domingo, 21 de enero de 2018

La Tamborrada y su posible significado simbólico, San Sebastián-Donostia

Esta semana hemos tenido dos importantes celebraciones invernales de claro tinte precristiano: San Antón y San Sebastián. De San Antón trajimos, esta semana al blog, una de sus múltiples muestras en las Luminarias de Guadix; hoy, sin embargo, hacemos lo propio con la de San Sebastián, cuya fecha de celebración fue la de ayer, 20 de enero. Y lo hacemos acercándonos al festejo más conocido de entre todos los existentes en torno a este mártir en nuestra Península, quizás por celebrarse en una importante ciudad, la que toma el nombre del propio santo: San Sebastián o Donostia en euskera. Es bien cierto, como suele ocurrir en los festejos de ciudad, que no es la celebración con mayor ancestralidad en su ritualidad contemporánea, pues la esencia de los lejanos rituales se ha mantenido más pura o menos deformada en los ambientes rurales. Pero, a pesar de ello, sí encontramos un claro simbolismo detrás de su famosa Tamborrada que podría conectarlo con el resto de festejos invernales que se vienen dando desde la fecha del Solsticio y que continuarán hasta la celebración de los carnavales. Se dice que la Tamborrada comenzó a celebrarse en el siglo XIX, en una representación carnavalesca que pretendía ser una parodia de los desfiles militares que se realizaban alrededor de la ciudad, donde el tambor ya sabemos que es un elemento habitual en dichos desfiles o guardias. San Sebastián, por entonces, era una ciudad fortificada y bastante militarizada, de ahí que sus habitantes estuvieran muy habituados a esos desfiles y al sonido de los tambores, que acabó representando una de sus comparsas, sumándose después otras más hasta que nació la conocida como Tamborrada, a pesar de lo cual no se celebraba en fechas de carnaval, sino en la celebración del propio patrón de la ciudad que le da nombre a ésta. Ya sabemos que los carnavales, como tal, en sentido amplio, encuentran su origen en esas mascaradas invernales que se celebraban durante todo el invierno, aún no se estuviera en la fecha que se estableció para el carnaval propiamente dicho.
Y es hasta aquí a donde llega el origen histórico y oficial de La Tamborrada de San Sebastián. A partir de esta explicación, quiero construir una hipótesis, que sería la que relaciona el simbolismo que encuentro en este festejo, con el del resto de festejos invernales. Mientras que en muchas de estas celebraciones, las más primigenias, que se desarrollan normalmente en el ámbito rural, el cencerro es el protagonista, tanto que se las denomina a muchas de ellas cencerradas, en este caso concreto, que hoy nos ocupa, es el tambor el que produce ese fuerte estruendo, que según la explicación mayoritaria, que no dejamos de traer una y otra vez al blog, pretende despertar a la Naturaleza de su adormecimiento invernal, al menos en el caso de las cencerradas, ahora que poco a poco va ganando terreno la luz a la oscuridad y la Primavera, también, poco a poco, se va acercando. Se me dirá que si La Tamborrada donostiarra nació en el periodo decimonónico, poca conexión puede tener con los festejos que con más asiduidad traemos a este espacio; pudiera ser que no existiera, evidentemente, ninguna relación, pero, por otra parte, también pudiera ser que constituyera la sustitución de otro tipo de ritualidad, con otros instrumentos de percusión que pudieran haber sido utilizados con anterioridad, pues lo que es claro, es que el festejo alrededor de la figura de San Sebastián, ya se daba con anterioridad y también sabemos que alrededor de muchos de estos santos, sobre todo los más antiguos, los mártires, siempre se esconden otro tipo de ritualidades mucho más antiguas. Al menos, si no existiera esta conexión, en cierto modo se está produciendo el mismo fenómeno, celebrar un festejo invernal con la suma de múltiples instrumentos percutidos, en este caso tambores, que producen un gran ruido y una especie de catarsis colectiva. Eso, mejor que nadie, nos lo podrían afirmar los donostiarras que sean buenos conocedores del origen de los festejos de su ciudad. Con lo que desde aquí agradeceríamos cualquier comentario al respecto.

Foto: espanafascinante.com

Fuente: sansebastianturismo.com

La Tamborrada es la fiesta con la que cada 20 de enero Donostia / San Sebastián celebra el día su patrón. La fiesta comienza a las 00:00 en la plaza de la Constitución con la izada de la bandera de la ciudad. Es entonces cuando la Sociedad Gaztelubide y los representantes de otras tamborradas empiezan a interpretar las melodías de Sarriegui, que sonarán en la ciudad durante todo el día.
La historia comenzó en 1836 como una de las comparsas del carnaval donostiarra; al poco tiempo se empezó a tomar como tradición festejar al patrón recorriendo las calles de San Sebastián. En un principio, los participantes iban disfrazados, pero más tarde se uniformaron como los militares que había en la ciudad. Los primeros uniformes utilizados reproducían los de los batallones gipuzkoanos que intervinieron en la Guerra de la Independencia y tenían un estilo francés de vestimenta militar. A medida que se fue ampliando el número de participantes en la tamborrada, se dio entrada a otras compañías con otros uniformes.
Este día es prácticamente imposible no ver ninguna tamborrada por las calles de San Sebastián, y es que más de 125 compañías (formadas por entre 20-50 tambores y 50-100 barriles, acompañados por una banda de música, abanderados y cantineras) dan vida a la ciudad con sus canciones y bailes.



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