Conocemos el lugar, dentro del municipio, donde se encuentran, pero no lo desvelamos por deseo del propio Félix, que no quiere, como es de alabar, que aquello sea coto donde los furtivos hagan y deshagan a su antojo con sus detectores de metales, pues este enclave, como la gran mayoría de yacimientos arqueológicos, está aún por excavar.
Cazoletas - Foto: Félix Barroso Gutiérrez |
Fuente: Félix Barroso Gutiérrez - anotaciones de las fotos que aportamos
Conjunto de cazoletas de diferentes tamaños y muy erosionadas. Curiosamente, un paisano que andaba por aquellos lares nos comentó que aquellos "guáh", dependiendo del tamaño, las atribuían a las huellas del calzado del Niño Jesús o de la Virgen María, indicándonos que había otras muchas en diferentes roquedos. El significado mítico y mágico que dan a las cazoletas en la zona nos llevan a reafirmarnos en el carácter ritual que tuvieron para antiguas civilizaciones. Posteriormente, la Iglesia arrojó un caldero de agua bendita sobre ellas y cristianizó estos roquedos, anatematizando con toda seguridad a quienes osasen continuar con los cultos heredados hacia estas peñas.
Bolo granítico que, sin lugar a dudas, habría que catalogarlo dentro de las llamadas "piedras bamboleantes u oscilantes". Los calzos colocados bajo ella para evitar su bamboleo, nos lleva a sospechar sobre otra cristianización. Ya Menéndez Pelayo asoció estas piedras bamboleantes a creencias del hombre prehistórico. El culto litrolátrico ("veneratores lapidum") ya fue condenado en los concilios de Toledo de los años 681 y 682; pero no fueron capaces de erradicarlo por completo, ya que, hasta no hace mucho, por estos pueblos se recurría a estas piedras con el fin de alejar la maldición de la esterilidad. Pero de ello habría para hablar largo y tendido rato...
Piedra bamboleante u oscilante - Foto: Félix Barroso Gutiérrez |