martes, 14 de enero de 2014

Basílica de Nuestra Señora del Prado, antiguo templo romano y santuario vettón y las Fiestas de Las Mondas, Talavera de la Reina

Nos acercamos a una ciudad que, como tantas otras, tiene un lejano pasado que, en este caso, como poco nos retrotrae al primer milenio antes de Cristo, a la época prerromana en la que los vettones eran los oriundos de estas tierras. Estamos hablando de la antigua Talabriga vettona, la Caesaróbriga romana e islámica Talavaira, actual Talavera de la Reina. En esta antigua ciudad ribereña del Tajo, existe una iglesia, la Basílica de Nuestra Señora del Prado, que se dice fue santuario vettón primero y templo romano después. Leo, en lo que me resulta una lectura dudosa, pero de lo que quiero dejar constancia, que posiblemente en tiempos de celtas -vettones- estuviera consagrado a Toutatis, dios galo de la guerra y de la riqueza, para posteriormente, durante la dominación romana, construirse un templo en honor a la famosa Ceres, diosa de la agricultura y la fecundidad, y a Pales, diosa de los pastores. Así, tanto agricultores como pastores se acercaban a realizar sacrificios de reses en honor a las mismas, ritualidad que se dice fue el origen de las actuales Mondas, fiesta de similar origen a La Monda celebrada en Ocaña, a la que recientemente dedicamos una ficha en este blog.

Miguel Rubio - Wikipedia

*Fuente: Pueblos de España. Susana Ávila. 1996.

En los días de fiesta, los talaveranos sacan a su patrona la Virgen del Prado hasta la puerta para que vea los toros, dando por buena la expresión lugareña de "le hacen toros a la Virgen". Esta mezcla de ritos tiene sin duda su origen en las tradiciones paganas, ya que en la explanada donde hoy se levanta el Santuario a la Virgen del Prado levantaron en tiempos los romanos un templo dedicado a Ceres o Pales al que acudían con sus ofrendas los campesinos y pastores de toda la comarca, ritual que se convirtió con el tiempo en una auténtica fiesta. En honor de la diosa sacrificaban veintidós bueyes, aunque en la fiesta grande se daba muerte a cien reses, y se armaba una auténtica hecatombe. Los campesinos llamaban Munda a la diosa, por lo que popularmente se pasó a conocer como Mondas las ofrendas que realizaban. En tiempos del rey godo Liuva, allá por el siglo VII, se derribó el templo pagano y en su lugar se construyeron una ermita y una plaza de toros. Siglos después el rey Felipe II, que consideraba la ermita de la Virgen del Prado como "la reina de las ermitas", ordenó su reconstrucción. En la actualidad, se siguen celebrando las Fiestas de las Mondas el sábado siguiente a la Semana Santa, en recuerdo de tan ancestral culto romano.


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