Nos podrán tachar de grandes defensores de la teoría de la conspiración y de que vemos fantasmas inquisidores por todas partes, y quizás tengan razón. Pero lo que no nos cuadran son ciertas leyendas que lo único que intentan es ejemplarizar a través de elementos naturales que seguramente fueran sagrados para pueblos anteriores. Resulta curioso conocer dichas leyendas, como ésta del Picuezo y la Picueza, pero ¡ay, si las piedras hablaran!....nos contarían muchos secretos ocultos y, seguramente, historias mucho más bonitas.
Como curiosidad decir que se puede disfrutar de la bella contemplación de Autol, y del Picuezo y la Picueza, recorriendo la vía verde del río Cidacos.
Cuenta la leyenda que un día, en el pequeño pueblo de Autol, en la provincia de La Rioja, dos ladrones, un hombre y una mujer, llevaron a cabo el mayor robo de uva del año. Durante el transporte, los pararon a la salida de dicho pueblo y les preguntaron que si habían robado alguna uva, a lo que respondieron:
-Que Dios nos castigue y nos convierta en piedra si hemos robado una sola uva.
Y en ese mismo instante, desaparecieron, y en su lugar aparecieron dos enormes rocas con forma humana, una muy alta y delgada y otra baja y rechoncha, a los que se les atribuyó el nombre de “El Picuezo y La Picueza”.
Y allí permanecen desde entonces, para señal de advertencia a ladrones y mentirosos.
(iescelia.es)
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