miércoles, 5 de mayo de 2010

Arco de San Pascual, Ayora

Nos encontramos en las cercanías de una ciudad íbera que tuvo que ser muy importante, el poblado ibérico Castellar de Meca. En la actualidad únicamente podemos contemplar su "huella" en la roca, pero aún no ha sido excavada. Una futura excavación pudiera poner de manifiesto que nos encontramos ante una de las más importantes ciudades íberas, pues, la obra de ingeniería prerromana del conocido como Camino Hondo de Castellar de Meca, constituye un ejemplo sin igual en toda la península Ibérica.
Muy cerca de este antiguo poblamiento contestano, en plena sierra del Mugrón, se encuentra el conocido como Arco de San Pascual, una curiosa formación rocosa de la que se piensa que bien pudo ser un antiguo santuario, pues algunos testimonios, como cazoletas y grabados, y su sugerente forma, que incita a la imaginación, bien pudieran constituir pistas en ese sentido. Así se viene especulando por distintos autores y estudiosos.
















Uno de los parajes más singulares que podemos contemplar en la Comunidad Valenciana es el Rincón de San Pascual. Se encuentra en el término municipal de Ayora, muy cerca de los lindes con las poblaciones albaceteñas de Almansa y Alpera. La curiosísima formación geológica que preside el Rincón de San Pascual te produce un verdadero impacto. Contemplas el llamado Arco de San Pascual desde diferentes perspectivas y comprendes perfectamente el calificativo de “mágico” que otorgó Rafael Cebrián a este conjunto de rocas. Es muy posible que fuera en tiempos remotos una especie de santuario, ya que se encuentra a una distancia relativamente escasa de la ciudad ibérica del Castellar de Meca y de las pinturas rupestres de la Cueva de la Vieja (en Alpera). Cuando accedes a esta espectacular escultura rocosa, entra en juego la imaginación, ya que unos la comparan con la figura de una tortuga, mientras que otros piensan en un dinosaurio u otro gran animal de la prehistoria. También corre la fantasía cuando contemplas extrañas marcas grabadas en la roca, que podrían haber sido hechas por pastores, por brujas o por sacerdotes de antiguas religiones. Frente al Arco de San Pascual se halla la cueva que lleva el nombre del mismo santo, y a la que se accede a través de una redonda oquedad.
(Diario Las Provincias)

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