sábado, 25 de abril de 2009

San Baudelio de Berlanga y la caverna, Casillas de Berlanga-Caltojar

Esta ermita, joya mozárabe, se sitúa sobre una cueva, de la que brota un manantial y dicen fue morada de un eremita. Viendo la combinación de cueva y manantial, quién sabe si ya fuera sagrada en tiempos mucho más pretéritos a la existencia del propio cristianismo. No sería el primer ejemplo.

Foto: Paco Hidalgo, artetorreherberos.blogspot.com



*Fuente: Guía de la España Mágica, Juan G. Atienza

Es significativo que eso de "meterse dentro de la Tierra" sea otra de las formas que marcan de modo inequívoco los núcleos mágicos y les dan su sentido. El hombre -eremita, sabio, sacerdote, secta o fraternidad- busca por igual la cima y la sima para entrar en contacto con la realidad desconocida. Y se da incluso el caso de que, si no hay caverna natural, la construya con sus manos y hasta le confiera la forma mágica que, en cada momento, considera como más idónea para su propósito. Si la cumbre es lo que se alcanza, la caverna es lo que hay que ir venciendo en la oscuridad, para alcanzar el corazón sagrado de la Tierra, la matriz de la Gran Madre que pone al ser humano en contacto directo -y no sólo simbólico- con lo que fue antes de venir al mundo y con lo que será después de su muerte. En la caverna está la razón de las criptas de los templos, de los pasadizos de las pirámides, de las bocas abiertas de los monstruos esculpidos en los capiteles, de la ballena de Jonás; pez y caverna, matriz y recinto de conocimiento, mina o bóveda terrestre y celeste a la vez, porque en esa dimensión que busca el hombre, cielo y tierra no son más que manifestaciones sólo aparentemente distintas de un solo cosmos esencialmente ignorado.




Cueva, dentro de la ermita, donde segun la tradición vivía el ermitaño San Baudelio - celtiberia.net


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