miércoles, 22 de marzo de 2017

El Ídolo de la Fertilidad, Almargen

En el municipio del Almargen, en la comarca malagueña del Guadalteba, se halló, hace décadas, un ídolo en mármol blanco que se ha venido a calificar como el Ídolo de la Fertilidad de Almargen, pues representa a un falo, con el glande en un extremo y en el otro lo que se ha interpretado como un rostro femenino, con un abultamiento en la parte central del ídolo que indicaría que ésta se encuentra embarazada. La pieza, de medio metro de longitud, está datada hace 5000 años, perteneciendo, por tanto, a la Edad del Bronce. Por su forma, como decimos, nos parece bastante acertado el calificativo que ha recibido, pues parece representar, efectivamente, la fertilidad. Una fertilidad o fecundidad que, seguramente, no sólo era empleada para promover, en su momento, o utilizar como objeto mágico buscando el embarazo de las mujeres o de los animales, sino, también, o sobre todo, la fertilidad de los campos. Así se intuye, por la forma en la que algunos de estos falos han sido hallados, que se hincaban en la tierra que se pretendía que fuera fértil o fecunda durante una cosecha determinada, hincando o deshincando el ídolo en distintas tierras y no quedando, por lo visto, de manera permanente en ninguna de ellas, hasta que, en algún momento, podrían haberse perdido o haber sido abandonados por distintos avatares de la Historia.

Foto: diariosur.es

Pero lo curioso de este objeto es que, tras milenios de olvido del mismo, al no conocerse su existencia, con su hallazgo, en el pasado siglo XX, ha recobrado la magia que se le pudo haber otorgado en su momento, y son miles las mujeres, de toda la región, de todo el país e incluso del extranjero que visitan el museo arqueológico de la localidad para tocar la pieza que, según la nueva tradición generada a partir de esta representación, da la fertilidad a las féminas que no son capaces, con anterioridad, de quedarse embarazadas. El museo de la localidad tiene otras atractivas piezas halladas en el municipio, muchas de ellas de época tartésica, pero son pocos los visitantes que se detienen en ellas, pues la mayoría, parejas que buscan tener descendencia, únicamente tienen como propósito tocar este ídolo que, según muchos, dicen producir el efecto deseado. Sea o no cierto, ¡que se lo pregunten al alcalde!, como se suele decir, pues, tras ser descubierta por un vecino de la localidad que la usó como tope para puertas de su vivienda, posteriormente se la entregó a un antiguo regidor, el cual la empleó de pisapapeles un tiempo, quedándose su mujer embarazada año tras año, según se cuenta, hecho que fue identificado con la permanencia del objeto en la casa, además de otros menesteres que también se darían, claro está. Posteriormente se puso en valor por un arqueólogo que la contempló y, a partir de ahí, pasó a formar parte del patrimonio del pueblo en el que se halló y en el que, como debe ser, permanece.
Para terminar, como curiosidad, y haciendo gala de la riqueza arqueológica del municipio, se puede observar, más abajo de estas líneas, que el escudo de la localidad representa, en su mitad derecha, una de las estelas funerarias conocidas como "de guerrero", que no es otra cosa que la representación de una de dicha tipología aparecida en Almargen.


2 comentarios:

  1. Miguel E. Lozanojueves, marzo 23, 2017

    Hola Argantonios. Muy interesante esta pieza y curiosa su historia. Pero lo apasionante es que después de miles de años, aún conserve la utilidad para la que posiblemente fuera creada, lo asombroso es que aún mantenga intacta su capacidad de ataer a parejas que buscan fertilidad ¡en pleno s.XXI! Lo cual, demostraría que en realidad tampoco somos tan diferentes a los humanos que nos precedieron hace 5000 años.
    ¡Salud amigo! y encantado de podernos ver algún día, y si no, pues nos veremos por aquí comentando los mágicos lugares de Iberia.

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    1. Hola Miguel. Sí, a mí es lo que más me ha llamado la atención sobre este objeto, que hoy en día haya recobrado, en cierto sentido, el significado que se le dio en su momento, en plena Prehistoria. Desde nuestro punto de vista contemporáneo, en un mundo donde rige a ultranza la razón, puede resultar absurdo, pero me parece tan respetuosa esa opción, de creer que puede producir el efecto deseado, como la de quien piensa que es una creencia sin fundamento. Lo que está claro es que no somos tan diferentes, sí señor, por mucha sociedad tecnológica en la que vivamos.
      Un lujo, como siempre, leerte, Miguel.
      Un abrazo.

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