Hoy traemos a colación uno de los mitos ibéricos más conocidos de la antigüedad, el de las yeguas lusitanas preñadas por el viento. Se cree que puede ser, más que una leyenda de origen local, un mito helénico asimilado o simplemente traído como referencia a estas tierras por los propios autores grecorromanos, pues hay referencias de este tipo incluso en la más antigua de las obras literarias de Occidente, es decir, la mismísima Iliada.
Pero hay que decir que tras esta leyenda quizás exista algo de verosimilitud, por extraño que parezca. Sólo teneis que pinchar en el enlace, de celtiberia.net, que pongo tras los textos traídos hoy a esta entrada y leer el estudio de la Doctora Alicia M. Canto. Os vais a asombrar de la maravillosa percepción de la realidad que tenían nuestros antepasados.
Caballos pastando en lo que fue la antigua Lusitania
..quisiera evocar un mito antiguo lusitano que ha sido examinado por diversos autores, el mito de los vientos y las yeguas. Las fuentes refieren un culto al viento practicado por los lusitanos. En el libro XVI de su Historia natural, dice Plinio que Céfiro tiene la capacidad de fecundar también las flores. Ovidio sitúa esta fertilidad en la primavera y José María Blázquez indica que Céfiro, viento suave, era venerado desde la época tartésica. Las yeguas respiran a las auras del viento y se quedan preñadas. Paren potros rapidísimos pero estos potros no viven más de tres o site años. El viento es fecundo y rápido. Ya en la Iliada, Céfiro engendra, uniéndose a la Harpía Podarge y tomando la forma de un caballo, a los caballos de Aquiles: Jento y Balio. Bóreas, hermano de Céfiro, engendró con las yeguas de Erictonio, a 12 potros tan ligeros como los vientos: pero sus vidas fueron breves.
(El Aire : mitos, ritos y realidades : Coloquio Internacional, Granada, 5-7 de marzo de 1997. José Luis Anta Félez)
"Nadie ignora que en Lusitania, en las cercanías del Olisipo (Lisboa) y de las márgenes del Tajo, las yeguas vuelven la cara al viento occidental y quedan fecundadas por él; los potros engendrados así resultan de admirable ligereza, pero mueren antes de cumplir los tres años".
(Plinio)
http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1060
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