viernes, 21 de septiembre de 2012

Ermita de Nuestra Señora de Tebas: antiguo templo romano, Casas de Millán

Gracias a la magnífica página arqueotoponimia.blogspot.com hemos conocido la existencia de esta ermita del siglo XVII, perteneciente a Casas de Millán, en Monfragüe, donde por el hallazgo de varias inscripciones se ha deducido que se ubica, probablemente, en lo que fue un templo romano que, como siempre decimos, quizás a su vez ocupara el espacio de algún antiguo santuario prerromano, aunque esto último sea ya pura conjetura del que esto escribe. Lo que sí se conoce verdaderamente es la existencia de las mencionadas inscripciones, una de ellas además incrustada en el propio muro de la fachada principal de la Ermita de Nuestra Señora de Tebas, curioso nombre que nos remite a las antiguas ciudades de la antigüedad o algún personaje mitológico, pero que encuentra un origen bien distinto en una leyenda mariana mucho más cercana en el tiempo.

Hispania Epigraphica

*Fuente: arqueotoponimia.blogspot.com

Donde en la actualidad se levanta el templo dedicado a Nuestra Señora de Tebas, a 5 km de las Casas de Millán (Cáceres), junto a la frondosa Ribera del Castaño y sobre una pequeña colina, hubo un templo dedicado a Júpiter Capitolino según testimonian dos inscripciones romanas aparecidas en el lugar, de las que da cuenta Juan Francisco Masdeu en 1800 (Historia crítica de España, t. XIX). De este y otros posibles templos en el lugar nos avisa además el topónimo vecino Herguijuelas, que procede del latín ECCLESIOLAS, diminutivo plural de ECCLESIA, "iglesia".
Otra inscripción romana encontrada en Tebas y que también cita Masdeu es la que hoy se puede contemplar encastrada en la fachada principal de la ermita, a la izquierda de la puerta, y que se conoce en el mundillo de la epigrafía como la dedicación a Moricilus (Hispania Epigraphica); en la parte superior tiene grabado un toro, aunque en la época de Masdeu el grabado se consideraba un buey. Resulta curioso que a pesar de que Masdeu la dio a conocer en 1800 volvió a descubrirse en 1972 en unos trabajos de limpieza de la fachada sin que los expertos en epigrafía romana se percatasen de que era la misma, pues la lectura actual difiere bastante de la que proporcionaba Masdeu. Lo que sí está claro es que se trata de un exvoto mediante el cual un tal Caius Antonius Anderci dejó constancia de haber cumplido una promesa o voto en el primitivo santuario romano (las iniciales V.S. representan la abreviatura latina de "votum solvit" = cumplió su voto).

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