miércoles, 22 de junio de 2016

Danza ritual del Abrigo del Barranco de los Grajos, Cieza

Continuando con la valiosa información contenida en el último libro de Ignacio Abella, del que extrajimos ayer una curiosa anécdota en relación a la defensa de un tejo en Asturias, hoy nos acercamos a unos abrigos rupestres de la población de Cieza, donde se representa, en uno de los tres abrigos con pinturas existentes, lo que se ha interpretado como una danza ritual alrededor de un árbol totémico o lo que se viene calificando como "Árbol del Mundo", es decir, una especie de Irminsul, o lo que es lo mismo una especie de pilar que según la leyenda germánica, en relación a este último, conectaba el cielo y la tierra y que era representado por un roble o pilares de madera. El autor también hace un paralelismo con el Yggdrassil, perteneciente igualmente a la mitología germánica, en este caso nórdica -el anterior mito es de origen sajón-, en el que dicho árbol de la vida o del universo era un fresno perenne.

Foto: ciezaturistica.org


Todos estos santuarios de la antigüedad eran una especie de centro, o axis mundi, del cual dependían "la estabilidad, el equilibrio de la sociedad o el propio universo, contenido y sostenido por estos árboles del mundo". Según la interpretación de algunos autores, como decimos, "estas pinturas neolíticas -del Abrigo del Barranco de los Grajos- se han interpretado como una danza ritual en torno al "Árbol del Mundo", cuyo alargado tronco estaría representado a la izquierda del panel".
De ser cierta esta interpretación, estaríamos ante una tradición o identificación muy lejana y extendida, al menos en el continente europeo, en lo que se refiere a estos ejemplos, pero a buen seguro existen más en el resto del planeta.

Foto: calco de Miguel Ángel Mateo Saura

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