martes, 18 de octubre de 2016

El Olivo de El Palmar, El Palmar-Valencia

Hacía tiempo que no traíamos ejemplos de la veneración del hombre -o de distintas comunidades humanas- al árbol, como elemento simbólico o tótem sagrado. El caso de hoy lo hemos encontrado en la literatura, leyendo una de las obras más populares del gran Vicente Blasco Ibáñez, como es "Cañas y barro", en la que existe una interesante descripción de un olivo de El Palmar, la población de La Albufera valenciana donde transcurre la trama de la novela, que era mucho más que un simple árbol para los habitantes de esta población, según el autor. Al igual que ocurre en otros muchos casos, el árbol era un lugar de reunión, además de una especie de juez o testigo bajo el que se cerraban los tratos e incluso el depositario de la buena armonía entre los vecinos, pues cuando alguien se encontraba algo que no era suyo, debía dejarlo junto al olivo para que fuera recogido por su verdadero propietario.
Suponemos que Blasco Ibáñez se basaría en un olivo y unas costumbres que existieron alrededor del mismo en El Palmar, pero no hemos encontrado ninguna información sobre su existencia en la actualidad, ni sobre si verdaderamente existió o no este olivo, pues no debemos de olvidar que nos encontramos ante una obra de ficción, por lo que pudiera haber sido fruto de su imaginación, recreando el culto al árbol existente en tantos otros lugares y que han perdurado prácticamente hasta nuestros días, pero creemos que si no existe en la actualidad, pues no lo describía muy sano a principios del siglo XX, sí debió existir en tiempos del gran escritor valenciano en dicha población de La Albufera. De este modo, ante nuestras dudas al respecto, agradeceríamos, como siempre, cualquier información sobre su posible existencia.

El Palmar al fondo - Foto: viewAt.org


Fuente: "Cañas y barro", Vicente Blasco Ibáñez

Los más viejos del pueblo se agrupaban junto al olivo retorcido y de escasas hojas, único adorno de la plaza. Este árbol raquítico y antiguo, arrancado de las montañas para languidecer en su suelo de barro, era el punto de reunión del pueblo, el sitio donde se desarrollaban todos los actos de su vida civil. Bajo sus ramas se hacían los tratos de la pesca, se cambiaban las barcas y se vendían las anguilas a los revendedores de la ciudad. Cuando alguien encontraba en aguas de la Albufera un mornell abandonado, una percha flotando o cualquier otro útil de pesca, lo dejaba al pie del olivo, y la gente desfilaba ante él, hasta que el dueño lo reconocía por la marca especial que cada pescador ponía a sus útiles.


4 comentarios:

  1. Hola Argantonios. Como siempre, se agradecen tus fichas referentes a árboles míticos y mágicos que pueblan Iberia. Se me ha ocurrido que acaso Blasco Ibáñez, se inspiró en el olivo de Ulldecona (abuelo de los olivos españoles) para su obra, y lo trasladó un poquito mas al sur, de Cataluña a su tierra valenciana. La provincia de Castellón también es rica en olivos centenarios, la de Valencia me da la impresión que menos y en la de Alicante conozco uno monumental en el pueblo de Gorga.
    Saludos.

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  2. Hola Placentino. Un gusto leerte como siempre. Muchas gracias por toda esa información que siempre me das; buena observación esa que haces, pudiera ser que así fuera. Como digo en el texto, he buscado alguna referencia y nada he encontrado. Eso sí, mi búsqueda ha sido sólo en internet, lo suyo es preguntarlo allí a personas mayores que pudieran haber oído hablar del olivo, si es que existió y en la actualidad ya no existiera, por lo enfermo que dice Blasco Ibáñez que se encontraba ya a principios de siglo XX. Tomo nota de los olivos que mencionas; del de Ulldecona sí que había oído hablar, por ser tan singular, pero no del de Gorga, que yo recuerde ahora.
    Un abrazo, amigo.

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    1. Se me olvidó mencionarte también un olivo muy singular y muy querido que hay en el pueblo alicantino de Villajoyosa. Allí lo llaman la "olivera grossa" y su tronco es verdaderamente espectacular. Muy cerca de él, hay una gran piedra a la que llaman la "roca encantá" y es fuente de leyendas muy curiosas. En la zona hay también una ermita dedicada a San Antonio, lo que da idea de la sacralidad del lugar. Pensé que a lo mejor podría interesarte.
      Un abrazo.

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    2. Por supuesto que me interesa, Placentino. Por lo que has intuido, el enclave ha debido tener (y tiene) una gran carga simbólica para los habitantes de Villajoyosa desde hace bastante tiempo. Me lo apunto.
      Un abrazo.

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