sábado, 26 de abril de 2014

El guerrero del Barranco de los Frailes, Mosqueruela

En las laderas del Barranco de los Frailes, del municipio de Mosqueruela, en el Alto Maestrazgo, y muy cerca del Santuario de la Virgen de la Estrella, lugar en el que hay también un despoblado, se ha hallado, hace poco tiempo, un abrigo rupestre con una pintura de especial importancia que hemos conocido a través de Laura Díaz, administradora de Céltica Hispana. En este caso no estamos hablando de una pintura prehistórica, sino de la Edad del Hierro en la que se cree representa a un guerrero celtíbero. La pintura se suma al conjunto de pinturas rupestres prehistóricas, ya sean de arte levantino o esquemático, que hay en la zona, como en las inmediaciones del Santuario de la Estrella, además de a un conjunto de rocas con cazoletas y canalillos localizados en la cima de los acantilados de este mismo santuario, mostrándonos unas y otras manifestaciones, por tanto, que nos encontramos en unos parajes que fueron sagrados desde tiempos muy pretéritos y que continúan sacralizados a través del santuario mariano mencionado.
Los autores que hoy traemos, en el texto que aportamos como fuente, especulan con la posibilidad de que la representación de este guerrero celtíbero indique que nos encontramos ante un lugar de realización de ritos de paso o de iniciación. Recomendamos la lectura del estudio completo del que extraemos unas líneas de su presentación.



*Fuente: El guerrero celtibérico de Mosqueruela (Teruel): una pintura rupestre excepcional de la Edad del Hierro en el Alto Maestrazgo turolense. Alberto J. Lorrio Alvarado y José I. Royo Guillén.

...aparece un guerrero con túnica corta, polainas o grebas, espada recta y vaina, escudo circular y un caso con alas o cuernos laterales. El estudio del guerrero y su armamento permite relacionarlo con la iconografía ibérica y celtibérica de guerreros heroizados, aislados o en combate singular, tanto en el arte rupestre de la Edad del Hierro peninsular, como en estatuaria, toréutica, decoración vascular o estelas, todo ello en un periodo entre los siglos IV y II a. C. Pero el máximo interés de esta representación ha sido confirmar además la procedencia celtibérica de un extraordinario conjunto de cascos hispano-calcídicos, muchos de los cuales aparecieron de forma ilegal en la localidad aragonesa de Aranda del Moncayo. El tipo de representación y su localización en un área fronteriza entre territorios ibéricos o celtibéricos, señalan la existencia de un lugar de culto donde se realizarían ritos de paso.




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