miércoles, 3 de enero de 2018

La Botarga, Humanes

Iniciamos el año en Iberia Mágica, como lo iniciaron, hace dos días, en Humanes, población de la comarca de Campiña del Henares, un territorio que se sitúa entre la margen izquierda del río Jarama y la derecha del Henares. Y decimos que iniciamos el año, como lo iniciaron en Humanes, pues el día 1 de enero se celebra una mascarada, de las conocidas por tierras de Guadalajara como botargas, en este caso, hablamos de La Botarga de Humanes, que siempre aparecía en esta fecha, acompañado del toque de campana a concejo abierto, para sesionar en aquel antiguo y verdadero ejercicio de democracia, hoy en día aniquilado por el orden imperante.
No explicamos, esta vez, el significado del alegre colorido del vestido de La Botarga, que tantas veces hemos analizado anteriormente alrededor de otros festejos invernales, remitiéndonos al breve texto que aportamos como fuente, donde se hace una pequeña mención a este particular.
Esta botarga, como tristemente otras, desapareció durante 56 años, hasta que fue recuperada, afortunadamente, en 1987, gracias a la labor de Francisco Lozano Gamo, cronista de la localidad por aquellos años.

La Botarta de Humanes - Foto: henaresaldia.com

Fuente: turismocastillalamancha.es

Con el nuevo año aparece en el pueblo de Humanes (Guadalajara) la botarga o el botarga, que aunque de las dos formas es admisible parece que el uso del femenino suele utilizarse cuando el enmascarado está realizando sus funciones y el masculino se usa más bien refiriéndose al cargo, a la persona física que está bajo el disfraz.
En esta mañana de San Silvestre aparecen botargas en varios núcleos rurales provinciales. Parece que indican que un nuevo ciclo natural se acerca, ayudando a que triunfe la luz de los días y que la noche se acorte. Este personaje, según antiguas creencias, transmite prosperidad y fertilidad sobre los campos y las personas.
Sobre las 11 de la mañana comenzará el enmascarado bufón a realizar sus correrías por el pueblo, correteando a los niños y mozas y llamando a las puertas con su sencilla porra de rama de olivo para pedir una limosna. José lleva realizando esta función unos 12 años, gesto de agradecer, dada la pérdida de tradiciones sangrante en todos los pueblos y a la que algunos vecinos asisten sin inmutarse.




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