domingo, 21 de octubre de 2018

Los diablos de Mazuecos, Mazuecos

Hoy nos acercamos a una comarca llena de Historia, arqueología y mitología, como es La Alcarria. Esta descripción casi que se podría extrapolar a cualquier otra comarca ibérica; pero La Alcarria, como comarca muy despoblada y eminentemente rural, conserva, si cabe, en mayor medida de lo habitual, leyendas, mitologías y yacimientos arqueológicos que no han desaparecido bajo la presión urbanística. Todo ello, dicho sea de paso, con la salvedad de saber que, en lo referente al mundo mitológico, estamos ante unas creencias que están desapareciendo, incluso hasta en los lugares en los que estos mitos se encontraban aún muy vivos hasta hace no mucho tiempo, pues el mundo rural, a día de hoy, ha perdido el lazo con la cultura popular rural tradicional, para pasar a ser una imagen en pequeña escala de la ciudad.
Ante esto, no cabe otra, al menos, que investigar y recopilar muchas de estas tradiciones, mitos y sucesos supuestamente insólitos, como hace el escritor e investigador Miguel Zorita, del que hemos transcrito unas líneas de una intervención radiofónica que tuvo hace un tiempo, donde nos habla de Los Diablos de Mazuecos, población alcarreña, como hemos anunciado, muy cercana a otras que también tienen sus leyendas y que iremos trayendo al blog, como Mondéjar, Driebes, Albares o Almoguera.
Lo curioso de la presente leyenda, derivada de un suceso real, es comprobar que, hasta no hace mucho tiempo - a principios del siglo XX-, surgían aún mitos o leyendas, al modo o muy parecidas a las generadas en el Medioevo o el Mundo Antiguo. Aunque, quizás, no nos debería sorprender tanto, desde el momento en el que sabemos que esos lazos ancestrales, como apuntamos, han pervivido durante siglos y milenios, hasta ayer, como quien dice.

Vista de Mazuecos, con el conocido como Cerro Redondo al fondo-derecha de la fotografía - Foto: verpueblos.com


Fuente: Miguel Zorita (intervención radiofónica)

Mazuecos es una localidad alcarreña, al sur de la provincia de Guadalajara, en la cual, en 1901 ocurrió un fenómeno curiosísimo. Muchos fenómenos atmosféricos no había manera humana de explicarlos, salvo bajo la superstición o bajo las creencias. En este caso, nos encontraríamos a finales del mes de julio de 1901, cuando un vecino de Mazuercos, muy singular, Cipriano Martínez, que tenía bastante mal carácter, pues había tenido una vida emocionalmente bastante compleja, con el fallecimiento de una hija, que había hecho que su carácter se agriase hasta límites insospechados, tanto es así que los vecinos recordaban como blasfemaba, profiriendo gritos hacia el cielo...tuvo la mala suerte este buen señor de toparse en las fechas citadas con lo que hoy diríamos un tornado, es decir, una enorme ventolera que, cuando este hombre estaba haciendo las tareas agrícolas a las afueras del pueblo, sufrió el arrebato de los vientos, que se lo llevó a determinados metros de altura, con la mala suerte que le hizo caer por un barranco profiriéndose tal golpe, que a los pocos días terminó muriendo. Evidentemente, Cipriano, que no supo nunca explicar qué demonios había pasado -y nunca mejor dicho-, trató de explicar aquel accidente meteorológico, que es como el acta de defunción determina la muerte de Cipriano, como eso, como un arrebato de los propios diablos, diciendo que habían sido los diablos los que le habían llevado por los aires. Aquella historia que terminó, desafortunadamente, con la muerte de Cipriano a los pocos días, se terminó transmitiendo por los pueblos de alrededor y es curiosísimo como, el propio Cipriano, afirmaba que habían sido los diablos los que decían que se lo habían llevado por los cielos, terminó degenerando un leyenda que, cuando a mí me llega siendo niño, en los pasados años noventa del siglo XX, se había exagerado hasta tal punto, que me contaban que este tal Cipriano había desaparecido en los aires y que sólo habían caído trozos de su ropa quemada. Afortunadamente, cuando he podido investigar esto bajo los datos y los testimonios de otras personas cercanas a este hombre, se determina que no desapareció en los aires, sino que, sencillamente, se dio aquel terrible golpe, aunque sí es interesante como él interpreta esos cambios meteorológicos como seres fantásticos, como los propios diablos que son los que se lo habían llevado por los cielos.  




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