lunes, 13 de abril de 2009

Cueva Sopeña o de Lucrecia, Ocaña.

Inauguramos este blog con una ficha sobre uno de esos lugares que se encuentran entre la realidad y la leyenda, de ubicación totalmente desconocida, si es que existió, y que algunos autores situaban en los subterráneos de la Fuente Grande de Ocaña. Estamos hablando de la Cueva de Sopeña o de Lucrecia.

Fuente Grande de Ocaña - ayuntamiento.org

*Fuente: Guía de la España Mágica, Juan G. Atienza

En muchos casos, la visita curiosa a lo insólito se convierte en una búsqueda de las huellas del hecho, que sabemos se produjo por determinados rincones y que tuvo que dejar un testimonio que sería apasionante encontrar. Recuerdo un ejemplo. Hacia el siglo XVI, una hechicera cortesana de nombre Lucrecia de León asustó a la nobleza madrileña con el anuncio de una catástrofe que determinaría el fin del mundo y de la que -dijo- sólo se salvarían los que se metieran en una determinada cueva existente en las cercanías del pueblo de Ocaña. Los señores de la corte de Felipe II encargaron al arquitecto Juan de Herrera que pusiera la caverna en condiciones para albergarlos cuando llegara el desastre, y el constructor ocultista del monasterio de El Escorial amplió el lugar y preparó una serie de estancias subterráneas que cumplían los requisitos más urgentes para acoger a una buena cantidad de cortesanos con sus criados. Con el tiempo, la profecía catastrofista se olvidó, y con ella, la cueva. Pero sigue allí, en las cercanías del pueblo del penal. ¿No resultaría apasionante encontrarla y revivir a solas el miedo supersticioso de aquella gente que estuvo dispuesta a salvarse en secreto, mientras tenía el convencimiento que todo a su alrededor desaparecería?


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