miércoles, 29 de abril de 2015

El Canto del Peso, Galapagar

Volvemos a Galapagar, en la comarca de Guadarrama, antigua tierra vettona, fronteriza con carpetanos, donde, en su momento, hablamos de una serie de altares rupestres, además de un verraco. Y lo hacemos para seguir hablando de la misma materia prima, el granito, tan característico del territorio vettón, en concreto, de una piedra caballera, el espectacular Canto del Peso. En la fuente que hoy traemos, extraído de un magnífico artículo titulado "Megalitismo en Galapagar", mencionan la posibilidad de que este tipo de piedras no fueran, únicamente, santuarios, sino auténticos centros astronómicos y científicos. Es más, se critica, con bastante coherencia, la exagerada, quizás, atribución de estas piedras a antiguos santuarios. Aunque, como también se deduce de estas líneas, o al menos así lo ha hecho el que esto escribe, bien muchos de ellos pudieran ser lugares que reunieran las dos condiciones.

Foto: senderismogalapagar.com


*Fuente: Chema, "Megalitismo en Galapagar" - elecodelasierra.com

Se tiende a considerar que todos estos monumentos megalíticos son lugares de culto, ignorando que ciencia y religión han ido siempre de la mano: un paso más allá de la ciencia, donde esta perdía pie, tomaba posesión la religión (entendida también como magia). Lo que ahora interpretamos como lugar de culto, – entendemos que por el sustrato ideológico judeocristiano de nuestra cultura – bien pudieron ser construcciones científicas (de su época) necesarias para conocer y medir el tiempo, conocer el momento de las cosechas, planificar la vida y anticiparse a la naturaleza. La Astronomía fue durante mucho tiempo Astrología hasta que la ciencia convirtió a esta en una superchería mágica. Sería injusto tratar hoy de brujos ignorantes y sacerdotes de extraños cultos a los científicos que, en su época, conocían y usaban los movimientos de los astros.
Sería injusto llamar “lugar de culto” lo que ya entonces era un complejo científico. Hay criterios históricos para identificar esos lugares de origen prerromano. La memoria de los pueblos trasciende los usos y costumbres. A través de la toponimia, como los apellidos Castro, los lugares denominados Castillejo o cueva del Moro, o rocas con nombre propio, como el Canto del Peso.



sábado, 25 de abril de 2015

Libertad o muerte en Astapa, Estepa

Nos acercamos a un lugar bastante cercano al de nuestra anterior ficha; en concreto, a Estepa, en la comarca conocida como Sierra Sur de Sevilla, población famosa por sus mantecados y polvorones, tan consumidos en las fechas navideñas. Este lugar, situado en lo que fue la antigua Turdetania y conocido por aquel entonces como Astapa, fue uno de las tantos que sufrió el asedio y la destrucción de aquellas terribles fuerzas de ocupación provenientes de Roma, ese pueblo tan admirado por la oficialidad y tantos y tantos autores, que aculturó y aniquiló a buena parte de las etnias prerromanas ibéricas. En una época en la que se valora más lo material, que lo espiritual y axiológico, difícilmente se puede entender quizás el ejemplo que Astapa dio en el pasado, como también dieron otras tantas poblaciones ibéricas del primer milenio a. C., no sólo del ámbito íbero, que es en el que nos encontramos, sino celta y celtíbero, como por ejemplo, por citar un par de estas antiguas ciudades, Numancia o Calagurris (actual Calahorra). Hoy en día tiene más valor, el dinero y el "bienestar" que la libertad y la dignidad y fue precisamente por estos últimos valores por lo que murieron estos antiguos pueblos. Prefirieron, muchos de ellos, morir que acabar siendo esclavos y aculturados por la fuerza extraña que vino a someterlos y aniquilarlos desde lejanas tierras. Vaya desde aquí nuestro homenaje a la antigua Astapa y a todos aquellos pueblos que no se dejaron embaucar por el poderoso y prefirieron morir a perder su libertad. Un ejemplo universal que debería perdurar por siempre en nuestros corazones y que ha llegado hasta nosotros, en lo que a Astapa se refiere, gracias a Tito Livio.

Vista del Cerro de San Cristóbal, donde se situó la antigua Astapa - Foto: skyscrapercity.com

*Fuente: Dioses y caballos en la Iberia prerromana. M. P. García-Gelabert Pérez y J. M. Blázquez Martínez

...durante la conquista de Astapa por Marcio (año 206 a.C.), narra Livio como los astapenses, sabiendo que pronto estarían en manos de los sitiadores, eligen a cincuenta jóvenes (léase soldados) con el cometido de que si los defensores de la ciudad eran derrotados no debían dejar a nadie con vida “…a ellos les rogaban por los dioses del cielo y de los infiernos que acordándose de la libertad que aquel día debía morir o con una honrosa muerte o con una infame servidumbre, nada dejasen que pudiera servir de objeto de furor del enemigo…”.



Ermita de las Cuatrovitas, Bollullos de la Mitación

En Bollullos de la Mitación, población de la comarca del Aljarafe, existe una ermita muy curiosa, donde se realiza una romería todos los años. Es la Ermita de las Cuatrovitas. Destaca su torre, que no es otra cosa que un alminar de su pasado como mezquita, pero el hallazgo de asentamientos, desde época romana, nos atestiguan que el lugar ya fue frecuentado desde hace al menos unos dos mil años. Esto es lo que se conoce, pero desde aquí nos aventuramos a especular que dicho lugar pudiera haber sido objeto de culto desde más antiguo; ya se sabe que en, numerosas ocasiones, las romerías existentes en la actualidad provienen de otras más antiguas que se realizaban en lugares concretos, especiales o sagrados desde antiguo. La existencia de una ermita, que anteriormente fue mezquita, la romería que realizan distintos pueblos de la zona a este enclave y la documentación de restos arqueológicos en el lugar, aunque no muestren naturaleza sacra, nos hace sospechar que quizás nos encontremos ante un antiguo y ancestral lugar de culto.

Foto: www.geocaching.com

*Fuente: sevillapress.com

Los primeros asentamientos de esta localidad, situada al sur de la comarca aljarafeña, parecen datar de la época romana, en la que existieron diversas villas de carácter agrícola. Lo prueba el hallazgo de numerosos restos arqueológicos en la zona de Cuatrovitas (piezas cerámicas romanas, regatones de ánforas, tegulae y terra sigillata).


Un carro solar en territorio contestano, Elche de la Sierra

El carro se ha interpretado como el símbolo del sol, en su eterna andadura de Oriente a Occidente, una especie de metáfora del transcurrir de la vida y del eterno círculo de las estaciones de la vida. En Elche de la Sierra, población de la comarca de Sierra de Segura, apareció un kalathos con la representación de un carro tirado por caballos del que se ha interpretado que bien puede recoger este significado. Así se manifiesta en las siguientes líneas de un estudio que traemos como fuente.



*Fuente: Dioses y caballos en la Iberia prerromana. M. P. García-Gelabert Pérez y J. M. Blázquez Martínez

He ahí, al respecto del hipotético tránsito al Mas Allá, en el que intervienen el caballo y el carro, la acción representada sobre un kalathos de Elche de la Sierra (Albacete), datado en el siglo II a.C. El desarrollo de la escena es el que sigue: un carruaje sencillo de varales y ruedas de reja, es tirado por dos caballos, dirigido por una persona, delante de la cual hay una gran rosa solar y debajo una roseta de cuatro pétalos, símbolos astrales. Detrás del carro, y parece que dialogando con otra persona, de la misma manera situada en la trasera del vehículo, hay una figura femenina alada de cuerpo acampanado que lleva de las bridas un caballo alado, ¿una diosa conectada con el Más Allá, la Diosa Madre en su atribución de Señora del mundo subterráneo que ofrece el caballo alado a un difunto que ha de realizar el viaje al espacio donde moran los muertos o sus ánimas?. La traducción es muy arriesgada, pero la presencia de figuras aladas y del vehículo pueden hacer pensar, además de en alguna otra lectura que no viene al caso, en un acto relacionado con el paso a ultratumba, indudablemente sí es un episodio que se despega de la más absoluta cotidianeidad ¿entroncado con un mito?. Y aquí si que puede atestiguarse que el caballo alado tiene un sentido excepcional, no así los que tiran del carro, cuyo cometido es el sencillo de fuerza motriz. ¿O es el caballo alado una simple copia de la iconografía griega de Pegaso, conocida a través de las vasijas de importación? ¿O copia de los caballos alados etruscos? ¿O copia de los caballos alados próximo orientales? Si es una copia, por la datación lo sería mejor de la iconografía griega que de otras más antiguas.


lunes, 20 de abril de 2015

Necrópolis de El Estacar de Robarinas, Linares

Una de las ciudades más mencionadas cuando se hace referencia al ámbito ibero es la antigua Cástulo, de la etnia de los oretanos, cuyos restos se encuentran en el municipio de Linares. En ella se halló la conocida como Necrópolis de El Estacar de Robarinas, donde quedó patente la gran importancia que el caballo tenía para el guerrero en una de sus tumbas, pues las cenizas de uno de ellos fueron enterradas, no sólo con su panoplia, sino con su propio caballo. En el texto completo, del que extraemos unas líneas y del que recomendamos su lectura, se trata la gran importancia que el caballo tuvo en las sociedades prerromanas desde, principalmente, el siglo VIII a. C., teniendo incluso un carácter sagrado, y no sólo como animal de tiro, transporte y guerra, en muchas de estas etnias, ya fueran célticas o íberas.

Necrópolis de El Estacar de Robarinas - Foto: cervantesvirtual.com


*Fuente: Dioses y caballos en la Iberia prerromana. M. P. García-Gelabert Pérez y J. M. Blázquez Martínez

...en un ambiente en el que domina casi totalmente la cremación, los caballos inmolados no fueron quemados; sus restos se sitúan con los restos del ajuar, más concretamente entre los del armamento de soldados cremados, cual es el caso de una hemimandíbula inferior derecha completa, y piezas dentarias del mismo equus caballus, recuperadas entre las tumbas XVII-XVIII-XX, que componen un conjunto sepulcral familiar, de la necrópolis de El Estacar de Robarinas, al servicio de la ciudad ibero romana de Castulo (Linares, Jaén), datada aquélla entre finales del siglo V y mediados del siglo IV a.C.


martes, 7 de abril de 2015

Algunas muestras de estrellas de seis puntas de Sierra de Gata

Hace muy poco hablamos del simbolismo de la estrellas de seis puntas o flores sexpétalas, o, como se les llama actualmente en la comarca de Sierra de Gata, flores de olivo; por este motivo, nos remitimos a la ficha que le dedicamos a este elemento identificativo de la Sierra de Gata y a las distintas hipótesis que tratan de buscar su origen. Hoy, debido a nuestra reciente visita a esta comarca, queremos traer unas cuantas de estas muestras o ejemplos, en las puertas de las casas, a modo de elementos protectores -como si de indalos del sureste ibérico se trataran- que pudimos fotografiar en nuestros recorridos por gran parte de los pueblos que integran dicha comarca.
Nos llamó la atención que el número de muestras disminuían según nos trasladábamos hacia la zona occidental, limítrofe con Portugal, como es el valle de Jálama, o Xálima, en la lengua vernácula de este valle, que es la fala. Muy posiblemente sea una apreciación errónea, pues se necesita una visita más prolongada o profunda para poder llegar a estas conclusiones, pero fue la impresión que nos trajimos, o al menos lo que pudimos observar, sin profundizar o hacer un estudio exhaustivo.
El pueblo donde más muestras encontramos fue en Robledillo de Gata, limítrofe o más bien separado de Las Hurdes por una montaña. Por cierto, ya que aparecen, de nuevo, nuestras adoradas Hurdes, aunque sea de pasada, he de decir que nuestro amigo, el arqueólogo Saúl Martín González, nos mencionó que existían ejemplos de este símbolo en la propia comarca hurdana. No nos extraña, cuando comprobamos, in situ, que parecía haber más abundancia o ejemplos, precisamente, en la parte oriental de la comarca de Sierra de Gata, la más cercana y límitrofe en su parte nororiental a Las Hurdes.









lunes, 6 de abril de 2015

El Álamo negro de Torre de Don Miguel

No hace mucho estuvimos hablando de la Olma de Colmenar del Arroyo, un árbol de concejo ya desaparecido. Hoy traemos otro ejemplo que conocimos la semana pasada de árbol de concejo, igualmente desaparecido: el Álamo negro de Torre de Don Miguel, en la comarca de Sierra de Gata. Al llegar a la bella plaza de este pueblo y entrar a tomar un refrigerio en el propio bar que allí había, el dueño del mismo nos contó la bella historia del que fue árbol, durante tanto tiempo, de esta plaza, aunque, todo hay que decirlo, fue acompañado de otros dos álamos que desaparecieron antes que él. Y digo bella historia, pues, pese a su desaparición en los años 70 por la grafiosis, son varios los siglos que ha permanecido en la misma, siendo testigo de muchas generaciones de torrezneras y torrezneros, como se conoce a las vecinas y vecinos de Torre de Don Miguel, dejando, por tanto, un bonito recuerdo y una bella historia bajo sus ramas. Fue, como se dice en el bello texto que aportamos más abajo de Juan Antonio Pérez Mateos, árbol de concejo y testigo de los avatares históricos y, sobre todo, de las vidas de las gentes del pueblo durante los últimos siglos.
En su lugar se ha plantado un chopo o álamo blanco, en vez de negro, con la intención de dejar un nuevo vecino arbóreo a presentes y futuras generaciones, que no se vea afectado por tan dañina enfermedad que tantos árboles se llevó por el camino, sobre todo olmos comunes o negrillos, aunque también, como vemos, álamos negros; ahí está el caso de nuestro protagonista.
Vaya desde aquí nuestro homenaje a este árbol.

Foto: sierradegatadigital.es

*Fuente: Juan Antonio Pérez Mateos - LAS LETRAS DEL VIENTO. Álamo de Torre: "Llorad por mi"

Yo he sido testigo de todos los acontecimientos de esta villa: veía a las mujeres con su cántaro de barro ir a la fuente, los bautizos, las bodas, los entierros, la llegada de forasteros hasta diligencias y autobuses, Felipe Rodríguez, dueño y conductor, natural de Villanueva de la Sierra, y Santiago, el cobrador. Aquí hasta se reunía el Concejo y, a mi sombra, se bailaba al son del tamboril, y, en mi refugio, los toros y vacas, en fin, la vida.

Cómo me amabais todos, que hasta el cura y poeta don Francisco Domínguez Silva me dedicó un largo poema, “imponenti y juerti”:”¡Arbol venerable, / que llevas prendida la esencia de un pueblo! (…) el álamo, anclado en la plaza de la Torre, / tan voluminoso y corpulento, / aun con sus vejeces y sus estropeos / ¡cuánta alma conlleva!”. Cuando lo recuerdo, lloran mis hojas y mis ramas. Yo he hecho lo posible porque estuvierais bien, vecinos, os sintieseis, cómodamente, en esta plaza, donde se ha escrito, la historia de la Torre. Y, bajo mi sombra, escuchaba vuestras palabras, por más que, en ocasiones, los pájaros se alteraran y sus silbos no me dejaran oír vuestras cuitas,  gozos y sombras de la vida, lo que pasó con fulano o aquella tarde en que el toro daría un buen susto a citano, pero, por allí estarían los galenos, don Silverio Arias - Camisón o don Rufino para haceros un quite, cuando yo presenciaba cómo llegaba la penicilina, en esa época del estraperlo, años de posguerra, “los del hambre”, el café también, y los portugueses soslayando la vigilancia de los jinetes rabiosamente verdes – la Guardia Civil -.
[...] Cuánto podría decir de vosotros, paisanos míos, a los que tanta sombra os di y a tantos cuerpos cobijé, faro vegetal me sentí y, sin embargo, la vida me venció. ¿Quién iba a pensar que un álamo como yo no iba a resistir al tiempo? Pues ya veis: cómo me iría despidiendo de vosotros, con la historia callada y escrita en mis hojas, la rara enfermedad, papiros fugaces de mi paso por esta tierra, por este pueblo, por esta plaza.

Yo soy el primero en haberos dejado sin la bonanza de la sombra en los estíos ardorosos y lo siento, porque gozaba con vuestra compañía. Os veía, os miraba con el cariño de siempre y siento, vaya que si siento, haberos dicho adiós, sin que las campanas no hayan tocado a muerto. Ahora ya soy, únicamente, recuerdo sepia en vuestras retinas.


Fotos: Iberia Mágica, 31/03/2015