jueves, 14 de noviembre de 2019

La Piedra del Santo de la Ermita de San Frutos, Carrascal del Río

Nos acercamos, por tercera vez en este blog, a la Ermita de San Frutos y su entorno, en tierras castellanas del entorno sepúlvedano, donde encontramos uno de los enclaves naturales más espectaculares del centro peninsular, como son Las Hoces del Río Duratón. En una de las ocasiones hablamos de una serie de cazoletas y grabados rupestres que se hallan muy cercanas a la ermita y en otra de la conocida como Cueva de los Siete Altares. Hoy regresamos a este mágico lugar para hablar de una curiosa tradición, de claros tintes precristianos, a pesar de su celebración en un templo o santuario cristiano, como es la ya citada Ermita de San Frutos, alrededor, además, del culto a uno de los elementos más sagrados en el pasado, como era la piedra. Hablamos de la Piedra del Santo, alrededor de la cual -nunca mejor dicho, por los giros que se dan alrededor de la misma- existen una serie de rituales, celebrados, además, en unas fechas cercanas al antiguo samhain céltico o nuestra actual fiesta de difuntos, uno de los momentos claves en el calendario anual de celebraciones rituales, que suponen, en este caso, un claro rito de curación, entorno al poder mágico que se otorgaba, desde tiempos inmemoriales, a algunas piedras. La piedra "mágica" en cuestión, se encuentra oculta bajo el retablo, alrededor de la cual existe un pasadizo por el que hay que gatear para dar el giro.

Retablo en el que se encuentra oculta La Piedra del Santo - Foto: laberintoromanico.blogspot.com

Fuente: Mónica Rico, 10/07/2019 - elnortedecastilla.es

En este enclave privilegiado, el silencio únicamente interrumpido habitualmente por el vuelo de las aves, cada 25 de octubre se va rompiendo por el murmullo de las primeras personas que empiezan a llegar al templo. A lo lejos se comienza a escuchar el sonido de las dulzainas, que como en toda fiesta segoviana que se precie, no pueden faltar a la celebración. Finalmente el jolgorio y la algarabía se hacen patentes y se mantienen durante todo el día.
Cientos de personas acuden a esta cita, especialmente desde la localidad de Carrascal del Río y de su pedanía Burgomillodo, término al que pertenece el lugar donde se encuentra situada la ermita, pero también de toda la comarca. Como manda la tradición, muchos de ellos acuden con un ramillete de perejil. Además, ya en el templo también hay que cumplir otro mandado. Bajo el altar existe un sillar, que es conocido popularmente como 'la piedra del santo'. Pues bien, según la leyenda, quien da una vuelta y pasa agachado bajo este sillar, le desaparecen los dolores. Otras versiones dicen que quien completa la vuelta se casa. También se cuenta que con tres vueltas seguidas bajo el estrecho paso, se cura la hernia. Leyenda o tradición, cada 25 de octubre son muchos los que no dudan ni un minuto y se encaminan hacia este lugar del templo con el afán de pedir salud.


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