miércoles, 22 de abril de 2009

Santurario de San Miguel in Excelsis, monte Aralar -Navarra- y sus más de treinta dólmenes, Huarte-Araquil

Hoy traemos la sobreposición de elementos sagrados a lo largo de siglos y milenios, donde santuarios medievales se mezclan con megalitos ancestrales. Hay muchos ejemplos de este tipo y uno de ellos es el Santuario de San Miguel in Excelsis, en el monte Aralar:

Santuario de San Miguel in Excelsis en el monte Aralar - ojodigital.com

*Fuente: Página de Turismo de Navarra

San Miguel in Excelsis, es un Santuario con más de mil años de historia, levantado en la sierra de Aralar, junto a la cima del monte Artxueta, desde el que se puede disfrutar de una impresionante panorámica. En su interior le espera un retablo románico, obra cumbre de la esmaltería europea. El lugar le hablará de la leyenda del dragón y Teodosio de Goñi, del pasado carolingio, de los remotos tiempos de dólmenes que hoy surgen diseminados entre campas y preciosos bosques de hayas.

Dolmen de Albi, Sierra de Aralar - araitz.es

*Fuente: Wikipedia


En Navarra, antes de existir los reyes de Navarra, vivía en el valle de Goñi, un caballero llamado Teodosio, Buruzagia de la comarca, casado con Dña. Constanza de Butrón. Poco después de casarse, Teodosio tiene que abandonar su casa para dirigir la lucha contra los árabes.

Dña. Constanza quedó sola en su palacio con los padres de Teodosio, a los que tuvo la deferencia de hacerles dormir en la habitación señorial, pasando ella a otra más pequeña. Cuando Teodosio volvía victorioso a su castillo, se le apareció el diablo disfrazado de Basajaun ("El Señor de los Bosques") que le hizo creer que su mujer le engañaba con un criado.


Teodosio, fuera de sí, se lanza a galope hacia su casa. Al amanecer penetra en su palacio y se dirige decidido y enfurecido a su habitación matrimonial con la daga desenvainada. Entra en la alcoba y apuñala retiradamente a las dos personas que dormían en su lecho convencido de que eran su esposa y el amante de ésta.

Creyendo haber vengado el agravio, sale de casa y sobrecogido se encuentra con su esposa que salía de misa, aterrado, conoce que quienes dormían en su cama y a quienes había asesinado eran sus padres. Atemorizado por el crimen, va a Pamplona a pedir perdón al Sr. Obispo quien, horrorizado, le envía a Roma para que sea le propio Papa quien le absuelva de su pecado.

Teodosio, arrepentido, va de peregrino a Roma y el Papa le absuelve, poniéndole como penitencia el arrastrar unas gruesas cadenas hasta que por un milagro divino se le desprendieran. Esto sería el signo inequívoco del perdón divino.

Teodosio, estando retirado en Aralar, un día vio salir de una sima un gran dragón que amenazaba devorarlo, Teodosio, indefenso, cayo de rodillas e imploró la protección de S. Miguel, exclamando ¡San Miguel me valga!.

En aquel momento, entre gran estrépito, apareció el Arcángel, quien mostrando la cruz sobre su cabeza venció y mató al dragón al grito de ¡Quién como Dios! ¡Nor Jaungoikoa bezala!

En aquel mismo momento, Teodosio quedó libre de las cadenas, perdonado por Dios, que le dio una reliquia.

Ya libre volvió a su casa de Goñi donde le esperaba su esposa. Y ambos, agradecidos a Dios, erigieron un santuario al Arcángel en lo alto de Aralar, al que llamaron San Miguel in Excelsis.




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