martes, 4 de octubre de 2011

Necrópolis celtibérica de Centenares, Luzaga

Hoy el Marqués de Cerralbo vuelve a ser protagonista, así acudimos a una necrópolis excavada bajo su dirección en 1911, la Necrópolis de Centenares, en Luzaga, junto al cauce del río Tajuña, y cerca de su nacimiento, aquél que cruzamos en nuestra reciente visita a la antigua Brioca. En concreto, sobre Luzaga se dice fue la antigua ciudad celtibérica de Lutia, la única que acudió a la llamada desesperada de Numancia y que le costó caro, pues Publio Cornelio Escipión mandó cortar las manos a unos cuatrocientos jóvenes, dejando a la ciudad a través de ese acto de crueldad sin gente que trabajar los campos y, lo que era más importante, sin guerreros para luchar contra la potencia invasora a la que pertenecía el cónsul romano.
Allí apareció el famoso Bronce o Tésera de Luzaga, en lengua celtibérica y alfabeto íbero. De este texto se deduce que en aquel lugar pudo estar Lutia, aunque no existe unanimidad al respecto entre la comunidad científica; el Bronce se encuentra perdido en la actualidad.
Pero volviendo a la propia Necrópolis de Centenares, en ella el Marqués encontró 1813 urnas funerarias con sus correspondientes estelas, como se puede comprobar en la foto.
¡Qué mejor fuente hoy que sus propias palabras!:










































Adelantadas las excavaciones en Aguilar de Anguita, fuime por los despeñaderos Triásicos del Tajuña a Luzaga, y en la planicie que cruza el camino a la Hortezuela, el hazadón se clavó entre una peña y un cacharro, aquélla fue el miliario para la ruta a la necrópolis de Luzaga; habíamos encontrado otra necrópolis que tomé por nuncio de un poblado ibérico; y la hallaba, porque mi experiencia de excavador arqueológico, me ha enseñado que así como las necrópolis neolíticas hay que buscarlas en las cumbres de la montaña, las ibéricas, se hallan en los inmediatos y primeros declives ascendentes de las vegas.
(Marqués de Cerralbo)
















Luzaga

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