En medio se puede apreciar el Castaño de la Raia - Foto: Google |
*Fuente: Ignacio Abella
Si al viajero se le ocurriera emular las andanzas de Saramago en su “Viaje a Portugal” y decide visitar la aldea hispano lusa de Rihonor de Castilla o Río de Onor, encontrará, en mitad del pueblo, la frontera o “raia”. Y, justo al lado de la carretera, el Castaño de la Raia, en el que (realidad o leyenda) los vecinos de amabas partes, se reunían para tratar asuntos comunes.
Unos pasos más allá, ya en el lado portugués, crecen en la pequeña plaza junto al río, desde hace al menos un siglo, un moral blanco y un moral negro, cuyas copas y follajes se encuentran y confunden… A sus pies se hacía la fiesta y el baile en el que se encontraban también mozas y mozos españoles y portugueses.
Y es que el patrimonio de árboles históricos europeos es, en gran parte, un legado de tradiciones, de encuentros y de acuerdos al pie de los viejos árboles, que hicieron las veces de testigo, templo y casa de justicia, entre otras muchas funciones…
En efecto, a un lado y a otro de esa “raia”, invisible pero de una realidad aplastante en muchos aspectos, vemos una misma cultura y un parecido paisaje, presidido por “amoreiras” o morales que, desde el mismo centro de cada pueblo, en la plaza o junto a la iglesia, han sido centro social, geográfico y espiritual de las parroquias o los territorios de su jurisdicción.
Rio de Onor - Foto: Iberia Mágica |
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