sábado, 20 de julio de 2019

La Puerta del Infierno del Monasterio de San Pedro de Arlanza, Hortigüela

Nos acercamos a un lugar, con mucha historia, conectado con los orígenes de Castilla como entidad histórico-política. Hablamos del Monasterio de San Pedro de Arlanza, entre los pueblos de Hortigüela y Covarrubias, aunque perteneciente al primero de ellos. Cuenta la leyenda, la cual aportamos a continuación de estas líneas, que Fernán González lo mandó construir tras perderse por aquellos parajes, al encontrarse con San Pelayo, un santo ermitaño que vivía en una cueva del lugar, de la cual hablamos en este blog hace un par de años. Como se puede comprobar, encontramos de nuevo la vinculación entre cueva y lugar sagrado, una relación ya existente, como es bien sabido, desde el mismo Paleolítico.
En nuestro caso, como bien se indica en el título de la entrada, vamos en búsqueda de una nueva puerta, entrada o boca del infierno. Encontramos un nuevo caso, por tanto, que une un monasterio y una puerta del infierno, el otro, bien conocido, es el del Monasterio de El Escorial, junto a la montaña sagrada del Monte Abantos; en este caso nos remontamos a un monasterio medieval y, por tanto, más antiguo que el escurialense.
Cuenta la tradición, que una de las escaleras que baja a los sótanos del monasterio en ruinas, es una de las puertas del infierno. En casos así siempre viene la reminiscencia de divinidades subterráneas como el dios Airón, que tanta huella ha dejado en forma de leyendas y toponimia. Desconozco si nos encontramos ante un caso similar de divinidad de ultratumba, asociada posteriormente en tiempos cristianos al infierno, pero pudiera ser. Queda abierta la puerta a la especulación.

Foto: conlamochila.com

Fuente: terranostrum.es

Cuenta la leyenda que estando el conde Fernán González de cacería por unos valles angostados del condado de su padre, cuando un enorme jabalí le salió al paso. Intentando darle caza, el conde perdió todo cuidado, yendo a caer a una cueva donde vivía un santo ermitaño. Este le profetizó un futuro muy brillante, tanto a él como a su familia, viendo como ellos llevarían a Castilla hasta su independencia y hacia un próspero futuro.

Una vez se cumplieron la mayoría de los presagios del monje, el conde Fernán González decidió levantar la ermita de San Pelayo, pues así se llamaba el monje, sobre el lugar que ocupaba la cueva, después magnificó a San Pedro, levantando un monasterio en la vieja ermita.

Lo cierto es que más allá de la leyenda es que sobre el espigón rocoso, al otro lado del río puede verse una ermita dedicada a San Pelayo.



miércoles, 17 de julio de 2019

Lagarto de la Malena o de la Magdalena, Jaén

Hoy volvemos a traer el caso de un mito asociado a una ciudad. En este caso no hablamos de un mito fundacional, que suele ser lo más habitual, al menos si nos ceñimos a la mayoría de los ejemplos que hemos traído al blog, sino de un ser monstruoso, difícil de definir, pues pareciera más un dragón, que no un lagarto, surgido cuando la ciudad en cuestión ya estaba desarrollada. Sin más preámbulos, hemos de decir que nos estamos refiriendo al Lagarto de la Malena o de la Magdalena -por ser el barrio en el que se encuentra- de la ciudad andaluza de Jaén.
Tal es el gran peso simbólico de la leyenda, que se ha convertido casi en un nuevo gentilicio para nombrar a los jienenses, pues son conocidos también como los lagartos. Así, a modo de anécdota, contaré, que hace escasas semanas, me topé, por casualidad, en la red, con el resumen de un partido de fútbol de ascenso a la Segunda División B del fútbol español, donde el equipo del Linares Deportivo se la jugaba con el equipo alicantino de La Nucía, y se pudo ver una pancarta en el sector de los seguidores linarenses, típica de la rivalidad, en este caso provincial, que decía "Anti-lagartos". Pero dejando al margen cuestiones que no son temática de este blog, hemos de decir que existen distintas teorías sobre el origen de la leyenda de este lagarto de grandes dimensiones que atemorizaba, desde su cueva, junto a una fuente del barrio de La Magdalena, a los vecinos, queriendo dejar constancia nosotros de una de estas hipótesis, que es con la que más concordamos (para el resto invitamos a los lectores a que indaguen, pues encontrarán fácilmente esta información). La hipótesis, en cuestión, emparenta a la historia del lagarto de Jaén con la mitología de raigambre indoeuropea, donde el héroe lucha contra el monstruo, en forma de dragón o reptil de grandes dimensiones.

Foto: Kordas - Wikipedia

Así, en las tres versiones que hemos encontrado sobre la leyenda del lagarto, hay "un héroe" que acaba con la vida del peligroso lagarto, para tranquilidad de los vecinos de La Magdalena y del resto de Jaén. En la primera de ellas, es un preso, condenado a muerte, quien se ve liberado de su pena, gracias a matar al lagarto, utilizando una serie de panes y pólvora para finiquitar al gran reptil; en la segunda, es un pastor el "héroe"; y en la tercera es el conocido como "el Caballero de los Espejos", que, por el nombre, más bien pareciera el bachiller disfrazado que se enfrentó al más universal personaje cervantino.
Por tanto, pareciera que estuviéramos ante una forma jienense del arquetipo de San Jorge matando al dragón, que como ya mencionamos en su momento, se cree pudo ser la cristianización del mito de Perseo dando muerte a Ceto y liberando, con ello, a Andrómeda; nosotros diríamos que de éste y, seguramente, de otros muchos mitos, similares, de raíz común.