domingo, 31 de mayo de 2015

El cortejo de Genti de Muerti, Las Hurdes

Una vez más nos acercamos a esta mágica comarca, de una riqueza mitológica y antropológica que le acerca -si no supera en muchos casos- a otras de gran fama en estos menesteres. Hablamos, por supuesto, de Las Hurdes. Allí tienen su particular Santa Compaña, que se manifiesta también en otros lugares de influencia asturleonesa, y que en Las Hurdes se conoce como Cortejo de Genti de Muerti. Dejemos que sea el gran hurdanófilo Félix Barroso Gutiérrez quien nos cuente, en palabras de ayer mismo.

Aceitunilla, alquería donde tiene gran peso este mito. Foto: conmuchagula.com


*Fuente: Félix Barroso Gutiérrez

Las creencias sobre la muerte y el Más Allá cobran gran realismo mágico en la comarca extremeña de Las Hurdes, un auténtico oasis de sustratos míticos y legendarios. El cortejo de "Genti de Muerti" permanece en el imaginario colectivo de muchos habitantes de la comarca, sobre todo en el de la gente de mayor edad. En la alquería jurdana de Aceitunilla, concejo de Nuñomoral, oímos contar muchas veces cómo, en ciertas ocasiones, al caer la noche, un caballo ricamente enjaezado recorría, misteriosa y tétricamente, las retorcidas callejuelas de la aldea. En la grupa iban dos personajes terroríficos: esqueletos envueltos en vestimentas lujosas, propias de la antigua realeza, con mantos bordados en oro que tapaban las ancas del caballo. Si a alguien se le ocurría preguntarles quiénes eran, siempre respondían lo mismo: "Genti de Muerti". A veces, son dos los caballos y dos los jinetes. Y refieren algunos lugareños que no era extraño que aquella noche muriese alguien en la alquería o que aquella persona que había tenido la osadía de preguntarles por su identificación a tan siniestros personajes, falleciese también a los pocos días. Esta escalofriante leyenda, con otras variantes, también la recogí en otros pueblos jurdanos, y sobre ella escribí en diversos medios de comunicación. Es uno de los muchos relatos míticos que se narran en la comarca de Las Hurdes y que pone de manifiesto la riqueza de cultura oral que se atesora entre sus bravas montañas y sus angostos valles, donde, además, se conservan unos interesantísimos corpus de viejos romances y otros propios de la cuentística tradicional.


No hay comentarios:

Publicar un comentario