Hoy nos hacemos eco de una hipótesis que relaciona el Monte Bilibio, en La Rioja, con dos documentos epigráficos de la ermita alavesa de San Bartolomé, en Angostina. En estas inscripciones aparece el teónimo Baelibio, que el autor, que hoy traemos a colación, Andoni Sáenz de Buruaga, identifica con un posible culto a este monte. Cierta o no esta especulación, el Monte Bilibio guarda un rico pasado, pues en él existió un castro, además de ser un lugar de eremitas, donde existe una ermita que consagra al que dicen fue el anacoreta que frecuentaba aquellos parajes, San Felices, y a donde cuentan llegó el mismísimo San Millán en busca de las enseñanzas de San Felices. Todo esto, junto con las ruinas de un castillo que sobre aquel monte se alzaba, nos hace comprender que aquel fue un lugar de gran importancia desde tiempos muy antiguos. El monte está horadado de distintas cuevas y abrigos, donde la Cueva de Páceta cuenta la tradición que fue la que habitó San Felices.
El hallazgo en la parte meridional de Álava, en las proximidades de La Rioja, de un ara votiva de época romana con el teónimo Baelibio, además de replantear anteriores lecturas sobre otro ejemplar ya conocido del lugar, suscita derivados comentarios acerca de su posible conexión con el actual orónimo de Bilibio emplazado en aquel mismo contexto espacial (Haro, La Rioja). En este sentido, sugerimos su vinculación con el culto naturalista de los montes. Diversos indicios y testimonios –a veces de heterogénea trascendencia temporal- documentados en el ambiente próximo, pudieran justificar la hipótesis propuesta.
("Referencias al culto precristiano del Monte Bilibio (La Rioja)", Andoni Sáenz de Buruaga)
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