martes, 30 de junio de 2009
El Moncayo, monte sagrado
Dicen en Zaragoza que ese viento frío, fuerte y seco que azota los rostros y casi no deja caminar, sopla del Moncayo. Bueno, siento disentir, pero no es cierto. Se trata de un viento de tramontana, que viene desde los Monegros o desde los llanos sorianos. Pero el Moncayo tiene la virtud de detener los vientos y los fríos y guardárselos para él solo, que para eso es monte sagrado desde que el hombre lo reconoció como tal. Más que un monte, el Moncayo es una serranía agrupada en torno a su picacho padre, de 2.313 metros de altitud y forma cónica. Marcial lo llama Mons Caius y otros historiadores se inclinan por una etimología Mons Caunus. Por mi parte, tengo la impresión de que su origen prerromano es el de un monte dedicado a Lug, que los romanos pudieron comenzar llamando Mons (Lug)aius.
De lo que no cabe duda es del carácter divinal que tuvo desde muy antiguo la cima y toda la tierra que la rodea, porque en torno a ella surgen constantemente la leyenda, la herejía, la santidad y el mito, que se asocian inmediatamente a la personalidad sagrada del monte. El mismo Marcial asegura que en tiempos remotos había allí un importante yacimiento de hierro y que las aguas del Keiles tuvieron propiedades especiales para templar el acero de las falcatas.
lunes, 29 de junio de 2009
Cueva y ermita de la Santa Cruz, Conquezuela
Volviendo al Santuario de la Conquezuela, una buena explicación sobre este santuario la podemos encontrar en un diálogo que mantuvo Juan Ignacio Cuesta, posiblemente el mayor admirador de este lugar que seguramente existe, con Jesús Callejo en el programa radiofónico La Rosa de los Vientos de Juan Antonio Cebrián; ahí ponemos un fragmento de dicha conversación:
-Juan Ignacio Cuesta. Jesús, tú has estado conmigo en Conquezuela. Tús sabes perfectamente que aquel lugar no figura en ninguna guía nada más que en la de Ángel Almazán.
-Jesús Callejo. ¡Bueno, ya va figurando en más guías! ¡eh!
-Juan Ignacio Cuesta. ¡Hablame de Conquezuela!, ¿qué es aquello?, un santuario prehistórico lustral importantísimo....
-Jesús Callejo. Además tiene mucho que ver con la Silla de Felipe II, porque también era un ara de sacrificios..........(Conquezuela) es una zona geológica impresionante, que se ve que ha sido rehabilitada por distintas culturas de la prehistoria, entonces ahí hay todo lo que es un altar íbero (*celtíbero), un altar de sacrificios, además se ven los canalones donde transcurría la sangre, una escalera labrada en la piedra y después hay unas cuevas con unas "cazoletas" tremendas
-Juan Ignacio Cuesta. 2359 "cazoletas"
-Jesús Callejo. Es el lugar de España donde más cazoletas hay, y al lado, como no, para cristianizar ese lugar, también hay una ermita cristiana.
-Juan Ignacio Cuesta. Índalos bailando.
-Jesús Callejo. Por eso cuando ves todos estos tipos de elementos, paganos y cristianos, lo que hace muchas veces el cristianismo, es cristianizar los lugares de poder o de culto pagano, te está indicando ya, una clara simbología, de que ese lugar ha sido un lugar de culto, un lugar de rituales, entonces cuando ves tantas cazoletas, que siempre ha llamado mucho la atención porque tiene que ver mucho con el culto al agua, no obstante
-Juan Ignacio Cuesta.....había una laguna de 50.000 metros cuadrados, que se desecó en el año 52 (1952)
Abundando en la laguna, diremos que tiene toda la pinta, por la dirección del canalón del altar de los sacrificios, de que los rituales eran en honor al dios (o a la diosa, como afirmó Juan Ignacio Cuesta) que habitaba en el fondo del lago según sus creencias, pues la sangre de la víctima era derramada en dirección a dicho lago, a día de hoy desecado, como bien afirman, para ganar tierras al cultivo en época franquista. Lo del sacrificio a la divinidad del lago, es muy probable, pues era una tradición muy extendida entre los pueblos de influencia celta, el divinizar los lagos con la figura de un dios o una diosa, de eso tenemos ejemplos, no solo en la cultura celta de la Península Ibérica, como pueden ser las creencias que dieron lugar a las Leyendas del Lago de Sanabria, sino sobre todo en las islas de Gran Bretaña e Irlanda, donde tenemos muchos ejemplos de ello. Éste, fue el lugar en el que más detenidamente paramos a disfrutarlo, es muy atrayente, y rápido se da cuenta uno de que el paraje fue un lugar de culto para distintos grupos de hombres y civilizaciones, y sigue siéndolo, pues todo los años se hace una romería a la ermita desde el pueblo de Conquezuela, así hay una fuente que parece de parque de ciudad y desentona un poco, unos banquitos y lo que está muy bien, una papelera para depositar la basura, por lo que el lugar está cuidado.
En primer lugar contemplamos el altar de los sacrificios celta muy cercano a la carretera, donde claramente se aprecia la escalera que sube a lo alto del mismo y el canal por donde se derramaba la sangre de la víctima hacia lo que fue la laguna. Es bastante parecido al ara o altar de los sacrificios vetón conocido incorrectamente como la Silla de Felipe II, o al del castro de Ulaca en Solosancho (Ávila), aunque este último mucho más apreciable que los dos anteriores. Subiendo por el breve camino y dejando en la parte baja el altar rupestre llegamos a la ermita de la Santa Cruz pegada a un promontorio rocoso de cierta altura, y siendo una prueba más de la cantidad de lugares de culto pagano que han sido cristianizados. Al fondo, recogida nos encontramos una pequeña gruta, que toma el nombre también de la ermina, y así es conocida como la cueva de la Santa Cruz, que es lo más impactante y misterioso del lugar, justo a la entrada están los restos de una pequeña bóveda de cañón románica, en su interior al fondo, las filtraciones del agua han formado una especie de pila natural sobre la roca, donde se acumula el agua, y que es como un regalo de la naturaleza, agradecida por los cultos a ella practicados en dicho lugar. Justo a la izquierda de la pila natural nos encontramos algunos símbolos, como una cruz posiblemente dejada por un eremita y como no, una cantidad enorme de círculos, que nos llegamos a preguntar si eran naturales o hechos por el hombre, y que la consulta de este documento radiofónico nos ha sacado de dudas, son las conocidas como "cazoletas" que estaban relacionadas con el culto al agua. También, a la entrada de la cueva contemplamos una inscripción, que no logramos descifrar del todo.
La pared de la cueva tenía un tinte verde fluorescente, por los líquenes y pequeños microorganismos que allí encuentran su hábitat y que contribuyen a embellecer la cavidad. Ahí permanecimos resguardados un buen rato del fuerte viento que hacía aquel día por aquellas tierras de dureza en lo climatológico, no obstante la altitud media de aquella comarca ronda los 1100 metros de altitud, y tras empaparnos del sosiego de aquel lugar de retiro, emprendimos la marcha hacia el Castillo de Riba de Santiuste ya citado, no sin antes reflexionar sobre como un lugar puede llegar a convertirse en sagrado para tan distintas culturas a lo largo de los siglos y milenios.
(argantonios.blogspot.com)
viernes, 26 de junio de 2009
La Cueva de los Letreros y el Indalo
El Abrigo o Cueva de los Letreros (los habitantes del lugar le dieron este nombre por la presencia de las extrañas pinturas), situado en el municipio de Vélez Blanco, en las faldas de la Sierra de Maimón Grande, merece una especial atención por la calidad y significación de sus pinturas rupestres. Éstas fueron dadas a conocer en 1868 por el almeriense Antonio Góngora Martínez en su libro "Antigüedades arqueológicas de Andalucía". Su gran valor fue reconocido a partir de los estudios realizados por Breuil, Motos y Cabré en los primeros años del siglo XX y en 1924 el abrigo fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Es lógico pensar en el carácter sagrado de este lugar si atendemos al cuidado con que están realizadas las pinturas.
Las representaciones de la Cueva de los Letreros van del naturalismo al esquematismo y en ellas el color predominante es el rojo. Arqueros, hechiceros e ídolos son algunas de las figuras humanas que con especial personalidad aparecen en el abrigo. De la Cueva de los Letreros procede el "Indalo", figura antropomórfica que se ha convertido en el símbolo almeriense por excelencia. Por su parte, los animales representados son los ciervos y las cabras monteses, que a la vez que el principal alimento de aquellos primitivos velezanos se constituirían como las especies principales de la fauna de la zona.
Cronológicamente, las pinturas rupestres de la Cueva de los Letreros se situarían en el Neolítico, entre el VI y el V milenio antes de Cristo, por lo que tendrían una antigüedad aproximada de 7500 años. Al mencionar esta cifra comprobamos lo admirable de la perdurabilidad de estas representaciones que han soportado el implacable paso del tiempo cargado de fenómenos geológicos, atmosféricos e históricos. La difusión de este tesoro artístico entre quienes deseen estudiar estas pinturas o simplemente contemplarlas para su disfrute debe ir de la mano de un esfuerzo por conservar este tesoro artístico de importancia capital para entender la historia, el arte y la mentalidad de los seres humanos de hace miles de años.
(www.arterupestre.net)
Durante siglos, antes de la catalogación del Indalo por parte de los estudiosos, fue símbolo de buena suerte y considerado un tótem en el norte y levante de la provincia de Almería, especialmente en Mojácar, donde lo pintaban con almagre para proteger las casas de las tormentas y el mal de ojo. Se le llamaba el "muñequillo mojaquero".
El dibujo que da forma al Indalo se puede encontrar no sólo en muchos de los abrigos de la Comarca de los Vélez, sino que además, hay constancia de figuras muy similares fuera de la geografía española. Un famoso ejemplo es el dibujo situado en el Templo de Ramses II en Abydos.
(www.wikanda.es)
jueves, 25 de junio de 2009
El palacio-santuario de Cancho Roano
Supone un yacimiento sin duda excepcional y único, tanto por su forma, su tamaño y su estado de conservación, como por los objetos encontrados, que permiten fechar su creación en torno al 550 a. C., mientras que su destrucción no sería posterior al 370 a. C., causada por un incendio, bien accidental o bien intencional, dentro de algún tipo de rito religioso.
(Wikipedia)
Algunos autores, como Martín Almagro-Gorbea, explican que pudo ser un auténtico prostíbulo sagrado, bajo la influencia fenicia del periodo orientalizante. Y otros como José María Blázquez Martínez no lo descarta, aunque matizando que siempre que fuera santuario y no palacio.
El templo A de Cancho Roano está rodeado de un pasillo largo y estrechasfilas de habitaciones, seis por cada lado, separadas del edificio central por un témenos por el que se accede a ellas. Si se admite que Cancho Roano es un palacio, no es defendible la hipótesis de la práctica en el mismo de la prostitución sagrada, ritual que se ejercía en los santuarios principalmente de Astarté. Esta prostitución era practicada por personas de ambos sexos en los santuarios de Sicilia, de Chipre, de Fenicia, y de Siria. El texto más completo sobre la prostitución sagrada es el de Heródoto (I. 199), y también algunos escritos apócrifos veterotestamentarios, como el Testamento de Judá (XII, 1) y la Carta de Jeremías (42.). El texto de Heródoto dice:
«Por contra, la costumbre sin duda más ignominiosa que tienen los babilonioses la siguiente: toda mujer del país debe, una vez en su vida, ir a sentarse a un santuario de Afrodita y yacer con un extranjero. Muchas de ellas, que consideran impropio de su rango mezclarse con las demás en razón del orgullo que les inspira su poderío económico, se dirigen al santuario, seguidas de una numerosa servidumbre que las acompaña, en carruaje cubierto y aguardan en sus inmediaciones.
Sin embargo, las más hacen lo siguiente: muchas mujeres toman asiento en el recinto sagrado de Afrodita con una corona de cordel en la cabeza; mientras unas llegan, otras se van. Y entre las mujeres quedan unos pasillos, delimitados por cuerdas, que van en todas direcciones; por ellos circulan los extranjeros y hacen su elección.
Cuando una mujer ha tomado asiento en el templo, no regresa a su casa hasta que algún extranjero le echa dinero en el regazo y yace con ella en el interior del santuario. Y, al arrojar el dinero, debe decir tan sólo: «Te reclamo en nombre de la diosa Milita» (ya que los asirios, a Afrodita, la llaman Milita).
La cantidad de dinero puede ser la que se quiera; a buen seguro que no la rechazará, pues no le está permitido, ya que ese dinero adquiere un carácter sagrado: sigue al primero que se lo echa sin despreciar a nadie.
Ahora bien, tras la relación sexual, una vez cumplido el deber para con la diosa, regresa a su casa y, en lo sucesivo, por mucho que le des no podrás conseguir sus favores. Como es lógico, todas las mujeres que están dotadas de belleza y buen tipo se van pronto, pero aquellas que son poco agraciadas esperan mucho tiempo sin poder cumplir la ley; algunas llegan a esperar hasta tres y cuatro años. Por cierto que, en algunos lugares de Chipre, existe también una costumbre muy parecida a ésta».
(José María Blázquez Martínez)
domingo, 21 de junio de 2009
La llegada del Astro a la edad adulta
Muchos investigadores nos cuentan que Coamhain era la fiesta más importante de los celtas y también la de más derroche, puesto que se festejaba en una época de abundancia. Y la Diosa Madre, en su apariencia de Reina de la Abundancia se encuentra simbólicamente embarazada de una exuberante cosecha, mientras que el Dios Bel o Belenos, su esposo y fecundador, está en el ápice de su virilidad y se muestra en el aspecto de Sol Supremo.
(nieveazulada.spaces.live.com)
martes, 16 de junio de 2009
El Santuario de Panóias
Éste es uno de los santuarios precristianos más interesantes de la Península Ibérica. Su configuración heredada y sus inscripciones son de época romana, pero su sincretismo con creencias anteriores parece claro. Así algunos autores interpretan el lugar como sagrado ya para los galaicos -pueblo celta que ocupaba dicho territorio- antes de la llegada de los romanos y donde, con la llegada de estos últimos, la actividad de culto continuó, pero bajo la dirección del nuevo orden establecido, donde la llegada de los nuevos cultos mistéricos del oriente se hicieron notar. Hay un altar rupestre con escaleras muy parecido a otros como los vetones de la Silla de Felipe II y Ulaca.
Se localiza en Vale de Nogueiras, en el concejo de Vila Real, Portugal.
El santuario es un recinto donde se encuentran tres grandes rocas, donde fueron abiertas varias cavidades de varios tamaños, en las que también se construyeron escaleras de acceso. En la roca situada en la entrada del recinto fueron gravadas varias inscripciones - tres en latín y una en griego, describiendo el ritual celebrado, los dioses a quienes era dedicado y quien dedicaba - , una de ellas fue destruida el siglo pasado, pero fue reconstituida a partir de lecturas y registros anteriores.
La inscripción desaparecida, en latín, estaba 6/7 metros al Este de la segunda inscripción, al lado derecho del camino por donde se entraba al área sagrada. El texto estaría orientado para la roca situada en la entrada del recinto y dice lo siguiente:
“A los Dioses y Diosas de este recinto sagrado. Las víctimas se sacrifican, y se matan en este lugar. Las vísceras se queman en las cavidades cuadradas en frente. La sangre se vierte aqui al lado para las pequeñas cavidades. Lo estableció Gaius C. Calpurnius Rufinus, miembro del orden senatorial.”
Para la roca de la entrada, se sube por unos escalones, y antes de subir, a la izquierda, se encuentra la segunda inscripción:
(la primera traducción es de António Rodriguez Colmenero, y la segunda de Geza Alföldy)
"A los dioses, con la aedes y el estanque, el pasaje subterráneo, que se junta por voto."
“G. C. Calpurnius Rufinus consagró dentro del templo (templo entendido como recinto sagrado), una aedes, un santuario, dedicado a los Dioses Severos.”
Esta interpretación sobre Panóias es de Geza Alföldy. Con base en sus estudios, podemos hoy decir que tuvimos en el lugar un ritual de iniciación con un orden y un itinerario muy precisos – la matanza de las víctimas, siempre animales y nunca humanas, el sacrificio de sangre, la incineración de las víctimas, el consumo de la carne, la revelación del nombre de la autoridad máxima de los infiernos, y por fin la purificación. En la segunda roca del recinto la iniciación se repetia en um grado mas elevado, y en la tercera roca, la mas elevada, había un pequeño templo, donde ocurría el acto principal de inicición – la muerte ritual, el entierro y la resurrección.
Hoy en cualquiera de las tres rocas tenemos vestígios de los pequeños templos que eran parte integrante del recinto. Quedan también las diferentes cavidades rectangulares que servían para quemar las vísceras, una cavidad redonda – gastra, para asar la carne, y todavía otra donde se procedía a la limpieza de la sangre, manteca y aceite. Otras cavidades estaban relacionadas con los pequeños templos existentes, y se destinaban a guardar los instrumentos sagrados usados en los rituales.
Existen por tanto en Panóias testimonios de un rito de iniciación de los misterios de las divinidades infernales. Las prescripciones se identifican como partes de una ley sagrada, pero aplicadas a un lugar concreto y preciso. La elección de este lugar no fue hecha por casualidad, sino como fruto de criterios específicos y previamente establecidos. La topografia del lugar desempeñó aqui un importante papel.
La primera piedra contiene las escaleras, y al lado, el "lacus" y el "laciculus". Es visible el rebaje hecho en la roca granítica, para construir un templo, y dentro del mismo, abiertos a pico, los "lavacra" purificatorios donde los "mystae" se limpiaban antes de ofrecer las víctimas, o los depósitos donde los sacerdotes guardaban los instrumentos de sacrificio.
En la segunda piedra existe un orificio que serviría para un poste de hierro o de bronce, apoyado en dos puntales, donde se ataban los animales a sacrificar, que venían adornados con guirnaldas. Los sacerdotes, con vestiduras blancas y coronas hechas de ramas de laurel/roble/acebo/hiedra/parra, conforme al dios al que se destinaba el sacrifício, traían en las manos la patena, una especie de platos redondos de metal. Después, venían los "victimarii", armados del "securis", hachita utilizada para el decuartizamiento de las víctimas.
Cuando todo estaba preparado, un heraldo imponía silencio y los profanos abandonaban el lugar sagrado. Los sacerdotes rociaban a la víctima con la "mola". Los presentes bebían un poco de vino, con el que también hacían la libación derramando un poco en la cabeza del animal. Se encendía el fuego en el respectivo "lacus" y se quemaba el incienso. Ahí, los "Popae", desnudos de la cintura para arriba, conducían la víctima al altar, donde era herida de muerte con un hacha por los "Cultrarii", que le cortaban el cuello. La sangre era recogida en la "patera" y derramada en los "laciculi". La víctima era colocada en la mesa "anclabris", desollada y descuartizada. De acuerdo con un epígrafe hace décadas destruido, se quemaban las vísceras de la víctima en honor de los dioses y el resto de la carne era asada y comida por los presentes, en confraternización con las divinidades.
En esta piedra es visible también un conjunto de "lavacra" (los referidos estanques purificatorios), así como los cimientos de un segundo templo, cuyos sillares se encuentra en las actuales paredes de las casas de la aldea vecina, principalmente en el suelo de la iglesia
.(Wikipedia)lunes, 15 de junio de 2009
Los gentiles de la mitología vasca
Los gentiles habitaron simas y cuevas por todo el País Vasco. Nunca hicieron daño a la gente, pero procuraron mantenerse separados de los otros seres humanos y se dejaron ver lo menos posible. Se dice que vivían más de cuatrocientos años, que poseían poderes y conocimientos que los hombres les arrebataron alguna vez por medio de algún santo y que desaparecieron con la llegada de Jesucristo. Aún así, se dice que aún quedan descendientes suyos, confundidos con la población; y muchos nombres de lugares especialmente mágicos los recuerdan: Jentillzulo, en Leiza, por el caserío de San Martín.
Por cierto que allí mismo -no lejos de los lugares por donde va a discurrir nuestra ruta- se dice que pueden verse aún las rodadas que dejaron los carros de los gentiles, en un lugar casi cortado a pico. En otros lugares se enseñan sus pisadas sobre la roca y hasta se cuentan sus hazañas, consistentes muy a menudo en piedras enormes que fueron arrojadas para alcanzar un determinado lugar y se quedaron en medio camino, después de haber recorrido unas decenas de kilómetros por el aire.
(Juan G. Atienza)
martes, 9 de junio de 2009
El hombre-pez de Liérganes, Cantabria
El hombre-pez de Liérganes es el otro nombre por el que se conoce a este personaje -Francisco de la Vega Casar- perfectamente identificado históricamente, puesto que su partida de bautismo figura en los archivos diocesanos que hoy se guardan en Santillana del Mar. Lo curioso e increíble, lo que raya en lo mágico, es su circunstancia vital, porque este ciudadano que vivió en el siglo XVII es protagonista de un hecho insólito que ha hecho escribir muchas páginas a investigadores tan sesudos como fray Jerónimo de Feijoo y don Gregorio Marañón.
Lo que le sucedió a este hombre, según se asegura, es que, siendo aún joven, salió un buen día a nadar y, simplemente, desapareció. Sus compañeros le esperaban largas horas y, en vista de que no regresaba, le dieron por muerto. Pero nueve años después, en aguas de la bahía de Cádiz, un velero recogió en alta mar a un extraño ser desnudo, con la piel escamosa como la de un pez, que no sabía hablar y sólo lograba emitir extraños sonidos. Por una circunstancia casual, se vino a averiguar que aquel ser anfibio era el mismo Francisco de la Vega desaparecido en Liérganes y dado por muerto. Se le devolvió a su hogar, y fueron inútiles todos los esfuerzos que se hicieron para que relatase de algún modo lo que había ocurrido. Sin volver a hablar, constantemente frío y seco, comiendo únicamente pescado crudo, el hombre-pez pasó nueve años más sometido a la curiosidad de quienes veían en él únicamente un fenómeno. Y un buen día volvió a desaparecer y nadie volvió a tener noticias de su paradero.
Liérganes
Lo curioso del caso es cómo un espíritu racionalista como el del padre Feijoo, que arremetía en sus escritos contra todo lo que significase superstición y mentira, dio crédito a esta historia, acaecida poco tiempo antes de su época, y no dudó en absoluto de su verosimilitud. Esa supuesta credulidad es la que le reprocha, al hacer el análisis de la historia, el doctor Marañón. Y, sin embargo, él mismo da una explicación al suceso que podría ponernos en guardia atenta respecto a la posibilidad de que todo este asunto pudiera formar parte de esos sucesos malditos y sistemáticamente negados, pero que forman parte de una realidad mágica con elementos suficientes para que se admita su verosimilitud. Porque el doctor Marañón da unas razones que identifican a Francisco de la Vega con los portadores de ciertas taras endocrinas que, en la realidad mágica de los sucesos inexplicados e inexplicables, relacionan a éste con otros seres que, en circunstancias diversas, han sido protagonistas de hechos calificados de paranormales e incluso de milagrosos. Consultad, si tenéis tiempo, el capítulo correspondiente del libro de Marañón Las ideas biológicas del padre Feijoo y podréis comprobarlo. Y posiblemente lleguéis a la conclusión de que ese hombre-pez de Liérganes pudo formar parte de ese cúmulo de fenómenos extraños, benditos o malditos según sus circunstancias, pero insertos, en cualquier caso, en el apartado de lo que la razón no puede explicar, al menos mientras se guíe por las coordenadas lógicas por las que nos conduce el conocimiento aceptado.
(Juan G. Atienza)
lunes, 8 de junio de 2009
Monasterio de San Pedro de Villanueva, Asturias
Del antiguo monasterio quedan partes de un edificio ruinoso que, ya de por sí, constituye una auténtica aventura explorar. La iglesia, por su parte, se convirtió en parroquia de la aldea y, gracias al cuidado del pueblo, su conservación permite aún adivinar el extraño mundo de símbolos y de mensajes que encierra la vieja construcción.
El mensaje del templo románico hay que buscarlo, más que en la estructura general de la construcción, en las figuras y formas geométricas que surgen tanto en los canecillos de unión a la techumbre -símbolo genérico de los cielos- como en los capiteles que rematan columnas y pilastras. Allí, los artistas medievales plasmaron su mundo -grande o chico- de conocimientos trascendentes y lo expresaron bajo la forma de mensajes crípticos que sólo podían descifrar aquellos que se encontraban preparados por su iniciación. De este modo, lo que para el pueblo significaba una historia sagrada o un ejemplo de conducta primario, para quien poseía el conocimiento suficiente y las claves del lenguaje simbólico encerraba una enseñanza fundamental y hasta, muchas veces, una ruta de comportamiento y un modo de enfrentar la realidad.
En San Pedro de Villanueva sorprenden, en principio, las representaciones primitivas del amor cortés, que surgen en varios de sus capiteles. Allí podemos observar las relaciones amorosas del caballero y de su dama -incluso a través de un insólito beso que, probablemente, sería imposible de descubrir en ninguna otra construcción románica, a pesar de la abundancia de motivos eróticos que surgen en otros templos- y, como rasgto importante en ese conjunto, el hecho de que tales escenas aparezcan siempre junto una construcción -representada en el capitel- que simboliza la importancia esotérica de la arquitectura en relación con el logro del conocimiento, simbolizado a su vez en las escenas amorosas.
(Juan G. Atienza)
jueves, 4 de junio de 2009
Las Toponimias del Morrazo
Las toponimias del Morrazo no son algo que debamos pasar por alto, porque nos indican, a pesar de todas las modificaciones semánticas sufridas a lo largo del tiempo, la persistencia de una serie de elementos rituales, mistéricos y religiosos que no han perdido totalmente su identidad. Este caserío de Beloso, como la aldea de Beluso, que está un poco más allá de Bueu, contienen la reminiscencia del viejo dios céltico Belenos, que se adjudicó en la mitología atlántica los atributos del dios Lug de los ligures.
Playa de Tulla, Beluso
Su nombre, más o menos transformado, surge por muchos otros lugares de la Península. Pero aquí, en el Morrazo, no es el único topónimo digno de recordarse. Encontraremos también la aldea de Donón –la representación femenina Danán, que daría nombre incluso a la santa Ana de los Evangelios- y la de Aldán, que, junto a la ensenada del mismo nombre, dulcifica a su modo el nombre de aquel Adán-primer-hombre de los Libros Sagrados. Y el mismo lugar de Hío, al que vamos a llegar inmediatamente, tiene una resonancia isíaca –de Isis o Io- que no podemos pasar por alto, sobre todo si tenemos en cuenta las implicaciones mistéricas que están representadas en su crucero.
(Juan G. Atienza)
Monte Facho, castro y santuario, de Donón.
miércoles, 3 de junio de 2009
El Laberinto de Mogor
Cronológicamente dichos grabados datan aproximadamente del 2000 a. c., es decir, en pleno neolítico. En el mismo, aparecen motivos diversos, aunque el principal es la famosa forma de laberinto, que ha traído a los historiadores múltiples quebraderos de cabeza sobre la interpretación de dichos grabados. Respecto al significado de estos enigmáticos grabados esculpidos sobre las rocas al aire libre hay varias teorías; Debemos tener en cuenta que los Laberintos de Mogor tienen gran semejanza con otros similares encontrados en la isla de Wier (Laponia), así como en Gothland (Finlandia), en Islandia y en Cornualles. Esto nos lleva a pensar que probablemente todos provienen de un mismo pueblo navegante y con ansia de colonizar todo el oeste europeo. Según Fernández Gil, gran estudioso del tema, el simbolismo era rendir homenaje al héroe Teseo, que según las leyendas, dió muerte al terrible minotauro dentro de el laberinto en el palacio de Knossos . Llegó a esta conclusión pues habiendo analizado el dibujo, lo encontró análogo al que figura en las monedas de Knossos (civilización Minoica).
En cambio, el doctor Pericot los interpreta como otra derivación del arte rupestre, tales como podían ser las pinturas de Altamira. Otra de las muchas hipótesis es la del doctor Jesús Carballo que sostiene que son obra de primitivos celtas y tienen por origen el culto a los muertos constituyendo una de las mejores pruebas de la cultura de los túmulos. Sin embargo el Doctor Ferro Couselo afirma que no eran otra cosa que marcas territoriales o delimitaciones meramente comerciales. Es muy difícil posicionarse hacia una teoría y desechar otra ya que todas están argumentadas con buenas hipótesis yo creo que en todas hay algo de razón ,podrían ser marcas limítrofes pero ¿por qué no habrían de valer de homenaje a dioses o héroes de aquel entonces?
(www.galiciamaxica.eu)
El laberinto de Mogor es uno de los más extraños y sorprendentes que pueden encontrarse en el mundo. Su estructura perfecta es la misma que serviría para la composición de los grandes laberintos ocultistas empleados por el esoterismo de todos los tiempos. Es la misma –aunque con menos complicaciones- que la del laberinto de la catedral de Chartres, sólo que grabado tal vez veinte siglos antes. Lo más curioso de su forma es la presencia, en su punto de arranque, de una casi perfecta cruz con asa, el ankh de la simbología mistérica egipcia, el signo de la vida para los primitivos ocultistas.
La tradición del laberinto, como la de las espirales, forma parte de toda la cultura misteriosa de la protohistoria atlántica. Se encuentra desde las costas canarias hasta la Bretaña, y tanto por los lugares de los yacimientos como por su mismo significado, cabe muy bien plantearse la cuestión de que quienes trazaron aquellos signos de un modo tan abundante y obsesivo, poseían el conocimiento –o, al menos, la intuición inconsciente- de que esa figura, laberinto o espiral, es la representación más exacta que puede hacerse de la estructura primaria del Universo, puesto que, desde la galaxia al núcleo atómico, la forma espiral preside tanto el movimiento como el engranaje profundo de todo lo existente.
Ante la contemplación de estas muestras de Mogor, cabe plantearse la pregunta de si no serán estos laberintos representaciones esquemáticas –simbólicas- de un conocimiento superior que nos hemos empeñado en no reconocer a la humanidad que llamamos prehistórica.
(Juan G. Atienza)
martes, 2 de junio de 2009
Nájera y Santo Domingo de la Calzada
....Me acuerdo ahora, como ejemplo, de una de estas circunstancias. Se encuentra en el Camino de Santiago y en plena Rioja. Hay dos ciudades, Nájera y Santo Domingo de la Calzada, que tienen cada una su interés particular, enorme en ambas.
Sin embargo, algo las enlaza y obliga, en cierta manera, a tenerlas en cuenta como una unidad mágica especial. En Nájera se da la existencia de la Jarra, que preside el altar mayor de Santa María la Real y que fue incluso motivo para la fundación de una orden caballeresca graálica, la Orden de la Terraza. Sin embargo, el significado más profundo de esa Jarra najerense no podría comprenderse sin relacionarlo con el célebre milagro simbólico del gallo y la gallina, que se cuenta en Santo Domingo de la Calzada y que viene a completar una reminiscencia del gran mito universal del Ave Fénix, que resucitaba de sus propias cenizas. Estoy convencido de que quien quiera comprender todos los significados que encierra la Jarra de Nájera, no puede prescindir de conocer las implicaciones que hay en torno. Y, ya puestos, no sólo en las aves de corral que presiden con sus cantos la iglesia concatedral de Santo Domingo, sino todas las circunstancias de anacoretas sabios -el mismo Santo Domingo, o san Millán, o Nuño, o San Felices- que pueblan las tradiciones santas de los alrededores de Nájera.
(Juan G. Atienza)
Nájera
Cuenta la tradición que entre los muchos peregrinos compostelanos que hacen alto en esta ciudad para venerar las reliquias de Santo Domingo de la Calzada, llegó aquí un matrimonio alemán con su hijo de dieciocho años llamado Hugonell, procedente de Ad Sanctos (Xanten en la diócesis de Münster, pero hasta 1821 del Arzobispado de Colonia).
La chica del mesón donde se hospedaron se enamoró del joven Hugonell, pero ante la indiferencia del muchacho, decidió vengarse. Metió una copa de plata en el equipaje del joven y cuando los peregrinos siguieron su camino, la muchacha denuncio el robo al Corregidor.
Las leyes de entonces (Fuero de Alfonso X el Sabio) castigaban con pena de muerte el delito de hurto y una vez fue prendido y juzgado, el inocente peregrino fue ahorcado.
Al salir sus padres camino de Santiago de Compostela, fueron a ver a su hijo ahorcado y, cuando llegaron al lugar donde se encontraba, escucharon la voz del hijo que les anunciaba que Santo Domingo de la Calzada le había conservado la vida. Fueron inmediatamente a casa del Corregidor de la Ciudad y le contaron el prodigio.
Incrédulo el Corregidor contestó que su hijo estaba tan vivo como el gallo y la gallina que él se disponía a comer. En ese preciso instante el gallo y la gallina saltando del plato se pusieron a cantar. Y desde entonces se dicen los famosos versos:
SANTO DOMINGO DE LA CALZADA
DONDE CANTÓ LA GALLINA DESPUÉS DE ASADA
En recuerdo de este suceso se mantienen en la Catedral un gallo y una gallina vivos durante todo el año. Siempre son de color blanco y proceden de donaciones de devotos del Santo, cambiándose las parejas cada mes. El resto del tiempo permanecen en un gallinero que la Cofradía de Santo Domingo mantiene en su domicilio social.
Frente a esta hornacina que se construyó hacia 1445 y debajo de una ventana románica se conserva un trozo de la madera de la horca del peregrino.
(www.riooja.org)
lunes, 1 de junio de 2009
Las termas de Sant Grau de Caldes de Malavella y el dios Apolo
Núcleo mágico y manantial son fenómenos que van unidos de modo casi inalterable. Junto a la fuente se edifica el santuario o simplemente se instala el ara votiva -como las termas dedicadas a Apolo en Caldes de Malavella- y todo acto religioso que se lleva a cabo en ese enclave santificado está referido a la virtud física o metafísica del manantial y al simbolismo que lo gobierna y lo define, que tiende siempre a identificarlo con su significación graálica de continente y transportador del conocimiento supremo.
(Juan G. Atienza)
Las termas de Sant Grau se construyeron entre los años 40 y 50 dC, aprovechando las aguas termales de la actual Caldes de Malavella y su proximidad a la Vía Augusta, principal eje de comunicación en nuestro país durante la época romana. Estas termas tenían un carácter medicinal y salutífero, gracias a los efectos terapéuticos de sus aguas.
A grandes rasgos, se trataba de un edificio sencillo, con pocos elementos ostentosos, muy distinto a los grandes conjuntos termales de las grandes ciudades.
El principal elemento de este conjunto arquitectónico es una piscina de planta casi cuadrada, rodeada por un pasadizo, a la cual se accede por unos escalones situados en tres de sus cuatro costados. El agua llegaba a la piscina por un agujero que hay en el pilar central del lado este, procedente directamente de la surgencia. Sin embargo, antes pasaba por una estancia con tres agujeros y presencia humana en la puertas que posiblemente tenía carácter sacro, y se cree que estaría dedicada a Apolo.
(www.arqueotur.org)