miércoles, 6 de septiembre de 2017

La Sierra de Altamira, Guadalupe

Nos acercamos a la comarca de Las Villuercas, a la población de Guadalupe, donde existe el santuario mariano más conocido de Extremadura, cuyo culto fue llevado al otro lado del océano Atlántico, con la invasión y colonización acaecida en el continente americano, habiéndose convertido la Virgen de Guadalupe incluso en la patrona de un Estado como Méjico o México, según la grafía que se prefiera utilizar. Pero esto es bien conocido, lo que quizás no lo sea tanto, al menos para la gente no oriunda de aquellos pagos, es el saber que la población de Guadalupe se sitúa en la falda meridional de la Sierra de Altamira, una montaña que, según afirmó el propio Pío Baroja, fue un lugar de reunión de brujas, lo cual nos pone sobre la pista de que quizás nos encontremos ante lo que fue una antigua montaña sagrada, cuya evidencia cultual ha llegado hasta nuestros días a través del culto cristiano mencionado y la construcción de su famoso monasterio. Hemos de decir que la Vírgen de Guadalupe es una virgen negra y ya sabemos que son muchas las hipótesis que se han planteado ante estas vírgenes, no teniendo por qué ser, quizás, excluyentes unas y otras, según los casos; seguramente no existe una regla general aplicable a todos los casos. Nosotros planteamos, por si acaso tuviera algo que ver en el presente ejemplo, la que nos dice que estas vírgenes sustituían cultos de antiguas divinidades femeninas y, que si se excarva más atrás todavía en el tiempo, pudieran estar sustituyendo, a su vez, al antiguo culto a la Madre Tierra.
Volviendo a Pío Baroja, no hemos encontrado las líneas en las que el famoso literato realizó la afirmación apuntada, pero traemos a la ficha un pequeño extracto del diario El Correo, donde menciona la afición de Pío Baroja al mundo brujeril, pasión que también tuvo su sobrino, el antropólogo y folklorista, Julio Caro Baroja.
Como curiosidad final, ya que aportamos en la creación de las entradas los escudos de las localidades a las que nos acercamos en este espacio virtual, diremos que a la derecha del escudo de Guadalupe aparece una especie de sierra, que seguramente sea la propia representación de la Sierra de Altamira, con lo que sería un símbolo, igualmente, de esta población.

Guadalupe a los pies de la Sierra de Altamira - Foto: semanasantaymas.blogspot.com


Fuente: Baroja y las brujas, 29/12/2010 - elcorreo.com

Escéptico por temperamento, Pío Baroja mantuvo sin embargo una curiosa fascinación por el mundo de las brujas y en general de la fantasía, con sus mitos y leyendas. Una visita a su casa de Itzea, en la localidad navarra de Bera de Bidasoa, revela su interés por los procesos de la Inquisición en el siglo XVII, por medio de libros a veces originales guardados en su biblioteca, o a través de las máscaras y otros objetos que remiten a la hechicería, colocados como adornos en su habitación a pesar de su militante descreimiento. Algo parecido le sucedía a su sobrino, Julio Caro Baroja, un ilustrado a quien nada podía causar más rechazo que la superstición, y que no obstante la investigó a fondo en libros tan singulares como 'Las brujas y su mundo'.



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