Marcada en rojo, en el mapa de Andalucía, la comarca jienense de la Sierra Sur de Jaén. |
lunes, 27 de febrero de 2017
Santos y curanderos de la Sierra Sur de Jaén
Hoy queremos recomendaros la magistral conferencia que nuestro amigo Felipe Perea Hernando impartió el pasado jueves en la Casa de Cantabria de Madrid sobre los curanderos de la comarca de la Sierra Sur de Jáen y a la que pudimos asistir un buen número de personas. Gracias al trabajo de Divulgadores del Misterio, ésta está, además, disponible en la famosa plataforma de vídeos de internet, vídeo que a continuación aportamos. Llama la atención la veneración que estas personas, con facultades curadoras o sanadoras, recibían en su propia comunidad humana, poniéndoles a la altura de los santos y vírgenes de la zona o, es más, incluso por encima de estos últimos y de los cultos oficiales, de ahí el tan acertado título de la conferencia al calificarles como santos, pues así era como se les conocía a muchos de ellos.
Todo lo que nos fue contando Felipe me recordó a esos saberes ancestrales relacionados con el conocimiento de las plantas curativas y prácticas mágicas que se remontan a la Prehistoria y que en épocas posteriores, como en la Edad del Hierro, relacionamos con personajes como, por ejemplo, los druidas. Resulta sorprendente que en el propio siglo XX, donde la ruptura con ese vínculo ancestral fue poco a poco ya casi total, existieran personajes, convertidos en auténticos mitos vivientes, como son los curanderos conocidos como Santo Luisico, Santo Custodio o Santo Manuel, en una especie de tríada en la que se centró, principalmente, Felipe.
Para finalizar, agradecer a Ana Olivera Poll sus palabras sobre nuestro humilde blog, Iberia Mágica, en la presentación de la conferencia, además también de las pronunciadas sobre el magnífico blog, Otra Iberia, del ponente Felipe Perea Hernando.
sábado, 25 de febrero de 2017
Carnaval Hurdano 2017, Azabal-Casar de Palomero
Hoy, junto con otros miles y miles de carnavales de todo pelaje, también se celebrará una vez más nuestro añorado Carnaval Hurdano o Jurdano, como es preceptivo transcribir en el dialecto asturleonés de la comarca. Félix Barroso Gutiérrez, el gran cronista y estudioso de estos valles en la actualidad, en un reciente artículo menciona a Don Tomás Gómez, quien fuera secretario de los ayuntamientos de Caminomorisco y Casar de Palomero a principios del pasado siglo XX, además de colaborador de la mítica revista "Las Hurdes" y del Primer Congreso Nacional de Hurdanófilos celebrado en Plasencia en 1909. En sus colaboraciones en las revistas para las que escribió dejó valiosas pinceladas de la esencia hurdana, como la siguiente, con la que ilustramos la presente ficha, sobre el tíu Morcillu, el personaje principal -o uno de los principales- del Carnaval Jurdano y que sintetiza como pocos el espíritu de este festejo.
Para finalizar diremos que hoy mismo le toca el turno a Azabal, una bella alquería ribereña del Río de Los Ángeles perteneciente al concejo de Casar de Palomero.
Fuente: Don Tomás Gómez
Mientras El Morcillu arde en la hoguera, todos, chicos y grandes, bailan al son del tamborilero en torno al fuego, lanzando grandes gritos y jijeos. Parece como si entrasen en trance, a lo que les ayuda sin lugar a dudas el mucho vino, ponche y aguardiente que trasiegan, poniendo sobre los claroscuros de estos pueblos pizarrosos una estampa que parece remontarnos a antiquísimos y misteriosos ritos de época prehistórica.
Para finalizar diremos que hoy mismo le toca el turno a Azabal, una bella alquería ribereña del Río de Los Ángeles perteneciente al concejo de Casar de Palomero.
Fuente: Don Tomás Gómez
Mientras El Morcillu arde en la hoguera, todos, chicos y grandes, bailan al son del tamborilero en torno al fuego, lanzando grandes gritos y jijeos. Parece como si entrasen en trance, a lo que les ayuda sin lugar a dudas el mucho vino, ponche y aguardiente que trasiegan, poniendo sobre los claroscuros de estos pueblos pizarrosos una estampa que parece remontarnos a antiquísimos y misteriosos ritos de época prehistórica.
viernes, 24 de febrero de 2017
El Monte Valonsadero y sus pinturas rupestres, Soria
A escasos 8 kilómetros de la capital soriana y dentro de su propio término municipal se encuentra otra de las totémicas montañas para los sorianos, el Monte Valonsadero. Junto a un magnífico robledal, con rebollos centenarios, además de sugerentes formaciones rocosas y alguna que otra alameda, su existencia no quedó postergada a la de un monte más, y de ello dejaron huella nuestros antepasados a través del grandioso arte de la pintura rupestre. Estas pinturas rupestres, descubiertas a la ciencia en 1951 por Teógenes Ortego, se hallan repartidas por 34 abrigos y cuevas existentes en el monte, lo que demuestra que la creación de las mismas no fue algo aleatorio y que, seguramente, venían a sacralizar la existencia de este monte soriano.
Estas pinturas no son demasiado antiguas, pues se sitúan entre el Calcolítico y la Edad del Bronce, o lo que es lo mismo, más o menos entre el 3000 y 2000 a. C. Son dibujos esquemáticos, con distintos antropomorfos, zoomorfos, representaciones vegetales y algún soliforme. Hasta el momento, en esas 34 estaciones estudiadas, se han registrado 500 muestras pictóricas, lo que indica, como se apuntó anteriormente, el alto contenido simbólico que tuvo -y que tiene- este monte para los moradores de la zona. Un lugar de interés geológico dentro de este monte -así ha sido denominado, además, administrativamente- es el Pico Frentes, aunque hemos de decir que guarda otras curiosidades como la existencia de una antigua calzada romana que cruza por el monte, dos puentes, uno de los siglos XVI-XVII y otro del XVIII y, sobre todo, numerosas rocas de arenisca con caprichosas formas, de las que se dice que se extrajo la piedra para construir las iglesias románicas de Soria, incluida la piedra utilizada para los famosos Arcos de San Juan de Duero. Además de los restos de cantera, también hay que mencionar la existencia de una necrópolis medieval.
De esta forma, es recomendable, si se visita Soria, y nos queda tiempo tras contemplar las bellas muestras románicas, su delicioso paseo junto al Duero o Numancia en el vecino pueblo de Garray, el acercarse al Monte Valonsadero e imbuirse de su vivo aroma ancestral.
Pinturas rupestres - Foto: sorianitelaimaginas.com |
Estas pinturas no son demasiado antiguas, pues se sitúan entre el Calcolítico y la Edad del Bronce, o lo que es lo mismo, más o menos entre el 3000 y 2000 a. C. Son dibujos esquemáticos, con distintos antropomorfos, zoomorfos, representaciones vegetales y algún soliforme. Hasta el momento, en esas 34 estaciones estudiadas, se han registrado 500 muestras pictóricas, lo que indica, como se apuntó anteriormente, el alto contenido simbólico que tuvo -y que tiene- este monte para los moradores de la zona. Un lugar de interés geológico dentro de este monte -así ha sido denominado, además, administrativamente- es el Pico Frentes, aunque hemos de decir que guarda otras curiosidades como la existencia de una antigua calzada romana que cruza por el monte, dos puentes, uno de los siglos XVI-XVII y otro del XVIII y, sobre todo, numerosas rocas de arenisca con caprichosas formas, de las que se dice que se extrajo la piedra para construir las iglesias románicas de Soria, incluida la piedra utilizada para los famosos Arcos de San Juan de Duero. Además de los restos de cantera, también hay que mencionar la existencia de una necrópolis medieval.
De esta forma, es recomendable, si se visita Soria, y nos queda tiempo tras contemplar las bellas muestras románicas, su delicioso paseo junto al Duero o Numancia en el vecino pueblo de Garray, el acercarse al Monte Valonsadero e imbuirse de su vivo aroma ancestral.
Estampa del Monte Valonsadero - Foto: turismosoria.es |
jueves, 23 de febrero de 2017
Los Harramachos, Navalacruz
El pasado año, si no estamos equivocados -pudiera venir de unos pocos más atrás-, en las estribaciones de la Sierra de Gredos, en su vertiente septentrional abulense, se recuperó, afortunadamente, otra mascarada invernal que se encontraba prácticamente extinta. Hablamos de Los Harramachos de Navalacruz, unos personajes que se dividen en tres tipos principalmente: los que van cubiertos con hojas de roble, los que utilizan un saco de heno como disfraz y que según se dice es bastante similar a un personaje perteneciente al carnaval navarro llamado Ziripot y, por último, los que van cubiertos por pieles. Las fotografías que hemos podido observar de su reciente recuperación muestran la gran espectacularidad de esta mascarada invernal celebrada en Carnaval y que demuestra que todo este tipo de celebraciones más ancestrales, siempre nacidos en el ámbito rural, donde en el contacto con la Naturaleza es directo y real, son el origen de la celebración del carnaval, a pesar de lo cual se vienen celebrando muchas de estas mascaradas, no sólo en las fiestas carnavalescas que este fin de semana se celebrarán por todo el planeta en sus distintas formas, sino durante todo el inverno que poco a poco se acerca a su fin en el hemisferio norte terrestre, ganando poco a poco, como siempre remarcamos, la luz terreno a las tinieblas, que es en cierto modo lo que se viene a celebrar. Estos seres monstruosos dan sus últimos "coletazos" antes de desaparecer tras la llegada de la Primavera, para volver a asomar, tras el siguiente Solsticio de Invierno, en un buen número de lugares todavía, a pesar de todas las que se han perdido tristemente para siempre.
Dentro de este Carnaval de Navalacruz, además de los Harramachos, existen otros personajes como El Carátula, que va vestido con flecos de colores, indicando el colorido que está por venir con la Primavera y simbolizando, en cierto modo, en contraposición a los Harramachos, las fuerzas del bien o de la luz, frente a las del mal o las tinieblas que representan los propios Hamarrachos. Luego están los peleles, hechos de paja y trapos, que representan al hombre y a la mujer y, por último, la vaquilla, figura representada por un joven con una sábana blanca y unos cuernos. Todos estos personajes van pidiendo por las casas, en lo que constituye un elemento muy común en este tipo de festejos, ofreciéndoles los vecinos huevos, chorizo y otros productos.
Este fin de semana, quien quiera disfrutar de este curioso y primitivo carnaval, tiene una oportunidad en Navalacruz.
Foto: gredosdaniel.es |
Dentro de este Carnaval de Navalacruz, además de los Harramachos, existen otros personajes como El Carátula, que va vestido con flecos de colores, indicando el colorido que está por venir con la Primavera y simbolizando, en cierto modo, en contraposición a los Harramachos, las fuerzas del bien o de la luz, frente a las del mal o las tinieblas que representan los propios Hamarrachos. Luego están los peleles, hechos de paja y trapos, que representan al hombre y a la mujer y, por último, la vaquilla, figura representada por un joven con una sábana blanca y unos cuernos. Todos estos personajes van pidiendo por las casas, en lo que constituye un elemento muy común en este tipo de festejos, ofreciéndoles los vecinos huevos, chorizo y otros productos.
Este fin de semana, quien quiera disfrutar de este curioso y primitivo carnaval, tiene una oportunidad en Navalacruz.
martes, 21 de febrero de 2017
El relieve de El Cerrón, Illescas
Va camino de siete años que visitamos en este blog un santuario en territorio carpetano, sobre el que se dice pudiera haber sido un templo privado, pues, junto al mismo, se distinguió lo que pudo ser un hogar. Hablamos del santuario o templo de El Cerrón, yacimiento arqueológico situado en el suroeste del municipio de Illescas, cabeza comarcal de La Sagra, que se encuentra junto al arroyo Dos Villas. En aquella entrada citamos la existencia de un relieve hallado, al que hoy queremos dedicar ficha propia, pues su enigmática escena bien lo merece. El relieve pertenecía a la segunda fase del templo, pues éste tuvo dos periodos diferenciados por un estrato de incendio o destrucción; la primera fase pertenecería al siglo IV a C. y la segunda, en la que se encuadra, como decimos, el relieve, a un siglo más tarde, o lo que es lo mismo, al III a C. El recinto, perteneciente a la segunda fase, se cerraba hacia el Oeste por un muro de adobe con zócalo de piedra al que se adosaba un banco corrido, que ha sido interpretado como un posible altar, situándose el relieve en la pared opuesta al mismo, es decir, en la pared Este. El relieve se encuentra en el Museo de Santa Cruz de Toledo y en el mismo se puede leer el siguiente texto:
El relieve representa, de forma tosca, un detalle de dos carros tirados por caballos y guiados por aurigas, separados por un personaje vestido con largo manto y la mano levantada en señal de saludo o despedida y en el extremo un grifo preside la escena. La escena de El Cerrón no resulta fácil de interpretar. Se ha sugerido que puede ser una procesión funeraria con el grifo como escolta de los difuntos o una "heroización" de dos personajes con la protección divinizada representada por el animal mítico.
Como ocurre con muchas de estas representaciones, resulta muy complicado conocer el verdadero significado de la escena, a pesar de lo cual sí podemos apreciar el orientalismo que impregnaba a muchos de estos objetos de zona carpetana, como también se puede observar en la Pátera de Titulcia. La representación, por ejemplo, del grifo es una prueba de ello. También entra en juego el simbolismo de los caballos, animal que fue sacralizado con la diosa celta Epona, divinidad que posteriormente, con la invasión romana, éstos también incluyeron en su propio panteón. Y, finalmente, la figura de ese extraño personaje con manto y mano levantada, que como bien se ha señalado, en el texto aportado, pudiera ser una especie de representación de despedida a los difuntos. Sea cual sea el significado conjunto del relieve, lo que sí está claro es que nos encontramos ante una fascinante escena, que bien merece que contemplemos, disfrutemos y reflexionemos alrededor de la misma.
El relieve representa, de forma tosca, un detalle de dos carros tirados por caballos y guiados por aurigas, separados por un personaje vestido con largo manto y la mano levantada en señal de saludo o despedida y en el extremo un grifo preside la escena. La escena de El Cerrón no resulta fácil de interpretar. Se ha sugerido que puede ser una procesión funeraria con el grifo como escolta de los difuntos o una "heroización" de dos personajes con la protección divinizada representada por el animal mítico.
Como ocurre con muchas de estas representaciones, resulta muy complicado conocer el verdadero significado de la escena, a pesar de lo cual sí podemos apreciar el orientalismo que impregnaba a muchos de estos objetos de zona carpetana, como también se puede observar en la Pátera de Titulcia. La representación, por ejemplo, del grifo es una prueba de ello. También entra en juego el simbolismo de los caballos, animal que fue sacralizado con la diosa celta Epona, divinidad que posteriormente, con la invasión romana, éstos también incluyeron en su propio panteón. Y, finalmente, la figura de ese extraño personaje con manto y mano levantada, que como bien se ha señalado, en el texto aportado, pudiera ser una especie de representación de despedida a los difuntos. Sea cual sea el significado conjunto del relieve, lo que sí está claro es que nos encontramos ante una fascinante escena, que bien merece que contemplemos, disfrutemos y reflexionemos alrededor de la misma.
|