
La utilización prácticamente exclusiva de un tipo de soporte, sugiere que la representación tenía una importancia simbólica conocida e identificable por todos los integrantes del grupo humano. Si los numerosos signos del arte rupestre parietal paleolítico tienen un indudable contenido ideográfico, la simplificación y la estandarización de estos mismos signos o de signos muy similares en un horizonte cultural finipleistoceno, refuerza la hipótesis de un uso cultual de estas piezas decoradas. El hecho de que los cantos decorados con motivos complejos, rara vez hayan sido utilizados como percutores, con un tema concreto y repetitivo, aporta una prueba suplementaria que refuerza la interpretación votiva. Por el momento no se conoce ningún repertorio de arte mueble tan numeroso como el de Estebanvela, aunque se ha identificado alguna pieza aislada con decoraciones geométricas. Pero las que tienen unas características similares, aunque en absoluto iguales procedentes de las amplias colecciones de la Cova del Parpalló tienen una cronología cultural anterior, mientras que las de la cueva de La Cocina con representaciones de trazos centrípetos son cronológicamente más recientes.
("El arte mueble del yacimiento de la Peña de Estebanvela", Sergio Ripoll López y Francisco J. Muñoz Ibáñez. UNED.)
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