viernes, 10 de enero de 2014

Fuente sagrada de la Ermita de San Bartolomé, Añover de Tajo

Ya estuvimos no hace mucho en Añover de Tajo, en la comarca de La Sagra, tras las huellas de las Ninfas Varcilenses, esas divinidades tan asociadas al culto al agua. Así, nuestra vuelta a Añover sigue teniendo que ver con dicho culto, pues hojeando de nuevo la Guía Mágica de La Mesa de Ocaña, hemos sabido de la existencia de una fuente medicinal sagrada en la conocida como Ermita de San Bartolomé, patrón del municipio. Quién sabe si, tal y como plantea el autor de la guía, esta fuente fue ya lugar sacralizado en tiempos precristianos. Es más, creo que habría que investigar la hipótesis de la posible conexión entre los cultos ninfáticos manifestados en estos parajes ribereños del más largo río ibérico a través de una ara hallada y esta Fuente sagrada de la Ermita de San Bartolomé de Añover de Tajo. La Fuente o manantial se encuentra en una cueva subterránea bajo la ermita, lo que supone la conjugación de dos elementos muy recurrentes en todo tipo de manifestaciones sacras en tiempos de la Antigüedad y la Prehistoria, como son el agua, en este caso de poderes curativos, y la cueva, como entraña o cavidad de la Madre Tierra.


Foto: Ayto. Añover de Tajo

*Fuente: Guía Mágica La Mesa de Ocaña, Antonio Martín Asperilla.

 ...lo importante de este enclave se halla bajo la ermita, se trata de una cueva que guarda una fuente sagrada muy antigua con fama de medicinal. Para una mayor ilustración transcribiré la descripción que hace del enclave el doctor Limón Montero en su libro Espejo cristalino de las Aguas de España (1679), dice así: 

"En la villa de Añover de Tajo hay una fuente en una ermita del glorioso apóstol San Bartolomé, a cuyas aguas acuden muchos dolientes como único asilo de sus enfermedades. Está la fuente en una cueva dentro de la ermita, y nace en medio de un peñasco por cuatro manantiales y será el caudal de todos como el grueso de una muñeca humana. Los efectos de las aguas son infinitos, porque habiéndoselas bebido en diversas enfermedades se ha reconocido en ellas gran virtud para su curación; para lo que singularmente se usan es para curar heridas intestinales. En confirmación de ello diré lo que sucedió este año pasado de 1678, que estando en la villa un escribano de la villa de Madrid que padecía una hernia intestinal muchos años había, y oyendo decir que las aguas eran provechosas para dicho mal, se bañó con el agua de dicha fuente la parte de la rotura encomendándose a San Bartolomé, y fue cosa maravillosa que con el dicho lavatorio quedó sano, recogiéndose los intestinos arriba a su lugar. Lo cual visto, subió a dar gracias a San Bartolomé y ofreció al apóstol un cuchillo de plata, que tiene hoy en la mano, en acción de gracias".

El cuchillo a día de hoy sigue en su sitio, en la mano de Bartolomé, y de la fuente sigue manando agua. Desde mi punto de vista, pouede que fuera en su origen una fuente medicinal sagrada en los cultos de la antigüedad y que la iglesia cristianizó construyendo una ermita encima.


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