Nos acercamos, para iniciar el año, a la bella comarca de
La Vera, ubicada en la vertiente meridional de la
Sierra de Gredos, en pleno
Sistema Central. En el término municipal de
Villanueva de la Vera, en concreto en el paraje conocido como
La Cañada de Pajares, se halló un yacimiento arqueológico que va del
Bronce Final a la
Edad del Hierro. A este último periodo pertenece el tesoro que hoy traemos, principalmente elaborado con oro, de ahí que el propio
Jesús R. Álvarez-Sanchís, el gran especialista en el estudio de los vettones y de la
Edad del Hierro peninsular en general, lo haya calificado como
tesoro áureo, expresión que, por tal motivo, hemos utilizado en el título de esta entrada. El tesoro se compone, principalmente, por dos placas que contienen una serie de elementos decorativos que han hecho que el mismo sea calificado como orientalizante. No negamos, evidentemente, la verosimilitud de dicha calificación, pero creo que quizás se esté negando, en parte, la gran maestría existente en la orfebrería del mundo celta, con características propias no importadas, como tampoco fue importada la pieza en sí, ya que según el propio investigador que traemos, fue creada en un taller de la zona. A nosotros nos han llamado la atención dos rostros humanos representados en estas piezas, de ahí que hayamos acompañado, a esta entrada, una imagen de las mismas, pero aportamos, a continuación, un breve fragmento del libro "
Los señores del ganado", del propio
Jesús R. Álvarez-Sanchís, donde se realiza una descripción más detallada de las características de este tesoro, existiendo, también, una representación astral y lunar, que le otorgan, igualmente, un carácter sacro o apotropaico a los objetos en los que se encuentran.
Feliz Año a todos los lectores y amigos de
Iberia Mágica.
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Fotos del Museo de Cáceres, donde se halla el tesoro. |
Fuente: Los señores del ganado. Jesús R. Álvarez-Sanchís
El carácter sagrado del tesoro áureo hallado recientemente en la Cañada de Pajares (Villanueva de la Vera) y datado a finales del siglo VII a. C. está fuera de toda duda. Formado por dos placas o diademas gemelas, una placa con la representación de un grifo, varias láminas igualmente de oro y otros materiales todavía en estudio, sus motivos iconográficos se han relacionado con el ciclo astral y elementos de gran arraigo en la orfebrería del Próximo Oriente, como los discos y crecientes lunares, prótomos con peinados hathóricos, flores de loto, palmetas y otros motivos arborescentes.
[...] El deseo de emular la exótico se tradujo en la copia sistemática de los objetos de lujo importados. Por ejemplo, se ha puesto de relieve la existencia de un taller indígena en las faldas de Gredos, de donde procederían las joyas de Villanueva de la Vera, a partir de las particularidades estilísticas, de los contenidos de aleación de oro, plata y cobre que éstas ofrecen y de la disponibilidad de recursos metalíferos. En torno al lugar donde se produjo el hallazgo se recogieron dos toberas de arcilla, punzones y agujas diseñados para el repujado y grabado, un plato de balanza, un carrete para reducir el metal a alambre o hilo y una especie de taladro cilíndrico, por lo que parece lógico deducir una actividad industrial de fundición. La escasez de análisis metalográficos impide conocer la tecnología del bronce y del hierro empleada, pero algunos hallazgos revelan centros de producción de cierta categoría.
Argantonios; el tesoro de Aliseda, encontrado en el extremo opuesto de donde se encuentra Villanueva de la Vera,es decir al sudoeste cacereño, sí que presenta según los expertos, influencias tartésicas. No sé si esa zona pudiera ser la periferia del ámbito tartésico, tal vez el rio Tajo sirviera de frontera entre el área de influencia tartésica y la zona celta, en este caso vetona. En cualquier caso, es de suponer que los contactos entre ellos no serían infrecuentes, supongo.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo. Y que en el nuevo año continúe la curiosidad por el mundo antiguo.
Hola, Miguel. Buena comparativa la que has realizado con el Tesoro de la Aliseda. Según los investigadores, que ellos saben mucho más que yo, evidentemente, dicen que estas piezas de Villanueva de la Vera, eran imitación de las las orientalizantes, incluidas también las tartésicas, que tanto se influenciaron por los fenicios. Eso sí, no sé por qué, esos rostros, como especie de culto a las cabezas que tanto profesaban los celtas, y algunos motivos me han recordado mucho a los utilizados en la orfebrería celta o a los que al menos identificamos, a grosso modo, mucho con ellos. Pero esto es una mera impresión mía y, además, por el momento de las mismas (la Primera Edad del Hierro), es más que posible que tengan que ver con el carácter orientalizante y poco con lo celta, propiamente dicho, estando además tan cerca, como bien apuntas, de esas fronteras de influencia tartésica, que se iban bastante más al norte, de lo que se creía en un principio. Otro abrazo, para ti, amigo y a seguir alimentando, como bien indicas, nuestro amor por todo esto. Tus comentarios son, cada uno de ellos, una joya en este blog.
ResponderEliminarEs interesante ese apunte que haces sobre las cabezas celtas. Es significativo, porque me parece que no hay características similares en otros tesoros, como en Aliseda o Carambolo, por tanto debe ser tenido en cuenta, a mi parecer. Puede que esa impresión sea acertada.
EliminarNo, amigo, yo solo intercambio ideas o pensamientos como simple aficionado. No tengo estudios superiores como para conocer todos estos temas en profundidad; lo que sí tengo es una enorme curiosidad.
El que ha aprendido muchas cosas en este blog he sido yo, desde que lo sigo.
Un abrazo.
Muchas gracias, de nuevo, por tus palabras y reitero de nuevo las mías. Muchas de las conclusiones o cuestiones que planteas me parecen muy interesantes y hacen ver las distintas aristas que puede tener un tema en cuestión. Me alegro de que el aprendizaje sea mutuo; además, a pesar de que nunca podemos perder la humildad de no considerarnos expertos en nada, o al menos en estos temas, el conocimiento -o la búsqueda de él- no es monopolio de nadie, ni siquiera de los expertos.
EliminarOtro abrazo.