Hoy volvemos a la que fue la colonia helena más importante en la península Ibérica, Ampurias, aquella cuyo nombre además quedó en los anales por uno de los más famosos desembarcos ocurridos en esta península y que supuso un nuevo orden y el principio del fin de las culturas prerromanas; al menos en lo que se refiere a la existencia de dichas etnias, pues algunos elementos culturales indígenas pervivieron en la toponimía y en algunas costumbres no extinguidas por la romanización.
Nuestra visita de hoy se debe a su famoso templo de Asclepio -Esculapio para los romanos-, el dios de la medicina griego.
Templo de Asclepio, Ampurias
En el espacio ganado con la ampliación de la muralla hacia el sur de la ciudad en el siglo II a.c se construyeron diversas construcciones de carácter religioso que, en parte pueden ser identificadas con un Asklepieion, con la ampliación de la muralla, el primitivo recinto de Asclepios, del siglo IV a.c, fue totalmente modificado, quedando a partir de ahora intramuros. El Asklepieion era un centro terapéutico y religioso consagrado al dios de la Medicina, Asclepios.
El recinto parece ser que estaba conformado por los tres templos que se encuentran al oeste del conjunto, junto a unas cisternas, un pozo hallado, y por último un edificio porticado o aditon un edificio donde los enfermos experimentaban el sueño sagrado a partir del cual los sacerdotes establecían el tratamiento terapéutico a seguir. En cuanto a las cisternas eran el lugar donde se almacenaba el agua necesaria para llevar a cabo los ritos de purificación a los que debía someterse el enfermo, y el pozo abierto quizás albergaba las serpientes consagradas al dios.
(Wikipedia)
Escultura de Asclepio hallada en su propio templo de Ampurias
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