lunes, 18 de abril de 2011

Necrópolis de La Coba, San Juan del Olmo

Ayer, camino del castro vetón de la Mesa de Miranda, del que ya daremos cuenta por aquí, nos encontramos de sorpresa con esta necrópolis, supuestamente medieval, poco después de coronar desde la vertiente sur el Puerto de Las Fuentes que cruza la Sierra de Ávila. Como no podía ser de otra forma, para aficionados a estos testimonios del pasado, hicimos una parada no prevista en un inicio que nos supuso grandes sorpresas. Además de la contemplación de distintos grupos de tumbas rupestres, algunas en grandes canchales, otras en bolos graníticos y otras en la propia tierra con lajas delimitando las mismas, pudimos observar, en un gran berrocal, una serie de concavidades de aparente factura humana y una serie de círculos también artificiales muy similares a las conocidas como cazoletas, esos petroglifos tan extendidos en tiempos prehistóricos, lo que nos hizo sospechar que ese lugar no fue únicamente un cementerio medieval, sino que, seguramente, su naturaleza ritual se remontaba bastante más atrás. Rastreando en la red, hemos podido comprobar que autores como Ángel Luis Mayoral y Mª Luisa Savirón ya han dejado constancia de dicha circunstancia. Para terminar decir que existen unos cuantos carteles explicativos durante el recorrido por la necrópolis, pero se manifiestan insuficientes y no describen ningún aspecto en el sentido indicado de poder haber sido un lugar frecuentado en tiempos más pretéritos.

*Fotos: Pedro Javier Méndez


















Luis Benito del Rey y Ramón Grande del Brío, en la Introducción de su libro: Santuarios Rupestres Prehistóricos en el Centro-Oeste de España, señalan que estos lugares donde, como decían los antiguos, sopla el espíritu, son centros de manifestación de la divinidad. Y es muy posible que estemos ante uno de estos lugares. Apenas a un kilómetro del sector más alejado de La Coba, algo más abajo del Puerto de Las Fuentes, siempre hacia San Juan del Olmo, encontramos la ermita de Nuestra Señora de Las Fuentes; siendo éstas, las dos fuentes independientes que nacen en el lugar, las que configuran el nacimiento del río Almar, afluente del Tormes, que posee la particularidad de ser un río bífido, y transcurre en doble vertiente hasta Bóveda de Río Almar, confluyendo ya unificado cerca de Alba de Tormes. Si aceptamos lo expuesto por los autores citados, que recogen la opinión de algunos otros, en cuanto a las propiedades espirituales de que está dotado un lugar concreto, pocos podremos encontrar que las reúnan de forma más significativa. Una divisoria de aguas con dos fuentes que son el nacimiento de un río, un posible vado (donde hoy se encuentra una balsa), una “necrópolis”, y una ermita, asociada con el culto al agua (¿enlace a Vírgenes de las Fuentes?) que conserva aún su coso taurino, son argumentos de peso. Como se ha dicho, no es intención de este trabajo abordar temas generales como el de la espiritualidad del hombre antiguo porque, sea cual sea la corriente que uno defienda o abrace, creemos estar ante el hecho innegable de un espacio sacralizado desde épocas muy remotas.
(Ángel Luis Mayoral - Mª Luisa Savirón, territorioveton.com)


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