizcaya con el roble como figura
viernes, 12 de noviembre de 2010
La Cueva de Maltravieso, Cáceres
Nuestro lugar protagonista de hoy se halla en el propio casco urbano de una ciudad, cosa poco común cuando se trata de una cueva con importantísimas manifestaciones del Paleolítico. Hablamos de la Cueva de Maltravieso, en Cáceres. Esto le otorga aún mayor singularidad, si cabe, a esta maravillosa ciudad, de la que su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Investigaciones recientes, con medios más sofisticados, han descubierto representaciones desconocidas hasta el momento, como figuras de animales. También se han documentado restos posteriores de cerámicas y herramientas, además de huesos de personas y de animales, fechados en el Neolítico y la Edad del Cobre. Pero lo más destacado de esta cueva son las setenta manos humanas en negativo, rodeadas de pigmentos rojizos y repartidas en veinte grupos. Constituyen la representación artística más antigua, hasta el momento, conocida en Extremadura, pues se les calcula una antigüedad de 15 ó 20.000 años. Su interpretación no está nada clara, aunque por la falta del dedo meñique en todas las figuras, se ha llegado a especular con que podía constituir una mutilación ritual.
Durante décadas se pensó que la ausencia del dedo meñique en las manos de Maltravieso podía explicarse por alguna mutilación ritual, pero hoy sabemos que la huella del dedo menor fue tapada en muchos casos al pintarse las manos, descartándose la teoría de los ritos de mutilación. Si tienen que ver con las creencias religiosas, con la caza o con la organización social y sexual de los humanos que las hicieron, es algo que no hemos podido llegar a saber. En todo caso, con unos 15 ó 25.000 años, se trata de la más antigua expresión de creatividad plástica no utilitaria en la región extremeña. Tal y como sucede con otras cuevas, entre ellas la de Altamira, el delicado estado de conservación de las pinturas impide que la cueva de Maltravieso puede ser visitada por el público. Por ello, el Ayuntamiento de Cáceres y la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura optaron por dar a conocer la riqueza patrimonial del lugar a través del Centro de Interpretación, inaugurado en 1999. En el Centro, los visitantes puede conocer cómo es la cueva y sus manifestaciones artísticas, su historia y avatares, sus descubridores e investigadores, e incluso sumergirse en el oscuro ambiente de una cavidad como la que habitaron nuestros antepasados del Paleolítico.
(Texto Explicativo del folleto de la Red de Museos de Extremadura.)
Durante décadas se pensó que la ausencia del dedo meñique en las manos de Maltravieso podía explicarse por alguna mutilación ritual, pero hoy sabemos que la huella del dedo menor fue tapada en muchos casos al pintarse las manos, descartándose la teoría de los ritos de mutilación. Si tienen que ver con las creencias religiosas, con la caza o con la organización social y sexual de los humanos que las hicieron, es algo que no hemos podido llegar a saber. En todo caso, con unos 15 ó 25.000 años, se trata de la más antigua expresión de creatividad plástica no utilitaria en la región extremeña. Tal y como sucede con otras cuevas, entre ellas la de Altamira, el delicado estado de conservación de las pinturas impide que la cueva de Maltravieso puede ser visitada por el público. Por ello, el Ayuntamiento de Cáceres y la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura optaron por dar a conocer la riqueza patrimonial del lugar a través del Centro de Interpretación, inaugurado en 1999. En el Centro, los visitantes puede conocer cómo es la cueva y sus manifestaciones artísticas, su historia y avatares, sus descubridores e investigadores, e incluso sumergirse en el oscuro ambiente de una cavidad como la que habitaron nuestros antepasados del Paleolítico.
(Texto Explicativo del folleto de la Red de Museos de Extremadura.)
jueves, 11 de noviembre de 2010
La Cueva Negra, Fortuna
Hoy nos acercamos a un antiguo santuario en tierras íberas de los que fueron conocidos, en honor a su ciudad más importante, como contestanos. En concreto, nuestro protagonista de hoy es una especie de ninfeo conocido como La Cueva Negra. En ella se han hallado cuarenta y una inscripciones de las que algunas aportan importante información sobre el uso ritual de esta cueva. Son todas de época romana y están escritas en latín, no habiendo ninguna referencia a cultos prerromanos en ninguna de ellas, pues todas las divinidades de las que ha quedado constancia en dichos grabados son foráneos, llegados a través de la dominación romana. De todas formas, el texto que hoy traemos a colación especula con la posibilidad de que esta cavidad ya fuera sagrada en tiempo de íberos, aportando una serie de indicios, que le hacen llegar a dicha conclusión.
La naturaleza de ninfeo de la cueva se manifiesta en alguno de los versos grabados en la roca, donde son mencionadas expresamente estas divinidades -las ninfas-, además de la existencia de un manantial en la propia cueva al que, según algunas inscripciones, las gentes que allí se acercaban le otorgaban a sus aguas poderes curativos, pues en alguna de ellas aparece el nombre del dios Esculapio.
Este lugar, se puede considerar, no sólo como una manifestación de antigua sacralidad, sino como un referente vivo de la literatura latina que, en forma de versos, se manifiesta en las paredes de esta cueva.
Con el topónimo -La Cueva Negra- se conoce un conjunto de abrigos abiertos al Sur, en cuyo interior brota una fuente natural de agua. La Cueva Negra, referente religioso y cultural de Fortuna hasta la actualidad, tiene un importantísimo conjunto de textos latinos escritos en sus paredes. Las inscripciones, escritas casi todas en verso, fueron descubiertas en el año 1981, iniciándose la transcripción, traducción y análisis de los textos descubiertos por un equipo dirigido por el Dr. D. Antonino González Blanco, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Murcia.
...La mayor parte de los textos fueron realizados a lo largo de los siglos I y II d.C.; aunque la mayoría de las inscripciones conservadas se concentran en dos paneles de reducidas dimensiones, se tiene la certeza de que éstas cubrieron buena parte de las paredes de la Cueva; en catas de limpieza realizadas en otros sectores del abrigo se han localizado restos, aunque muy deteriorados, de nuevas inscripciones.
Dos hechos parecen indicar que la Cueva Negra era un santuario religioso ya en época ibérica y que los romanos no hacen más que continuar una tradición anterior, adoptándola a sus usos y costumbres. En este sentido, la equidistancia de los dos yacimientos ibéricos, Castillejo de los Baños y Castillico de las Peñas, y la cercanía de estos dos enclaves ibéricos respecto de la Cueva, podría ser un dato que confirmara este planteamiento.
A estos datos hay que añadir que en los 'tituli picti' estudiados hasta el momento, se ha querido ver la existencia de grafías iberizantes, que prueba que en el Sureste hispánico, en los siglos I-II d.C,. el ibérico aún está lo suficientemente vivo para modificar el latín colonial; este hecho, junto con la pervivencia del elemento indígena en el territorio de Fortuna, parecen ser elementos que parecen testimoniar la utilización de la Cueva Negra con fines religiosos en una fase prerromana.
(regmurcia.com)
La naturaleza de ninfeo de la cueva se manifiesta en alguno de los versos grabados en la roca, donde son mencionadas expresamente estas divinidades -las ninfas-, además de la existencia de un manantial en la propia cueva al que, según algunas inscripciones, las gentes que allí se acercaban le otorgaban a sus aguas poderes curativos, pues en alguna de ellas aparece el nombre del dios Esculapio.
Este lugar, se puede considerar, no sólo como una manifestación de antigua sacralidad, sino como un referente vivo de la literatura latina que, en forma de versos, se manifiesta en las paredes de esta cueva.
Con el topónimo -La Cueva Negra- se conoce un conjunto de abrigos abiertos al Sur, en cuyo interior brota una fuente natural de agua. La Cueva Negra, referente religioso y cultural de Fortuna hasta la actualidad, tiene un importantísimo conjunto de textos latinos escritos en sus paredes. Las inscripciones, escritas casi todas en verso, fueron descubiertas en el año 1981, iniciándose la transcripción, traducción y análisis de los textos descubiertos por un equipo dirigido por el Dr. D. Antonino González Blanco, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Murcia.
...La mayor parte de los textos fueron realizados a lo largo de los siglos I y II d.C.; aunque la mayoría de las inscripciones conservadas se concentran en dos paneles de reducidas dimensiones, se tiene la certeza de que éstas cubrieron buena parte de las paredes de la Cueva; en catas de limpieza realizadas en otros sectores del abrigo se han localizado restos, aunque muy deteriorados, de nuevas inscripciones.
Dos hechos parecen indicar que la Cueva Negra era un santuario religioso ya en época ibérica y que los romanos no hacen más que continuar una tradición anterior, adoptándola a sus usos y costumbres. En este sentido, la equidistancia de los dos yacimientos ibéricos, Castillejo de los Baños y Castillico de las Peñas, y la cercanía de estos dos enclaves ibéricos respecto de la Cueva, podría ser un dato que confirmara este planteamiento.
A estos datos hay que añadir que en los 'tituli picti' estudiados hasta el momento, se ha querido ver la existencia de grafías iberizantes, que prueba que en el Sureste hispánico, en los siglos I-II d.C,. el ibérico aún está lo suficientemente vivo para modificar el latín colonial; este hecho, junto con la pervivencia del elemento indígena en el territorio de Fortuna, parecen ser elementos que parecen testimoniar la utilización de la Cueva Negra con fines religiosos en una fase prerromana.
(regmurcia.com)
miércoles, 10 de noviembre de 2010
El dios Zeus y su santuario doméstico en Segóbriga
Hoy nos hacemos eco del culto a uno de los dioses más conocidos de la Antigüedad: el dios Zeus. No es extraño que en la Península Ibérica se diera culto a este dios, pues hubo colonias griegas en las costas del Mediterráneo en las que, seguramente, se rendiría honores a dicha divinidad. A pesar de esto, son muy pocos los casos que se han podido documentar al respecto. En concreto, en relación a Zeus, propiamente dicho, sólo conocemos la manifestación que hoy traemos aquí, aunque hay que decir que si bien se han documentado cultos a Zeus-Serapis, en estos no se rinde pleitesía al dios de dioses del panteón heleno, sino más bien al dios greco-egipcio al que Ptolomeo I declaró dios protector de Alejandría, con el propósito de unir a griegos y egipcios.
El ara, aparecido en el domicilio de un tal Caio Iulio Silvano, está escrito en griego, usando el propio alfabeto heleno. En el mismo lugar donde se halló, se encuentra una reproducción del altar, cuyo original se encuentra en el propio museo de Segóbriga.
El control de la explotación minera dedicada a la extracción del lapis specularis en el territorio de Segóbriga propició la llegada de Caio Iulio Silvano a la ciudad. Silvano construyó su vivienda a principios del siglo III de nuestra era junto a las Termas Monumentales. A este funcionario imperial lo conocemos por el texto de una inscripción en lengua griega cincelado en un altar dedicado al dios Zeus, donde aparece como dedicante. Conocemos, hasta el momento, tres estancias de su lujosa vivienda. La estancia 1 tuvo un carácter religioso y estuvo dedicada al dios griego Zeus Megistos. En su interior se ha colocado, en su posición una copia de los elementos cultuales recuperados en la excavación.
(Texto del cartel explicativo del yacimiento)
El ara, aparecido en el domicilio de un tal Caio Iulio Silvano, está escrito en griego, usando el propio alfabeto heleno. En el mismo lugar donde se halló, se encuentra una reproducción del altar, cuyo original se encuentra en el propio museo de Segóbriga.
El control de la explotación minera dedicada a la extracción del lapis specularis en el territorio de Segóbriga propició la llegada de Caio Iulio Silvano a la ciudad. Silvano construyó su vivienda a principios del siglo III de nuestra era junto a las Termas Monumentales. A este funcionario imperial lo conocemos por el texto de una inscripción en lengua griega cincelado en un altar dedicado al dios Zeus, donde aparece como dedicante. Conocemos, hasta el momento, tres estancias de su lujosa vivienda. La estancia 1 tuvo un carácter religioso y estuvo dedicada al dios griego Zeus Megistos. En su interior se ha colocado, en su posición una copia de los elementos cultuales recuperados en la excavación.
(Texto del cartel explicativo del yacimiento)
viernes, 5 de noviembre de 2010
Un Pozo de Airón en la iglesia de Ribatejada
En la Iglesia de San Pedro Apóstol, de Ribatejada, en la comarca conocida como Cuenca del Medio Jarama, apareció bajo el coro un pozo conocido como "Pozo Airón" en las últimas obras de restauración acometidas en el templo. El dios Airón se está convirtiendo en un habitual por estos lares, pues, no obstante, son muchos los pozos, simas y manantiales que le fueron consagrados en la Antigüedad y que han dejado huella en la toponimia ibérica.
La existencia del Pozo de Airón de Ribatejada constaba, por lo visto, en los propios libros parroquiales, pero éste cayó en el olvido hasta que ha vuelto a salir a la luz con dicha restauración. Según el párroco, cada iglesia tenía uno. Seguramente es una afirmación muy exagerada, pero ya se sabe que un buen número de iglesias, ermitas y catedrales están situadas sobre antiguos santuarios precristianos. De todas formas habría que tratar de averiguar la verdadera relación entre la denominación y su supuesta naturaleza sacra en el pasado, pues en muchos de estos "pozos Airón" no existe más prueba que su propio nombre, lo cual no es poco.
Ribatejada, con la torre del iglesia destacando sobre el caserío
Entre las actuaciones más perentorias de las que habia que emprender sobre este templo, Bien de Interés Cultural desde 1996, estaba la de solucionar las humedades, un problema agudizado por la cercanía de un manantial. De hecho han descubierto dentro del recinto un pozo, el pozo Airón, que figuraba en los libros parroquiales. "Todas las iglesias tenían uno", revela el párroco, el padre José Antonio Barrial.
(María Luisa Toribio, Diario El Mundo - 02/09/2008)
La existencia del Pozo de Airón de Ribatejada constaba, por lo visto, en los propios libros parroquiales, pero éste cayó en el olvido hasta que ha vuelto a salir a la luz con dicha restauración. Según el párroco, cada iglesia tenía uno. Seguramente es una afirmación muy exagerada, pero ya se sabe que un buen número de iglesias, ermitas y catedrales están situadas sobre antiguos santuarios precristianos. De todas formas habría que tratar de averiguar la verdadera relación entre la denominación y su supuesta naturaleza sacra en el pasado, pues en muchos de estos "pozos Airón" no existe más prueba que su propio nombre, lo cual no es poco.
Ribatejada, con la torre del iglesia destacando sobre el caserío
Entre las actuaciones más perentorias de las que habia que emprender sobre este templo, Bien de Interés Cultural desde 1996, estaba la de solucionar las humedades, un problema agudizado por la cercanía de un manantial. De hecho han descubierto dentro del recinto un pozo, el pozo Airón, que figuraba en los libros parroquiales. "Todas las iglesias tenían uno", revela el párroco, el padre José Antonio Barrial.
(María Luisa Toribio, Diario El Mundo - 02/09/2008)
jueves, 4 de noviembre de 2010
Ara de Lugoves en Uxama, Burgo de Osma
Hoy volvemos a dejar constancia en este foro de uno de los dioses más importantes -seguramente el que más- dentro del panteón céltico. Un dios pancelta documentado tanto en la antigua Galia, como en Irlanda, además de en la Península Ibérica. Éste no es otro que el dios Lug, cuya denominación aparece en distintas formas dentro de la epigrafía romana: Louigi, Luges, Lucoves, Lugu, Lucubi, Lougesterico, etc, presentando, en el caso que nos ocupa, la forma de Lugovibus, como plural de Lugoves. En concreto estamos hablando de una ara votiva de la antigua Uxama, en Burgo de Osma, que incluso fue usada como pila bautismal en la ermita de San Roque. Constituye una ofrenda del siglo II d. C., a dicho dios, del gremio de zapateros de la antigua Uxama por aquel entonces. En la actualidad, este epígrafe, se encuentra en el Museo Numantino de Soria. Como curiosidad, dejamos constancia de una teoría sobre el origen del antiguo topónimo de Uxama y, por ende, del actual de Osma.
De la ciudad arévaca de Uxama (Osma, Soria) procede una inscripción del siglo II dedicada a este dios con el plural Lugovibus por el gremio de los zapateros, lo que confirma el carácter de protector de los artesanos que César atribuyó al Mercurio galo y que también tenía el Lug irlandés.
(Los Cántabros antes de Roma, Eduardo Peralta Labrador)
Mario Roso de Luna interpreta el topónimo Uxama-Oxoma como "ciudad de ox", es decir, del buey o la vaca sagrada. Pues bien, en la fiesta dedicada a Lug, el Lugnasad, el 1 de agosto y siguientes, se exaltaba a Tarnos, el toro fecundador.
(Ángel Almazán, soriaymas.com)
De la ciudad arévaca de Uxama (Osma, Soria) procede una inscripción del siglo II dedicada a este dios con el plural Lugovibus por el gremio de los zapateros, lo que confirma el carácter de protector de los artesanos que César atribuyó al Mercurio galo y que también tenía el Lug irlandés.
(Los Cántabros antes de Roma, Eduardo Peralta Labrador)
Mario Roso de Luna interpreta el topónimo Uxama-Oxoma como "ciudad de ox", es decir, del buey o la vaca sagrada. Pues bien, en la fiesta dedicada a Lug, el Lugnasad, el 1 de agosto y siguientes, se exaltaba a Tarnos, el toro fecundador.
(Ángel Almazán, soriaymas.com)
miércoles, 3 de noviembre de 2010
La Iccona de Cabeço das Fraguas ¿la Epona lusitana?
El epígrafe de Cabeço das Fraguas constituye uno de los pocos testimonios en lengua lusitana; en concreto, sólo cinco inscripciones lusitanas se conocen hasta el momento, todas en alfabeto latino, pues no hay, como en casi todo el mundo celta de la Península -salvo el celtíbero-, documentos escritos con anterioridad a la llegada de los romanos.
Pero adentrandonos en nuestro asunto de hoy, en esta inscripción se cita a la deidad Iccona, que según Blanca María Prósper, Daniele Maggi en 1983, la identificó como la diosa Epona. La autora también plantea la posibilidad de que Epona pudiera tener un origen itálico, algo que puede parecer extraño a simple vista, pero ya se sabe que el grupo linguístico celta sería un subgrupo del grupo itálico-celta, lo cual no hace tan inverosímil dicha posibilidad.
Pero dejemos que sea ella la que nos explique.
La deidad Iccona ha sido correctamente identificada por Maggi con la divinidad Epona. Iccona ha sufrido un proceso de geminación *ekwo,> *ekkwo- ,> *ekko-, que se explica como la resilabización de una secuencia *-V. CwV- > -VC.CwV- seguida por la absorción de /w/ cuando le precede una consonante geminada : *-VC.CwC- > -VC.CV-.
En todo caso no hay que perder de vista la posibilidad de que Epona fuera originalmente una diosa itálica, como se ha apuntado en ocasiones . Si el lusitano está relacionado con las lenguas itálicas , se podría sugerir igualmente que ICCONA no es correlato de Epona, sino quizás SU ANTEPASADO DIRECTO. En otras palabras *Ekwona habría sobrevivido tal cuál en el área más occidental , pero se convirtió en Epona en el centro de un continuum que va de Italia septentrional a Francia.
("Lenguas y religiones prerromanas en el occidente de la Península Ibérica", Blanca María Prósper)
Pero adentrandonos en nuestro asunto de hoy, en esta inscripción se cita a la deidad Iccona, que según Blanca María Prósper, Daniele Maggi en 1983, la identificó como la diosa Epona. La autora también plantea la posibilidad de que Epona pudiera tener un origen itálico, algo que puede parecer extraño a simple vista, pero ya se sabe que el grupo linguístico celta sería un subgrupo del grupo itálico-celta, lo cual no hace tan inverosímil dicha posibilidad.
Pero dejemos que sea ella la que nos explique.
La deidad Iccona ha sido correctamente identificada por Maggi con la divinidad Epona. Iccona ha sufrido un proceso de geminación *ekwo,> *ekkwo- ,> *ekko-, que se explica como la resilabización de una secuencia *-V. CwV- > -VC.CwV- seguida por la absorción de /w/ cuando le precede una consonante geminada : *-VC.CwC- > -VC.CV-.
En todo caso no hay que perder de vista la posibilidad de que Epona fuera originalmente una diosa itálica, como se ha apuntado en ocasiones . Si el lusitano está relacionado con las lenguas itálicas , se podría sugerir igualmente que ICCONA no es correlato de Epona, sino quizás SU ANTEPASADO DIRECTO. En otras palabras *Ekwona habría sobrevivido tal cuál en el área más occidental , pero se convirtió en Epona en el centro de un continuum que va de Italia septentrional a Francia.
("Lenguas y religiones prerromanas en el occidente de la Península Ibérica", Blanca María Prósper)
martes, 2 de noviembre de 2010
¿Confluenta? y Las Matres, Duratón
Muy cerca de la población de Duratón, se encuentran los restos de lo que pudo ser una de las ciudades arévacas citadas por Ptolomeo: Confluenta o Confluentia. En concreto hablamos de el Yacimiento Arqueológico de Los Mercados. Las coordenadas dadas por Ptolomeo parecen coincidir con este yacimiento, pero todavía no existe ninguna prueba arqueológica definitiva al respecto, aunque sí una serie de indicios que nos acercan a ella. El propio nombre parece significar "confluencia de ríos o caminos". En este caso el yacimiento se encuentra entre los ríos Duratón y Serrano y en el cruce de vías de comunicación bastante antiguas. Ptolomeo, además, define a Confluenta como la ciudad arévaca más occidental y, hasta el momento, no se ha hallado ningún yacimiento arévaco más occidental que nuestro protagonista de hoy. Desde este punto de vista, parece probable que Los Mercados sea la antigua Confluentia, aunque hemos preferido ponerlo en un interrogante porque así lo exige la prudencia.
Se corresponda o no este yacimiento con esa antigua ciudad, en éste han aparecido importantes piezas, expuestas en el Museo de Segovia, como el fragmento de una escultura del dios Apolo o, como nuestra protagonista de hoy, un ara votiva dedicada a Las Matres, esas divinidades de la fertilidad tan comunes en el mundo celtibérico.
Yacimiento Arqueológico de Los Mercados, Duratón
Entre las divinidades autóctonas con marcado carácter geográfico y genérico, debemos destacar a las matres. Estas divinidades están concentradas en la zona celtibérica, la mayoría de las aras votivas corresponden a la región centro oriental de Castilla la Vieja, en las cuales siete pertenecen a Burgos, dos a Soria, una a Segovia y otra a Alava. Los epítetos que las acompañan, por lo general, son propios de topónimos o gentilidades. Se las representa normalmente en triada y con cestos llenos de frutos, con un cuerno de la abundancia o sencillamente como madres con un niño en el regazo. Atributos estos de la fertilidad de los campos, de la prosperidad y de la fecundidad humanas. Tienen, asimismo, un carácter mistérico, que proviene de su transformismo y representación múltiple, avalado desde su más remota antigüedad. Las matres son la triple diosa ectónica y fecunda de la naturaleza, una mujer muy vieja que se transforma en joven fértil y pródiga. Las diosas madres están en relación con el mundo subterráneo; posiblemente constituyen un legado del neolítico, o quizás sean anteriores. La Tierra vista como una gran matriz, sus cuevas, sus fuentes, el campo yermo y con fruto; la Luna rigiendo el calendario y el ciclo de las mujeres, la lluvia y las mareas. La Gran Madre aparece como la encarnación de la ley (themis) y de la muerte.
(Mª Ángeles Roque, Revista de Folklore, Nº 110, 1990).
Se corresponda o no este yacimiento con esa antigua ciudad, en éste han aparecido importantes piezas, expuestas en el Museo de Segovia, como el fragmento de una escultura del dios Apolo o, como nuestra protagonista de hoy, un ara votiva dedicada a Las Matres, esas divinidades de la fertilidad tan comunes en el mundo celtibérico.
Yacimiento Arqueológico de Los Mercados, Duratón
Entre las divinidades autóctonas con marcado carácter geográfico y genérico, debemos destacar a las matres. Estas divinidades están concentradas en la zona celtibérica, la mayoría de las aras votivas corresponden a la región centro oriental de Castilla la Vieja, en las cuales siete pertenecen a Burgos, dos a Soria, una a Segovia y otra a Alava. Los epítetos que las acompañan, por lo general, son propios de topónimos o gentilidades. Se las representa normalmente en triada y con cestos llenos de frutos, con un cuerno de la abundancia o sencillamente como madres con un niño en el regazo. Atributos estos de la fertilidad de los campos, de la prosperidad y de la fecundidad humanas. Tienen, asimismo, un carácter mistérico, que proviene de su transformismo y representación múltiple, avalado desde su más remota antigüedad. Las matres son la triple diosa ectónica y fecunda de la naturaleza, una mujer muy vieja que se transforma en joven fértil y pródiga. Las diosas madres están en relación con el mundo subterráneo; posiblemente constituyen un legado del neolítico, o quizás sean anteriores. La Tierra vista como una gran matriz, sus cuevas, sus fuentes, el campo yermo y con fruto; la Luna rigiendo el calendario y el ciclo de las mujeres, la lluvia y las mareas. La Gran Madre aparece como la encarnación de la ley (themis) y de la muerte.
(Mª Ángeles Roque, Revista de Folklore, Nº 110, 1990).