Foto: tesosriberas.wordpress.com |
*Fuente: losarribesdelduero.com
La relevancia del Teso de San Cristobal radica en que en sus apenas 1 hectárea alberga restos arqueológicos, patrimoniales, etnográficos y medioambientales de una gran importancia en el contexto de las Arribes del Duero.
Podemos distinguir en el Teso de San Cristóbal dos zonas diferenciadas, la zona ocupada por la Ermita de San Cristobal y la delimitada por el Santuario Rupestre.
Las caprichosas formas que adopta el granito del denominado Santuario Rupestre son, para los geólogos, un catálogo de gran interés sobre los tipos más comunes de modelado producido por la acción del aire y el agua en la roca granítica, mientras que algunos historiadores ven en estas formas cazoletas de sacrificio, tronos, grabados y piedras caballeras que pudieran haber sido utilizadas en ritos adivinatorios, etc. lo que relaciona este espacio con cultos prehistóricos y, por lo tanto, lo convierte en Santuario Rupestre.
Así mismo, este lugar ofrece otras curiosidades, como una misteriosa cueva en la que, según los vecinos del lugar, acontecen extraños fenómenos en la mañana de San Juan.
El valor etnográfico de este paraje se centra en la celebración en el Teso del tradicional Lunes de pascua (día del hornazo) por parte de la población de Villarino, momento en el que los mozos de la población fijan el pendon en la peña que lleva u nombre: Peña del Pendón.
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