En tierra de antiguos oretanos, junto a la actual capital jiennense, se encuentra el yacimiento arqueológico de Puente Tablas sobre el Cerro de la Plaza de Armas -en realidad dos cerros colmatados formando una meseta-, donde se situó el oppidum. La ocupación de este cerro se dio desde inicios del primer milenio a. C. hasta finales del siglo III a. C, trasladándose paulatinamente, hasta el abandono total, su población al Cerro de Santa Catalina de Jaén.
Pues bien, hace pocas semanas, se ha hecho público el descubrimiento de una escultura, que han calificado como estela antropomorfa, y que ha sido interpretada, por el equipo del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica que está llevando a cabo las excavaciones del yacimiento, como una posible divinidad femenina dedicada a la fertilidad. También se han hallado, junto a la misma puerta de la muralla, los restos de un sacrificio de animales, en concreto de cerdos -se dice que posiblemente fueran cerdas preñadas- y se especula con la idea de que pudiera tratarse de un ritual de fundación -o refundación- de este antiguo oppidum ibero.
Por último, se ha comprobado que justo en los días de equinoccio los primeros rayos de luz del día entraban por la puerta para iluminar durante unos instantes a la supuesta diosa de la estela antropomorfa, pudiendo ser, en el caso del equinoccio de primavera, una especie de bienvenida a la llegada de la estación en la que los campos volvían a "recobrar vida", de donde se deduce que quizás fuera una diosa de la fertilidad.
*Fuente: andaluciainformacion.es, 19/03/2012
...en el transcurso de la intervención arqueológica se ha documentado una piedra trabajada que en un primer momento se interpretó como un betilo y posteriormente como una estela antropomorfa. Ello fue posible al descubrirse en el laboratorio de restauración del CAAI (Centro Andaluz de Arqueología Ibérica) que la piedra estaba tallada y mostraba dos brazos con las manos abiertas sobre el vientre y restos de un posible cinturón, sin que se adviertan rasgos que definan el rostro o cualquier otro elemento figurativo en la pieza. Arturo Ruiz -directos del CAAI- explica que se está en condiciones de afirmar que la estela representa, esquemáticamente, a una divinidad y que se dispondría en el centro de la puerta junto a una pequeña capilla lateral. “Hemos encontrado una estela de una divinidad, posiblemente femenina y dedicada a la fertilidad, que estaba rota y tumbada delante de la puerta, pero se conservaba muy bien el sitio donde tenía su posición original”.
En relación con este hecho, se ha documentado en esta segunda fase la realización de un ritual de sacrificio de un grupo de trece cerdos domésticos y tres cabras, probablemente en el caso de las cerdas de hembras preñadas, según confirma el doctor Riquelme, de la Universidad de Granada, enterradas bajo una cista de piedra, en la que la que se dispusieron posteriormente dos mandíbulas también de cerda, que se cubrieron con dos grandes piedras cúbicas. Podría tratarse de un ritual de fundación ofrecido a la divinidad representada en la piedra.
Por último, se ha constatado que la puerta tiene una orientación al este, que coincide exactamente con la salida del sol en los equinoccios, momento en el que llega la luz por la puerta hasta la imagen de la divinidad. Para contrastar experimentalmente esta posibilidad, que está siendo asesorada por el doctor Manuel Pérez, de la Escuela Politécnica de Ávila (Universidad de Salamanca), el equipo arqueológico del CAAI ha levantado un dispositivo que recrea las sombras y luces de la puerta, durante los días 19 y 20 de marzo, reproduciéndose en cartón a escala 1:1 la imagen de la estela para constatar, desde su posición original, la recepción de las primeras luces de la mañana del sol durante los días en torno al equinoccio de primavera, lo que sería indicativo de un rito de celebración a la divinidad, seguramente de fiesta, asociado a la fertilidad y a la agricultura. “Hemos observado cómo el sol sale, pasa justo por el centro de la puerta, y su luz llega a la diosa empezando por la cabeza y terminando por los pies. Luego, la propia puerta provoca que caiga la sombra, por lo que en media hora hemos presenciado la aparición y desaparición de la diosa”, aseguraba Arturo Ruiz.
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